Gonk

Crabbey

Info


Created
1 year, 1 month ago
Creator
Crabbey
Favorites
0

Basic Info


Age

27 years

Height

192 cm

Weight

160 kg (352 lbs)

Profile


(Gonk’s backstory is in Spanish for personal reference)


Nacido un día de velar y bautizado bajo la lluvia de una dura tormenta estival, Gonk vió la luz de las estrellas que bañaban Énosis por primera vez. Este no derramó una sola lágrima al llegar a los brazos de su madre por primera vez; no podía, los orcos estaban más cerca de los monstruos que de los humanos, y por tanto las emociones no son uno de sus puntos fuertes.

El paso de los años brindó una fuerza abrumadora a nuestro compañero, tanta que tardó 10 años en convertirse en uno de los más fuertes guerreros de su tribu y, a pesar de los episodios de furia casi regulares con los que, a lo mejor, derribaba una choza o destrozaba un árbol de un cabezazo, logró ser amado y respetado por gran parte del pueblo, es más, era el favorito de todos… Con la excepción de su madre.

Él era consciente de que no era deseado, pero no le importaba. Gonk en aquel momento era un tipo simple: Sólo necesitaba algo de comida y todas sus preocupaciones parecían desaparecer como si de un copo de nieve en verano se tratase.

Su vida habría sido, en cierto punto, pacífica (pacífica si consideramos que matar animales con los puños y comérselos crudos junto a sus amigos era algo tranquilo y normal), pero un día, en la costa de su lugar natal (una isla situada al sur-este de Énosis), vislumbró un pequeño navío mercante que pasaba muy cerca de la costa. Asombrado, decidió nadar hacia el barco y, sorprendentemente, consiguió agarrarse al timón del barco y, haciendo una demostración de fuerza sin parangón, se mantuvo agarrado al timón hasta llegar al puerto de una ciudad mercante de Pólemos.

La gente se asombraba al verle caminar por las calles como si nada; a gonk no le importaban las miradas ajenas, de hecho, se guiaba única y exclusivamente por un reconocible olor a carne cocinada. Ese familiar olor le llevó a una taberna bastante concurrida: algunos cantaban y bailaban mientras que otros comían y se rodeaban de mujeres. Abrumado por tal cantidad de personas de distintas razas y especies, no se le ocurrió otra cosa que agarrar con una de sus grandes manos uno de los trozos de carne que se situaba en una de las mesas de la taberna. Claramente, esto no le sentó bien al propietario de tal manjar, pero tras presenciar la imponente figura de Gonk, no dice nada y se marcha del establecimiento.

La presencia de un orco en un establecimiento como era la Taberna comenzaba a causar mucha tensión en el ambiente, mezclado con su actitud sin modales y el robo descarado de la comida y bebida entre los clientes, causó a varios valientes a plantarle cara a la amenaza e incitar una pelea; si Gonk sabía de algo era de lanzar puños - su instinto guerrero ocupando la mayor parte de su cerebro. Finalmente, entre golpes y mordiscos, Gonk acaba arrestado con la ayuda de la multitud, pues los orcos ya eran una especie estigmatizada por su violenta naturaleza y facilidad para comenzar peleas (aunque él realmente no era el responsable); hasta entonces, la pequeña excursión del guerrero terminó…

La confusión reinaba en la prisión y los grilletes que una vez anclaron los brazos y piernas del orco a las paredes y suelo, respectivamente, se habían roto; bueno, con la excepción de la pesada herropea que encadenaba una de sus piernas con la esperanza de mermar así su agilidad, objetivo que cumplían pero que en su defecto, le otorgaba a Gonk un arma pesada y letal que en sus fornidos brazos se transformaba en una formidable compañera. 

Aprovechando una confusión, Gonk consiguió escapar de la prisión que él mismo consideró su hogar durante mucho tiempo; pero ahora, a las puertas de un muro derruido y con una prisión en llamas a su fondo, se preguntaba cuál era su verdadera casa, y siguiendo su instinto, partió hacia su isla natal. Así fue como, al poco tiempo, consiguió llegar al lugar donde un día hubo una aldea familiar pero a su vez, sólo quedaban cenizas y la naturaleza había ocupado el lugar de las chozas; alguien había derrumbado su tribu ante la ausencia de su guerrero - posiblemente una casa con una gran dedicación a la caza de los monstruos, pero él no era consciente de aquello.

Aún así, esto no afectó demasiado al orco, pues ya se mencionó la ausencia de empatía de su especie - Sin embargo, este comenzó a preocuparse por su propia vida y decidió ponerse en movimiento antes de que pudiese ser el siguiente. Caminó por el bosque hasta llegar a las puertas de una curiosa cueva de la que salía un variopinto grupo formado por un kenku, un centauro, un haregon y un tirbolg, y dado que sus atuendos le resultaban familiares, decidió seguirlos con la esperanza de que pudiese encontrar su seguridad, sin saber que aquella decisión le cambiaría la vida para siempre.