A pesar de que el corte de cabello no había salido como esperaba para Su Hua para él estuvo ¿bien? Llevaba años sin hacerse un corte de este estilo, y si bien no fue nada profesional se sentía mas fresco

Decidió buscar a Ravi para mostrarle y no sucumbir a su deseo de ir a pasear por los al rededores en busca de Geer, si bien lo veía necesario, el no encontrar rastros solo hacía que la desesperación llenara su pecho y en consecuencia se sintiera terrible, no quería eso, no ahora.

Cuando viera a la chica esta vez sería él quien la imitara con esos ataques que a veces ella le daba, así que fue acercándose discretamente por detrás para taparle los ojos.

— Te tengo una sorpresa — Susurraría en su oído queriendo ver como reaccionaria ante tal ataque repentino de su parte, aunque seguramente no era la primera vez que se la devolvía.

Ella estaba sumida en sus pensamientos, considerando los factores que determinaban el tipo de depredador que podría rondar la zona, el nivel de riesgo, el por qué de ello, las condiciones climáticas... Todo lo que debería ser irrelevante, para ella tomaba suma relevancia.

Todo dato o conocimiento era traspasado a las notas de su libreta, pero eso no significaba que dejaba de prestar atención a su entorno.

¿Las personas eran capaces de reconocer los sonidos específicos que hacía alguien al caminar por el césped? Su forma de caminado, la velocidad, distancia, incluso la postura entraba en juego. Sería el tiempo conociéndolo, analizandolo, memorizando tal vez.

Su sonrisa ya se había ampliado desde el primer mínimo atisbo de que comenzaría a decir algo, pues desde ese segundo ya sabía de quién se trataba.

Rió a lo bajo, misma risa que duró poco más por la sensación del susurro que causaba cosquillas, llevando sus manos por encima de las contrarias, no como ademán de quitarlas, sino sólo por tener el tacto.

— ¡Oh! ¿Es así? Quiero descubrir cuál sorpresa es. — Obvio que quería, quería saberlo todo.

Cuando esta puso las manos sobre las suyas esperó unos segundos para alejarlas de los ojos de Ravi y así tomarlas. Buscó usar este movimiento para hacer que la chica se girara, quedando de frente a el, aunque con los brazos cruzados, inmovilizada por su culpa. Aprovecho de tenerla de frente para dedicarle una sonrisa.

— ¿Qué te parece? — Ladeo un poco la cabeza. Siempre que se hacía un cambio la primera que preguntaba sin duda era Ravi, incluso aquella escena le hacía recordar cuando se hizo las perforaciones, aunque no tenía mucho punto de comparación. Aun así siempre gustaba verla soltar sus pequeños "gasp" y hacerle preguntas al respecto, le ponía de buen humor.

Al primer segundo en el que había comenzado a girar y su vista periférica se había cruzado con la silueta del contrario, desde ese momento sabía exactamente qué era lo que Chenge tenía de diferente.

Tanto por el lugar tan evidente como porque cualquier cosa nueva sobre él lo notaría al instante, se trataba de su Chenge después de todo.

Y justo como era de esperarse, su primera reacción fue soltar un sonoro gasp para cuando quedó completamente frente a él, apretando ligeramente el cómo sus manos eran sostenidas debido a la emoción e intriga, pues incluso si recordaba a la perfección cómo lucía el chico con el cabello corto, era algo que no había sucedido en años.

— ¡Me intriga! — Respondía con una gran sonrisa a la par que se inclinaba hacia él, observando cada mechón de su fleco, la forma en la que su cabello caía o si había alguna rebeldía en su peinado. — ¿Cuál ha sido el motivo? ¿Lo has hecho tu mismo? — Porque motivos se le ocurrían un sin fin, ventajas en el abismo, comodidad, estética, pero quería escucharlo de él.

Soltaría sus manos para dejarla libre al fin de aquella vuelta sorpresa, dejando que pudiera detallarlo.

— Me lo hizo Elise, tanto yo como Su Hua nos hemos cortado el cabello. El motivo...hmm comodidad más que todo, hacía falta un cambio luego de años con el mismo peinado ¿Se ve bien? — Se preguntaba ¿Qué consideraba Ravi para que algo "se viera bien"? siempre era una incógnita tras otra cuando trataba de analizar su cabeza llena de misterios, tan interesante y difícil de predecir.

— No es el corte más ordenado del mundo, pero se hizo lo que se pudo — Tampoco es que su corte anterior gritara "orden", habían mechones largos y cortos sin sentido, pero tenían su gracia para él.

En cuanto sus manos fueron soltadas, lo primero que hizo fue llevar ambas hacia el cabello de la persona frente a ella. No como ademán de despeinarlo, sólo el sentir la diferencia de ello, el cómo antes los mechones largos se sentía tan pequeños ahora, considerando la cantidad de veces que por costumbre solía hacerlo. Incluso ese mismo tacto podía ser confundido como caricias.

Al escuchar el nombre de Elise, por descarte, suponía que se trataba de la desconocida recientemente agregada al grupo de descenso. — ¡Ya veo! — Ahora se cuestionaba qué apariencia física tendría Su Hua. Lo vería después.

La pregunta era curiosa, porque su manera de procesar qué se veía bien no era muy... Decente. Ella podía considerar que los intestinos de un cadáver explotado por su honda se veían bien.

Cuestionandolo así... ¿Había siquiera algo que ella considerara que no se veía bien?

Sería muy contado, y serían aquellas específicas cosas que no le agradaban.

— ¡Se ve bien! Es posible que brinde mayor practicidad. — Además, era Chenge. No tendría una respuesta o visión negativa de él bajo ninguna circunstancia. — El desorden o asimetría es irrelevante cuando se trata de peinados. — Mencionó mientras reía un poco.

— Me trae el recuerdo de cuando anteriormente llevabas el cabello corto, ¡aunque yo lo tenía bastante largo en esa época! — Posiblemente hasta el momento en que Ravi había llegado con el cabello corto y las puntas quemadas por alguna insensatez.

Entrecerró sus ojos para así poder sentir aquella caricias en su ahora nuevo peinado.

— Yo también pienso lo mismo, puedo entender porque optaste por mantener su cabello corto, es mas cómodo, sobre todo aquí abajo — sonreiría porque no había entendido mucho a que se refería con desordenado, pero bueno, en parte tenía razón.

— Si, eso fue hace bastante tiempo... El tiempo pasa rápido ¿no crees? — Después de todo su cabello largo fue algo que empezó a a los 13 años, ni siquiera tenía mucha razón para hacerlo, simplemente lo dejaba y de vez en cuando cortaba unos dedos.

Aquel pequeño recuerdo le hizo pensar en todos esos años que llevaban conociéndose y la cantidad de malos y buenos momentos que subían y bajaban como montaña rusa.

Tal vez por los recuerdos y la nostalgia, su cuerpo se movió para poder besar los labios de Ravi, fue un beso corto y tranquilo, mientras agradecía poder estar con ella ahora.

— Me alegra haberte encontrado aquí — murmuró, aunque ya lo hubiera dicho antes, deseaba recalcar eso todas las veces que pudiera.

Cuando recordaba el por qué había mantenido su cabello largo por la mayor parte de su vida, le era intrigante justamente porque se trataba de un motivo interno involuntario.

Así que cuando su cabello se había quemado, es como si hubiese dejado de estar ligada a ese recuerdo. Había dejado de ser la Ravi a la que sus padres le habían dicho que se dejara crecer el cabello por lo mucho que les gustaba.

— ¡Es cómodo y práctico! Así es más posible evitar incidentes menores. — Pues, si bien mínima, aún existía la posibilidad de ello.

¿El tiempo pasaba rápido?

— ¡Parece ser así! Es lento pero también rápido, como una contrariedad metafórica, pero es debido a la subjetividad mental del tiempo. — Porque incluso para alguien que intentaba estar 100% consciente de cada segundo que pasaba, era humana, así que los momentos podían ser igual de fugaces.

— ¿Recuerdas cuando nos conocimos? — Más que una pregunta capciosa, era genuina. Curiosidad llena de inocencia, pues no conocía los límites de la memoria de otras personas. ¿Recordaba el lugar exacto? ¿El clima? ¿Cuál fue la primer palabra que escuchó de ella? ¿Cuál fue su primer respuesta?

En eso sentía el beso en sus labios, a lo que como respuesta primero reiría a lo bajo y después lo imitaría, ahora bajando sus manos para sostener las del contrario.

— ¡El sentimiento es recíproco! Entre toda la estadística que involucra la amplitud del abismo, el grupo de descenso se posicionó lo suficientemente cerca para escucharte. ¡Sólo pensaba en que podría brindarte contacto físico de nuevo! — Aún si actuaba impulsivamente para ello. Porque al abandonar Orth, había descartado esa posibilidad.

— Asi es, la mente es tan compleja, aun así, desearía que aquella sensación del tiempo se alargara todo lo posible cuando estoy contigo — Mientras Ravi estaba con sus conceptos típicos de observaciones sobre la conversación, él aprovechaba para soltar su cursilería(?

— Lo recuerdo...como olvidarlo — Sin duda, como olvidar a aquella chica tan particular acercarse sin vergüenza alguna a hacerle tantas preguntas que casi parecía una entrevista.

— Te acercaste y me saludaste, parecía que tenías curiosidad ya que notaste que no vivía en el orfanato pero si iba a estudiar allí y ayudaba a mi tía. Fueron muchas preguntas, algunas no las recuerdo muy bien... Pero es un buen recuerdo para mi, por suerte no se ha borrado de mi mente, incluso recuerdo que pensé de ti, te me hiciste muy tierna — Esas últimas palabras hacían referencia a sus problemas de memoria a largo plazo, a veces envidiaba lo fácil que Ravi podía recordar cada detalle de un hecho de hace años.

Soltó una risa suave negando su cabeza y apretando un poco las manos de Ravi — Yo me alegro que hubieran estado lo suficientemente cerca para salvarme, pero recuerda tener cuidado con tus acciones más adelante. Aun así, gracias...Te puedo considerar mi héroe ¿tal vez? — Sonrió juguetonamente ante esa idea, su caballero de melena roja (?

Volteó a verlo cuando escuchó aquel deseo, siendo la única persona con la que podía mantener contacto visual tras haberse esforzado por años.

Chenge quería que su tiempo se viese lleno de ella, y eso le producía sensaciones agradables.

Si comenzaba a recordar cada día, cada momento juntos desde que se conocieron, cada que investigaban juntos, cada que tomaba su mano o se abrazaban. Si iba cronológicamente día por día, ¿cuánto tiempo podría vivir sólo a base de recuerdos? ¿Qué tanto se alargaría el tiempo por ellos?

— Se puede alargar lo más, más posible. — No era capaz de controlar la sensación del tiempo sobre ella, pero sí la de ella sobre el tiempo. Pasaría el mayor tiempo posible con él si eso era de su gusto, porque no sabía cuándo alguno moriría.

Escuchó atenta a su anécdota, causándole cierta gracia. — Eras tan pequeñito. — Diciéndolo tanto por edad como por estatura. Ella sabía el orden de las preguntas y el orden de las respuestas, pero lo que llamó su atención fue la expresion de "por suerte". La memoria de Chenge le parecía un constructo tan delicado e intrigante que, por alguna razón, no investigaba.

— ¡No te preocupes, Chenge! Yo recordaré todo, así que siempre que quieras probar recordar algo, puedes decirme. Así te ayudaré con tu memoria.

Se recargó sobre él cuando escuchó que aquella acción había sido para salvarle. — ¡Tendré más cuidado! — Reiría recordando las instrucciones de Hugh y de él. — Aún así, tienes que vivir lo más, más posible, ¡y siempre elegiré eso! — Pues por encima de quienes acababa de conocer, la vida de Chenge era su prioridad.

¿Se puede? Con tantas situaciones yendo y viniendo ¿Qué aseguraba realmente el tiempo que podían pasar juntos? No...no quería pensar en eso.

Cuando lo llamó pequeñito soltó una risa vacilante haciendo como si se encogía, doblando sus rodillas y yendo a abrazarla en esa posición.

— Aun puedo ser pequeñito — bromeó, buscando mimos de los cuales ni tenía necesidad de rogar, ella los daba de manera espontanea. Aun así, le gustaba hacer estos juegos, tontear cuando estaba a solas con ella ayudaba a ese subidón de felicidad.

— Gracias. Se que puedo confiar en tu gran memoria, eres un gran libro que me gusta estar releyendo una y otra vez — comentó melosamente mientras seguía disfrutando de la posición que se encontraba en ese momento jugando a ser más pequeño que ella(??

Al escuchar aquello último se quedó pensando ¿tanta prioridad era él para Ravi? No sabía como sentirse al respecto... Se estaba dando cuenta de muchas cosas que si daba retrospectiva siempre estuvieron ahí, solo que no las había pensado con detenimiento.

— Viviré lo más posible para ti, así que, yo también tendré cuidado —

Mantuvo la mirada sobre él mientras comenzaba a agacharse, inevitablemente causando que la sonrisa que se ampliaba terminara por convertirse en sus usuales risitas que externaba cuando del contrario se trataba.

— ¡Aún eres pequeñito! — Reafirmó, diciéndolo más bien por su diferencia de edad, ahora llevando una de sus manos hacia el cabello del menor para mimarlo, recordando cuando era ella quien lo miraba desde arriba.

Imitó lo que el había hecho, poco a poco doblando sus rodillas, pero quedando más bien a una altura casi igual. Sus manos pasaron hacia las mejillas del otro, y después le abrazó rodeando su cuello.

— Y aún puedo rodearte por completo con ambos brazos a pesar de que hayas crecido. — Seguía hablando tan animada como siempre, recordando cuando Chenge era quien en ocasiones se refugiaba en sus abrazos y se volvía tan pero tan pequeñito.

"Viviré lo más posible para ti".

Que frase tan peculiar.

— ¿Para mí? — Se separó apenas un poco para verle con una gran sonrisa y una inocente curiosidad.

Quería que lo confirmara.

¿Viviría para ella? ¿Ella se convirtió en su motivo de existencia?

Eso producía demasiadas sensaciones que no era capaz de explicar si no se concentraba en una por una.

Era su Chenge. Eran pareja ahora así que era completamente su Chenge.

— ¡Entonces también viviré lo más posible para ti! — Porque si él era suyo, ella era de él. Así funcionaba.

Volvió a tomarle del rostro para inclinarse hacia él y besarle.

Cuando esta dobló las rodillas para estar a su altura aprovechó esto para tomarla por la cintura y debajo de los glúteos para poder alzarla y cargarla mirando hacía él.

— Aun soy pequeño, pero soy fuerte ¡Me gusta ser fuerte! Así puedo ayudar a protegerte, aunque a ti nunca te ha gustado eso — hizo un puchero pensando todas las veces que defendió a Ravi, pero esta luego le decía que no lo hiciera. No podía evitarlo, quería que la dejaran en paz

— ¡Si! viviré para ti, eres parte de lo que aun me mantiene con vida después de todo, eres mi Ravi — Sonrió ampliamente mientras la veía fijamente a los ojos, le gustaba escuchar que ella haría lo mismo, aunque realmente no tenían el mismo significado... Ravi antes no quería morir después de todo.

Subió su cabeza cuando la chica le tomó el rostro, correspondiendo el beso con suavidad, queriendo alargarlo lo posible, manteniendo firme a Ravi entre sus brazos.

Le agradaba cuando Chenge la cargaba, ya sea de manera espontánea y efímera, o si duraba un poco más de tiempo para llegar a reír un poco. Era como un abrazo pero levemente más exclusivo, si es que eso tenía sentido.

— ¡Me gusta que seas fuerte! — Claro, porque eso significaba tener una ventaja para sobrevivir en el abismo. Tener más probabilidades a tu favor que en tu contra. — Porque no es necesario que resultes herido y quedes en desventaja. No deshace las acciones ya realizadas. — Sonreía tranquila mientras lo "peinaba" otro poco, simplemente por la curiosidad de seguir sintiendo los cortos cabellos del chico como años atrás. Después de todo, él se enteraba de sus maltratos poco después de que ocurrían, y ponerse en peligro a sí mismo no eliminaría lo que ella ya había pasado, era ilógico. Prefería que él estuviese a salvo aunque fuese mil veces más fuerte o resistente que ella, siempre lo preferiría.

Obtener la reafirmación tenía una muy peculiar sensación en ella. De repente todo era tan, tan liviano y agradable, y siendo sostenida por él, era casi como si de manera surreal e ilógica estuviese flotando. Sus mejillas adquirían color como respuesta involuntaria.

— Mi Chenge. — Fue lo que alcanzó a mencionar entre risitas antes de besarlo, teniendo un tacto tan delicado con sus mejillas mientras aún lo sostenía. Se guió en base a su corta experiencia para extender el beso y que no fuese algo meramente superficial, para después de unos momentos, separarse.

— ¡De nuevo tengo las sensaciones que mencionaste como felicidad! Siempre las tengo contigo. — Porque si bien le contentaban otro tipo de cuestiones con respecto a amigos o el abismo, con él era distinto.

— No me importa ser herido si eso significa protegerte. Aun así en ese entonces era complicado — Su idea era que si lograba vencerlos ellos no se iban a meter mas con Ravi, pero teniendo en cuenta la diferencia de número y su fuerza en aquellos años alguna vez no salió nada bien, era ilógico realmente, pero solo pensaba en la rabia, odiaba todo el daño que le habían generado a Ravi. Ahora se veía capaz de dar frente a los demás, la protegería si la ocasión se daba, después de todo la chica era una de sus personas mas preciadas.

Sonreía con suavidad mientras la mayor Acariciaba su cabeza y peinaba sus cabellos desordenados.

— Mi Ravi — repitió en un susurro antes de sentir los labios pegarse en los suyos, entre el pequeño alargue del beso apretó suavemente sus labios con el labio inferior de Ravi, queria seguir dandole más besos, pero ella volvió a hablar.

— Me alegra ser dueño de ese tipo de sensaciones en ti.. ¿por qué no me describes que sientes? tengo mucha curiosidad — dijo con cierta picardía, solo queria jactarse de aquellas sensaciones únicas que le daba a Ravi, solo él ~

— Tiene relevancia para mí. Así que es una mejor alternativa que, si vives para mí, ¡te mantengas en las mejores circunstancias posibles! — Sonreía tan tranquila como siempre, esperando que aquella petición se mantuviera vigente aún en el abismo y lo que fuesen a durar en él. Tanto como él quería protegerla, como ella quería cuidarlo a su peculiar manera de hacerlo.

— ¡Son sensaciones y reacciones que no tienen un principio de lógica en lo más mínimo! Hace que el peso de mi cuerpo físico se sienta mucho menor, como si pudiera saltar y alcanzar alguna nube. — Estiró una de sus manos hacia "el cielo", pues al menos en ese lugar estaban bastante cerca de dichas nubes, para después voltear a verlo nuevamente, llevando la mano hacia su mejilla. — Siento que tu piel es aún más suave que el terciopelo más fino, y abrazarte me hace desear quedarme en dicha posición por el mayor tiempo posible.

Se detuvo un momento, mirándolo a los ojos. Apartaba los mechones que estaban próximos a sus ojos. — Incluso en los inviernos de Orth, mi cuerpo producía una agradable sensación de calidez cuando ibas al orfanato o jugábamos en la nieve. — Iba pegando su mejilla a la del contrario, pues dicha calidez estaba presente en sus mejillas.

— Siento como si, indiscutiblemente y fuera de razonamiento, hubiese una permanente probabilidad de que las cosas saldrán bien si estoy contigo. — Y para alguien tan guiada por la lógica y las matemáticas, eso era ir en contra de toda estructura de su consciencia solo por la importancia que tenía la existencia de quién ahora estaba junto a ella.

Porque haría lo que fuera necesario para que todo saliera bien si involucraba a Chenge, sin importar qué.

— Me la pones tan difícil, a veces simplemente no puedo controlar mis ganas de protegerte — terminó por hacer un puchero debido a su frustración, a veces seguir la lógica de Ravi era complicado para él.

Escuchaba con atención las palabras de Ravi, con una cara digna de cuadro por lo colgada que era, era la droga que desprendía Ravi con su forma de ser y hablar, ese amor que tanto había deseado profesar y que ahora podía sentirlo en el peor lugar posible, pero ¿Qué más daba? existía y podía vivir aferrado a él hasta el final, aun si se sentía tan efímero como una flor cortada, la iba a cuidar, regar e intentar que mantenga su color todo lo posible.

Cerro sus ojos al sentir la mejilla rozar con la suya, haciendo un gesto de moverla un poco para acariciarla, podía sentir esa calidez de la cual hablaba y que el también sentía como recorría su cuerpo, como le daba ese subidón de serotonina.

— Yo también, me das esa energía que a veces me falta, quiero y deseo poder ayudarte a cumplir tus objetivos, aunque nuestro futuro sea tan incierto ahora. Aunque sean pequeñas cosas, espero estar para ti — Giró su cabeza para besarle varias veces la mejilla.

— Oye — murmuró, con un tono bastante meloso, sintiéndose algo tonto para la idea que acababa de pasar por su cabeza, pero sintiendo como su estomago le decía a gritos que expresara su sentir.

Viendo el puchero del contrario, lo único que hizo fue comenzar a jugar con sus mejillas con cierta diversión y gracia.

Pensaba en las palabras que le fueron dedicadas a continuación. Replanteaba lo que serían sus objetivos en el abismo, que realmente, no había ninguno más que seguir descendiendo y descubriendo lo que resultara interesante por algo tan simple como porque le gustaba. Desde hace años que está dispuesta a que el abismo se convierta en su tumba, una obsesión que había crecido con el tiempo.

Sabía que moriría. Tarde o temprano lo haría. Pero que Chenge se sumara a la ecuación como una compañía en el recorrido era un detalle inesperado pero alegre.

— ¡También estaré para ti! — Risitas de escuchaban tras los besos, mientras lo único que podía pensar es que esperaba morir primero que él. La muerte, parte del proceso natural de todo ser vivo, quería que se mantuviera alejada de Chenge el mayor tiempo posible.

— ¿Qué pasa, Chenge? — Volteó hacia él mientras ladeaba la cabeza.

— ¿te gustaría declarar votos junto a mi? Antes de que pase algo, quiero casarme contigo. Aquí, declarar mi amor eterno hacía ti — Nunca pensó estar pidiendo algo así en el abismo, menos a Ravi, sin embargo la idea le generaba una felicidad que quería experimentar. Al final era alguien bastante cursi, las celebraciones de este estilo le gustaban ya que hacían que su cabeza dejara de pensar en cosas innecesarias por un rato.

Aun si eran solo palabras profesadas entre los dos, lo sentía más que suficiente, esperaba que Ravi no juzgara su idea, o moriría de vergüenza al caer en cuenta la cursilada que estaba pidiendo(?

Se quedó completamente quieta. Una sensación física extraña y contradictoria la recorrió.

Definitivamente la pregunta que escuchó no era un tema del que pensara vivir lo suficiente como para presenciarlo o vivirlo.

Matrimonio.

Era como el máximo escalón en lo que consideraba significaban las relaciones románticas. Daba a entender que eran dos personas dispuestas a compartir el resto de sus vidas juntos y volverse una familia.

Familia.

Ella no había tenido algo como eso desde hace muchos, muchos años.

Una familia que no fuese sujetada a base de metáforas, sino por algo real y oficial.

Recordó a sus padres y su matrimonio. El cómo profesaban su amor en cada posible ocasión. Siempre sonreían cuando estaban juntos y, puntualmente, habían muerto juntos.

Ella quería ese amor eterno. Quería ser su esposa y quería ser su familia.

Comenzó lentamente a abrazarlo con una amplia sonrisa en su rostro, para después llevar ambas manos a sujetar las del contrario.

— ¡Si, me gustaría! — Tan animada con la idea, tranquila a pesar de las circunstancias del abismo, donde se dejaba llevar por la emoción de poder vivir algo como eso.

El "si" hacía que su alma volviera al cuerpo, aunque aun sentía como si flotara, como decía Ravi que se sentía al estar con él.

Apretaría a Ravi entre sus brazos y solo tomó las manos de Ravi un momento, porque luego tomó su rostro para besarlo muchas veces.

— Casarme contigo... seremos marido y mujer — el pequeño recuerdo de sus padres lograba llegar a su mente, como ellos se veían tan felices antes del fatídico día, o también en sus tíos, que si bien a veces no parecían pareja, se notaba la dulzura y conexión en su relación. Sabía que ese tipo de cosas las experimentaria por poco tiempo al encontrarse en el abismo, pero aun así lo disfrutaría todo lo posible, por su felicidad y la de Ravi.

— ¿Quieres regresar? luego arreglamos bien como nos casaremos — olvido soltarle la cara, así que tenía ahí sus cachetes aplastados mientras no dejaba de mirarla (?

Arrugaba su nariz apenas visible debido a las risitas que dejaba salir conforme cada pequeño beso era recibido en su rostro.

A ella no le importaban cosas como la rapidez de haberse convertido en pareja para después sugerir el tema actual, en lo más mínimo. Lo único que tenía relevancia en ese momento eran los años que tenían de haberse conocido, o las sensaciones que acababa de describirle hace apenas unos momentos.

— Mi esposo Chenge. — Eso estaba bien. Porque él podía morir, y ella podía morir. Cualquiera podría hacerlo en cualquier momento y, de esta manera, al menos moriría con el saber que obtuvo algo como eso mientras aún estaba viva.

Que pudo tener romance y una familia, cosas que desde niña vio y estudió a la distancia, pero que no pensó el mundo hubiese preparado para ella.

Que efímera era la vida mientras más pensaba en ella.

No quería morir.

Pero eso no era más que un instinto de supervivencia, porque morir no le importaba. Sólo quería que todo durara lo más posible.

— ¡Está bien! — Había contestado de forma un poco graciosa debido a sus mejillas aplastadas. — ¡Entonces buscaré algo que sirva de representación del matrimonio! — Se refería a los anillos.(?)

Una cosa era decirlo él, pero otra cosa muy diferente era escucharlo de la voz de Ravi, era adorable, digno de grabarlo y tenerlo como audio motivacional "Tu esposo Chenge se esforzar" (??

— Dejame ayudarte con eso, creo que tengo algunas ideas... Lo que si es que antes de llegar al campamento te quiero pedir una cosa — Bajandose un poco de la nube de serotonina, pensó un detalle que sentía muy importante.

— Por favor, deja todo esto en privado. No quiero que nadie comente nada negativo al respecto...para eso prefiero que nadie lo sepa. Esta ceremonia será solo para los dos — Si bien podía sonar algo controlador, al menos por su parte sentía que habían razones validas para mantener todo en secreto, igual en resumidas cuentas solo deseaba que esto quedara totalmente alejado del grupo, el cuál tenía cosas más importantes de las cuales preocuparse o atreverse a cuestionar, por eso es que ni quiera pregunto a Ravi si le parecia bien dejarlo en secreto; es lo que necesitaban y no quería cambiar de parecer.

Si bien el tema del romance era de por sí algo sumamente nuevo para ella, lo que involucraba el carecer de cualquier tipo de experiencia en aquel ámbito, de lo que estaba completamente segura es que Chenge, en tantos años de conocerse desde que eran infantes, jamás había solicitado el mantener su tipo de interacción y comunicación como un secreto.

El proceso de ser conocidos, amigos y pareja siempre fue algo conocido, algo que él defendía hasta el cansancio sin importar la desventaja social en la que podría colocarlo.

¿Qué era diferente ahora?

"No quiero que nadie comente nada negativo al respecto" fue el motivo que escuchó. Pero no lo entendió.

Eso era algo que siempre la había acompañado a lo largo de su existencia, y él lo sabía.

Siempre la rodeó negatividad y es por ello que ella tomó el papel de positivismo.

Miró a Chenge y pensó en una palabra. Una que no entendía en lo más mínimo pero sabía que los humanos poseían.

En ese momento, ¿qué fue lo que sintió?

Tal vez se había enfermado de la garganta.

No importa. Nada de eso importaba. Su semblante en ningún momento titubeó. Su sonrisa no perdió amplitud y su mirar no perdió brillo alguno.

— ¡Entiendo, Chenge! Si eso te hará feliz, ¡entonces lo mantendré en privado! — Toda su expresión verbal y corporal era como de costumbre.

Sólo le importaba hacerlo feliz.

Se rascó el cuello al escucharla, porque realmente ese no era el punto pero ¿valía la pena explicarlo?

— No es que me haga necesariamente felíz, siento que es lo más adecuado por el contexto en el que estamos. Realmente me gustaría gritar a los cuatro vientos mi amor eterno hacia ti, pero tengo que ser prudente — Al final prefirió por aclararlo, porque lo veía más como una precaución antes de algo que realmente desee hacer, no quiere que Ravi tenga una imagen errónea de su petición, y aceptar sus palabras es decirle que piensa así.

Se acercó y le tomó la mano a Ravi para darle un beso por la sien de forma suave, luego acarició ligeramente su cabeza.

— Ya veremos que día tenemos tranquilo para realizar la ceremonia —

Pero antes de que sus teorías comenzaran a tener fundamento y respaldo dentro de su mente, Chenge había decidido ampliar sus motivos.

"Lo más adecuado" tenía tantos significados distintos dependiendo la persona y circunstancia, uno que ella misma llevaba al extremo. Si, bajo su juicio, ella siempre hacia eso.

Lo más adecuado para sobrevivir.

Suponía entonces que se refería a la situación del resto del grupo, el cómo ellos afrontaban su destino en el Descenso de manera distinta, con el pensamiento de la muerte que no puede ser eclipsado por una boda.

Que complicados eran los seres humanos.

— Lo entiendo, entonces haremos lo más adecuado. — Unas risitas fueron lo que siguieron del beso que recibió, para que ella después entrelazara los dedos de sus manos y le diera un par de besos en el rostro al contrario.

— ¡Un día tranquilo y agradable! — Aunque admitía que la idea de casarse sobre el cadáver recién derrotado de un mandíbula carmesí sería fantástico, al mismo tiempo pensaba en las típicas bodas de Orth llenas de flores y color blanco.

No podrá vestir de blanco, pero algo se le ocurrirá.

Terminó por darle un beso en los labios, viendo si Chenge mencionaba sobre volver con los demás.

Suspiró al sentir los besos en el rostro.

— Me parece bien — luego del beso en los labios soltó las manos de Ravi para colocarse detrás de ella y, sin previo aviso, cargarla por detrás como princesa.

— Bueno, volvamos al campamento, mientras, aprovecharé para prácticar como te llevaré a la luna de miel — Acercó su rostro al oído de Ravi al decir esto último, sonriendo con picardía y riendo un poco luego con ternura.

Luego de eso se la llevaría así hasta el campamento, ya luego tomaría su tiempo de hacer los preparativos.