Sin nada tan relevante que hablar acerca de su infancia, se crió decentemente en una familia común. Aunque al parecer y por lo que sabía gracias a las malas lenguas, su padre había tenido una gran discusión con su familia y poco después se había alejado de esta. Tomó el apellido de su esposa y desde ahí cortó toda conexión con los Carlton. Luke y su hermano nunca supieron acerca de la familia de su padre durante su niñez, además que al ser ajenos a la farándula apenas y ubicaban tal apellido.

No fue sino hasta que al tener 12 años, la familia fue convocada a una gran mansión en donde decenas de rubios en finas prendas esperaban la lectura del testamento de quien había sido la cabeza de aquella familia. Nunca se había sentido tan fuera de lugar, y eso que había estado en los vestidores de los jugadores de fútbol cuando estos se comportaban como chimpancés mientras estaban en bolas. En fin, al parecer el abuelo si que le había dejado algo a su padre por la pena de nunca haber contactado a su hijo debido a su orgullo… Aunque los hermanos y hermanas de su padre parecían querer matarlo gracias al gesto del abuelo.

Su padre no mantuvo esas riquezas, aunque su hermano y él intentaron convencerlo con todas sus fuerzas, se decidió que todo se vendería con tal de buscar la comodidad de la familia y poder tener ahorros para las universidades de ambos hijos.

Pero… ¿Quizás el haber conocido la vida privilegiada de sus familiares lo había dejado encantado? Vamos, él había sido criado creyendo que las cenas fuera de casa o comprar ropa en otra época que no fuera en las de rebajas era un privilegio que no podían permitirse. Una cosa llevó a otra y comenzó a cuidar de uno de sus primos ricachones que rondaba su edad… Y cuidándolo se sorprendió de lo inútil que una persona podía volverse si dependía mucho del dinero. Aunque no importaba mucho, ya que con tal de cuidarlo podía ganar buen dinero.

Se volvió una costumbre vigilar a Amery, aunque nunca esperó que tuviese que dejar su vida escolar y social para irse a una academia al otro lado del país… Con tal de seguir cuidando a tal idiota y seguir ganando dinero.

t h u m b e l i n a

El usuario es capaz de transformarse en un pequeño ser de 15 centímetros, al contar con un par de alas translúcida y ligeras, es capaz de transportarse a la velocidad de un colibrí. Usa su poder mayormente para molestar contrincantes y confundirlos, al volar a su alrededor como si se tratase de un molesto insecto.

Puede transformarse y volver a la normalidad un par de veces, excederse hará que se sienta mareado y con ganas de vomitar.