Hirabayashi, Shinya

Matryoshka-Ruth

Info


Created
2 years, 2 months ago
Creator
Matryoshka-Ruth
Favorites
8

Profile



datos básicos


NOMBREHirabayashi, Shinya
OrigenInazuma


EDAD18
visiónAnemo

ALTURA1.81 m
constelaciónIter Avis

armaEspada Ligera
CUMPLEAÑOS6 de diciembre


Alegre  /  Distraído / Aventurero /  Leal /  Social  / Positivo / Ensimismado


Algo difícil de describir, dado que la calma inicial y solemne que algunas veces puede transmitir a la lejanía se esfuma rápidamente una vez que intercambias con él un par de palabras, volviéndose rápidamente una persona social que fácilmente suelta tonterías sin pensarlo. Estando relajado se vuelve una persona bastante despreocupada, despistada, mostrando así la ingenuidad que aún alberga a pesar de sus vivencias. 

Muestra un carácter positivo, si bien no enérgico, busca a menudo el lado bueno de las cosas, pensando que a pesar de todo, mientras haya un día siguiente, siempre se puede buscar luego una nueva forma de hacer las cosas. 



...

....



 

gustos

  • La comida, probar comidas nuevas.
  • Escuchar música nueva o extraña.

Disgustos

  • Las rutinas, hacer siempre lo mismo cada día.
  • Viajes en barco.

historia


pasado

Nació como parte de un muy pequeño y débil clan Tengu, el cual hace alguna vez tuvo cierto renombre, conformado por guerreros fuertes y por sobre todo, arrogantes. Fue quizá su altanería o su descuido que hizo que la gran mayoría terminaran por perecer en guerras o enfrentamientos con ronins sin pena ni gloria, generación tras generación mermando sus números hasta quedar tan pocos que los podrías contar con los dedos de una mano. Fue por ello que sus escasos sobrevivientes vieron como mejor opción jurar lealtad a un clan humano de Inazuma a cambio de conservar las migajas de prestigio que aún poseían. Como su guardianes, sus habilidades marciales que apenas habían sido rescatadas, lograrían sobrevivir.

De esta forma desde que tuvo uso de la razón, creció sabiendo que era su labor seguir y proteger a uno de los jóvenes maestros de dicho clan, el cual había sido bendecido muy joven con una visión. Y aunque en aquellos años pensó que su vida se limitaría a poco más que las cuatro paredes de aquel lugar, no pasarían muchos años para que todo cambiara radicalmente, siendo la causa una fuerte disputa entre el joven amo y su hermano.

Aunque no era ya un niño, aún no tenía la edad para discernir realmente que había sucedido. Solo entendió una cosa: su maestro se iba de la casa por decisión propia, y en consecuencia su cabeza le decía que solo había una cosa por hacer. Acompañarle en su nueva travesía.

Sería mentira decir que no había visitado los bosques de las cercanías, pero nunca había ido realmente más allá, aunque tenía alas, en realidad era poco el uso que les había dado. Fue por ello que conocer otros pueblos, otros bosques, otras tierras resultó una experiencia totalmente nueva. Y aunque la mente de su maestro estaba en sus propias metas y objetivos, sus pequeños ojos hacían poco más que contemplar con asombro las nuevas vistas, tantos los hermosos paisajes, como las tristes realidades que a algunos le tocaba vivir. Fue entonces que no pudo evitar sentirse afortunado, de poder ver el mundo como si fuese a través de un lente de cristal. Cerca, realmente cerca, pero casi como si este no pudiera alcanzarte nunca. Una irrealidad, sin duda.

A lo largo de sus años de viaje aprendió muchas cosas, entre ellas a terminar de dominar el arte de la espada, pero aún más sorprendente, a leer y a escribir. Aunque recibió educación antes de dejar el clan, sus estudios habían terminado claramente incompletos. Su maestro pareció pensar en algún momento que necesitaría estar plenamente apto para ciertas labores más adelante. Nuevamente, no lo cuestionó y solo agradeció la oportunidad. Solo escuchaba sus planes a futuro sin entender la profundidad real de la mayor parte de las cosas que decía una vez más.

Los años pasaron y su maestro terminó por ganarse un nombre que quizá resonó más que su propio clan. Fue en ese entonces que otro cambió ocurrió. Inesperadamente, de alguna forma estaba de vuelta en las antiguas paredes que lo vieron crecer, escuchando y esperando que su maestro y su hermano terminasen lo que parecía su primera charla civilizada en muchos años. Nuevamente, no pensó demasiado al respecto. Se alegró por su retomada hermandad, limitándose a esperar que los días continuasen transcurriendo para observar los sucesos y apoyar a su maestro en lo que necesitase.

Lamentablemente, algunos sucesos atraviesan la vida de las personas en los momentos más inesperados e inoportunos. El decreto de captura de visiones fue dictado y con ello los avances internos del clan que parecían tan firmes, rápidamente se desmoronaron.

Aquel par de hermanos presentaban opiniones totalmente opuestas respecto a la declaración más reciente del shogunato, y de esta forma una nueva ruptura tuvo lugar. El suceso ciertamente se sentía muy similar a lo que había vivido anteriormente. Su maestro tomó todo aquello que consideró le pertenecía, y nuevamente se fue. Y el joven tengu una vez más, siguió sus pasos. Pero esta vez, las cosas tendrían un final muy distinto.

Si bien el hermano de su maestro accedió a dejarlo ir sin delatarlo a la comisiones pese a ser un portador de visión, otras voces en el clan, susurrantes en las sombras, tenían planes muy distintos. Habían visto su mirada decidida y no faltaba ser un genio para deducir una única cosa. Aquel hombre iría y terminaría rebelándose tarde o temprano al shogunato, y siendo portador de su mismo apellido y su misma sangre, no tenían intenciones de arriesgarse a que aquello pasara y terminara por aplastar el prestigio que luchaban cada generación por conservar solo por lo que veían como tontos e ingenuos ideales. Fue así, cuando estaban dejando la zona para dirigirse a aquella isla en la que los rumores decían que se estaba formando una rebelión, que fueron embocados por los soldados de la comisión. 

A duras penas consiguieron huir, únicamente gracias al hecho que estos nunca fueron con intenciones de muerte, por lo que al no poder capturarlos optaron por volver a intentarlo pronto. Heridos pero a salvo, se escondieron unos días por los alrededores, esperado pacientemente la oportunidad de abandonar la isla una vez que las fuerzas de la comisión se hubiesen retirado. Pasado el tiempo estimado, retomaron la ruta. Sin embargo otra desagradable sorpresa aparecería en el comino.

Ronins. Y no cualquier grupo de ronins, sino uno que parecía ir directa y únicamente por la cabeza del maestro.  Una emboscada, estando ellos aún no totalmente recuperados contra un grupo que parecía saber muy bien que harían a continuación, no había forma de salir vivo de aquel enfrentamiento. O al menos aquella fue la suerte del mayor, quien todos sus sueños, planes e ideales cayeron a la tierra, inertes, traicionado por los suyos. Para el más joven, todo se volvió negro.




VISIÓN


Sorpresivamente, el joven tengu fue capaz de ver un vez más, cuando había creído que no había escapatoria,  el techo de una vieja, quizá desconocida, pero acogedora vivienda. Todo dolía, la cabeza le daba vueltas, apenas podía ver, y sobre todo, una sensación de vació que nunca entes en su vida había sentido. Su vista se nubló una vez más. 

Despertó, probablemente días después. Fue en aquel momento en el cual se percató que si visión estaba incompleta. Suspiró con tristeza, colocando una mano sobre su ojo faltante. Todo el cuerpo aún dolía, pero supuso que eventualmente pasaría. Salvo por la salida de una de sus alas, nada más parecía demasiado grave. Había tenido suerte, supuso. Una persona lo notó aún con vida y decidió tenderle una mano desinteresada. 

En aquellos días en los que se recuperaba, pensaba, pensaba. Ahora, ¿Qué seguía? ¿Qué haría? ¿A dónde iría? Muchas preguntas, ninguna respuesta aparecía en su mente. Nunca había pensado en ello, siempre le había limitado a seguir alguien más. Alguien a quien respetaba, quería y le debía lealtad. Pero después de ello, ¿Qué más tenía? No podía regresar a la sede del clan, no era tan tonto para saber el origen de los sucesos recientes. ¿Debería quedarse aquí hasta compensar a esta persona que le había ayudado, esperando que le dijera qué hacer cada día? Fue en medio de esas dudas y cavilaciones, que una fresca ventisca que no parecía tener lugar en una ambiente cerrado, dejando un peso desconocido, se hizo sentir. Levantando su mano vio allí lo que asumió como la mejor respuesta que podía recibir.

Apenas pudo, con ayuda de unos viejos conocidos, logró salir de Inazuma, terminando en las costas de Liyue. Fue un viaje difícil, dada su intolerancia a los barcos, pero en aquellos días pensaba por primera vez por si mismo, que hacer a continuación. Había escuchado del gremio de aventureros, que tenían sedes en cada región. Sí, capaz podía empezar por ahí.

Sin embargo aquello sería tras deshacerse de las secuelas del viaje. Iba a vomitar de nuevo en cualquier momento, pobre del alma que se lo topase...



 DATOS EXTRA

  • Tiene una voz realmente agradable, le gusta cantar, aunque su talento con los instrumentos es totalmente otra historia -es malísimo-
  • Es muy ligero en peso. 
  • Le gusta mucho comer, aunque se llena realmente rápido, probablemente por su gran velocidad al comer. Por ello cada vez que comer prefiere probar raciones pequeñas pero de cosas diversas, siempre que sea posible, dice que así disfruta más la comida.
  • Su máscara como Tengu es negra, aunque alguna vez tuvo la máscara roja tradicional de su especie. Esta en cambio es una réplica hecha en sus años recientes fruto de su propio "estilo".
  • Sus primeros días en Liyue los pasó alojado en un templo del lugar, recuperándose de una breve pero bastante desagradable fiebre que tuvo tras desembarcar en el puerto. Les está realmente agradecido, aunque parece no recordar mucho del desagradable espectáculo que hizo los dos primeros días. (?)

Relaciones


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