Butter

Butter era un ciervo rosado muy especial. Usaba lentes en forma de corazón y un gran collar con púas que lo hacía destacar entre los demás ciervos. Era amable y de buen corazón, pero a veces era un poco creído.

Un día, Butter decidió que quería ser el ciervo más famoso del bosque. Así que comenzó a hacer cosas para llamar la atención. Corría más rápido que cualquier otro ciervo, saltaba más alto y hacía trucos impresionantes.

Pero a medida que pasaba el tiempo, Butter comenzó a darse cuenta de que su comportamiento estaba alejando a sus amigos. Los otros ciervos se sentían intimidados por él y no querían pasar tiempo con él. Incluso su mejor amigo, un pequeño perro llamado Nébula, comenzó a evitarlo.

Un día, Butter se encontró solo en el bosque. Se dio cuenta de que había perdido a todos sus amigos debido a su comportamiento creído. Se sintió triste y solo. ¿Cómo podía recuperar a sus amigos?

Fue entonces cuando Butter tuvo una idea. Decidió que iba a hacer algo bueno por los demás animales del bosque. Comenzó a ayudar a los pájaros a construir sus nidos y a los conejos a recolectar zanahorias. Incluso ayudó a un pequeño ratón a encontrar su camino de regreso a casa.

Poco a poco, los demás animales comenzaron a darse cuenta de que Butter había cambiado. Ya no era creído ni arrogante. Era amable y servicial, y estaba dispuesto a ayudar a cualquiera que lo necesitara.

Con el tiempo, Butter recuperó a sus amigos y se convirtió en uno de los ciervos más queridos del bosque. Aprendió que la verdadera fama no viene de hacer trucos impresionantes, sino de ser amable y servicial con los demás.