INFANCIA

Érase una vez la historia de un rey arruinado. Para los Valaerys el nacimiento de Lyon fue importante, pues se trataba del primogénito de los actuales reyes de Aertheon. Fue motivo de celebración, de tensión y, finalmente, de desilusión, pues no fue bendecido por los dragones tal y como esperaban sus padres.

A pesar del descontento inicial Lyon creció como un niño sano y aquello era buen augurio en caso de que, nuevamente, no naciera nadie con el gen. Sin embargo, dos años más tarde su hermano menor Aerion llegó al mundo con una particular marca de nacimiento, una que cambiaría el curso de su vida para siempre.

Cuando ya era un infante que podía comunicarse nunca se le vio muy unido a su hermano, al revés, casi predestinado ya que a su edad no tenía forma de saber el significado de ser un dragonborn, no se toleraban en lo más mínimo. Discutían a menudo por cualquier nimiedad, desde compartir algún juguete o escoger la cena, no había día que no hiciera falta separarlos. Las riñas siempre solía comenzarlas Lyon, mientras que Aerion se defendía de sus ataques.

La llegada de un tercer miembro a la familia fue una sorpresa para ambos, pues ahora ya no estaban solos y tenían una hermana pequeña. Sería la única "tregua" que harían: la de protegerla. Veritya traía el balance entre los dos y, aunque se viera en medio de muchas peleas, intentaba pasar tiempo con ambos a pesar de su corta edad.

A pesar de su personalidad complicada Lyon demostró tener una gran capacidad para el aprendizaje, sobretodo de actividades motrices, desde que tuvo la oportunidad de aprender a montar a caballo o cualquier arte bélico como el uso de espadas.

ADOLESCENCIA

La época adolescente seguramente fue la parte más difícil y turbulenta de Lyon. Con diez años de edad comprendió el peso que caería sobre sus hombros y, por fin, entendería que no haber nacido con el gen bendecido sería una de las mayores pesadumbres de su vida, algo que lo perseguiría hasta el fin de sus días.

Eso significaba que no heredaría el reino y, peor aún, debía ser el escudo humano del rey, el protector del reino y la cabeza principal de la Guardia Real. En conclusión, llegado el momento, debía sacrificar su vida por la de Aerion si la situación se viera necesaria. No era una idea que le agradara, pero no le quedaba más remedio que aceptarla, masticarla lentamente y tragarla como pudiera.

A diferencia de su hermano, que se centraba en mayor medida en quehaceres dedicados a la herencia del reino, Lyon se especializó en el combate y la caballería. Por suerte, era algo que genuinamente le gustaba y disfrutaba realizar, el entrenamiento lo distraía de su deber real.

Veritya fue un pilar muy importante para soportar ese complejo de inferioridad que comenzó a desarrollar hacia su hermano. Las discusiones con Aerion se intensificaron, hasta el punto de evitarse de forma muy recurrente.

También mantenía un contacto cercano con su madre, Maelyra, algo que sus hermanos no pudieron tener en comparación. Para Maelyra era su primogénito, y su hijo "favorito" aún si no obtuvo el gen y siempre le dedicó más tiempo a Lyon que a sus otros hijos. Se reunían para tomar el té y leer algún libro interesante que pudieran comentar entre los dos. A veces, en compañía de Veritya o Haelena en los refinados habitáculos del palacio.

Conforme avanzaron los años la personalidad de Lyon lo fueron transformando en el hombre que sería en un futuro. Desde muy pequeño ya parecía ser alguien con una gran ira contenida, fruto de años de sentimientos reprimidos en lo más profundo de su ser. Idealizaba el concepto de ser un "Valaerys" como nadie en su familia, infundado por su amor por Aertheon y la corona; lo cual también sería su perdición al tener que redimirse como el guardián del reino, forzado a aceptar un cargo que no deseaba.

Y así, Lyon comenzó a mostrar cada vez más particularidades similares a las de su padre. Su inflexibilidad por la incompetencia, la debilidad y la ineptitud se vieron reforzadas cuando obtuvo su primer cargo oficial dentro de la caballería. Era un gran guerrero a pesar de su edad y se ganó una fama férrica entre las líneas militares de Aertheon. Debido a su temperamento también parecía una persona más bien solitaria, aunque no era más que un reflejo de sus problemas para relacionarse con la gente.

La mezcla de su lengua viperina y cambios de humor repentinos formaban un cóctel molotov de caos; eran pocos quienes querían asociarse con él. Algunos incluso consideraban un "suicidio" formar parte de sus tropas, aunque nadie podía negar que era un líder extremadamente dedicado y competente.

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Era imposible que Lyon pudiera esquivar a Aerion el resto de su vida, su rango como cabeza de la caballería le recordaba día y noche su relación fraternal, por poco que le gustara. Un día como cualquier otro, cuando Lyon tenía diecisiete años, perdió los estribos y discutió con Aerion debido a una reunión familiar importante.

Era de buen saber en Aertheon que la familia real era propensa a casarse de forma intrafamiliar, ya sea con hermanos o primos. Tras la brecha generacional de sus padres se respiraba un aire de preocupación hacia el gen dragonborn, que había perdido fuerza debido a la mezcla sanguínea con familias de La Mesa. Aquella reunión había causado descontento en ambas partes.

La votación no fue unánime, y se decidió que en unos años se acordarían los próximos matrimonios internos, los cuales Lyon votó de forma positiva, mientras que su hermano Aerion lo hizo de forma negativa. Más tarde, en la intimidad, la discrepancia se hizo mayor y la pelea se tornó física. Tanto por edad, como por conocimiento, Lyon era un mejor soldado que Aerion, sin embargo, la aparición de Veritya en la escena de la acalorada discusión fue suficiente para que perdiera la concentración por miedo a hacerle daño.

Su ojo derecho sufrió las consecuencias y fue lacerado por la espada de su hermano. El dolor fue increíblemente intenso, pero Lyon asumía su deber real hasta el último momento, abandonando la pelea sin hacer ninguno de sus comunes comentarios impregnados de sarcasmo y cinismo.

La herida terminó siendo grave, lo que provocó una pérdida de visión sustancial en dicho ojo, por la que únicamente podría ver un veinticinco por ciento.

ACTUALIDAD

A pesar de su fama, Lyon está orgulloso de estar donde está. Por supuesto que su complejo de inferioridad sigue latente en su mente, pues no puede reescribir la historia, sin embargo, intenta "sobrellevarlo" como puede. Por cruel que pudiera sonar, es consciente de que si su hermano pierde la vida él sería el próximo heredero, lo cual no suena tan mal para su gusto.