Stellan (Español)

adricarra

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Created
2 months, 11 days ago
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adricarra
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Profile


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Stellan

Un eun'or mago que trabaja como bibliotecario en un gremio de mercenarios.

Personalidad

Un eun’or de 103 años. Antiguo mercenario especializado en el uso de la magia elemental. Actualmente ya no participa en misiones y se ocupa de la biblioteca del gremio, cuyos libros cuida con mucho esmero. De carácter gentil y curioso, es frecuente verlo leyendo algún libro mientras disfruta de una taza de té.

Es un hombre tranquilo y callado que no destaca mucho, pero tiene un gran corazón que no duda en ayudar a quien lo necesite. Desgraciadamente, esto también lo vuelve vulnerable a que abusen de su amabilidad, pues tiene dificultades para negarse. Algunos lo describen como un hombre aburrido y sumiso que años atrás le creaba inseguridades, pero con la edad ha aprendido a apreciarse más a sí mismo.

Se ha mostrado reacio y desconfiado con los humanos durante mucho tiempo desde que ocurrió el secuestro, pero el tiempo y la gente del gremio han ayudado a que aquellas heridas cicatrizaran casi por completo. Aún así, siempre ha procurado ser educado con todos.

Historia

Stellan nació en una pequeña aldea eun’or del continente de Aesuria. Al igual que la mayoría de poblaciones de esta raza, vivían muy aislados de los demás debido a lo masivamente cazados que fueron en el pasado. Como desde pequeño fue un niño bastante enfermizo que se veía obligado a pasar mucho tiempo en cama, no le pudieron enseñar a blandir un arma ni a cazar, lo que provocaba que el joven se sintiera como una carga para sus vecinos. Sin embargo, esto propició que se aficionara a la lectura y comenzara a estudiar magia de los libros que tenía de su abuelo. Aunque no podía practicar tanto como le habría gustado, poco a poco iba mejorando sus habilidades.

Con los años, la salud del joven eun’or fue mejorando y se pudo tomar más seriamente su aprendizaje en el arte de la magia, incluso ya era capaz de acompañar a otros aldeanos fuera del poblado sin temer por su condición. En un intento de compensar sus años en cama, se propuso ayudar todo lo posible en la aldea con cualquier tarea que le fuera encomendada. Una mañana que tuvo que salir del poblado para realizar un encargo, fue sorprendido por un grupo de humanos. Aunque intentó defenderse con sus hechizos, la diferencia de número hizo que fuera rápidamente reducido por sus agresores.

El lugar al que fue transportado era oscuro y completamente privado de calidez. Encerrado en una estrecha jaula como un animal cualquiera, no podía sino observar al resto de personas y criaturas que se encontraban en su misma situación. Nunca antes había sentido un miedo igual. ¿Qué iba a ocurrirle ahora? ¿Estaba el resto de su aldea bien? Su concepción del tiempo se estaba atrofiando en aquel lugar, podían haber pasado unos días, incluso semanas desde su encarcelamiento. Sentía que poco a poco iba perdiendo la cordura. De vez en cuando entraban varias personas, ya fuera para llevarse algunas de las jaulas o traer otras nuevas. Stellan temía y a la vez ansiaba el día que le tocara a él.

Pero cuando ya prácticamente había perdido toda esperanza de recuperar su libertad, unos ruidos que provenían del exterior de la sala captaron su atención. El Eun’or levantó la cabeza ligeramente en dirección a la puerta, la cuál se abrió a los pocos segundos. Un grupo de gente desconocida comenzó a entrar en la habitación, lo cual sobresaltó un poco al hombre, que se encogió en una esquina de su jaula. El último en ingresar en la sala fue un elfo de cabello oscuro y ojos dorados, que parecía ser el líder del grupo. El hombre sacó un juego de llaves de su bolsillo y proclamó que aquel era el día en el que todos recuperarían su libertad.

Stellan pasó unos días recuperándose en la clínica del grupo de mercenarios que los había rescatado. La desnutrición que había sufrido se estaba arreglando a cada día, no obstante los daños psicológicos eran más preocupantes. Por suerte, recibió noticias de que el resto de su aldea se encontraba bien, lo que le quitó un peso de encima. Pese a haber sido siempre cuidadoso con los humanos, ahora era prácticamente incapaz de acercarse a ellos. Y aún así, no podía sino sentirse en deuda con la gente que le había rescatado, incluso aunque algunos de ellos pertenecieran a aquella raza. Sentía que debía devolverles el favor de alguna manera. Cuando le dieron el alta, lo decidió: se quedaría a trabajar con ellos y ayudaría a más gente que estuviera en problemas como él.

Le tomó algo de tiempo acostumbrarse al trabajo de mercenario y abrirse un poco a la gente, aún así siempre daba su mejor esfuerzo. Sus habilidades como mago resultaron muy útiles al gremio, que no disponía de muchos en aquel momento. Acabó forjando una fuerte amistad con tres miembros con los que frecuentemente viajaba de misión: Markus, un humano guerrero, Narael, un elfo paladín, y Guonyu, un shivari druida. Antes de darse cuenta, sus nombres comenzaron a hacerse conocidos por el continente y llegaron a ganar gran fama dentro del mundillo. Aunque más que la fama, lo que le hacía feliz al eun’or era poder ayudar a más gente.

Con los años, algunos de sus compañeros se fueron retirando del oficio. Después de todo, razas como la humana o la shivari envejecían más rápido que la suya. Continuó trabajando unos años más junto a su compañero Narael, pero Stellan acabó decidiendo dejar atrás el trabajo de mercenario alrededor de los 100 años de edad. Aunque, a diferencia de sus dos antiguos amigos, él continuó residiendo en el gremio. Ya no arriesgaba su vida saliendo de misión, sin embargo se quedó a cargo de la biblioteca del edificio, además de asistir ocasionalmente a Clarissa, nueva encargada de la clínica, con la creación y venta de pociones. Su trabajo no resultaba tan emocionante como antaño, sin embargo, en un gremio con gente tan particular, era bien sabido que aburrimiento no iba a encontrar.

Apariencia

  • Color de pelo Castaño
  • Color de ojos Verde azulado
  • Color de piel Clara
  • Altura 180 cm

Stellan es un eun'or de edad medianamente avanzada de piel clara, ojos verdes azulados y cabello castaño, largo y lacio usualmente recogido en una coleta, además de portar un bigote bien cuidado. Como rasgos típicos de su raza, posee amplias alas de colores pardos y orejas ligeramente puntiagudas. Posee una estatura alta y una complexión delgada.

Viste con largas túnicas de tonos turquesa y blancos con adornos dorados. También suele llevar una bolsa para cargar con libros y pertenencias personales.

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