Aster es una persona bastante tranquila y pacífica, que se dedica a su trabajo, su gran amistad con Gardenia y el podarse para sentirse y verse lindo. Muchas veces le han tratado como alguien despreocupado debido a su carácter sereno, pero él más que nadie sabe todo el esfuerzo que debe poner día a día para poder levantarse y no derrumbarse ante el dolor que las flores en su cuerpo le producen.

Es bastante romántico y soñador, a veces distrayéndose por andar pensando en tener una relación bonita con alguien que le ame, pero al mismo tiempo no le interesa salir con un montón de desconocidos hasta encontrar al indicado. Aunque no lo parezca, Aster está bastante confíado de sus habilidades y de su belleza, a veces usándola para conseguir lo que quiere.

Su despertar como floricultor

Aster desde muy pequeño fue muy tranquilo y sociable, a menudo se le veía jugando con los demás niños de la cuadra, pero a la edad de 7 años tuvo su despertar como floricultor y muchos de sus “amigos” dejaron de hablarle. Ser floricultor, a pesar de toda la lucha que se ha hecho para dejar de ser vistos como menos, sigue siendo una condición llena de prejuicios entre los mismos come flores y humanos “normales”. Afortunadamente, su pequeño amigo Gardenia, que también había despertado como floricultor a una edad temprana, siempre estuvo a su lado y le daba el apoyo que necesitaba.

Años pasaron y Aster siguió sufriendo de exclusión y agresiones en los espacios a los que asistía, la escuela siendo especialmente complicada para él. Durante gran parte de su infancia y adolescencia sufrió de una muy baja autoestima debido al constante ataque hacia su persona y su apariencia, ¿qué podía hacer un pequeño niño que a duras penas puede soportar el dolor que las flores provocaban en su cuerpo? Ni siquiera había podido terminar de acostumbrarse a su nueva vida y ya los demás esperaban que se deshiciera de las flores que en su cuerpo crecían sin control. Era un proceso extremadamente doloroso el arrancar los brotes de flores de sus piernas, brazos y cabello, podarse al principio le hacía sufrir mucho y sus lágrimas incluso dolían, el cambio de su cuerpo las había convertido en flores.

Acostumbrándose a su nuevo cuerpo

Durante el último año de secundaria, Aster finalmente pudo comenzar a trabajar en su autoestima. Su madre lo vio en su más grande episodio depresivo, donde no salía, casi no comía y sólo estaba acostado en su cama día y noche. Afortunadamente, la persona que su madre consiguió de psicóloga era floricultora también y pudo ayudarle a sobrellevar los cambios de su cuerpo, a valorarse a sí mismo como persona y a encontrar calma con actividades manuales. Durante esta época, Aster se interesó mucho por el arte del maquillaje, fue una catarsis el poder usar su condición para realizar bellas creaciones.

Para cuando cumplió la mayoría de edad, Aster era casi una persona totalmente diferente a la que fue durante su etapa depresiva. Junto a Gardenia, tomó varios talleres impartidos con otros floricultores para podarse de manera indolora e incluso poder disfrutar de acicalarse y encontrar la belleza en su persona. Su mejor amigo siempre fue un pilar importante en su desarrollo como persona y lo considera como su familia, aunque a veces le reproche las decisiones cuestionables que este toma.

El boutonniere que tanto soñaba

Al entrar a su adultez, Aster y Gardenia hicieron hasta lo imposible por montar un pequeño salón de belleza exclusivamente para floricultores, en donde se sintieran seguros de exponerse para ser podados y acicalados. Aster se volvió en un cotizado maquillador y Gardenia está encargado de los cortes de cabello y peinados. Ambos hacen un genial equipo y Aster no podría estar más feliz.

Ahora sólo siente que lo único que le falta en su vida es encontrar el come flores con el que tanto ha soñado, formar su boutonniere y en un futuro, quizás, tener una familia juntos.

• Sus flores suelen crecer principalmente en su cabello, extremidades y salen de sus ojos en vez de lágrimas, por esto mismo, Aster hace hasta lo imposible para no llorar, es extremadamente doloroso. Sin embargo, gracias a su lapel, este dolor ha disminuido un poco y hasta le puede resultar placentero cuando tienen intimidad..
• Junto a su mejor amigo, forma parte de un grupo de floricultores que luchan continuamente por dejar de ser estigmatizados y excluidos. No quiere que más jóvenes sufran durante su despertar como él ha sufrido.
• Debido al bullying que sufrió durante su infancia y su adolescencia, tiene varias cicatrices en sus extremidades, especialmente en sus brazos. Antes solía ocultarlas con mangas largas y pantalones, pero ahora, gracias a sus años asistiendo a terapia y trabajando en su autoestima, las enseña sin pena e incluso, las usa de ejemplo para salir adelante y no dejarse derrumbar por personas ignorantes.
• In vitae nisi eu mi suscipit semper in eget justo.
• Sed feugiat dictum posuere. Suspendisse et accumsan leo. Phasellus mollis placerat libero, non euismod diam sodales eget.