Segunda Capa
5 de noviembre ~ 18 de noviembre
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Matrimonio
15 de Noviembre – Lago trémulo
Había pasado ya un poco mas de una semana desde que se instalaron en el campamento temporal. A pesar de una que otra situación complicada entre los mismos del equipo (? Los días pasaron bastante tranquilos.
De vez en cuando tomaba su tiempo para ir por los alrededores y recolectar flores de resistencia y flores de otros colores que reconociera como inofensivas. Todo esto le tomaría su tiempo debido a que lo hacía un poco a escondidas, la única ayuda que tenía era Su Hua, que si bien la idea se le hacía demasiado cursi para su gusto(o eso expresó, en el fondo le ve su encanto(?)), nunca dijo nada negativo, después de todo entendía las razones por la cuales estaba haciendo y no lo veía dañino, si no al contrario, bastante sano para ambos.
Agradecía tener a Su Hua para contarle sobre sus planes, sabía que no le contaría a nadie más y además podría darle su sincera opinión a los arreglos que hiciera, aunque fuera de mala gana.
Por su parte sus pensamientos iban entre emoción y miedo, anhelo y desesperanza, todo subiendo y bajando. No se iba a arrepentir de su decisión, aun si de por si fue bastante ¿apresurada? ni siquiera se lo pensó más de un día, pero esto era todo debido a aquellas sensaciones negativas que venían a su mente; Geer aun no aparecía y la esperanza de vida en el abismo era tan inestable que ni valía la pena contarla. Es por eso que lo vio como algo totalmente plausible para la situación, siendo que se trataba de la chica que ha amado desde hace tantos años, anhelaba hacerle saber que, aunque este sea el ultimo viaje, permanecería a su lado todo el tiempo que pudiera. No necesitaba ceremonias ni nada de eso para hacérselo saber, pero aun así, entre tanto caos quería sentir un poco de felicidad.
Dejaba a lado muchas cosas, como los preparativos o formalidades, si se había declarado a Ravi debía adaptar su relación al abismo, después de todo estaban en su territorio y desde que bajó había aceptado jugar a sus reglas, además que las cosas así no se repetirían, ya sea si volvía a subir o se quedaba con ellos, no habría otra ocasión.
Una vez tenía las coronas listas y que Ravi tuviera listo los anillos faltaba cuadrar una noche de guardia. Aun sentía que era algo descuidado hacerlo en el lago, por muy lejos que se pusieran cualquiera podía irse más allá de la zona de dormir y verlos, pero bueno si eso pasaba no le iba a dar mucha importancia, después de todo su mayor preocupación era hacer un escándalo innecesario.
En la noche del 15 esperó que fuera la hora para ir a buscar a Ravi y levantarla, si es que estaba dormida.
— Hey —
Los días pasaban y ella se centraba en sus actividades asignadas, ya sean para beneficio común o propio. No era extraño que la mayoría de ellas las realizara por cuenta propia, pues aún siendo tan energética cuando de convivir se trataba, eso la drenaba aún más de energía, requiriendo que se tomara su tiempo en soledad.
Es por ello que no fue difícil el pasar desapercibido el centrarse en su ahora nueva actividad: tallar madera. Había tenido práctica anteriormente debido a que habían actividades fundamentales para todo delver que requerían saber manejar y moldear la madera, pero nunca había realizado algo tan pequeño y minucioso con dicho material.
Sin embargo, lo que carecía de práctica y experiencia, lo recompensaba con disciplina y perfeccionismo.
No se había librado del todo de los daños colaterales del aprendizaje, pero no era nada que un par de banditas en sus dedos no arreglaran.
Una vez con las cosas preparadas, tan sólo se decidió un día, uno que ella esperaba con muchas ansias.
Para cuando escuchó que la llamaban, inmediatamente se formó una sonrisa en su rostro y abrió los ojos para mirar al contrario. Si estaba dormida o despierta era un total misterio, pues siempre era capaz de despertarse sin siquiera parecer que había estado durmiendo durante todo ese tiempo.
— Hey. — Un par de risitas acompañaron esa palabra por imitarle, sólo para después acomodar las cosas de su cama, dejando a Mr Jeffers cómodamente allí.
Tomaría una pequeña bolsa de tela de sus pertenencias y se dispondría a abandonar el lugar para comenzar "la guardia".
Dejó que Ravi se levantara, haciendo luego un ademan con la cabeza como queriendo mantener el silencio del lugar. Solo dio unos cuantos pasos antes de tomar la mano de Ravi, caminaría primero con tranquilidad y, al estar un poco lejos del resto, caminaría un poco más rápido, hasta el punto que la jalaría un poco, como si en algún momento se fuera a echar a correr.
Su idea era ir a una de las puntas del lago, que si bien era aun algo visible el campamento si volvías un poco entre tus pasos, era lo suficientemente lejano para que sus voces no fueran escuchadas y tampoco vistos a menos que se acercaran algo a aquel lugar. No era el mejor "escondite", pero es lo que menos importaba a su parecer, la comodidad ahora era lo que más tenía en mente.
No se había percatado que le estaban sudando las manos, por lo que soltó a Ravi y se intentó secar disimuladamente ¿Por que estaba tan nervioso? era algo entre los dos, peor sería tener que decir sus votos frente al grupo, pero aun así... Esto es muy importante para él, Ravi es muy importante y quería que todo saliera bien, era consciente de todas las formas de arruinar la situación y de solo pensarlo pasaba a ser una gelatina que movían en una plato de un lado a otro.
Al ser alguien tan expresivo tenía que bajar la mirada para que no se notara su obvia expresión de preocupación, incluso se quedó callado un momento antes de decir cualquier cosa.
— Ah...¿Trajiste los anillos? o ¿Olvidaste algo? Te levanté y no te pregunté nada — apenas recordó eso. Anda, tampoco era tan grave si quedó en el campamento, solo era regresar, pero aun así no quería regresar porque sentía que se pondría más nervioso ¿Por que ayer se sentía tan seguro de esto y ahora quiere morir de vergüenza?(?
Su atención se había desviado hacia la mano que ahora la sostenía, teniendo como reacción el ampliar su sonrisa y entrelazar sus dedos unos con otros.
Le seguía sin rechistar, manteniendo el silencio aún cuando la velocidad para avanzar había aumentado, lo cual era algo confuso y hasta cierto punto complicado para no terminar tropezando, tan sólo mirándole ladeando la cabeza con cierta confusión y curiosidad.
Aún si la idea de Chenge era pasar desapercibidos en completo silencio, era mucho pedir para ella, pues aún así tenía que acompañarla su forma de hacer al menos una diminuta cantidad de sonido, tarareando a lo bajo de manera prácticamente inconsciente.
Miraba los alrededores conforme avanzaban, más volteó a verlo nuevamente para cuando su mano fue soltada, observando los rasgos en su rostro que, aún queriendo pasar desapercibidos, serían notados. Sólo quedaba descifrarlos.
Con las preguntas, rió a lo bajo.
— Los he traído conmigo. ¡Nunca olvido nada! Menos aún en un momento de gran importancia sentimental como el actual. — Afirmó sin problemas con una sonrisa en su rostro y con un leve color en sus mejillas mientras hacía ademán a la pequeña bolsa en una de sus manos, dentro de la cual estaban los anillos.
— Esperaba impacientemente este día. — Y aún con esas palabras, se veía sumamente tranquila. Sin nada vergüenza, duda o desesperación. Tan sólo un suave semblante en la forma en que lo miraba.
— Entiendo, si, claro... Si alguien olvidara algo seguramente sería yo — Soltó una suave risita nerviosa, terminándola en un suspiro, como buscando mantener sus emociones en calma de alguna forma.
En ese momento miró a los ojos a Ravi, notando como se encontraba tan serena ¿alguna vez la había visto nerviosa? no lo recordaba.
Sonrió un poco y se acercó a ella, colocó su mano en el hombro ajeno y beso la mejilla, si bien no era bueno pensar que la actitud de Ravi era lo mejor para la vida en general(? en esta situación ayudaba bastante a sentirse un poco más tranquilo.
— Yo también — Murmuró ahora yendo a dejar un pequeño beso en los labios de Ravi, usando su nariz para hacer un leve gesto tierno, chocándola con la ajena con suavidad — Me sentía impaciente, pero aquí estamos —
Dicho esto se alejó y movió su propia mochila, en la punta sobresalía unas flores, las cuales parecían haberse puesto de esa forma apropósito, como queriendo no dañarlas. Luego dejó en el suelo dicha mochila y se estiró un poco, aun buscando calmar un poco sus emociones, como que entre todo no sabía como empezar, aunque lo hubiera pensado mil veces a lo largo del día.
Finalmente bajó y sacó los adornos, las dos coronas de flores blancas. Chenge no solía hacer manualidades por su cuenta, solo aprendió a ser mas cuidadoso gracias a los peluches que hacía con Ravi, si no fuera por eso seguramente aquellas coronas no hubieran salido tan bien.
Dejando la suya propia reposando en su brazo volvió hacia la chica y se la colocó en la cabeza, peinando un poco sus cabellos luego de esto. La admiraría mientras, sonriendo inconscientemente, verla ya puesta con la corona se le hacía sumamente adorable.
Hizo eco a la pequeña risa que había soltado el contrario, pero a diferencia de los motivos del chico, lo que a ella le había causado gracia era la veracidad de dicha oración. Él era capaz de olvidar las cosas con suma facilidad, aunque realmente, eso es lo que pensaba de las personas en general.
Era un pensamiento obvio si lo colocaba en una balanza comparándolo a su propia capacidad de memoria.
Veía los labios de Chenge curvarse, una de sus reacciones favoritas. Cada individuo podía tener esa respuesta gestual, pero en él era distinto. Era especial.
Si antes sonreía para poder encajar en la sociedad, ahora lo hacía para que él sonriera junto a ella.
— ¡Aquí estamos! —Movió de forma apenas notable su cabeza de lado a lado para que la puntita de las narices de ambos rozaran, soltando risitas a lo bajo mientras hacía ese pequeño juego. — Para casarnos en secreto. — Cada vez más fue bajando el volumen de su voz, siguiendo con su típica actitud infantil.
Mantuvo la mirada sobre él en lo que se apartaba para ir por los adornos, su forma de moverse y los gestos que se presentaran; y para cuando regresó a su lado, permitió que colocara la corona junto a la pequeña muestra de afecto que le acompañó.
Podía pensar en lo que había leído. En la dopamina y la oxitocina, sustancias liberadas por el cerebro en esos escenarios, los procesos químicos racionales bajo el nombre de hormona del amor y de la felicidad.
Pero se preguntaba si eso hacía que los seres humanos tuvieran una distinta forma de mirar cuando tenían frente a ellos lo que amaban. Le gustaba esa teoría. El que Chenge pudiese mirarla como no mira a nada ni nadie más.
Tomó con cuidado la otra corona de flores que el chico mantenía en su brazo, para ahora ser ella quien se la colocara a él. Le peinó superficialmente, pero aquella mano que movía los mechones de cabello, terminó bajando hasta la mejilla ajena, acariciándole con suavidad usando su pulgar.
Duró apenas unos segundos en esa posición.
Pensaba en muchas cosas. Tantas, que no podría escribirlas sin llenar todo su diario de campo. Múltiples cosas tomaban lugar en su mente al mismo tiempo, un tren del pensamiento en el que posiblemente cualquiera se perdería, menos ella.
Tras eso, abrió la pequeña bolsita, dejando los dos anillos en la palma de su mano. Misma que, gracias a la penumbra del momento, no era totalmente notorio el que poseyera un par de diminutas cicatrices.
Lo que sí podía ser notado, en cambio, es que los anillos parecían totalmente diferentes... En el exterior, claro.
Realmente el más pequeño era el complemento de interno del otro.
Cosas distintas por fuera, siendo anillos de forma independiente
Pero que también podían ser uno juntos.
Escuchar las palabra "casarnos" hacía que su estómago sintiera ese cosquilleo tan cliche pero tan real en este tipo de sentimiento, como si el cuerpo no fuera capaz de manejar toda esa felicidad y respodiera de forma torpe a los estímulos, terminando por atontar a su dueño. Se sentía liviano, mucho más calmado que hace apenas un minuto.
En el momento que ella empezó a colocar la corona bajó la cabeza para la comodidad de la otra, cerrando un momento los ojos mientras sentía como Ravi imitaba sus movimientos como era costumbre, terminando con un gesto propio, haciendo que subiera la cabeza nuevamente para poder observarle a los ojos manteniendo una sonrisa suave y con ese aire de ensueño. Mantenía el silencio entre los dos, tan tranquilo y sintiéndose extrañamente natural, aun si lo normal era la charla constante.
Al ver los anillos las sensaciones en el cuerpo volvían frustrandose un poco al no saber como controlar la emoción del momento, era como si estuviera apunto de soltar algún grito de emoción como prometida emocionada (? Pero lo máximo que se podía percibir era sus ojos brillantes, apenas notorios por la tenue luz del lago.
Levantaría la mano y la pondría encima de la mano de su prometida antes de tomar los anillos, básicamente obligando un poco a empuñar la mano de Ravi y poder apretarla un poco con la suya con los anillos en ella.
— Te esforzaste en hacerlos, no esperaba menos de ti. Eres tan talentosa, mi dulce Ravi — Subiría la mano luego de esto besando por los dedos. Dejaría que abra nuevamente su mano para tomar el anillo más grande. Se quedó uns segundos callado antes de hablar.
— ¿Quieres empezar tu? —