Prisma

Prisma 

Se cuenta que una noche, un haz de luz que se le escapó al sol, cuando este estaba cayendo en el horizonte, esta traviesa luz viajo oculta de la luna, hasta entrar a una caverna, donde un cristal la atrapo y la transformo en parte de si, de allí nació Prisma. Un ser extraño, sus ojos resplandecían de millones de colores diferentes, los cuales danzaban con cada chispa de luz que los tocaban, su cabello parecía cubierto de una escarcha arcoíris que la hacía ver como una gema preciosa, pero esta luz hecha vida no entendía lo que era, lo que debía ser, por ello comenzó a vagar alrededor del mundo, tratando de encontrar lo que era. 

Este ser comenzó a caminar, al inicio torpemente, pero poco a poco fue acostumbrándose a andar; con forme lo hacía miraba todo fascinada, con ojos llenos de curiosidad, cada color, cada movimiento, cada sonido la cautivaba, miraba el mundo encantada, e incluso las cosas más simples, desde el brillo en una hoja, el viento agitando el agua de las gotas de roció, cargadas de vida, todo era una maravilla para estos ojos inocentes. 

Sus oídos se sentían cautivados por las aves, el susurro de la naturaleza a su alrededor, los cantos curiosos que, entorno de si, entonaba el mundo, camino por bosques y praderas, esperando encontrar más belleza nueva y fantástica, pero se topó con algo raro, tierra negra que estaba pintada con líneas blancas, curiosa, siguió aquel camino que llamaban carretera y llego a un nuevo mundo, uno lleno de extrañas cuevas artificiales de colores vivos, le recordaban sus ojos, extrañas paredes de cristal que daban un pálido reflejo de ella y colosales cosas de colores que parecían moverse en la calle, fue entonces cuando un ser más familiar apareció, era un perro, parecido un poco a los lobos del bosque. 

“No hueles como ellos, no te vez como ellos, no eres de sus manadas… menos mal ahora todos están ocultos, escondidos en sus casas, generalmente hacen mucho ruido” Dijo el can, entre gruñidos que nadie entendía, solo un alma tan pura como esta, la cual, por su nata curiosidad decidió que si bien se marcharía por consejo de aquel ser, vigilaría ese peculiar lugar y eso hizo, por días, noches, semanas y meses.

Un día despertó en el bosque, ya con practica en usar su cuerpo, fue como siempre a aquel lugar que llamaban “ciudad”, en el cual había estado antes, pero cuando se acercaba, su pelo perdió color, sus ojos se mancharon hasta tener un tono marrón, tomo ropas que había en una cuerda para cubrirse del polvo y suciedad y cubrió sus orejas con un gorro que tomo para protegerse de los monstruosos ruidos que atormentaban su ser, todo gracias a otros muy parecidos a como se veía, les llamaban "Humanos", de lo que vio y vivió en aquel lugar, Prisma, como se hacía llamar, aprendió que estos "humanos" eran luces que se mancharon como ella y que olvidaron sus colores, por ello, cuando regreso al bosque, se limpió y preparo para ir de nuevo a los bosques y pensar. 

Finalmente decidió que ninguna luz merece eso, por ello cada mañana, con las primeras luces del día esparció colores por toda esa "ciudad" para que todos recuerden quienes son, recuerden la alegría del color, hay quienes creen que esas son las extrañas luces que se ven en el cielo, el cual a veces se satura con colores prismático, no se sabe mucho más de Prisma, pero se cree que aun busca devolver sus colores a los humanos.