S.T. Rozenkreuz

Sildrae

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Created
4 years, 2 months ago
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Sildrae
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Profile


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S.T. ROZENKREUZ

26 ✦ Male ✦ Liar Liar

"Ah vamos, un poco de diversión nunca ha hecho daño a nadie."

About

Un policía procedente de una familia de estafadores retirados y con la capacidad de canalizar y escuchar espíritus. Su estado natural es involucrado en algún entuerto. Acostumbrado a mentir, ya de forma descarada, es el tipo de persona que enreda todo y a todos, y disfruta del proceso aunque tenga buen fondo.

Appearance

Por más que quiera atraer la mirada algo más abajo con el tatuaje sobre su ceja, su enorme frente es lo primero que resalta en su persona. Por lo demás tiene un físico que calificaría de promedio, uno más entre el montón: rara vez hace algo por remarcar la complexión que el trabajo le fuerza a mantener. Siempre lleva gafas, su vista es pésima y no tolera bien las lentillas.

  • Por una absurda petición de sus padres, ni en el colegio salía listado con su nombre completo. Hasta en el carnet de identidad tiene escrito “S.T. Rozenkreuz”.
  • No es muy afortunado en amores pero presentarse cada vez de una forma diferente es que no ayuda.
  • Experto en imitar acentos.
  • Tiene charlas casuales con los espíritus, les gusta saber sus comidas favoritas y otras cosas que a las personas que le rodean no preguntaría.
  • Se hizo el tatuaje con la palabra “believe” por muchos motivos, pero de nuevo, la ironía quiso que al tatuador la parte del LIE le quedara más grande que el resto de letras.
  • No es persona de quedarse en casa.
  • Podría decirse que no se lleva con la gente seria, pero en realidad tiene un problema mayor con los que son todavía más gamberros que él.
  • Estudiante promedio, aunque con cierta tendencia a dejarse y a conseguir una buena nota por medios oscuros.
  • Odia las gafas… pero las lentillas también.
  • Los espíritus que entran en bucle. Hasta él tiene un límite.

Backstory

Hijo de estafadores retirados, a la familia no le faltaba de nada salvo tal vez sentido común: aunque se las arreglaron para pasar desapercibidos en un barrio residencial tranquilo, fue más por la cooperación de los vecinos que porque ellos pusieran de su parte con sus historias incongruentes acerca de su pasado o sus nuevas fachadas cada semana. Lo que para otros eran historias preocupantes, aunque no lo suficiente para alertar a las autoridades ya que en el fondo eran simpáticos y colaboradores, era la normalidad establecida para el pequeño Kreuz, que aprendió a mentir antes que a hablar.

Creció en medio de jaleos autogenerados y metiéndose en todos los fregados ajenos posibles, desarrollando tal gusto hacia los problemas que los necesita como respirar, para disgusto de Hazel, la única amiga capaz de soportarle. Pese a sus continuas luchas, ambos terminaron interesados en convertirse en policías, cada cual por sus propios motivos y con todo el peso de la ironía por parte de Kreuz, una empresa que poco a poco fueron consiguiendo.

El punto de inflexión en su vida se produjo una jornada de trabajo cualquiera, jueves de noviembre por la noche. Apacible no es el adjetivo para definir sus tareas como policías, pero en esencia parecía un caso más: una mansión solitaria de tapadera y pruebas que encontrar antes de poder arrestarlos… Excepto por cierta familiaridad en el ambiente, todo transcurría sin problemas. Hasta que empezaron los gritos a través de las paredes, claro. Kreuz no llegó a ubicar a quiénes pertenecían, conforme se acercaban, puesto antes de que eso sucediera, sintió un dolor lacerante en la espalda y las escaleras que tenía justo enfrente acercarse palmo por palmo hasta que fue demasiado tarde.

El resto es historia, una un tanto borrosa en sus recuerdos, ya que a lo tonto, estuvo a punto de no contarlo. Por rápido que intentó incorporarse al trabajo, cuando lo hizo todas las pistas del caso se habían desvanecido, como si no hubiesen estado allí antes. No solo eso, sino que tuvo que tomarse un nuevo tiempo fuera obligado tras el leve detalle de que comentaba voces que el resto no oían, o figuras que el resto no veían. Aunque la locura no quedaba por completo descartada, cuanto más investigaba acerca de lo que le pasaba y veía que no remitía, que todo empezaba a tener su propia lógica por paranormal que fuera… más veía que las palabras de los médiums con los que empezó a contactar tenían sentido, que él podía escuchar a esos espíritus con mayor claridad que muchos de ellos desde el accidente, incluso canalizarlos. Ahora sólo le quedaba convencer a todos los demás

Hazel

Amiga desde la infancia, se desconoce cómo le aguanta, aunque la confianza hace milagros. Del mismo modo que ella se encarga de ser su 1% de control de impulsos, él también introduce un poco de caos a su ordenada vida. Llega a ser algo metomentodo, ya que incluso si son decisiones que ella toma como relacionarse con unos, con otros, participar o no en el baile de graduación, Kreuz tiene también una opinión acerca de ello y antes que consultarle, se pone manos a la obra para que algo le suceda a Hazel que le haga aproximarse a lo que él quiere para ella.

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