Parte de los primeros Gardner llegados a territorios hoy conocidos como canadienses, Ebony era la siguiente matriarca en la línea de poder. Su tatarabuela Génova hace poco ya había muerto, su madre era la que comandaba la familia de brujos y ella en un par de decadas más tendría que asumir... y eso se esperaba, al menos. Como futura Matriarca, estaba en su deber casarse con un hombre que tuviese gran potencial mágico en su sangre y sino, de plano fuese una criatura mágica disfrazada.

Pero ella, joven y lejana a la vida misma de todos los que le rodeaban, solo miró realmente a su mejor amiga y futura amante de toda la vida, y aunque con pequeños traspies al hacerse amigas, pronto se afianzaron y no pudieron ser separadas nunca más, al punto de que su amiga Ilta pasó a ser Ivory y con ella practicaba y estudiaba grandes tomos mágicos para hacerse brujas, un secreto que los Gardners compartían solo con la niña de cabello claro.

De este modo, ambas jóvenes crecieron y su amor creció. Aunque la magia fuese un secreto con la familia Gardner, Ivory y Ebony compartían el de un profundo amor que las hizo unirse en una en una noche de luna llena, de modo que, cuando se anunció el compromiso de ambas jóvenes con otros dos caballeros de buen status no hubo modo de hacerlas aceptar.

Ambas jóvenes escaparon. Tomaron lo necesario y corriendo lejos del pueblo y con sus manos tomadas, huyeron a los bosques cercanos y de ahí al corazón del mismo, pidiendo asilo a las plantas y las criaturas del bosque, fuesen mágicas o no. Su amor convenció al bosque y a la luna, y Ebony alzó defensas al bosque en agradecimiento, y por años vivieron tranquilas y haciendo uso de una pequeña choza que hacía de nido para ambas.

Ebony, quien no se arrepentía de su decisión, sobrevolaba el pueblo convertida en una avecilla para espiar a su familia y sus avances en la búsqueda. El primero en rendirse fue el humano que sería casado con su bella Ivory, lo que la hizo feliz, pero su propio prometido se negaba y varios grupos había dirigido al impenetrable bosque a buscarla.

Y aunque pasado el tiempo ya no había apoyo de los Gardner al pretendiente, este continuó, encaprichado, y llegó tan lejos como para llamar a otros brujos para ayudarle en su búsqueda.

Dándose cuenta que los días con Ivory estaban contados, Ebony volvió al corazón del bosque y al llegar pudo observar las preparaciones para un ritual que corría en la memoria de sus ancestros. Darían sus vidas a la Luna, su patrona, a cambio de salvaguardar su amor y juntar sus magias por toda la eternidad, sin ser jamás capturadas por hombre existente y por existir; era perfecto, a sabiendas que ninguna podría soportar perder a su alma gemela por el egoísmo de los hombres.

Y así, en la noche de luna llena y con solo ella de testigo, ambas mujeres murieron y desaparecieron, dejando en su lugar solo una avecilla blanca nocturna que abandonó la casona para cuando el grupo de búsqueda llegó.

Pero ellas eran felices. Y aun siendo abstractas y no más que representaciones de las caras de la luna, su felicidad se extendió a su familia, dejándolos tranquilos de que ambas, fuese como fuese, estarían bien aquí y en otras vidas.