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Bruja con poderes de sanación y capaz de leer la mente, es bastante solitaria a causa de experiencias pasadas. Su destino fue sellado desde su nacimiento y aun nadando contra la marea, le tocó caer al fondo del mar por su propio peso más de una vez. ¿Para que seguir luchando?
Nació hace 22 años en Busán, Corea del Sur. Hija de una bruja que trataba males del corazón, con su nacimiento arrebató de las manos del padre a su mujer: desde pequeña su rol en la vida impactó en la vida familiar. Aún así, su padre la amó lo más que pudo, decidiendo buscar una vida mejor en la profesión que tenía, y por consiguiente, viajaron a Paraguay, cuando Minhee tenía diez años.
Ahí la muchacha tuvo un encontronazo directo con la religión cristiana y sus figuras, más y debido al trabajo del padre que restauraba tesoros con muchas décadas encima de las catedrales de la zona y de otras ciudades. Lo peor fue aprender que la brujería estaba mal vista y el tener que oír a su padre una y otra vez decirle que guardase sus habilidades, a lo que la niña no tuvo más que hacer caso para evitar desastres... que de igual modo llegaban, casi y como si fuese la portadora de la mala suerte y la desgracia.
Y es que al crecer en aquél país, se vio más de una vez metida en líos debido al racismo o bien, a la xenofobia en sí. Aunque uno creería que en el pasar del tiempo mejoraría, no lo hizo, y hasta en la adolescencia con sus parejas sufrió bastante, siendo víctima de abuso por una de ellas y dejando secuelas que no podría enmendar sola. Y por Minhee, sufría su padre, que la veía tan mal que todas las noches lloraba por ella acompañándola en el sueño como ángel guardián.
Y es que lo era. Todo se fue al caño cuando Minhee lo descubrió: dos pares de alas dañadas que tantos años su padre le había ocultado. Era un ángel... y algo en ella la empujaba a arrancarle aquellas enormes alas etéreas.
No lo hizo. Tenía entonces 18, y comenzó a evitar a su padre, juntando su dinero en trabajos pobres y todo para poder estudiar. Al cumplir 20, decidió decirle a su padre que se iría lejos, pero solo llegó para ver al hombre desmayado en casa, a lo que corrió a ayudarle. Esto provocó otro viaje, esta vez a USA, para encontrar a unos familiares de su padre y que ahí cuidaran de él, con el dinero juntado de tanto trabajo honesto. Solo cuando se hubiesen asentado, fue que Minhee le comunicó a su padre sus planes.
Ahora mismo vive en otra ciudad, pero visita a su padre regularmente para ayudarle a recuperar parte de su salud, y le lleva regalos... solo que no se queda demasiado tiempo, prefiere vivir en un autoexilio para evitar más desgracias y hacer más daño, tanto a él, que tiene sus alas más sanas, como a la otra parte de la familia que no pareciera ser muy diferente.
