Magnus Koval

Idylla conoció, a quien sería, el amor de su vida casualmente, pronto se entero que, al igual que ella, aquel hombre tenía súper poder, además era un héroe, en eso se diferenciaban, pero aquello no fue problema alguno. Desde el momento en que se vieron sabia que quería pasar el resto de su vida a su lado, cosa por lo que se esforzó hasta cumplirlo. Ya casados, trabajaron juntos, como héroe y asistente, hasta notar su embarazo. A petición de su marido, con afán de mantener su familia lo mas protegida posible, dejo el trabajo y se dedico, gustosa, al cuidado de su primogénito, Magnus. La vida para los tres era tranquila, dentro de lo que el trabajo de él lo permitía. Intendo que la vida de su hijo fuera lo mas normal posible, sobretodo cuando el pequeño no daba signos de tener habilidad como ellos en su infancia.

Cuando el pequeño cumplió 7 años, en un viaje rutinario por la cuidad, Idylla y él se encontraron en medio de un disturbio. Accidente que involucraba a su padre y un villano causando caos en el lugar. A pesar de las advertencias tanto de ella, como del héroe sobre mantenerse lejos, la curiosidad y el anhelo por ver a su padre en acción llevo al niño a poner su vida en riesgo. Desesperada por protegerlo, Idylla, se interpuso entre su hijo y el villano, recibiendo un golpe que resultaría fatal. Desde aquel día la vida del pequeño cambio por completo. Tenía la impresión de ser culpado por su padre, quien se enfoco en buscar a quien le arrebato a su esposa y deshacerse de cualquiera que se le interpusiera. El hombre lo dejo al cuidado de su abuela, como último gesto de cariño, hacia el niño, sabiendo la mujer podría cuidarlo.

Mag no supo bien como tomar aquello, pero la culpa y el abandono, fueron sentimientos que crecieron fuertemente con él. Gracias al amor y esfuerzo de Lesya, madre de su padre, el pequeño pudo crecer relativamente bien, siempre desviviendo por complacer y nunca equivocarse, con miedo a perder el cariño de su abuela de hacerlo. Unos años después de aquel incidente, su poder se activo, simplemente su cabeza se prendió, del susto llego gritando con su abuela, para notar luego de que se trataba, tardo unos meses en notar que podía hacer algo mas aparte de ser un fosforo, y fue así que creo a Flamencio, quien sería su mascota hasta la actualidad.

Fue enviado a la misma escuela que sus padres, con esperanza de poder convertirse en alguien útil, capaz de cuidar de su abuela y demostrar a su padre que vale el sacrificio de su madre.