Raquel

• Su cabello va en degrade, partiendo de un violeta lila que acaba en celeste. Además, es muy largo.
• Su piel es gris. Ni morada, ni rosácea, gris.
• No tiene pupilas, son puntos blancos.
• El rasgo más importante de su cara son las cejas gruesas.

Una muchacha jovial y despreocupada que siempre encuentra soluciones. Risueña, cabeza hueca, tal y como levita es su pensamiento que flota sin poner pies en tierra jamás; muchas ideas, a veces ninguna, un tornado o una pequeña brisa que sopla en su mentecita. Además, es una romántica innata, tan cariñosa con todos como si fueran sus amantes y tan cálida como una madre o hermana que jamás pensaste en tener.

Mas, que no te engañe ese carácter ligero que posee: bajo su sonrisa tiene una brava personalidad que saldrá a la luz cuando merezca defenderse a sí y a otros. Si sus encantos y su amor, su amistad, no te conquista, lo hará la misma guerra, pues no se andará con rodeos algunos si necesita pelearse contra de quién la ofusque.

En un mundo donde los seres fantásticos vivían junto a humanos más en diferente plano fue que Risina fue concebida. Su nombre ya había sido olvidado y su ser había renacido de una vida humana que vivió desgracias desde el nacimiento a su muerte, no conocía el amor real ni por ella misma, y se la vivía decaída caminando en un cuerpo pútrido le que había tocado: a modo de zombie, o muerto viviente, lloraba y se quejaba sin voz por lo poco y nada que recordaba, lo cual eran sus desgracias.

O eso hasta que un joven, que junto a otros lograban ver a las criaturas y las cazaban para su beneficio, se encontró con aquél espíritu lamentable y la decapitó, y fue con eso que se la trajo con él, usándola como herramienta en sus planes. El muchacho, de endurecido corazón, la bautizó como "Risina", en honor a uno de los venenos mas letales del mundo, y aunque ella se dejó hacer, temiendo a que le hicieran más daño, la llegada de una niña a la vida de su dueño fue lo que gatilló un cambio tanto en el joven como en la misma Risina.

El muchacho comenzó a tratarla con mas suavidad y le prometió que cambiaría su vida para bien, y como él había sido responsable de que la criatura llevase su cabeza en sus manos a causa de la decapitación, dijo le daría otro cuerpo. Risina siempre en silencio por temor a las represalias no dijo nada sin saber cómo aquello sería posible, pero bajo la tutela de aquél joven aprendió a bailar, a caminar con gracia y a cantar con suavidad, preparándose para el momento en que su dueño trajera un nuevo cuerpo, siempre apoyada y alentada por la niña de blancos cabellos nueva en aquella casa.

Y cuando llegó... cambió, para bien. Un cuerpo ligero como pluma y de larga cabellera, un rostro joven y alegre para que sonriera ante el regalo que le daba la vida, comenzó a ir por la vida risueña y alegre y conversadora, nada como en el pasado. Luego de tantas tragedias que le habían sucedido, su cuerpo era el de una vila y con este llegaron ventajas que antes no había tenido. Aunque el proceso significó que su mente solaparía la de la vila original, significó también que ella ganó conocimiento que no poseía antes. Como vivir, defenderse, disfrutar y pelear. Risina era feliz, y le tocaba disfrutarse.

Lo único que pidió su dueño fue que ella le diera una pluma antes de irse. Siendo una vila, los hombres la desearían y tratarían de arrebatarle su libertad, cosa que él deseaba evitar, y creando aquél vínculo de manera real, el darle una pluma significaría que ya tendría un dueño real, uno que le daba libertad sin pedirle nada a cambio. Risina lo dudó, pero aquél joven llamado Marion, quién había sido tanto su salvador y a la vez el verdugo de muchos otros, no era confiable como cualquiera desearía. Y aun así, aceptó.

Desde entonces Marion no le ha reprochado nada, por suerte. Solo le ha dado y dado más oportunidades, y Risina, auto llamándose Raquel, ha tomado otras y ha logrado construir su propio camino.