Naciendo en la joven adultez de sus padres, Aimée fue la primera hija de esta pareja localizada en Francia. Años más tarde llegaría su hermano menor, Jesse. Ambos niños fueron planeados y criados en un entorno rodeado de amor, paciencia y aceptación. Nunca les faltó nada tanto físico como emocional, ayudando a que Aimée desarrollara la personalidad extrovertida y confiada que posee a día de hoy. Por fuera del núcleo principal poseen numerosa familia en Canadá a la cual visitan con regularidad, aunque este lado de la familia no podría considerarse uno muy ortodoxo o tradicional. Desde una tía que hace malabares con cuchillos hasta un tío que encontraron en un parque, Aimée ha descubierto que cada persona es un mundo y, con ello, que los prejuicios no sirven de nada, puesto que uno jamás podría atinar sobre alguien sin conocerlo.

Con estas influencias tan variadas, la pequeña crecería para tener una mente curiosa, abierta e inquisitiva, aunque no la más brillante de todas. Sus notas no eran las más sobresalientes y con suerte lograba pasar sus años, pero el llamado de Aimée estaba por fuera de los libros y los escritorios. Aimée posee una gran cantidad de energía interna, siempre motivada de forma sana por sus progenitores y cultivada sobretodo por su padre quien le enseñó sobre la danza. El interés por la muchacha en los deportes tan solo comenzó allí, cualquiera fuera que conociera, quería pracricarlo. Era mera curiosidad, pero los caprichos de ese tipo rara vez no se le eran cumplidos, siempre y cuando recordara que no podía dejar su educación de lado. Por suerte contaba con el apoyo de su hermano para sobrellevar las largas horas de estar sentados leyendo y estudiando.

Participando en varios deportes, aprendiendo baile con su padre, disfrutando los dulces caseros de su madre, escuchando historias con su hermano, disfrutando siempre de las visitas de sus tíos o abuelos, haciendo amistades en toda actividad que se presentara, ya fuera escolar o extracurricular. La vida de Aimée era prácticamente perfecta y de ensueño, aunque un gran problema se asomó cuando terminó sus estudios medios a los 18 años... la verdad no estaba muy segura de a qué quería dedicarse. Nunca la han presionado para decidirlo tampoco, puesto que su felicidad y bienestar siempre ha sido la priodad para sus padres, así que le permitirían tener todo el tiempo que necesitara para que eligiera qué hacer. Por mientras ayudaría en la librería de su madre, ya que no es particularmente buena quedándose quieta.

En eso mismo se encontraba cuando comenzó a sentir los malestares. Le han enseñado que presionarse cuando uno no está bien podría resultar contraproducente, por lo que que estaba en camino a tomar un descanso cuando el dolor se volvió incontrolable y lentamente perdía la consciencia. Recuerda muy bien las palabras que leyó, sin saber realmente qué podrían significar. No reconocía el lugar, no sabía cuánto tiempo había pasado y mientras más intentaba hacer sentido de la situación más confundida resultaba. Así que haría lo que mejor se le daba... no pensar, porque ella no era nunca la lista del equipo. Solo tenía en claro que necesitaba volver a casa, su familia se preocupará mucho y no aceptará hacerla sentir mal.