Criada con amor en una familia compuesta por sus padres y su hermano mayor, los primeros años de vida de Lilli fueron completamente normales pese a la incesante guerra entre los clanes que rodeaba no solo su país sino el mundo entero. Protegida y mimada desde su nacimiento, su vida dio un giro completo cuando a sus nueve años su madre fue asesinada por un miembro del clan Rotblond. Nunca se descubrió la razón detrás de aquel acto tan horrible, aunque todo apuntaba a un simple asesinato por pertenecer al clan contrario, un acto de odio. Asediado por la culpa de no haber estado para defender a su esposa, su padre se ofreció para participar en la guerra en un intento por tomar venganza y calmar el creciente odio en su corazón, dejando a Lilli al cuidado de su hermano de apenas diescisiete años, quien hizo su mejor esfuerzo por continuar con la crianza de la pequeña.
Los días se tornaron más duros para los hermanos Kraus, sin embargo nunca faltó cariño en su hogar a pesar de todo. Lil desde que pudo comprender la situación con más claridad no pudo evitar más que resentir al clan Rotblond y a todos sus miembros, su hermano Alwin la única razón por la que la niña no se convirtió en una bola de odio. Los años pasaron, y a vísperas de su cumpleaños número quince, la noticia de que su padre había fallecido en batalla llegó a la casa, sellando la situación de ambos hermanos. Alwin ya con veintitrés años para ese entonces, se enfocó en mantener un trabajo estable, pese a que su padre les había dejado una suma decente de dinero, el mayor no quería siquiera dar oportunidad a que su hermana pasara penurias más de lo que ya tenían que vivir, por lo que quedó devastado cuando un grupo de Rotblond atacó su lugar de trabajo durante una de las peores fases de la guerra, resultando en la pérdida de su pierna izquierda. Lilli le aseguró a su hermano que estarían bien, que se preoucupara por recuperarse y saldrían adelante como siempre, mientras su odio hacia el clan Rotblond no hacía más que aumentar, ¡le habían quitado tanto a su familia!
A los diecisiete años, en su hogar rodeado de pequeños robots con todo tipo de utilidades que vendían en la ciudad para tener un ingreso fijo, se enteró de la academia Streitfall, y no pensó dos veces en inscribirse, viendo una oportunidad perfecta para poder vengarse de todo el clan Rotblond con sus propias habilidades.