En casa


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Matryoshka-Ruth
Published
3 years, 6 months ago
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Había pasado mucho tiempo desde que sentía esa especie de temor por permanecer demasiado tiempo en un lugar. Estrés, ansiedad, no estaba seguro de que era. 

Estaba en su habitación, sentado, esperando a Meifen. Aquel día le ayudaría con sus lecciones de música. Ella pronto iría a estudiar a gusu y quería tener un poco más de seguridad sobre sus habilidades cuando llegue allí. Los Lan eran expertos en ello después de todo, y viniendo ella de una familia de fabricantes de instrumentos, quería estar a la altura. 

Se estaba tardando un poco.  

Realmente no era extraño, a veces se distraía cuando se ponía a buscar sus textos o se topaba con el pequeño gato en el camino, o echaba un breve charla con alguien de la finca. Era algo bastante habitual, así que estaba acostumbrado a esperar un poco. 

Estaba.

En los últimos días, todo era un causante de estrés adicional. Lo que antes no siquiera era percibido, ahora simplemente quería que terminase. Intentaba concentrar toda su atención en su guqin, el cual tenía delante suyo, quizá practicar un poco antes de que Meifen llegase.  

No podía. Sus manos estaban demasiado tensas, sus dedos no respondían adecuadamente. No estaría tranquilo hasta que Meifen estuviese allí y empezasen la lección. Entonces todo estaría bien y el día transcurría según lo planeado. Shizun y Jian-xiong estaban fuera de la finca a causa de una investigación que intentaban hacer. Se había convocado a una reunión de líderes en unos días y quería solucionar unos asuntos antes. En teoría ninguno de los dos volverían hasta el día siguiente. Sin embargo, era difícil de saber. A veces ocurrían imprevistos... Pero aún si ocurriesen, no debía pasar nada malo. La mañana había pasado tranquilamente y la lección de música con Meifen cubriría la tarde. Luego quizá... podría salir... a algún lado... No sabía a donde. Quizá no era una buena idea, podría estar cerca y eso sería peor que cualquier cosa, al menos aqu-

Sus pensamientos fueron interrumpidos de golpe con el sonido de unos pasos aproximándose a la habitación. Se tensó completamente cuando no pudo identificarlos como los ligeros pasos de Meifen. Quizá había traído algo pesado consigo, quizá era solo eso, si había regresado antes no sabría que hacer, con suerte y-  

Cuando sus ojos, que estaban mirando el suelo, vieron aquellas túnicas oscuras, entró en pánico. Estaba completamente rígido, con sus manos sobre el instrumento, sin atreverse si quiera a respirar.

—¿Xiujing? 

Su alma volvió a su cuerpo. Exhaló, increíblemente aliviado. Se forzó a si mismo a mantener la compostura, a pesar que su cuerpo solo quería temblar. Era solo Mingzu-jie. Estaba a salvo. 

Ella le volvió a llamar, viendo que no obtenía respuesta más allá de su extraña reacción.  

Asintió, como señal de que le estaba escuchando, levantando un poco la vista, sin atreverse a mirarle a los ojos. Sentía que su hacia algún gesto con las manos, están temblarían. No podía permitirse esa señal tan obvio de debilidad. Sin embargo, al hacer esto, no podía ver la extraña expresión en el rostro de la joven. 

—Xiujing... Venía a decirte de parte de Meifen que la esperes un momento más, están terminando de hacer unos dulces y quería traerlos ahora. Le dije que los podía traer yo luego, pero no me hizo caso... En vez de eso me dio su guqin, he venido a dejarlo aquí 

Aquella niña tenía a veces la prioridades equivocadas... Pero era comprensible para su edad y lo consentida que estaba. Suspiró, asintiendo nuevamente. Teniendo la seguridad de que vendría, pudo tranquilizarse un poco, lo suficiente para responder a su shijie apropiadamente. 

Gracias por avisarme. La esperaré. 

Ella le miró con duda, como si quisiese preguntar algo pero no sé atreviese, o no estuviese segura de que preguntar. Al final solo negó con la cabeza, procediendo a dejar el guqin en el lugar que luego ocuparía Meifen. 

—No te preocupes, cualquier cosa, estaré en mi habitación 

Asintió nuevamente en respuesta. Con una última mirada de parte de ella, se dio media vuelta y se fue. 

La habitación quedó nuevamente en silencio.  

Estaba bien. Quizá realmente aquel día estaría bien. Meifen vendría pronto y traería dulces recién hechos. Solo tenía que tranquilizarse, ser paciente, y esperar