{ Franco Rodriguez }

Nacido en una familia latina, creció como el hermano mayor entre los tres hijos que sus padres [qué de forma no planeada] decidieron tener. Sus padres quienes creían haber logrado el sueño americano, tuvieron que dar un trago amargo a la copa de la realidad… Cuentas y deudas gigantescas, vivir en un barrio peligroso, tener que descuidar parcialmente a sus hijos a causa de sus trabajos. Franco tuvo que madurar a temprana edad para ser el responsable y cuidar a sus hermanos, cosa en la que no siempre fue el mejor. Era un niño después de todo, al igual que sus hermanos.

Sus padres lo animaban a involucrarse más y más, las intenciones de estos no eran malas claro… Lamentablemente solo ocasionó que Franco generase cierto rechazo al estar en su hogar. Cuando sus hermanos comenzaron a ver por sí mismos, el castaño comenzaba a dejarlos solos en casa mientras él se echaba a andar por las calles. La poca libertad de la que gozaba cuando caminaba su rumbo le hizo conocer muchos lugares e incluso personas… Desafortunadamente no hizo más que dejarse influir por malas juntas, abusando del libertinaje y comenzando a caer en un vacío de desinterés a su entorno.

Fue entonces cuando cierto evento lo obligó a volver a poner los pies sobre la tierra. Un par de ladrones habían logrado ingresar a su hogar, con intenciones de llenarse los bolsillos y vaciar el lugar… Mientras sus hermanos se encontraban en el lugar, completamente solos. Los adolescentes consumidos por los nervios intentaron impedir que estos entrasen, ganándose unos cuantos golpes y amenazas con armas de fuego. Cuando Franco llegó, los malhechores se encontraban huyendo y sus hermanos estaban aterrados hasta la médula. La impotencia de no haber estado ahí lo consumió, a su vez que la culpa. Y aun así, de haberse encontrado, ¿qué habría podido hacer él?

Comenzó a pasar más tiempo en casa nuevamente, y quizás cada que estaba dopado deseaba haber tenido la fuerza para proteger su hogar. O al menos la valentía para romper las caras de aquellos imbéciles que habían hecho a sus hermanitos a vivir con miedo. 

Y bueno, un día apareció un conejo con voz de niña diciéndole algo de una aurora boreal y una tal Kiara, la verdad en ese entonces estaba hasta el culo y pensó que era una alucinación.