Incomprensible e inexpresivo. Estos son los rasgos con lo que Cedric se presenta. Ha borrado la línea que separa la seriedad de la insensatez, llegando a ser un enigma para los demás el propósito de sus actos. Sin embargo, por más misterioso que parezca de entrada, termina siendo un insoportable, una pieza que jamás encajará en el puzzle.

Es propio de él guardarse las explicaciones para no perder el tiempo. No da pie a discusión alguna debido a que siempre considerará su idea como la mejor solución. Y aunque esta sea cuestionable, prefiere enterarse mediante el fracaso antes que confiar en el plan de otro. No sería del todo molesto de no ser que tiende a entrometerse en los planes ajenos y ejecutarlos a su modo para el bien de esa persona.

Lo cierto es que, la fórmula de su carácter es más fácil de lo que se deja ver y más ingenua de lo que se piensa. Despejando su comportamiento de necio, autoritario y extraño, se encuentra una persona desesperada por tener el control de todo su entorno, incluyendo así los problemas de sus cercanos. Pues le carcome saber que su ausencia, podría ser el cause de una avalancha de infortunios.

Hijo único de Phillip Jones y Sarah Warden. Su infancia se vio terriblemente afectada desde el asesinato de su madre a los 7 años. Su padre cayó en una depresión de la que nunca saldría. Desde ese entonces, toda su vida se encaminaría bajo una simple pregunta: ¿Por qué tuvo que morir?

Sería sin embargo, la familia McColan, la cual aceptó a Cedric como uno de ellos, quienes lo impulsarían a seguir una única meta: Ser agente del FBI. Jurándose en ser alguien que pueda ayudar a que ninguna otra persona tenga que pasar el dolor y la pérdida que su padre pasó, como también, dignificándose encontrar justicia para aquellos cuyos crímenes le han dejado con la misma duda que a él.

En su juventud, saldría con Jane Brown, una joven energética, curiosa por las historias que pueden esconderse en una escena del crimen. Aunque ambos tuviesen motivos diferentes, a menudo llegaban a una misma conclusión. Teniendo una buena dinámica como compañeros y pareja, tendrían una larga relación donde el intercambio de información, la ligera competencia y valores similares, sacarían lo mejor de ellos en sus respectivos oficios: Cedric concretando su objetivo, y Jane encontrando trabajo en la prensa más conocida en el estado: Chicago Tribune.

Sin embargo, un insólito hecho marcaría la relación, llevandola a la decadencia. Harvey, hermano mayor de Jane y un gran amigo para Cedric, fallecería por un tiroteo en un mercado. La idea de no haber evitado este suceso llevó a nuestro agente, a entrar en un oscuro periodo, poniendo en juego todo sus principios y todas sus metas por algo más real: No pudo proteger a una persona cercana, otra vez.

Concebir este pensamiento conllevó a ser excesivamente controlador con Jane, sofocándola tanto a ella, como el resto de su familia. Esto siguió así por un tiempo, hasta que ella no aguantó más y puso fin a la relación.

En la actualidad, Cedric sigue trabajando para la agencia federal, compartiendo sus casos con su nueva colega, Roxanne Commley. La muerte de su padre fue otro duro golpe que recibió, dándole a entender que la justicia que tanto habló en su momento, no está siendo útil.

Salvar a extraños para ver morir cercanos, no formaba parte de su objetivo.