Escribo este bulletin a modo de prueba, para ver cómo funciona este formato, pero también para dejar constancia de un tópico con el que me llevo comiendo la cabeza una temporada. En mí perfil declaro que tengo tantos personajes que se me salen por las orejas, cosa que no se refleja ni de lejos en mi galería. Y es que entre otras cosas, como no tener tiempo físico por la universidad, muchas veces dudo de que personajes meter en esta cuenta sin tener que destripar la historia a la que pertenecen. Aunque me apena cada día más, hace mucho tiempo que he dejado atrás mis días de RPCs y tratar a los personajes como agentes independientes a la moraleja o "centro" de la historia a la que pertenecen; ahora meramente son instrumentos de este. Esto hace que me sea difícil escribir sobre personajes en esta cuenta, o más bien en el formato de toyhouse, porque realmente no tiene sentido hablar de personajes cuyo papel principal es reforzar el tema de la historia. Sin embargo, los dos personajes que han conseguido romper esta regla son los que podéis encontrar en mi galería: Rayan Garay y Narumi Hitsumiya.

Rayan Garay, conocido como Nami Rayan en sus tiempos mozos, era un RPC de Inazuma Eleven creado en algún momento de entre 2010 y 2011, cuando recién habían empezado a echar la serie en España. En un principio la única razón por la que había decidido traer a este personaje de vuelta era para rememorar unos tiempos más simples cuando mis condiciones en ese entonces no eran las mejores. Pero según iba trazando su historia el mundo de Inazuma Eleven se me hacía pequeño, los temas que podía tratar sin salirme del canon eran limitados y sentía que Rayan no pertenecía a este mundo, había crecido; yo había crecido. Después de esta epifanía, Rayan, siguiendo un poco los pasos de su predecesora, pasó a crear su propio mito, un mito que ya se le hace pequeño.

Por otro lado, Narumi Hitsumiya, que siempre ha sido Narumi Hitsumiya, es un personaje que en un principio cumplía el rol de RPC de Naruto pero que al final he acabado utilizando para otras historias originales. Y ahora, como para cerrar el ciclo, vuelve a ser un RPC de Naruto. Al igual que Rayan, Narumi es otro fantasma de sueños adolescentes que aprovecha cualquier momento de vulnerabilidad para atormentarme. La razón de este tormento es ni más ni menos el final del manga al que pertenecía este RPC. Cuando había salido el capítulo final por allá en 2014 y he posado por primera vez mis ojos sobre los hijos de los protagonistas se me había caído el mundo. Con puños apretados y rechinando los dientes había jurado darle un final mejor, y sobre todo darle un final mejor a Sakura. Así es como reaparece Narumi, esta vez como una lesbiana demacrada con traumas maternos.

Supongo que el patrón es obvio: personajes de mis tiempos mozos cuyo propósito es revivir unos tiempos que ya se han ido pero con las herramientas de las que dispongo ahora.

Y bueno, hasta aquí la reflexión. Tenía pensado añadir algo más pero se me está haciendo tarde y el desayuno no se prepara sólo.