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El segundo hijo de la familia Kinoshita. Habiendo crecido y vivido sin carencias económicas, tuvo una buena educación y un buen lugar donde vivir, sin embargo su situación familiar quizá no fue tan perfecta, aunque tampoco tan horrible. La relación con sus padres siempre fue distante a causa de la constante ausencia de estos así como la falta de apego de los mayores, pero a pesar de ello no llegó a desarrollar un resentimiento mayor contra ellos; probablemente en parte porque tuvo la constante compañía de sus hermanos. De pequeño su mundo se limitaba al la enorme casa en la que vivían, ignorante de las dificultades de los adultos, creció mayormente feliz, recibiendo con alegría el nacimiento de Kei y Ryoko, sus hermanas menores.

A causa de los nueve años de diferencia que se lleva con su hermano mayor, Osamu, y la constante ausencia de sus padres, el vinculo entre ellos pareciera estar justo en medio de ser una relación padre-hijo y una de hermanos. Sin querer, terminó imitando una actitud similar con sus hermanas menores, especialmente con la más pequeña, Ryoko, a causa de la frágil salud de esta. Sin embargo a diferencia de la relación que tiene Osamu con ellos tres, Seiji nunca intentó marcar esa distancia física y emocional con ellas, más bien todo lo contrario, lo que los volvió muy cercanos especialmente con el pasar de los años. 

Poco a poco fue descubriendo que era aquello a lo que se dedicaba su familia: la exploración del abismo. Teniendo una naturaleza curiosa, saber que además de las calles y lugares que ocasionalmente visitaba había un lugar enorme y desconocido, que sonaba como si proviniera de algún cuento de fantasía, tan pero tan cerca de ellos... Casi inevitablemente despertó un gran interés por su parte. Sus padres y sus tíos sin duda no frenarían tal entusiasmo mostrado desde tan joven, llenando sus visitas de historias fácilmente impresionarían a un niño tan pequeño. Su hermano mayor nunca vio esto con buenos ojos y siempre intentó hacerle pisar tierra, sin embargo era difícil en aquel momento poder diferenciar que parte era una  genuina preocupación y cuál eran palabras que provenían del bien conocido desagrado del mayor por el abismo.

El tiempo pasaba y los hechos mostraron que, al menos en parte, las advertencias de su hermano estaban en lo cierto. El punto de quiebre fue sin duda alguna la muerte de su madre en el abismo y la consecuencias físicas irreparables que tuvo su padre a causa del incidente, que ocurrió tan solo un año después de su primer descenso. Más que dolor por la pérdida física y mental de dos personas que nunca estuvieron realmente presentes en su vida, lo que causó en él fue un momento en el que realmente tuvo un primer vistazo real y directo de las atrocidades del abismo y sus efectos en aquellos que se obsesionaban perdidamente con este. El intrigante lugar no dejaba de llamar su curiosidad, pero se prometió a si mismo que no caerían en la misma locura que sus padres y se tomaría lo que ya había decidido como su profesión con mayor ligereza. Saber cuando retirarse cuando era adecuado fue algo que se dedicó a aprender en los próximos descensos que realizaría.

Las cosas sin duda cambiaron tras aquel incidente. Quizá la más notoria fue la cada vez mayor ausencia de su hermano mayor, quien tras asistir a  la expedición de "rescate" nunca más hizo otro descenso al abismo. Pero al contrario de lo que pensó inicialmente tras saber de su decisión, su hermano permaneció cada vez más y más tiempo en viajes a lugares lejanos, siendo las cartas la única forma de comunicarse durante esas temporadas. Así aquella casa fue él, sus hermanas, un hombre moribundo, y la intermitente presencia de sus tíos paternos. Aquello ocasionó que sus visitas al abismo fueran generalmente breves, pues aunque el lugar le llamaba con fuerza a explorarlo a profundidad, la preocupación por las menores a menudo le detenía de pasar largas temporadas inmerso en este.

Fue tras el fallecimiento de su padre que sus tíos decidieron hacerse cargo del cuidado de él y sus hermanas, especialmente de la niñas a causa de su edad. Con la confianza de que ellas tendrían finalmente figuras adultas adecuadas y que ya no estaban tan pequeñas, así como la salud de Ryoko había mejorado notablemente, se animó al fin a hacer exploraciones más extensas. 

Aquellos descensos fueron quizá los momentos más emocionantes de su vida, confirmando así que esto era para lo que quería vivir. Aprendió muchas cosas, conoció a a diversas personas, hizo amistades inolvidables e incluso tuvo la oportunidad de entablar una curiosa relación. Se sentía realmente bien, en general las cosas parecían ir por el camino correcto. Probablemente su única preocupación era su cada vez menos presente hermano mayor, porque aunque el vínculo permanecía intacto, lo conocía lo suficiente para saber que al contrario de él, no estaba en su mejor momento. Intentó muchas veces brindarle su ayuda sin embargo el hombre en cuestión decidió hacer cada vez las cosas por su cuenta. 

Después de muchos debates internos y no tan internos, decidió por primera vez ir más allá de la segunda capa. Si bien no tenía intención de volverse un silbato blanco, la idea de conseguir un negro si llamaba su atención, por lo que conocer la tercera capa, con suerte la cuarta, era un paso importante en su carrera como delver. Había calculado las fechas, estaría de vuelta en casa unos días antes del cumpleaños de su hermano, celebrarían todos juntos como habían acordado y quizá, solo quizá... esta vez podría convencerlo de dejarlo apoyarle al menos un poco. La fe era lo último que se perdía ¿verdad? Y así, eran finales de agosto cuando realizó lo que él nunca pensó  que sería su último descenso.

presente

Si bien el descenso hasta la segunda capa ocurrió sin mayores inconvenientes, fue en la tercera donde empezaron los problemas. Su descenso a través de esta hacia una zona segura de la cuarta le costó varias lesiones, que aunque no fueron fatales, tendría que esperar su recuperación para realizar el ascenso que había planificado como casi inmediato. Fue sin duda, producto de su imprudencia, de haberse detenido en la tercera capa esto probablemente no hubiera pasado. 

Sin embargo aún así, inicialmente tuvo suerte. Si bien tenía ciertas habilidades de primeros auxilios, una articulación que parecía dislocada estaba un poco fuera de su alcance. La ayuda fortuita de un delver que rondaba la cuarta capa fue aquello que inicialmente le salvó de convertirse temprano en comida para monstruos. Durante los días de recuperación se dedicó a llenar páginas de su diario e intentar enviar mensajes dirigidos a su familia en Orth, avisando de su estado y esperando que tuviesen paciencia, asegurando que estaba acompañado y recibiendo ayuda, esperando que no hicieran ninguna imprudencia por su demora. La incertidumbre de no saber que sucedía allá arriba nunca había sido tan grande.

Tuvo que ser paciente, pero pasaron los días suficientes para estar en un estado que le permitiría comenzar a movilizarse hacia el camino de regreso a hacia arriba. Se despidió del delver dado que este no pensaba ascender, pero le dio las guías suficientes para encontrar una ruta para atravesar la tercera capaz y no permanecer dando vueltas en esta.

Las cosas parecían pintar bien nuevamente, solo tenía que llegar hacia el descenso del cáliz. Pensó en descansar un poco más antes de ponerse serio con el ascenso, aprovechando que había encontrado una zona bonita y despejada. No la conocía pero pensó que no podría ser tan malo adentrarse, ¿verdad? En el peor de los casos escaparía. Lástima que estaba muy, muy equivocado. Ni era una zona tranquila, ni fue tan rápido.

DATOS EXTRA

• Suele reír cuando esta nervioso, por ejemplo cuanto intenta mentirle a su hermano mayor. (?)
• Aunque llegó a mejorar en eso, solía tener problemas al momento de controlar sus gastos, muy especialmente cuando se trataba de comprar cosas como regalos a personas que aprecia.
• Puede ser bastante planificador cuando se lo propone, cuando algo lo motiva lo suficiente sí.
• Lleva el cabello teñido, lleva varios años con ese color porque le gustó mucho. Solía hacer chistes respecto a que sirve de camuflaje en el abismo, o para recordarle a sus hermanas menores que debían comer sus verduras. (?)
• Pansexual. Tenía una relación poliamorosa con quienes fueron dos de sus amigos más cercanos.
• Es bilingüe a causa de los orígenes de su familia, aunque está más acostumbrado a hablar la lengua de Orth.
• Le gusta mucho socializar con las personas de las tiendas y negocios en general y así, por lo que a veces tiene contactos con proveedores por lo bajo y consigue cosas antes de que estén disponibles en público. Mezcla del dinero y el carisma, sí.
• Si bien prefiere estar acompañado de otras personas, realmente la soledad no le es tan insoportable como podría parecer.
• Aunque cosas como su cabello y sus perforaciones pueden llamar mucho la atención de él en términos físicos, su forma de vestir hace bastante contraste por lo sobria que suele ser. 

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