Ivory and moss green

Spanish (original)

Ivory levantó la cabeza. Apenas se colaban unos cuantos rayos de sol a través de la tupida manta de hojas que tenía ante sus ojos. Ésta se alargaba y alargaba hasta que a lo lejos, al fin, se conseguía ver el cielo. La copa del mismísimo Yggdrasil era gigantesca, además de generosa. Sí, generosa. Dejaba que los Elnin construyeran en sus ramas casas donde pasar la noche y les proporcionaba las bayas más ricas y bonitas del mundo: manaberries. Ivory se pasaría todo el día comiendo manaberries. Por eso había aceptado el duro trabajo de recolectarlas: ¡porque parte de la recompensa sería un saquito con unas cuantas! El pequeño ya podía saborear el festival de sabor. ¿Y por qué era arduo? Porque cambiar de rama a rama por el gran árbol no era tan sencillo como el pequeño había imaginado. Las ramas de Yggdrasil eran robustas y bastante anchas, pero a veces estaban muy separadas las unas de las otras, así que o dabas la vuelta o conseguías hacer el salto de tu vida. Si no estabas muy alto lo más probable era que cayeras a las aguas cristalinas de Ealei, que no parecía tan malo, pero Ivory temía que el dragón blanco del cual hablaban los ancianos apareciera y se lo comiese. Pero las manaberries que valen la pena no estaban tan bajo en el árbol, y a él le recompensaban por calidad, no por cantidad. Sin embargo, si ya era difícil llegar a esas ramas superiores, no hay que mencionar lo que conllevaría un resbalón o un mal paso: exacto, un montón de golpes contra las ramas inferiores, además de que las manaberries que llevaras se echarían a perder.

Ivory tenía mucho respeto a una caída de tal envergadura, así que se aseguró con cuerdas e intentó no alejarse de las plataformas construidas por Elnin. En realidad, su sueño era vivir en los bosques y dominar la arquería, así que no podía evitar avergonzarse por tener tanto miedo de caerse de un árbol. Había estado practicando con el arco, y seguramente, en un par de veranos más, podría recolectar manaberries con su excelente puntería de una manera más eficaz. Pero su equilibrio... Aún le faltaría trabajar más en su destreza física y en su agilidad. ¿Pero qué mejor que vivir en un árbol gigante para practicar?

Alargó la pata para coger con cuidado otra manaberry, depositándola a continuación en su cestita colgada al cuello con la mayor delicadeza posible. Ivory tenía pensando mudarse a Enmir cuando fuera posible. Había varios bosques en Eyrie, pero los del este eran demasiado fríos para él. Y los del oeste eran o poco tupidos y llenos de flores de colores, o estaban formados de hoja seca. 

"Enmir".

Ivory necesitaba ese olor a verde, a jungla, a humedad. Los Elnin que conoce le intentan convence de que no viaje a esa región. "Demsiado pantanosa", "apesta", "todo húmedo", "lleno de insectos", "te mancharás el pelaje". Pero Ivory no podía dejar de pensar y toda la vegetación, las lianas colgando, el la sombra de las hojas. Era simplemente perfecto.

Volvió a alargar la pata para alcanzar otra manaberry, pero esta... al tacto... y ese color... "No, definitivamente no está madura", pensó, y la dejó estar. Había estado aprendiendo un poco de herbología, ya que, bueno... Tendría que buscarse su propia comida en Enmir. No le apetecía vivir en ningún poblado, y había aprendido bastante de los Elnin de Ealei como para construirse su propia casa del árbol en un lugar apartado y tranquilo. No había conocido a sus padres, y se había criado con kittoms de su misma condición. "Poca paz, poca intimidad". Y hablando de paz... "Como no llene mi cesta de manaberries de una vez, pronto se llenará esto de otros kittoms quitándome el trabajo". Y siguió, mientras, sin darse cuenta, esquivaba obstáculos y tomaba instintivamente las mejores rutas entre el laberinto de ramas y maleza.

English (IA translated)

Ivory raised his head. A few bright patches of sunlight were just barely breaking through the thick blanket of leaves in front of him. It stretched and stretched out until, far away, at last, it was possible to see the sky. The canopy of Yggdrasil itself was gigantic, as well as generous. Yes, generous. It let the Elnin build houses in its branches where they could spend the night and provided them with the richest and most beautiful berries in the world: manaberries. Ivory would spend all day eating manaberries. That's why he had accepted the hard work of picking them: because part of the reward would be a little bag with a bunch of them! The little one could already enjoy the festival of flavor. And why was it hard? Because moving from one branch to another in the big tree was not as easy as the little one had imagined. The branches of Yggdrasil were sturdy and quite wide, but sometimes they were far apart from each other, so you either had to turn around or make the leap of a lifetime. If you weren't too high you were most likely to fall into the crystal clear waters of Ealei, which didn't seem too bad, but Ivory feared that the white dragon the elders spoke about would appear and eat him. But the worthy manaberries didn't sit so low on the tree, and he was rewarded for quality, not quantity. However, if it was already difficult to get to those upper branches, there was no need to mention what a slip or misstep would entail: exactly, a lot of pounding against the lower branches, plus any manaberries you were carrying would be spoiled.

Ivory had a lot of fear of a fall of that magnitude, so he secured himself with ropes and tried not to stray far from the platforms built by Elnin. In fact, his dream was to live in the woods and master archery, so he couldn't help but feel ashamed that he was so afraid of falling out of a tree. He had been practicing with the bow, and surely, in a few more summers, he would be able to gather manaberries with his excellent marksmanship more efficiently. But his balance... He would still need to work more on his physical dexterity and agility. But what better than living in a giant tree for practice?

He reached out his paw to carefully pick up another manaberry, then he placed it as gently as possible in the basket around his neck. Ivory was planning to move to Enmir eventually. There were several forests in Eyrie, but the eastern ones were too cold for him. And those in the west were either not very dense and full of colorful flowers, or were made up of dry leaves.

"Enmir".

Ivory needed that smell of green, of jungle, of dampness. The Elnin acquaintances he meets try to convince him not to travel to that region. "Too swampy", "it stinks", "all wet", "full of insects", "you'll stain your fur". But Ivory couldn't stop thinking about all the vegetation, the vines hanging down, the shade of the leaves. It was just perfect.

He reached out again to grab another manaberry, but this one... as he touched it... and that color.... "Nope, definitely not ripe," he thought, and he left it be. He'd been learning a bit of herbology, since, well.... He'd have to find his own food in Enmir. He didn't feel like living in any village, and he'd learned enough from the Elnin of Ealei to build his own treehouse in a peaceful, out-of-the-way place. He had never met his parents, and had grown up with kittoms of his same condition. "Little peace, little privacy." And speaking of peace... "Unless I fill my basket with manaberries already, this will soon be packed with other kittoms stealing my job." And he continued, as he mindlessly dodged obstacles and instinctively took the best routes through the labyrinth of branches and leaves.