Recordándote.

Aparentemente era una noche tranquila, todos en aquella base se habían por fin ido a dormir, mientras otros meditaban. Todos, claro, excepto aquel hombre que residía en el cuerpo del hombre lobo, quien se hallaba recostado boca arriba en la cama de su habitación. Como siempre, una y mil cosas pasaban por su cabeza. Habia tenido la oportunidad, si tan solo no hubiera sido tan cobarde, ahora mismo quizás estaría recolectando lo último de la sangre de aquel arcángel, sólo a unos cuantos pasos de reencontrarse con... Él.

Pero se miró las manos, y oh cómo le temblaban. No había sido Kuma, algo en su interior se lo decía, él mismo se había detenido de herir al ángel. Pero en situaciones normales definitivamente lo habría hecho, oh, si todavía fuese aquel despiadado hombre que se jactaba de ser hace años, lo hubiera hecho sin pensarlo dos veces. Ahora mismo, sin embargo, la realidad era otra. Era patético. Atrapado en un cuerpo que ni siquiera era suyo, el cual sólo podía tomar en situaciones extraordinarias, hasta él se sorprendía de esta vez haber durado tanto, quizás el insoportable dolor de sus huesos rotos había servido de algo después de todo. Pero oh cómo extrañaba a aquel hombre que solía ver cada mañana. El ángel le generaba lástima, sí, pero no podía evitar imaginar qué hubiera pasado estando un poco más cerca de traer a su amado de vuelta. Cómo reaccionaría? Estaría feliz de verlo? Definitivamente debía disculparse, debía tantas disculpas, una por cada promesa que le había roto.

Este se paró, mirándose en el espejo donde los dibujos de los niños estaban pegados, Kuma los guardaba con mucho cariño, una infancia que Augusto detestaba recordar, y envidiaba desde el fondo de su corazón. En eso, se le prendió el foco... Dibujar, claro! Quizás eso podría calmarlo, había funcionado tras aquel otro accidente, dibujaba y dibujaba para olvidar su duelo por aquella chica, realmente no tenía nada que perder. Ni siquiera lo pensó dos veces, agarró alguna hoja disponible y uno de los lápices que llevaba Kuma para anotar sus canciones, e intentó plasmar aquellos pensamientos que rondaban en su cabeza, así como usualmente lo hacía. Esta vez, sin embargo, sólo estaba presente el vastalla, aquel chico dueño de su corazón, incluso podría llamarlo su musa: Darcy. Cuántos años habían pasado ya? Su memoria estaba tan borrosa y a la vez tan fresca, los recuerdos de Kuma lo habían abrumado, debía inmortalizar a aquel hombre para poder recordarlo. Y debía hacerlo rápido.

Absorto en sus pensamientos, en pensar que debería quedar perfecto, tardó en darse cuenta de algo crucial.

Este no era su cuerpo, no tenía las habilidades a las que tanto estaba acostumbrado.

No podía dibujar.

Atónito, intentaba e intentaba, trazos y trazos que borraba una y otra vez, cómo era posible? Cómo es que ahora era incapaz de plasmar como quería aquello que tanto buscaba? Una pequeña lágrima manchó aquel papel mientras se daba cuenta de que, verdaderamente, lo había perdido todo.

Ya no era un artista, eso le iba a tomar tiempo recuperarlo, si es que podía.

Ya no era un niño rico, sus pertenencias se habían quedado en medio, ni siquiera sabía si seguían en buenas manos.

Ya había perdido a su hermana, y ahora había perdido a Darcy. Ni siquiera sabía si seguía vivo, mierda, incluso se esperaba que estuviese ahí abajo, al menos eso haría su búsqueda más fácil, no?

Sólo le quedaba que Keikoh confiara lo suficiente en él como para ayudarle, pero de verdad lo iba a hacer después de que casi lo iba a matar? Dios, esa hubiera sido la salida fácil... Pero ya había tomado su decisión. Redimirse no iba a ser precisamente sencillo, claro que no, pero si eso le ayudaba a reencontrarse con aquel chico, estaba más que dispuesto a intentarlo. Después de todo, se sentía mejor rondar libre que ser congelado cada vez que salía, odiaba el frío, le recordaba tanto a su muerte, aquella promesa que rompió por su propia soberbia. Aguantándose las ganas de llorar y eventualmente embotellándolas muy muy dentro suya, se limitó a acabar pobremente con lo que había empezado. Definitivamente no era una obra de arte, no, pero le gustaba pensar que al menos tenía cierto parecido con el vastalla. Quizás era mucho mejor de lo que Kuma podría producir en toda su vida, al menos por el momento, era su pequeño consuelo mientras lo pegaba junto con los otros dibujos. Él también tenía derecho de hacerlo, no? Después de todo, por él era que el hombre lobo podía existir, se sentía con cierto derecho de comenzar a añadir cosas de su agrado en la ahora vida de ambos.

Y así, se dispuso a preparar sus cosas para el viaje con Ira antes de irse a dormir, necesitaba tener todo listo, quizás le podría servir como distracción, unas pequeñas """vacaciones""" donde esperaba al menos poder pensar en algo más mundano. Pero eso sí, no iba a permitirse morir, no al menos hasta poder ver a Darcy una vez más en la vida. Era lo que más deseaba, y no iba a volver a romper aquella promesa de nuevo. Al menos eso esperaba.