La guerra había azotado el reino hace unos años. Debido a estos acontecimientos hubieron momentos pocos prósperos donde la gente tuvo que resurgir entre medio de las cenizas de batalla, que si bien tomó su tiempo, pudo alzarse con orgullo. La secta había triunfado. 

  Su madre, hija menor del jefe de una secta aledaña, había obtenido los votos con el sobrino de Zhu Longbao*, Zhu FengLi, conocido por haber participado en la guerra y ser parte importante de los curanderos, salvando múltiples vidas en medio de la batalla. 

  Hijo de gente importante, el joven Zhu Yichen estaba bendecido para tener un futuro brillante, que si bien su línea familiar no estaba cerca de heredar el clan, la comodidad y renombre estaban básicamente asegurados. 

  Sus primeros años de vida fueron llevados con mucha rigurosidad, siendo educado en las cuatro artes, en la espada y en la cultivación, parecía tener la capacidad de volverse un prodigio que se igualara a su padre o incluso su tío*. 

  Él, siendo un simple niño, solo le importaba que sus padres fueran felices con su progreso, buscando siempre sus elogios. Fue bastante feliz en estas épocas. 

  Las cosas no cambiaron mucho mientras crecía. Sus afinidades empezaron a florecer y pudo encontrar gran pasión por las artes marciales. Parecía tener madera de líder, al menos para volverse maestro, aun así esas cosas no le interesaban demasiado, su pasión iba más allá de verlo como simple pasos para saber que hacer con su vida, después de todo sus verdaderos deseos siempre fueron seguir los pasos de su padre e igualarse a su renombre. 

  Su padre, manteniendo una buena reputación, era siempre su figura a imitar, aunque había algo en este que siempre lo hacía sentir algo distante, y con esas mismas sensaciones le costaba encajar en su rubro. No era tan paciente como papá, ni tan perfeccionista. Aun así no se rindió y terminó por aprender más acerca de la medicina y la acupuntura, pudiendo trabajar a su lado cuando alcanzó los 16 años de edad. 

Haber seguido el camino de su padre lo ayudó a sustituirlo en algunas tareas cuando este emprendió un viaje; al parecer la investigación que este estaba haciendo era necesitada en otras zonas del territorio, haciendo que se ofreciera a ir a aquello pueblos. Aunque le hubiera gustado acompañarlo, solo bastó una charla para dejar en claro que "bajo ninguna circunstancia debía seguirlo", podía decir que era la primera vez que veía a su padre tan serio, cuando normalmente nunca imponía un miedo en él. 

...

  Su padre nunca volvió; Había logrado acabar con una epidemia que venía peligrosamente acercando y asechando pueblos cercanos al reino. Desde que supo este detallé entendió porque había insistido tanto en no llevarlo, después de todo era peligroso. Pero había un detalle en todo esto, su padre no murió como cualquiera: 

"Se dice que no dormía por días y el maestro seguía con la misma fuerza de siempre, se acercaba a enfermos de gravedad, pero nunca enfermaba. Era como si algo lo protegiera hasta cumplir su misión. Y una vez, después de casi dos años, siendo el único sobreviviente de los profesionales que había ido a calmar la enfermedad, se derrumbo en el suelo. Algunos dicen que luego de eso cerca de su cuerpo empezaron a crecer flores hasta que ya no se podía ver su figura, otros dicen que una luz apareció y se desvaneció. Como cuentan, parece que ha sido llamado por los dioses igual que su hermano" 

  La ascensión de un familiar no era un tema nuevo para él, siempre había escuchado historia del gemelo de su padre, sin embargo todo parecía tan fantasioso al no haberlo conocido nunca. Ahora que estaba viviendo este acontecimiento a los 18 años y no sabía en que creer realmente. Su reino era muy devoto a los dioses, y al parecer había sido bendecido por dos Dioses en una misma familia... Aun así, no sentía emoción, ni siquiera orgullo, solo podía sentirse vacío, después de todo, su padre se había ido. 
...
   Los años pasaron y los seguidores a su padre ya se habían extendido, incluso unieron sus creencias junto a la figura del hermano, para obtener una bendición más fuerte. Terminó por convertirse en discípulo para volverse en sacerdote principal, dejando así su papel como medico de la secta. 

En medio de una meditación pudo sentir una pequeña perturbación, y, al abrir los ojos, no se encontraba en el templo...