Futuro e incertidumbre


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fizznet
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Me da mucha Hueva traducirlo al inglés. En fin, algo que escribí para Zerito hace un rato ya. Probablemente haga más, idk.

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Mañana.


Mientras el rayo de la luz de la mañana golpeteaba en las paredes de la fría habitación, el Harengon sólo deseaba retorcerse unos minutos más en su cama. Oh, cómo deseaba quedarse allí, quizás por una eternidad, era mucho mejor que lo que el convento tenía para ofrecer. El sol era molesto, le llegaba a los ojos y lo obligaba a pararse a hacer actividades, actividades que odiaba.


“Mierda… Ya mátenme.”


Con un resoplido que salía de su nariz, se levantaba a cuestas, otro día más de lo que se sentían como años dentro de aquel lugar. Su cama estaba completamente deshecha, como siempre, y su cuarto hecho un chiquero. Lo único en pie que parecía estar medianamente ordenado era aquel buró en donde guardaba celosamente todas las cartas de su hermana, era como su rayo de luz en la oscuridad que había sido su vida los últimos meses. Era un hombre roto, destrozado, que quizás desearía no volver a levantarse nunca de no ser por la Tiefling que la esperaba en algún lugar lejos de él. Tratando de mirarse al espejo, se acomodaba a medias la maraña de cabello que decidió dejar de cuidar en algún punto, mirándose la barba que ahora figuraba en su cara, ¿de veras había pasado tanto tiempo ya?


”Estoy hecho un desastre… Bah, como si a alguien le importara.”


Lilith. Zero, Lilith está en algún lado’, su mente trataba de sacarlo de la miseria desesperadamente, sin embargo, él hacía caso omiso la mayoría de las veces, ¿ya qué más daba? El día que saliera iba a encargarse de verse decente para su hermana. Se arrastraba por los pasillos del convento, sin importarle demasiado las miradas que recibía de sus “compañeros”, dejaron de importarle hace mucho, o eso trataba de convencerse. La comida adentro siempre era fatal, pero igual se la llevaba a la boca porque el dolor de estómago que venía después era más placentero que el hambre que iba a sentir si no comía nada. Eran condiciones deplorables, pero él seguía convencido de que, probablemente, se iba a poner mejor. Tenía que ponerse mejor antes de que decidiera que no había manera de que sucediera, porque si se convencía de ello, iba a acabar muerto.

Quizás ese era el día en el que finalmente lo había decidido. Estaba harto, harto de todo lo que había tenido que pasar ahí dentro, todos los golpes, los abusos, los desamores que había sufrido, todo era una niebla de recuerdos que nublaba sus rojizos ojos que alguna vez tuvieron vida adentro. Se dirigió hacia el intento de jardín que tenía aquel lugar, lleno de plantas muertas, ‘casi como yo’, era lo que pensaba cada que veía aquel lugar.


”Ah! S-Señor Zero, sí lo regresaron! Cómo le ha ido? V-Va todo bien?”


Contrastando con la grisácea atmósfera del lugar, una Dragonborn de escamas verde escarlata vistiendo un atuendo de monja se encontraba tratando de cuidar las plantas muertas del lugar, replantando nuevas y regando aquellas que todavía pudieran tener arreglo. En cuanto sus rojos ojos encontraron al Harengon, se acercó a saludarlo efusivamente, como si hubieran sido amigos de hace mucho tiempo. A Zero únicamente se le retorció el estómago, mierda, era la única persona con la cual hablar no le era tan complicado y ni siquiera se había molestado en arreglarse, de hecho, estaba listo para tirarse de algún lado aquella tarde si le hubiera sido posible.


”Ástrid… Qué mierda estás haciendo aquí? Qué no-”

”Oh sí sí, lo sé! S-Se supone que debería estar con mis compañeras, p-pero pedí que me cambiaran de trabajo para hacer algo de jardinería… M-Mire! Este lugar necesita algo de vida, no lo cree?”


Y sin Zero preguntarle, la dragona lo jaló de la mano para que le acompañara en su labor. Zero no podía sentirse más mal, y sin embargo, se dejaba jalar, tratando de robar algo de la jovial energía que la dragona siempre parecía tener.


”...no, yo creo que todo aquí está muy muerto. Es… Es inútil.”

”N-No, no diga eso! Todo es capaz de arreglarse con algo de amor.”


Amor. Sí, claro, lo mismo que lo había roto en primer lugar, era una alegoría estúpida. Refunfuñaba entre dientes mientras observaba cómo Ástrid se dedicaba a plantar con tanta delicadeza.


”Ástrid, no estoy tonto… Tú viniste aquí para verme, ya te dije que so-”


Y antes de que pudiera terminar, la dragona se agachó para tomarle las manos a Zero.


”S-Sí, sí, lo sé… Lo sé perfectamente, usted ya me lo ha dicho, sólo… No puedo evitar preocuparme por usted. Mírese… H-He estado aquí toda mi vida y nunca había visto a alguien tan… T-Tan acabado como usted…”

”...wow, gracias.”


El conejo se miró por un momento. Quizás las palabras de Ástrid eran sinceras, pero eso no podía evitar hacerlo sentir más basura que antes. Era cierto entonces, de veras se había dejado morir en aquel monasterio, y quizás lo último que faltaba era matar su cuerpo.


”N-No no! No lo decía a mal, perdóneme, d-de veras! E-Es sólo que… Me gustaría que cuidara más de usted mismo… Q-Quizás pueda ayudarle en eso, si me lo permite.”


Zero la miraba frunciendo el ceño, algo en él dudaba de la sinceridad de la dragona, cada que se abría con alguien acababa mal, muy mal, terrible. 


”Y qué crees que puedas hacer por mí? Estoy muy roto. Te vas a picar si tratar de armarme de vuelta, y no voy a quedar igual de cualquier modo.”

”B-Bueno… No me molestaría tratar si al final puedo sacarle una sonrisa.”


Los ojos de Zero empezaron a sentirse húmedos al recibir otro de los cálidos abrazos de Ástrid. Nunca lograba entender, cómo es que se mantenía tan feliz en un lugar como ese? Cómo es que ella había logrado lo que él no pudo en unos meses? Le daba envidia, mucha envidia, y aún así recibió el abrazo mientras se aferraba a ella, quizás pensando en que en su lugar estaba Lilith.


”Sé que no le correspondo, pero… P-Pero tiene que ponerse mejor para quien sea que lo haga! Y si no, e-entonces tiene que ponerse mejor por su hermana. H-Hágalo por ella.”


Lilith. Sí, claro, ¿cómo iba a decirle a Lilith dónde se encontraba su cuerpo si moría? No tenía las agallas de pedirle a Ástrid ese favor, odiaría romper a la única persona que lo miró con compasión. Tampoco tenía el valor de explicarle a Lilith todo lo que había pasado, no, lo menos que deseaba era preocuparla… Y en el estado en el que estaba, muy probablemente la infartaría si lo viera.


”Mañana, encuéntreme aquí. C-Creo que puedo robarme algo de la cocina… Oh! Y usted mencionó que era un caballero, no es así? Si me dice cómo entrenaba, puedo… P-Puedo ayudarlo! De alguna manera! L-Le parece?”


Mañana. Ya tenía algo por lo que esperar al día siguiente. Ni siquiera tuvo el valor para contestarle verbalmente a la monja, únicamente asintió mientras se limpiaba las lágrimas de sus mejillas, murmurando un sutil “gracias” antes de hacer lo mejor que sabía hacer, correr. Correr a su cuarto y encerrarse por un día más. Mañana… él no pensaba llegar a “mañana”. Quizás valía la pena intentarlo.

Author's Notes

Se que está bien cortito xd pero bueno, i dunno. Quería probar esta función del TH :P