Segunda Capa


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Mesteres
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5 de noviembre ~ 18 de noviembre

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【 ̶̎̔ ̶̌̎ ̷͋̽ ̶̎̔ 】


El h̸̚͝ ̸̛̊m̷͚̏ ̶̎̔ ̶̌̎ ̷͋̽o̵͋̂ ̸̍͊c̴̆̌ó̵̂r̸̅̇ ̶̉͝p̸͂̍t̶̓̚ [01]

18 de noviembre - Campamento temporal | 4:30AM | 2ºC – Oscuro


El grupo se había dedicado las dos últimas semanas en curarse las heridas sufridas por el ataque del Needle Ghost, de los Inbyo y las emocionales debido a las revelaciones encontradas en el Campamento de Observación de Ozen. A pesar de que no hubo ni rastro de la mujer sí que se encontraron con algo que, tal vez, era incluso más importante.

Tenían un indicio muy importante entre sus manos: la corrupción. Era una información dura de sopesar pero que, desgraciadamente, se estaba convirtiendo en una realidad. Así pues, fueron pasando los días mientras el grupo se dedicaba a la investigación, el reabastecimiento o la vigilancia.

La silbato blanco Atreia indicó el día anterior que sería imposible montar un campamento como el de la primera capa. Eso implicaría la pérdida de los valiosos recursos que habían conseguido por el momento y que, en un futuro cercano, podrían necesitar. Anunció que el campamento improvisado que habían montado estos días sería el único vestigio que dejarían en la segunda capa.

Era ya el último día que habían acordado pasar en la segunda capa. Era de madrugada y hacía frío. Muchísimo frío. La temperatura había bajado drásticamente y probablemente la gran mayoría de los Delvers se encontraban más despiertos que dormidos, incluso aquellos que no estaban haciendo vigilancia en ese instante.

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Atreia Langley

Estaba despierta. Siempre lo estaba a esas horas, pero esta vez eran por dos razones: la vigilancia y el frío de tres pares de cojones que hacía. Estaba tan poco tiempo en la segunda capa, más bien, en dicha zona de la segunda capa que casi se le había olvidado lo gélidas que se podían volver las noches.

—Qué puto frío... —susurró para sí misma tratando de arroparse con la manta.

De vez en cuando miraba a Norman a su lado. Estaba boca arriba y con los ojos cerrados. Pensó que seguramente estaría durmiendo, aunque estaba tan oscuro que era casi imposible distinguirlo.

Por suerte, la llama de la hoguera calentaba un poco el frío ambiente. Se frotaba las manos ocasionalmente y soplaba aire caliente de su boca sobre ellas.

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Norman Forrestal

Trataba de dormir, pero era casi imposible. Intentaba convencer a su cerebro de que tenía que descansar, sin embargo, el frío no le permitió pegar ojo en toda la noche. Se mantuvo boca arriba ya que, debido al cabestrillo, no podía ponerse en posición lateral, lo cual le incomodaba un poco pero nada que se le pudiera hacer.

De vez en cuando también sentía punzadas de la herida de la mano, buscaba la forma de ignorarlas pero en ocasiones era insoportable. Con una cobija sobre su cuerpo buscaba la manera de dejar de tiritar.

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Hugh Carpenter

Ventajas de tener una temperatura corporal alta:

— Se aguanta muy bien el calor.

Desventajas:

— Te cagas en tu existencia cuando hace frío.

Hugh era uno de los del equipo que estaban despiertos por culpa del clima helado que había asolado la segunda capa esa noche. No le tocaba turno de guardia, así que estaba en su saco de dormir aparentemente tranquilo. Tiritaba un poco.

Tal vez si seguía cerrando los ojos acabaría durmiéndose sin querer. Tal vez.

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Dylan Chester

¿Por qué debían despertarse tan putamente temprano?

Por fortuna suya, el haber descansado apropiadamente aquellos días le hizo recuperar la energía que había perdido, por lo que pudo volver a su habitual sueño ligero. No le costó mucho despertarse al mismo tiempo cuando todos comenzaban a levantarse y así instalarse cerca del fuego que habían encendido mientras se aferraba a sus propias telas.

Tiritaban bastante sus brazos, sin embargo, gracias al calor de la fogata era un poco más aguantable.

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Eryn Automne

¿Era idea suya o había más frío en esa mañana? Tenía sus dudas ya que unos estaban temblando y otros durmiendo, pero seguro pasaba algo pues tenía ella los pelos de punta por la temperatura.

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Osamu Kinoshita

Estado: Cagandose en la puta mierda. Cómo si su propia cabeza no fuera suficiente, genial

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Kurosawa Ryuu

En el quinto sueño.

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Elise Jung

Two mimir con Ryuu porque tener el sueño profundo tiene sus ventajas

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Fei Chenge

En medio de dos niñas bonitas por lo que esta bien calientito. Normalmente tiene sueño liviano, pero al estar tan comodo estaba durmiendo muy cómodamente, seguramente llevaba meses sin dormir así.

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Su Hua

Si bien Ravi le cae para el qlo, el frío es mas fuerte que su resentimiento. Pegado a la espalda de Chenge para mantenerse caliente igual, podia sentir el frío, pero no lo suficiente para despertarse.

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Ravi Bhandari

Ya está muerta nada más no le han avisado.

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5:00AM


El frío helaba a todos en mayor o menor medida. Lo que estaba claro era que la segunda capa no era benevolente ni en las zonas más "seguras" que tenía. Los minutos se volvían letárgicos y los segundos eternos durante aquella fría madrugada.

No estaba ocurriendo nada fuera de lo normal. De vez en cuando se escuchaba algún ruido ocasional fruto de alguna ardilla recorriendo la zona. Aquellos que estaban pasando menos frío tenían la bendición de poder descansar en mejores condiciones.

La silbato blanco interrumpió el descanso a su acompañante y le pidió que fuera despertando a los demás jóvenes. Norman acató las órdenes mientras se acercaba a cada uno de los Delvers. Ya quedaba poco tiempo para partir hacia las galerías de la tercera capa así que Atreia dio las primeras indicaciones del día: ir recogiendo y comer algo.

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Ravi Bhandari

La user sigue en el trabajo así que no puede escribir mucho, pero tras pegarse a Chenge y Su Hua aunque no quisiera y tener un poco de calorcito, esperaba dar una última mirada al lugarcito para ver si no se olvidaba ver algo.

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Fei Chenge

Una vez se levantó junto a Su Hua fue a ayudar a guardar todo lo necesario, se centraron tanto en eso que ni pensaron mucho en buscar, de por si él, a pesar de todo, no tenía el mejor animo del mundo, después de todo habían pasado dos semanas y no había señales de Geer. Encontrarla ahora sería pedir demasiado

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Dylan Chester

No le apetecía moverse de su posición, así que se mantuvo quieto mientras veía de lejos cómo todos iban despertando de a poco. Hizo un poco de vaho con sus últimos bostezos.

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Osamu Kinoshita

Suspiró pesadamente, había dormido poco o nada y ya tenían empezar el descenso. Se sentía una mierda en todos los sentidos

Quedaba revisar si había algo alrededor.

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Eryn Automne

No ve una puta mierda en el lugar por la oscuridad así que está así, intentando buscar algo.

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Kurosawa Ryuu

Habían muchas razones para pensar que Ryuu era siniestro: su apatía, su interés por lo grotesco, sus tendencias homicidas... Pero lo que realmente le hacía un psicópata era que era capaz de levantarse de la cama en el mismo instante en el que se despertaba. Nada de hacer gruñidos de molestia, nada de frotarse los ojos, nada de buscar las ganas de vivir. Tan sólo... Se levantaba. Eso era todo.

Por eso, cuando Norman le dio el toque, en menos de cinco segundos se sentó y se dispuso a prepararse para partir. No tenía ni una pizca de sueño. Ni una. Aún si no había dormido sus ocho horas, una vez estaba alerta ya estaba listo para seguir funcionando.

No le hizo mucho caso a los alrededores. Si tal, le echó un vistazo a tres personas específicas del grupo para comprobar su estado. Pero pronto volvió a sus cosas.

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Hugh Carpenter

Dios bendiga a los guías. No había cosa que Hugh odiase más que estar sin hacer nada, así que ser avisado de que podía levantarse de la cama y empezar a hacer los preparativos para partir le alegraron la mañana. Se sentó. Y dejó escapar un bostezo, probablemente más del frío que del sueño:

— Buenos días... — Susurró para todos.

Así pues, se incorporó. Debido al clima helado de esa vez, optó por sacar su chaqueta invernal de su mochila y ponérsela. Se dispuso a recoger todo. Por último, revisó toda la zona bien. No podían olvidarse de nada.

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Elise Jung

Le tomó un buen tiempo asumir totalmente su realidad luego de que Norman hubiera despertado a medio mundo, y lo primero que atinó a hacer fue agarrar uno de los frascos de su mochila, sacar una pastilla de la misma, buscar su cantimplora e ingerir la cápsula con un poco de agua, como acostumbraba a hacer todas las mañanas.

Llevó sus dedos a sus sienes, masajeándolas levemente, posterior a esto, sintió el frío colador de huesos con inmediatez. Se levantó de donde estaba y comenzó a caminar para reunir un poco de calor, revisando su entorno y murmurando un buenos días a cada persona con la que se topaba.

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Ravi Bhandari

Simulen que fue a saludar a todos uno por uno.

Especialmente a Dylan, Ryuu, Hugh y la señorita Atreia.(???)

A Chenge le dio beso de la mañana, sorry not sorry.

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Kurosawa Ryuu

Para cuando procesó que Ravi se había acercado a saludarle, la muchacha ya se había ido. Así que nada. Le dio los buenos días en su mente.

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Hugh Carpenter

Él sí dio los buenos días a tiempo.

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Atreia Langley

Gruñó.

La mañana avanza tranquila. Todos se iban desperezando, algunos tardando más y otros menos. Cada persona era un mundo y su despertar distinto. Conforme iban recogiendo las cosas, comiendo o investigando encontraron las siguientes cosas:

⦿ Ryuu encontró un cadáver rezando.
⦿ Elise encontró una sombrilla de escamas, probablemente algún Delver la había olvidado por la zona antiguamente.
⦿ Osamu y Ravi encontraron ambos una esfera solar.

Sin embargo... Hugh encontró otra cosa. Más bien, notó. Cierto aroma extraño impregnaba el aire; él fue el primero en darse cuenta. El crujir de las hojas se escuchaba cercano, eran como pisadas. No era un olor desagradable pero no encajaba con ninguno de los olores que debía haber en el aire en aquel momento. Era ajeno y nunca antes conocido.

Poco tiempo después, en la oscuridad, se distinguían dos diminutos haces de luz amarillos con un punto blanco en el centro.

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Kurosawa Ryuu

Por el rabillo del ojo fue capaz de ver un cadáver rezando, lo cual le extrañó ligeramente sabiendo que eran más comunes en la primera capa. Ver algo tan típico del abismo le recordó a una persona que le había comentado hacía días que los artefactos y demás objetos eran su área preferida de investigación. Quiso avisarla:

— Soleil. Te interesa. — Dijo, señalando la zona donde estaba el cadáver rezando.

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Ravi Bhandari

Le encantaba la esfera solar. Era tan linda, obviamente la guardaría.

Y ahí va como perrito, reaccionando con una gran sonrisa tan pronto escuchó su apodo, acercándose al cadáver rezando. — ¡Si me interesa! — Sacó su libreta, tristemente no era algo que pudiera llevarse, pero sí que podía hacer un bosquejo de ello. — Siempre me intriga saber a qué rezaban.

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Atreia Langley

Mientras terminaba de recoger sus cosas y darle un par de tragos a la cantimplora enseguida notó el olor extraño.

¿Qué era? Le resultaba... ligeramente familiar, aunque había olido tantas cosas en el abismo que era imposible acordarse.

—¿Oléis eso?—preguntó alzando un poco la voz.

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Hugh Carpenter

Por su parte, mientras él revisaba que todo había sido recogido, notó un olor extraño en el ambiente. No era capaz de identificarlo del todo. Pero, tras los eventos ocurridos desde que había comenzado a descender por el abismo, había aprendido una cosa: algo fuera de lo común era algo malo. Miró a todas partes a ver si identificaba el origen:

— Sí. — Respondió a Atreia.

Fue entonces que pudo discernir en la oscuridad esas luces amarillas tan ominosas, acompañadas de sonidos de pisadas. El hombre frunció el ceño. ¿Eran personas? ¿O algo peor? No le quitó los ojos de encima a las luces:

— ¿Quién está ahí?

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Fei Chenge

Si bien no habían notado nada extraño mientras ayudaba a ordenar las cosas el olor no podía pasar por alto, más cuando siempre fue tan sensible a los olores, aunque solía hacer como si nada.

No le sonaba de nada aquel olor, pero hizo que subiera la cabeza y aspirara un poco el ambiente.

— No estaba ese olor antes — Comento al aire.

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Su Hua

Levantó la nariz también, aunque ella tampoco reconocía dicho olor obviamente no le traía buena espina.

Se fijo que Hugh había notado algo más. Tenía su mano en el arco en caso de necesitarlo, observando el lugar de las luces.

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Eryn Automne

Ella estaba en sus asuntos que no le iban tan bien con su mala suerte. Volvería a integrarse al grupo al percibir un aroma peculiar, seguramente fue de las últimas en darse cuenta pero no le quitaba su preocupación.

Sus reflejos no eran los mejores por lo que no estaba segura si había escuchado bien algunos ruidos, por lo que sólo s emantenia al margen ante lo que pudiera pasar.

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Elise Jung

—¿Ho ho? ✨ ✨

Sus ojos se habían topado con un objeto conocido a sus pies, se agachó para tomarlo y lo examinó. Sonrió levemente al notar que se trataba de una sombrilla con escamas en él. Decidió guardarlo en su mochila por si le servía a futuro.

Ante el comentario de Atreia, recién pudo notar aquel olor tan característico en el ambiente. Alzó su rostro frunciendo con levedad su ceño.

Viendo las luces en la misma dirección que Hugh, tomó su arco y se preparó para cualquier cosa que saliera de la oscuridad.

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Norman Forrestal

Algo acongojado también notó el sospechoso olor de la zona. Miró con un rostro confuso a Atreia tras escuchar su pregunta.

—Mhm... —asintió—¿deberíamos ir a ver qué es?

De no ser por su brazo poco funcional del momento habría ido a revisar de qué se trataba. Pero temía acabar haciendo más perjuicio que beneficio.

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Osamu Kinoshita

Oh, vaya, una esfera solar. Podría ser útil, especialmente en medio de esta oscuridad.

Escuchando a la silbato blanco se percató que sí, efectivamente algo olía diferente, y la voz del señor Carpenter lo alertó. ¿Había algo allí?... activó la esfera en dirección a lo que parecían dos puntos amarillos a la distancia una vez vio que los demás habían preparado sus armas.

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Guardián del bosque

Él era el origen de los haces de luz amarillos en la oscuridad de la zona. Se acercó a paso lento a la zona, manteniendo una distancia prudente. De vez en cuando emitía algún sonido pintoresco suave sumado con respiraciones de olisqueo.

Iba dando elegantes saltitos para barrer la zona. Parecía como si estuviera buscando una forma de llamar la atención de los humanos que tenía delante.

La esfera de luz que emitió Osamu dejó ver todo su cuerpo entero, era un mamífero con aspecto de mofeta y lobo u zorro. Sus blanquecinos ojos rodeados de amarillo destacaban muchísimo. La criatura no demostraba agresividad, tampoco ningún gruñido o sonido de provocación.

Aún manteniendo las distancias, observaba a los Delvers uno a uno.

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Ravi Bhandari

PUPPY.

IT'S A PUPPY.

Se agachó y empezó a hacerle pspspspsppsspspspspsps.

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Dylan Chester

...

...

...

¿Hace cuánto no veía a una criatura tan adorable? Era como si hubieran pasado mil años. Habría visto en algún momento que los guardianes del bosque habitaban muy escondidos en las capas, pero no esperaba para nada que se toparan con uno.

—Tonta, no es un gato —Le comentó a Ravi viendo cómo le hacía sonidos para que se acercara.

Y cruzándose de brazos con indiferencia, se acercó un poco también porque estaba maravillado internamente. Veía de reojo a la criatura en plan: " ... "

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Su Hua

que...

que lindooo. nunca pensó en su vida que vería uno ¡Era genial! Un perrito del abismo

Se acercó a ella para observarle mas de cerca y poder apreciarlo mejor, aunque no exteriorizaba su emoción de ver un guardián del bosque.

— Nunca pensé ver uno — comentó lo que estaba pensando aun vibrando en su interior (?

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Atreia Langley

...Así que era eso. Estaba sorprendida, era un acontecimiento inédito. No esperaba encontrar un guardián del bosque. No eran criaturas que se dejaran ver muy a menudo.

—Jesús—dejó salir—eso sí que no me lo esperaba...

Se acercó un poco para poder visualizarlo mejor. No cabía duda.

—Es un guardián del bosque—comentó—o bien la suerte nos sonríe o alguien está en peligro y nos está avisando.

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Norman Forrestal

Ahogó un suspiro de alivio y de sorpresa. Le había comenzado a latir el corazón demasiado rápido por culpa de los nervios, pero al ver que era un guardián del bosque se tranquilizó un poco.

— ...

Estaba incluso emocionado. Al igual que los demás, también se acercó un poco para observarlo más de cerca. No obstante, las últimas palabras de Atreia le preocupaban.

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Hugh Carpenter

... No era una persona, era una criatura. Eso era mil veces peor. Entre sus propias experiencias y las que había oído de otros, Hugh era incapaz de fiarse de cualquier criatura del abismo por muy pacífica que ésta pareciera. Odiaba demasiado el abismo. Y por esa razón se llevó la mano a su arma:

— Rav-...

Fue interrumpido por la explicación de Atreia. Le echó un vistazo a todos los de su equipo. Al parecer, todos estaban bastante relajados, algunos incluso parecían emocionados. No tuvo más remedio que relajarse. Se cruzó de brazos. Rebobinó en su mente las palabras de la silbato blanco y recordó lo sucedido con los llorones de cadáveres hacía dos semanas:

— ... ¿Lo vamos a seguir?

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Elise Jung

Soltó un gran suspiro y bajó el arma, relajando un poco los hombros tras darse cuenta que sólo se trataba de un guardián del bosque, aunque las ganas de dispararle para comer algo en aquel momento no le faltaron.

Prefirió simplemente acercarse con rigurosidad.

—¿Hm? ¿No nos querrá decir algo? Porque pues... es extraño toparse con uno así como así —Exclamó viendo cómo el animal intentaba llamar la atención de todos. Gracias a la esfera de luz de Osamu, pudo ver a la criatura de mejor manera. Le dio la razón a Atreia respecto a sus palabras.

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Eryn Automne

—Que bonita criatura. — Comentó con suavidad mientras se ma tenía al margen, no podía negar que ante sus ojos era adorable aunque era prudente en no acercarse aún bajo las palabras de Atreia. —¿Deberíamos seguirlo por sí alguien está en peligro?—

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Ravi Bhandari

— Las probabilidades de cruzarse con un Guardián del bosque son considerablemente bajas, así que es desconocido el conocer cómo hacer que se acerquen. — Mencionó volteando primero con Hugh y después con Dylan.

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Kurosawa Ryuu

...

...........

........................

Lo quería capturar. Lo quería abrir en canal. Lo quería desmembrar, quitarle los órganos y ponerlos de forma ordenada a un lado, despellejarle para ver su esqueleto, arrancarle las uñas para ver su largo... ¡Era tan, pero tan raro ver un guardián del bosque! ¡Nunca había tenido la oportunidad de investigar uno! ¡Mucho menos de hacerle una autopsia!

Mil estrellas se entrevieron en los ojos de Ryuu.

Notando que los demás se acercaban a la criatura, él prefirió rodearla y acabar detrás suya, por si acaso intentaba escapar. Una mano fue a su lanzacuerdas.

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Osamu Kinoshita

¡¿..?!

Se alarmó inmediatamente al ver una criatura, hasta que notó que no era precisamente agresiva así como las palabras de la silbato blanco. Recordaba vagamente en aquel momento haber leído sobre algo así, pero al tener a una delver experimentada describiendolo no pudo evitar entusiasmarse. No, quizá era otra cosa, no debía hacerse esperanzas. Aún así, observó la criatura con atención.

— Deberíamos seguirle. Podría ayudarnos a encontrar un camino menos peligroso.

Se fijó alrededor algo tardíamente, observando las reacciones ajenas. ¿Si alguien le disparaba por el susto? Miró a Kurosawa, no sabía que tramaba pero no sé fiaba de él de por sí.

— No le hagan daño. Podría huir, desperdiciariamos una oportunidad.

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Atreia Langley

—No le hagáis daño—ordenó al ver cómo algunos se emocionaban demasiado.

Se cruzó de brazos y observó al guardián con el ceño algo fruncido. Solo deseaba que su visita se debiera a que los guiara de forma segura a la Gran Falla pero... ¿qué posibilidades había de que fuera eso o un grupo de descenso ajeno en peligro?

Fuera lo que fuese, quería investigarlo, y si no actuaban pronto pasaría lo mismo que con los cadáveres llorones: más Delvers muertos sin salvar a tiempo.

—Mhm, concuerdo con el de la trenza.

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Kurosawa Ryuu

Los avisos de no hacerle daño cayeron en oídos sordos; al fin y al cabo, la intención de Ryuu no era lastimar a la criatura, sino de capturarla. De todas formas, no hizo nada. Por el momento. Quería observarla primero. Luego podría meterla en una jaula durante varias semanas antes de empezar a abrir sus entrañas. Qué emoción.

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Osamu Kinoshita

-Aliviado de que Atreia le diera la razón, no feliz al notar que habían replicas-

Qué, ¿También quería abrirle las tripas? ¿No veian que esa criatura era más útil estando con vida?

-Miraba a todos con cautela, especialmente a Ryuu y Ravi-(?

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Su Hua

— Siento que habría que poner como regla el no hacerle daño — Comentó porque no confiaba mucho en sus nuevos compañeros y en Ravi.

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Dylan Chester

Aprovechando que estaban todos distraídos, le hizo un psps pequeño a la criatura. (?)

Aunque si le hacían daño no lo permitiría. 🔪 🔪 🔪

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Ravi Bhandari

— ¡Pero es adorable! ¿Nos lo podemos quedar? Claro, después de que cumpla su cometido ya sea nos avise de peligro o no!

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Fei Chenge

El si se acercó emocionado colocandose al lado de Ravi.

— No podemos quedarnoslo, pero si estaría bueno seguirlo, si se acercó a nosotros es por algo — Recordando las razones por las que aparece no sabía si sentirse aliviado o preocupado, pero sin duda era una suerte poder ver uno de cerca

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Ravi Bhandari

— ¿No podemos? ¿Por qué? — Quiere decir, de que podían, podían. Estaba allí frente a ellos. Podían capturarlo y quedarselo en ese mismo instante, hacer todo tipo de pruebas en él y tenerlo de compañía de aventuras.

Aún con eso, no se acercó más al pewito. No cuestionaba a Chenge lo suficiente a pesar de las preguntas dadas.

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Fei Chenge

— podemos pero no debemos — Le aclaró a Ravi(?

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Ravi Bhandari

— ¿Por qué no? — Lo siento Chenge, la lógica moral no funciona con ella, tienes que explicarte.(?)

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Hugh Carpenter

¿No era suficiente con Steve...? ¿Iban a la última capa del abismo o a montar un zoológico...?

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Ravi Bhandari

Nunca es suficiente para mí.~

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Fei Chenge

— Es una criatura muy rara del abismo, pacífica que ayuda a delvers en peligro. Hacerle daño seria perjudicar a otros delvers a futuro y también a nosotros mismos, si nos viene a ayudar no hay razón para lastimarlo o privarlo de su libertad. — No sabía como decirle que no le hiciera nada al puppy (?

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Ravi Bhandari

Llevó una mano a su mentón. — ¡Entiendo! Nos es de ayuda en la actualidad. — Claro, tenía sentido, era incongruente encerrarlo ahora que les intentaba mostrar algo.

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Guardián del bosque

Debido a que varios humanos se habían mostrado muy interesados en él, algunos más de la cuenta, se sintió algo intimidado. Dio un par de pasos hacia atrás, pero ya había alguien detrás suya así que navegó hacia la derecha a paso lento, manteniendo contacto visual directo con los Delvers.

Volvió a emitir un sonido similar a un ronroneo y las antenas sobre sus ojos vibraron ligeramente.

Después, señaló un par de veces con el morro una zona, dando a entender que lo siguieran a donde los llevara. Quería enseñarles algo.

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Atreia Langley

—Sigámoslo.

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Hugh Carpenter

Suspiró. Qué remedio. Al menos esa vez iban todos juntos.

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Ravi Bhandari

Tomó la mano de Chenge para caminar tras la indicación de Atreia. — ¡Podemos hacerlo después de ello! Si ponemos a comparación la ayuda hipotética de dejarlo libre, nos es más útil poder investigar más sobre su especie de la que se conoce tan poco como una forma de domesticación que sirva para los delvers en los recorridos a la segunda capa.

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Fei Chenge

— No creo que tengas mucho tiempo para investigarlo estando en esta misión, Ravi — El solo deseaba que no lo capturaran.

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Ravi Bhandari

— Señor Hugh tengo una pregunta muy, muy importante para usted.

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Hugh Carpenter

— Dime.

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Ravi Bhandari

— ¿Cree que Steve y Puppy podrían ser amigos?

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Hugh Carpenter

— ¿Quién-...? — No, espera. Había caído en la cuenta. — No nos lo vamos a quedar.

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Fei Chenge

Asintió un poco cuando Hugh dijo que no se lo iban a quedar.

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Ravi Bhandari

— ¡Entiendo! — Chenge y el señor Hugh ya le habían negado la sugerencia de quedarselo. Que mal.

Bueno, si no podían investigarlo en su comportamiento salvaje, sólo quedaba la autopsia. Ya verá qué pasará cuando lleguen a su destino.

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Osamu Kinoshita

-seguir, y con la luz esa prendida para ver por dónde andan-(??

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Elise Jung

Sigue al grupo, esperando no toparse con cadáveres.

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Eryn Automne

Ca-mi-nar

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Dylan Chester

El... El ronroneo... Pareció como un gato...

No le perdió la vista al animal y le siguió junto al grupo.

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Su Hua

Ca-Mi-Nar detras de la criatura, Su Hua sobre todo andaba pendiente que nadie se acercara de más al guardián

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Kurosawa Ryuu

Por poco sacó el lanzacuerdas de su mochila cuando vio a la criatura buscar espacio, pero, por suerte, parecía aún decidida a mantenerse junto al grupo. Ryuu se llevó ambas manos a la espalda y comenzó a seguir al guardián del bosque incluso antes de que la silbato blanco diese la orden. Se mantuvo muy, muy cerca de la bestia. Sus ojos se quedaron clavados en ella todo el tiempo.

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Su Hua

— Psss Dylan ¿no te da miedo como el gafotas ve al guardián? — Se acercó a el y se lo susurró.

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Dylan Chester

—..........................¿Quién es?

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Su Hua

— El nuevo de gafas, imbécil, no lo voy a señalar ಠ︵ಠ —

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Dylan Chester

—Ah... el cuatro ojos —Miró de reojo a Ryuu, volvió a ponerle atención a la criatura. Intercaló su mirada un par de veces — ............... Hay que vigilarlo.

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Su Hua

— Ya, ayudame a estar pendiente de él, si intenta algo lo tiro al suelo o tu si estas mas cerca — le ofrecio la mano para estrecharla.

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Dylan Chester

—Ok. 🤝

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Osamu Kinoshita

-intentando ignorar todos los murmullos porque le ponen de los nervios-

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Norman Forrestal

Caminaba. Pero le perturbaba mucho el comportamiento de Ryuu. Decidió acercarse y, intentando llamar su atención aunque fuera una milésima de segundo, tiró con suavidad de la manga del joven.

—Será mejor darle un poco de espacio Ryri... ¿no crees? —le comentó con un hilo de voz.

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Kurosawa Ryuu

En principio iba a ignorar a quien fuera que le hubiese dado el tirón de la manga, pero al darse cuenta que era Norman hizo caso a sus palabras; al fin y al cabo, la debilidad del muchacho siempre fueron sus seres queridos. Así pues, estiró su espalda. Y comenzó a caminar más lento.

Aún así, seguiría mirando al guardián del bosque. No se perdonaría perderlo de vista.

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Norman Forrestal

Agradeció a los cielos y a todos los Dioses existentes que el joven le hiciera caso. Se mantuvo cerca de la criatura pero a un poco más de distancia para evitar incomodarla como había ocurrido con anterioridad.

—Bien... 💦

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Ravi Bhandari

— Ryuu, Ryuu. Una criatura viva. Viva.

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Kurosawa Ryuu

¡Ya sabía que había una criatura viva y poco común ante sus ojos, Ravi! Ya podría capturarla más tarde. Por el momento, caminó al lado de Norman mientras su vista seguía fijada en la criatura.

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Ravi Bhandari

Hehe. Seguro Ryuu quería investigarla.

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Fei Chenge

Apretaba la manito de Ravi, de ser posible no la soltará.

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Ravi Bhandari

Volteó a ver a Chenge y también apretó poquito el tomado de manos, hasta comenzó a columpiarlo como si jugara.

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Fei Chenge

Acompañó el jugueteo con su mano para distraerse en el camino, se sentia lindo hacer ñoñerias así en medio del infierno.

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Elise Jung

De improvisto sintió un subidón de energía. Se acercó a Osamu.

—Hey hey.

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Osamu Kinoshita

...

— ¿Qué pasa?

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Elise Jung

— ..................................... ¿Qué le dijo un pez a otro pez?

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Osamu Kinoshita

...Ay no.

— ¿Qué le dijo?

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Elise Jung

—Le dijo... —Puso ambas manos en su boca, como si contara el mayor secreto del mundo — ................................................................... nada. —Se alejó lentamente.

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Osamu Kinoshita

—..............

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Guardián del bosque

La criatura los guiaba por el abismo con gracia. Ya habían alcanzado los puentes colgantes del bosque invertido. No había rastro de otras criaturas, era como si el olor que desprendía el Guardián fuera un repelente natural de los peligros de la segunda capa.

No se avistaba ningún Inbyo, ni siquiera habían visto un Ottoba por el camino. La criatura parecía seguir avanzando sin prisa ni pausa.

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Ravi Bhandari

Lo quiere.

Quiere al puppy.

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Osamu Kinoshita

Caminando anda

Al menos no hay criaturas. ¿Sería cosa del guardián del bosque? Eso parecía.

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Atreia Langley

Ca-mi-nar.

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El guardián atravesó todo el bosque invertido con los Delvers detrás suya. Se encargaba ocasionalmente de olisquear el ambiente y hacer vibrar las antenas de sus ojos, como si pudiera presentir el camino. Probablemente era su forma de guiarse u orientarse por el abismo.

Cuando supo que el destino estaba muy cerca ya se encontraban en el bosque de nenúfares. La temperatura había vuelto a subir y ya habían pasado un par de horas desde que abandonaron el campamento improvisado que hicieron anteriormente.

Poco tiempo después la criatura comenzó a emitir unos ronroneos que se volvieron chillidos suaves. En la distancia se podían vislumbraban dos figuras femeninas. Eran Delvers y estaban amordazadas y atadas a unos árboles. Era imposible distinguir si seguían con vida o no, sería necesario acercarse mucho para verlo.

El guardián salió corriendo en la dirección de las dos jóvenes en cuanto entraron en su campo de visión y revoloteó por la zona con la esperanza de que todos lo siguieran.

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Geer Hemingway

Era extraño como las cosas cambiaban de un segundo a otro. Era cómo tener un sueño y estar medio despierta pensando que la realidad es un sueño y viceversa. Justo como estaba pasando en este momento. Parecía que apenas iba despertando de un largo sueño dado que lo último que recordaba era haber empezado su descenso con Chenge como su cuidador, todo eso antes de separarse por haber perdido uno de sus preciados inventos.

Aún tenía algo de sueño. Quería volver a dormir aunque antes de eso quería acomodarse un poco más. Uno no puede dormir bien a menos de que esté en una posición cómoda y estar con las manos juntas y con la almohada en la boca no era algo particularmente cómodo. Impulsada por esto intento darse la vuelta e intentar acomodarse, solo para darse cuenta que era algo imposible. ¿Que estaba pasando? ¿Seguía en un sueño? ¿Había mojado la cama y no podía moverse de la vergüenza? O tal vez… no, no podía ser. ¡ERA CHENGE HACIENDOLE UNA BROMA SEGURO!

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Huan Lanshu

Qué había pasado? sabía que se sentía cansada y adolorida pero ese dolor en la espalda no fue uno normal... abrió los ojos levemente. Aun no era del todo consciente de que estaba atada y amordazada. Sabía que no podía mover ni su cuerpo ni su boca asi que en su mente aturdida el escenario era otro

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Hugh Carpenter

Se había aburrido bastante durante todo el camino, pues básicamente se habían dado un paseo por toda la segunda capa mientras seguían a una mofeta. La escena era ridícula, si uno lo pensaba bien. Aunque el letargo se le fue de golpe en cuanto vio la razón por la cual el guardián del bosque había acudido a ellos: habían dos delvers atadas a unos árboles.

Impulsivamente dio un paso hacia adelante, pero se paró en seco. No. No podía lanzarse sin más; la última vez que su grupo hizo eso se llevaron quemaduras. Así pues, Hugh decidió revisar el perímetro antes en caso de que hubiese un peligro cerca.

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Fei Chenge

Al ver que el guardián comenzaba a hacer chillidos sentía que el lugar donde los estaba guiando no estaba tan lejos.

Ver cualquier figura, sobre todo femenina, era lo que estuvo esperando todos estos días.

Por un momento pensó en salir hacia allá corriendo, pero de primero dirigió la luz de su casco a la zona para observarla antes de avanzar y poder investigar mejor la zona.

Ver la pequeña figura le hizo sonreír ¡TENIA QUE QUE SER ELLA!

— Geer, Geer ¿eres tu? — dino con un ligero tono de emoción.

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Elise Jung

Nunca hubiera pensado toparse con un guardián del bosque quien les pedía ayuda con algo en específico, menos a esas alturas de su vida. Estando atenta a cada paso que daba el pequeño animal y cruzando varios lugares junto con el grupo completo, se detuvieron en el bosque de nenúfares.

El animal parecía revolotear alrededor de dos figuras, una más grande que la otra. Si bien sabía en lo profundo que se irían a topar con personas en peligro, jamás se esperó que sería en esas condiciones.

Mayor fue su sorpresa cuando pudo reconocer a una de ellas.

—¿Lanshu? —Llamó en voz alta, aunque por obvias razones la susodicha no podría contestarle con la mordaza.

Inmediatamente, observó el perímetro para ver si no se trataba de alguna emboscada.

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Kurosawa Ryuu

Estaba fascinado. Miraba tan fijamente al guardián del bosque que notaba cada pequeño movimiento que hacía. Las apuntó todas en su mente. Más tarde se las dictaría a Elise para que las anotara en su libreta.

Siguió con los ojos a la criatura, y sólo porque ésta se acercó a los árboles fue que Ryuu vio a las dos mujeres amordazadas. Le importó bastante poco. Tan sólo pensó "Trabajo humano" y continuó mirando al guardián. No hizo nada más.

Aunque luego escuchó a su amiga decir un nombre desconocido para él.

...

Maldición, Elise, ¿por qué tenías que ser tan extrovertida?

Ojalá la tal "Lanza" estuviese muerta.

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Osamu Kinoshita

Después lo que debería haber sido al menos un par de horas, al fin la criatura daba señales de haber llegado a su objetivo. Había apagado la esfera una vez que el ambiente se volvió más iluminado y cálido.

El camino habria sido realmente aburrido, de no ser por la tensión constante que había sentido todo el tiempo y terminó por alertarse al distinguir dos figuras atadas. La expectativa fue inevitable y la decepción llegó pronto, aunque parecía que Elise había reconocido a una de ellas y el joven Fei a la otra.

Se iba a acercar a Elise, pero pensó antes en buscar alrededor señales de una trampa. Esto no era normal, y aunque no encontró nada, preparó su arma por si acaso.

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Eryn Automne

Fue un camino tranquilo y largo pero cuando había llegado a donde el guardián los había dirigido, se encontratian una preocupante escena. Más allá de sí estaba bien o no, estaba la posibilidad que alguien o algo las ató e incluso sea una trampa.

Estaba preocupada por las dos pero no podía ser impulsiva, aunque le preocupaba que quienes la conocieran hicieran los contrario.

Con cuidado buscaba con la mirada y con atención en sus oídos por si percibía algo, cualquier cosa, esperando que la iluminación está vez le ayudara que en el campamento improvisado.

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Dylan Chester

El panorama frente a sus ojos parecía surreal. ¿Por qué habían dos personas atadas a uno de los grandes árboles de ese bosque? ¿Por qué lucían desorientadas, como si no supieran qué ocurría? ¿Qué hacían ahí? ¿Qué estaba pasando?

Viendo que la gran mayoría estaba quieto, esperaba que cualquiera se acercara para prestar ayuda, hasta a él mismo se le había ocurrido en el instante, sin embargo, si se dejaba llevar por sus impulsos podría acabar muerto. Se detuvo a ver la zona.

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Ravi Bhandari

No le interesaban las personas amordazadas en lo más mínimo. Así que se limitaba a ver la zona y, claro, al guardián del bosque.

Ciertamente investigar la zona siempre era una decisión sabia. Más aún en los momentos como aquel. La situación era extraña cuanto menos, no solo la presencia de un guardián era bizarra, si no también el hecho de encontrarse dos Delvers amordazadas a unos árboles.

Era más que obvio que aquello no podía ser obra de una bestia, era un acto humano. Las dos jóvenes estaban atadas fuertemente a los troncos con cuerdas de escalada.

No obstante, durante las investigaciones Eryn y Chenge percibieron otra presencia humana ajena a ellos y las dos Delvers avistadas. Se distinguía cabello blanco y ciertos rastros de sangre, se tambaleaba con un caminar pesado.

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Freyja Gyldenlove

Demasiadas cosas por tomar a consideración.

La corrupción en las criaturas, lo que había observado hasta ese entonces, el haber sido atacada... ¿Qué había sido eso?

No podía pensar correctamente, sólo pensaba en la agitada respiración que en ese momento le acompañaba, y pesar del notorio cansancio, caminaba, lento, pero seguía.

Terminó por detenerse unos segundos a tomar un poco de aire, llevándose una mano a la cara. Mierda, la nariz le sangraba. ¿Había estado ascendiendo sin darse cuenta o había sido lo de antes a eso?

... ¿Escuchaba a alguien acercarse?

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Hugh Carpenter

Una vez hizo un barrido por toda la zona se permitió a sí mismo correr hacia las muchachas. Se dirigió primero a la adulta de cabellos dorados, arrodillándose ante ella. Antes que nada, le quitó la mordaza:

— Ya está. Estamos aquí. — Consoló. — ¿Qué ha ocurrido?

Comenzó a desatar las cuerdas que la aprisionaban, tardando bastante por culpa de lo bien apretados que estaban hechos los nudos. Tan centrado estaba a lo que hacía que no se percató de una tercera presencia aproximándose a la zona:

— ¡Que alguien desate a la otra! — Vociferó para su grupo.

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Elise Jung

Se acercó con rapidez hacia la adulta y sin titubear, notando así que Hugh se le había adelantado para cortar las cuerdas. Afortunadamente, el hombre parecía tener manos ágiles para la labor.

—Dios, ¿Qué te ha pasado? ¿Quién les hizo esto? —Preguntó en voz alta a ambos. Al ver que Osamu se acercaba hacia la más menor, se relajó un poco.

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Osamu Kinoshita

Esto era obra humana sin duda alguna. ¿Pero de quién?

Al no parecer haber alguna trampa, lo mejor sería liberarlas cuanto antes, el captor podría volver de no estar cerca.

Se acercó con cierta prisa a liberar a la niña que faltaba, usando la navajo con cuidado no tardó mucho en estar libre.

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Su Hua

¿por que tenia que acercarse Kinoshita a Geer? maldita sea, ignoró totalmente y solo pensó en el como "la persona que desataba la mocosa que es amiga de Chenge" y fue ayudarlo en silencio sin mucho ánimo (?

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Osamu Kinoshita

Se dice gracias.

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Su Hua

gracias te va a decir tu puta madre, aunque ya no puede

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Guardián del bosque

Buscaba mantener una distancia prudente. A pesar de que ya habían llegado a su destino el guardián se mantuvo en la zona, como si quisiera asegurarse de que todo estaba yendo bien y las jóvenes estaban siendo liberadas.

Enseguida notó la presencia de otro humano en peligro. Dio un par de pasos en dirección a la albina emitiendo unos chillidos ocasionales para llamar la atención, siempre con varios metros de seguridad.

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Fei Chenge

Al ver a la persona nueva y viendo que el resto habia ido a ayudar al resto se acercó, con navaja en mano por si acaso (?

Sin embargo el estado de la chica hizo que bajara la guardía, no se veía muy bien ¿ella fue quien ató a Geer y a la otra mujer?

— Oye ¿necesitas ayuda? — Le habló a la chica peliblanca manteniendo aun cierta distancia.

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Eryn Automne

Cuando visualizó a la albina con sangre, sus sospechas no se asomaron pues para ella era alguna víctima también. —Q-Quizás ella sepa algo y no parece haber nadie más.—

Comentó con suavidad mientras iba también con Chenge ya que por otra aparte sus demás compañeros ayudaban a las que estaban atadas.

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Fei Chenge

— Tal vez — le respondió a Eryn.

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Freyja Gyldenlove

Al haber sido todavía más evidente la presencia de un tercero (o más bien, terceros), volteó de golpe antes de escuchar la pregunta y con una mano les apuntó con su arma, mientras con la otra se sujetaba el estómago.

— Ah... — Se trataba de delvers. Posiblemente estaban de paso... Espera, ¿habían más cerca? — ... ¿Hay un médico en su grupo?

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Kurosawa Ryuu

Ignorando la pregunta de la albina.

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Freyja Gyldenlove

Le hablo al chino y al hamster, csm.

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Ravi Bhandari

Por el momento anda de relleno detrás del guardián del bosque. En verdad lo quería de acompañante. O ver su anatomía, lo que fuese mas fructífero según las condiciones actuales.

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Atreia Langley

Pensando en la nueva guardería in-coming.

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Dylan Chester

No entendía nada. Por suerte, varios se acercaron a ayudar a las chicas atadas al árbol, por su lado no tenía mucho más que hacer.

Tras fijarse en la peliblanca que había hecho acto de presencia, estuvo a nada de tomar su arco de no haber sido porque vio la sangre en su nariz.

—Norman, Eryn —Alzó la voz hacia los susodichos, indicando que ellos eran los médicos.

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Fei Chenge

Subió la navaja al ver que la albuna subia la suya.

— Ella es médico según tengo entendido, puede tratarte — Le comentó esperando que bajara su pico, refiriendose a Eryn.

— También tenemos otro médico, somos varios, podemos ayudarte —

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Eryn Automne

—¡S-Si! , somos varios. — Respondió y afirmando las palabras de Chenge y a la albina. . —¿Donde ayudarte? ¿Estás herida ahí?— Señaló con su dedo índice donde la joven sujetaba la zona abdominal.

No perdería el tiempo y sacaría su botiquín y unos guantes de látex como protección.

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Freyja Gyldenlove

Su mirada primeramente fue hacia Dylan. ¿Quién carajo era Eryn? Aunque Norman... ¿El silbato negro Norman? Si estaba él, significaba que estaba la silbato blanco.

— Son del grupo de Descenso Final. — Finalmente bajó el arma, diciéndolo en un suspiro algo resignado. Volteó a ver su propio cuerpo, donde la pelirroja había apuntado. — Si, estoy herida. — Era cortante con sus palabras, porque vaya, era obvio. El rastro de sangre provenía de ahí.

Arrugó un poco la nariz al ver el botiquín. — Es superficial. — Refiriéndose a la herida. No era grave, sólo limitaba su movimiento y, bueno... Con tanta exigencia a la que sometió su cuerpo, el dolor y la sangre fue inevitable.

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Fei Chenge

— Si, justamente — Si sabía de ellos entonces no llevaba tanto en el abismo.

— Igual debes tratar la herida, te ves cansada. Siéntate y deja que Eryn te trate, te daremos algo de agua — No quería darle ordenes pero no quedaba de otra, no se veía muy bien.

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Eryn Automne

En un silencio momentáneo mientras que Chenge hablaba un poco sobre el grupo, ya había sacado lo necesario para tratar la herida, agua, desinfectada, algunas gasas y unas vendas.

Asintió con la cabeza dándole la razón a su compañero. —Él tiene razón, no está bien andar por ahí con una herida así de profunda como para dejar rastros de sangre.

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Freyja Gyldenlove

Bueno, al menos se fiaba lo suficiente del concepto del Descenso Final. Esperaba no estuviera lleno de... Dio una mirada rápida hacia el resto del grupo... Gente excéntrica.

Sabía que Chenge estaba intentando ser considerado con sus indicaciones, pero la forma de decirlo hasta parecía orden. Qué se le va a hacer, poco podía replicar en ese estado, ¿cuánto llevaba avanzando sin descanso?

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Norman Forrestal

Viendo que Eryn se había adelantado para socorrer a la otra chica que parecía haber sufrido algún tipo de ataque se quedó ahí, congelado. Cabizbajo y observando su brazo poco funcional.

Incluso aunque era diestro perder una de sus manos era como perder una de sus herramientas de trabajo. Aún si fuera durante un lapso de tiempo temporal. Ah... se sentía muy inútil en aquel momento...

Mal. Todo mal.

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Huan Lanshu

Decían su nombre...podía escucharlo como un eco lejano. Y luego, más voces. Su mirada reflejaba que aun no había despertado del todo. ¿La habían rescatado del abismo y ya su enfermedad la había consumido? sus pensamientos eran vagos, y llenos de tristeza.

Hasta que sintió de repente como recuperó el movimiento y ahora podía mover la boca. Su consciencia volvió y vio a aquél gigante hombre. No pensó nada, en cuestion de segundos se formuló un plan: Hacerse la inconsciente por mas tiempo, mientras sacaba su navaja para poder rajarle el cuello y con suerte que la conmoción sirviera como distracción para huir.

Estaba sacando su navaja de bolsillo cuando....aquella cara, aquella voz. Había cambiado con el tiempo pero podía reconocerla- Elise....Elise Jung- fue lo que salió de su boca, ya descartando su plan de hacerse la inconsciente. Aquello fue una sorpresa

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Hugh Carpenter

Se hizo a un lado para dejar que Elise se uniera al rescate, mientras que él terminaba de desatar los últimos nudos. Las cuerdas cayeron al suelo de golpe. Él las comenzó a recoger y a apartarlas, a la par que revisaba si la desconocida tenía algún hematoma o herida. Aunque a simple vista no podía saberlo:

— ¿Estás herida?

Fue entonces que la mujer dijo el nombre de Elise. Eso fue una sorpresa. Aunque, a juzgar por la conversación que tuvieron y por cómo era la morena, tampoco era tan extraño que su círculo de conocidos fuese amplio. Aún así, tuvo curiosidad:

— ¿Os conocéis?

Quería saber qué había ocurrido, pero no insistiría. La rubia debía estar muy confundida. Le daría tiempo.

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Elise Jung

—Haha ¡Sí! La mismísima Elise Jung, bella —Respondió con una sonrisa.

Agradeciendo con un gesto la gran labor de Hugh, le hizo una señal al hombre para tomar a la mujer de sus brazos para sentarla en el piso, aunque prefirió esperar alguna señal por parte de la contraria para revisar si tenía más heridas en su poca piel descubierta.

Poco tiempo le tomó hacer consciencia de que se había dejado llevar por la impresión, por lo que le hizo un gesto al hombre:

—Sí, nos conocimos en nuestra adolescencia mientras fuimos silbatos rojos —Comentó a grandes rasgos, sin entrar en mucho detalle. Murmuró en voz baja mientras miraba a la rubia —Han pasado varios años...

El hecho de haberse alejado del casi cien por ciento de sus amistades por los azares del destino le estaba trayendo un inexplicable peso sobre los hombros. Pero no quería pensar en eso.

Esperó un momento a que la mujer recobrara la consciencia para hacerle un interrogatorio exhaustivo y estuviera bien. Estaba muy preocupada.

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Hugh Carpenter

Escuchó la anécdota de Elise, musitando un "Hmmm" para dar a entender que estaba escuchando. Supuso que era normal para gente extrovertida conocer a prácticamente todos los delvers del abismo:

— Qué coincidencia.

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Huan Lanshu

Demasiadas preguntas al mismo tiempo y aun no se acostumbraba a a conmoción. Estaba bastante confusa en aquel momento. Habia pasado de pensar que la esclerosis la consumió a plantearse en degollar al hombre que la ayudó y a darse cuenta de que una de sus "amigas" de la adolescencia estaba allí contando tranquilamente la anécdota de como se conocieron.

- ...........- Grupo de locos, como Jhon, no, Jhon era peor que esto. Tal vez eso la consoló un poco.

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Geer Hemingway

Pronto la molestia de no poder moverse a su gusto desapareció siendo reemplazado por la sensación de ser rodeada en un abrazo. No era incomodo pero tampoco era agradable. Incluso llego a pensar que alguien había ido a despertarla pues era su hora de hacer los deberes.

— No… denme 5 minutos más. Es muy temprano… — Dijo la chica haciendo un ademan con su mano indicando que la dejaran en paz.

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Su Hua

Bueno, al menos estaba viva.

— Oye niña mierda, despierta y explicale a Chenge por qué te alejaste y donde estuviste todo este tiempo — Aprovechado que Chenge no estaba cerca, le estresaba que reaccionara así, la acaban de salvar

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Geer Hemingway

A sus oídos entraba una voz. Alguien le hablaba. Se oía como alguien desagradable y encima de eso muy maleducada. Seguro estaba teniendo una pesadilla. Así que lo ignoraría tratando de pensar en algo diferente para cambiar su sueño.

— Si… si… lo hago mañana. — En su forma de hablar se notaba cansancio y desinterés en cumplir con la petición.

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Su Hua

— 💢 Mañana es muy tarde ...— chasqueo la lengua — ¿Estas herida? — ojala viniera Chenge para atender a su bendición adoptada. No entendía porque le gustaba andar de niñero.

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Kurosawa Ryuu

Cuánta... Gente... Cuántas conversaciones ocurriendo a la vez... Cuántas voces, cuánto ruido...

Ryuu dio varios pasos para atrás, quedándose muy alejado de todo el grupo. El guardián del bosque poco le importaba en esos momentos. Menos le importaba lo que estaba sucediendo con sus compañeros. Necesitaba desatenderse.

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Norman Forrestal

Se alejó también debido a la ansiedad que le estaba provocando la presencia de tantas personas, no sin antes ojear a la adolescente y a la rubia, ahora ya desatadas. No parecían haber sufrido heridas de gravedad así que supuso que estarían bien con la ayuda de los Delvers que tenían cerca.

Mientras tanto, observaba también de cuando en cuando la criatura del abismo que los había traído al lugar. Una vez encontró un sitio más apartado guardó su mano derecha tras su espalda y se apoyó contra uno de los árboles de nenúfar.

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Ravi Bhandari

Si bien podía tener una reacción similar a la de Ryuu, impedía que cualquier cosa la abrumara mientras mantuviera su mente sumida en algo, y ese algo en esos momentos era el registrar absolutamente todo lo que había observado del Guardián del bosque, ilustrar todos sus ángulos, detallar su forma de moverse y protegerse. Todo.

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Osamu Kinoshita

Su trabajo estaba hecho, se alejó y se desentendió de todo mientras pasaba la mirada de un lado a otro intentando entender que pasaba (?)

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Geer Hemingway

"¿Herida? ¿Por qué loe estaría?" Pensó la pequeña para si misma antes de recapitular todo lo que había hecho hasta ahora. Dándose cuenta que todo lo que había soñado no era un sueño si no la realidad misma.

—¡¿NO ERA UN SUEÑO?! — De un solo salto se levanto gritando lo más alto que podía. Encontrándose así quien sabe como en un lugar muy diferente al que recordaba. — ¡CHENGE!— Grito asustada intentando buscarlo con la mirada. —¡LA SEÑORA ESTA ME ESTA HABLANDO FEO!—

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Fei Chenge

Iba a ofrecerle ayuda a Eryn cuando escuchó la voz de Geer, bueno, los gritos de Geer.

— Te dejo, creo que me llaman 💦— Le dijo a Eryn mientras se giraba donde estaba la niña. Eran muchas cosas pero saber que estaba a salvó hacia que tomara las cosas con calma.

Se acercó a Geer, preguntandose quien era esa "señora" y para su no sorpresa Su Hua estaba a su lado.

No le dijo nada y se acercó a abrazarla y apretarla un poco.

— No grites ¿estas bien? ¿que ocurrió? — le preguntó suavemente y suspiró, estaba muy aliviado.

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Su Hua

— ¿como que señora? ¿en donde me ves cara de señora niñ- Geer? — Al fin vino Chenge, uff, bueno, ahora era su problema(?

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Geer Hemingway

Recapitulo hasta hacer un lista con lo más importante para contarle a Chenge todo lo que había sucedido de forma que lo entendiera.

— A ver…— Pensó. — Mira estaba contigo ¿Ajá? Y luego ya no. — Empezó lento y simple diciendo lo que ya todos sabían. — Luego se me perdió mi invento por que se cayó de mi mochila así que fui por el. —Entre la explicación hacía ademanes algo cómicos intentando que fuera todo aún mas claro. — Entonces encontré un par de cosas y asi otras unos animales, flore y así hasta que al final ya no recuerdo nada. —

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Fei Chenge

— Aja — escuchó atentamente alejandose y dandole su espacio, quedándose pensando un poco cuando terminó.

— No recuerdas nada... Han pasado dos semanas desde que desapareciste, es muy extraño que no recuerdes nada — Mientras hablaba sentía sus mejillas algo humedas ¿estaba llorando? tal parece, había pasado por tanto estres que verla hablar de lo que pasó tan animada como siempre le ponía muy feliz.

— Hay que investigar más de quien te puso aquí, debemos estar alerta. De mientras deberias comer algo y tomar agua, no se cuando fue la última vez que te hidrataste — hablaba como si nada mientras se secaba las lágrimas con el dorso de su mano y buscaba su cantimplora.

Le estaba costando mantener la compostura, hace tiempo que no sentía que le iba a dar un ataque en cualquier momento, debía respirar y calmarse.

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Geer Hemingway

"¿Ah caray como que dos semanas?" Haciendo algunos cálculos y basándose en la barba de su fiel guardaespaldas y fiel confidente. Fue capaz de determinar que habían pasado quizá uno o dos días. Como mínimo un par de hora… ¿¡PERO SEMANAS?! Quizo intentar recordar más haciendo memoria. Recordando únicamente que jugó a ser una silbato blanco y coloreando su silbato de blanco, color que aún traía, pero más de eso no. Todo gracias a que vio llorar al muchacho.

— ¡NO. NO. NO! CHENGE NO LLORES O VOY A LLORAR. — Odiaba verlo así. Como a cualquiera. Incapaz de hacer más por el solo se le ocurrió secar sus lagrimas con sus manitas y abrazarlo con tanta fuerza como tenía. — ¿APARTE POR QUE LLORAS SI YA ERES UN ADULTO?— Al final terminó llorando con él sin saber exactamente por qué.

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Fei Chenge

Soltó una risa la ver como le decia que no llorara, dejando que le apretara en el abrazo.

— Los adultos también lloramos, Geer. Y si dices que no llore solo querré llorar mas — Escondió su cabeza en el hombro de la niña suspirando, vaya desastre, había hecho que llorara.

— No llores linda, todo estará bien, tengo mucho que contarte... Me alegra que estes viva — se alejó solo para tomar la cara de Geer con una mano y apretar sus mejillas.

— Espero no te vuelvas a alejar de mi — Le sonrió, esperando que notars qué, aunque fuera un comentario suave, era una amenaza.

Ahora él le secó las lagrimas a la niña. Ahora le ofreció la cantimplora.

— Toma agua, necesitas descansar —

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Geer Hemingway

—Está bien no me voy a apartar.— Tomó la cantimplora disponiéndose a hidratarse, ahí sentada en el piso como si tomara juguito.

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Huan Lanshu

Por fin pudo reaccionar. Intentó ponerse en pie por si misma, le temblaban un poco las piernas pero consiguió lograrlo con algo de esfuerzo.

Tomó un gran respiro y se digno finalmente a hablar- Más allá de las magulladuras por estar atada, físicamente me siento bastante estable- les contestó a ambos. Ignoró varias cosas de lo que hablaban porque le pareció irrelevante en aquel momento- No tengo idea de como terminé así, por lo que es un golpe de suerte encontrarles. ¿Grupo de descenso final...no? - Sonrió ante su suposición. Era demasiada gente y de paso, estaba Elise alli. Si estaba allí, seguro era ese grupo. Muchas pruebas 0 dudas(??

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Hugh Carpenter

Ante las señas de la morena se acercó con mucha cautela a la desconocida, pero ésta fue más rápida para levantarse. No obstante, el tembleque fue demasiado obvio. Hugh le hizo una seña para que se sentara:

— No se sobreesfuerce.

Quiso creerla cuando dijo que estaba físicamente bien. Respondió a su pregunta:

— Correcto.

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Elise Jung

Lanshu había inferido bien. En efecto, se trataba del grupo de descenso final y asintió a la par que el hombre respondía. Se preguntó hace cuánto había descendido. Viendo que la contraria se tambaleaba un poco, la afirmó con firmeza del brazo.

—Hazle caso a Hugh, no te sobreesfuerces, ¿Estás bien de salud? ¿Segura que estás estable? ¿Y si te revisas mejor para ver si hay alguna herida? —La atochó de preguntas por la preocupación del momento.

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Huan Lanshu

Se puso algo nerviosa de que el hombre y Elisen notaran su sobreesfuerzo. No quería levantar sospechas tan rapidamente, así que les hizo caso- Lo siento, fue un reflejo, me siento bastante agarrotada por el amarre- admitió, aquello era verdad. Si podía tapar una mentira con una verdad era algo que no iba a desperdiciar.

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Hugh Carpenter

— No se preocupe. Descanse.

Le costaba un poco escuchar lo que decían las mujeres a unos palmos de él porque cierta niña en las cercanías hablaba a gritos. Eso, y porque escuchó sollozos. Frunció el ceño y revisó otra vez al grupo que socorría a Geer. Así fue cómo vio a Chenge tomando a la pequeña de la cara.

... Chaval, ¿no crees que es poco educado ir toqueteando tanto a las chicas...?

El pensamiento fugaz de que fuera alguna clase de fuckboy y que hiciera daño a Ravi pasó por su mente. El hombre sacudió la cabeza. No. No podía ser. Era demasiado maduro e inteligente como para jugar con los sentimientos de nadie. Aunque, claro, le conocía de dos semanas. Pero no. Agh.

Prefirió dejar de darle vueltas.

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Osamu Kinoshita

Dios, tanta gente. Haciendo tantas cosas a la vez. Cansado como estaba por no haber dormido bien, estaba completamente saturado. Se dedicó a mirar hacia algún punto indeterminado, un arbolito o por ahí, pensando en que haría después de descender. (??

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Dylan Chester

Retrocedió unos pasos viendo el panorama, desatendiéndose de todo. ¿Más gente nueva? Bien, no le importaba. Se sentó en una roca soltando un bostezo hondo.

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Eryn Automne

Antes de continuar el chico se retiraría pues lo llamaban en otra aparte a lo que Eryn solo se despidió de él agitando su siniestra y volviendo a la albina. —¿Puedes descubrirte la herida?— Preguntaría antes de siquiera llegar a tocarla, quería evitar futuras incomodidades como pasó con Ryuu.

—Cómo lo mencionó uno de mis compañeros mi nombre es Eryn, ¿cuál es el tuyo?— Preguntó mientras ya con sus guantes de látex, comenzaba a limpiar la herida con agua para quitar la sangre sobrante y que quería empezar a secarse.

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Freyja Gyldenlove

Devolvió su atención hacia la chica, mirando su propio guante manchado por su sangre por estarse haciendo presión durante su caminata. Hizo una mueca. — Mierda. Vale. — Detestaba los procedimientos médicos, pero si preguntó es porque sabía que lo necesitaba.

Tomó asiento cerca de la pelirroja en lo que se iba quitando el mono, descubriendo su firme y fuerte figura, además de exhibir el cómo sus tatuajes avanzaban por todos sus brazos, hombros y toda su espalda.

— Freyja. — Volvió a hacer una mueca cuando comenzó a tratarla. Vaya que hablaba poco.

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Eryn Automne

No le sorprendería ver la parte superior del cuerpo de la joven descubierto casi en su totalidad, en sí le sorprendería los tatuajes era la segunda persona que había visto de cerca a alguien con tatuajes, claro refiriéndose a Ryuu. —Ardera un poco, resiste uno minutos.— Advirtió mientras pasaba una gasa con poco de alcohol para desinfectar la herida. Parecía que la habían apuñalado pero gracias al cielo que no había perforado algún órgano vital, sólo piel aunque eso no descartaba tener que tomarse un tiempo para recuperarse. —Freyja, es un bonito nombre, ¿puedes contarme como te hiciste la herida? ¿Y sabes algo sobre las Delvers que estaban atadas?— Preguntó no solo como tema de conversación si no también para tener algo de información.

Posteriormente colocaría un apósito sobre la herida limpia, si bien ya no sangraba tanto era necesario cubrirla. —Has algo de presión sobre esto mientras te vendaré, por favor.— Pidió a su vez comenzaba a rodear su abdomen con una gran venda para ejercer presión y evitar que se moviera en el camino.

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Freyja Gyldenlove

— Está bien. — A pesar de su tono serio y porte ligeramente intimidante, tan pronto vio la gasa cerca de su herida, volteó hacia otra parte. Arrugó la nariz y apretó los dientes al sentir el contacto y el ardor. Parecía que realmente no le gustaban esas cosas por más leves que fueran, que inmadura.

Ignoró completamente el cumplido que le fue dado. — Fui atacada estando desprevenida. — Me defendí pero- — Dio la redundancia a su herida con una mirada. — No a tiempo.

Pareció intentar recordar, pero frunció el ceño y llevó una de sus manos hacia su sien. — No tengo idea de quién fue. — Obviamente con eso daba a entender que fue alguien. — El muy cabrón me aturdió, era quedarme a ser su saco de boxeo o huir. — Intentaba explicar de manera resumida, pero la siguiente pregunta hizo que alzara una ceja. — ¿Delvers atadas? ¿En esta capa? — No parecía saber nada al respecto. Ya estaban siendo demasiadas cosas juntas.

Asintió ante la indicación e hizo lo dicho, en espera de que terminara con su labor de vendarla y poder volverse a subir el uniforme.

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Eryn Automne

Concentrada en su trabajo era lo más cuidadosa que pudiese ser, sin dejar de prestar atención a la joven albina, todo aquello sonaba más alarmante. Ya era mucho lidiar con las criaturas del abismo ¿y si se trataba de aquellos mismos seres que les hicieron tener alusinaciones? Al final sólo eran suposiciones epro en usnto pudiera le informaría a la silbato blanco.

—Comprendo, debió ser difícil pero gracias al cielo la herida no daño ningún órgano vital, e hiciste bien apretando la herida. — Animó mientras terminaba de vendar la, ya solo colocaría los brochesitos.

—Si, encontramos a dos muchachas atadas, ya están siendo atendidas por mis compañeros, no parecían heridas pero estaban atadas en árboles. — Le informó, tomando una distancia prudente, luego limpiará sus guantes y retiraría, y guardaría sus cosas en el botiquín. —Listo, procura descansar para no abrir la herida, si esta vuelve a sangrar tendríamos que coserla y es mas doloroso.— Rascó su mejilla tímidamente. —Si necesitas agua aquí tengo en mi cantimplora. —

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Freyja Gyldenlove

Dejó salir apenas un soplo de risa mientras sonreía de lado, pareció haberse divertido con una minucia que no pareció sarcástica. Se preguntaba si la chica se expresaba así por su manera de ser, por ser médico, o un poco de ambos.

Se puso de pie nuevamente mientras hacía un gesto de incomodidad por la herida, aunque era un alivio que no se sintiera tan jodido como momentos atrás. — Hm. Quizá haya sido el mismo. — Bajó la mirada analizando la situación. No, era poco probable. ¿Cómo un solo individuo podría ser capaz de inmovilizar a dos personas y luego atacar a una tercera sin ser visto?

Hizo un movimiento con su mano. — Olvídalo, estoy divagando. Por tu sorpresa supongo que no se han topado con algo así. — Humanos atacando humanos quería decir.

Hizo un claro gesto de disgusto al escuchar el tener que coser la herida. Joder, no. — Descansar dentro de lo que cabe en este lugar. — No que pudiera quedarse asentada por demasiado tiempo estando en el abismo. Negó con un movimiento. — Tengo la propia, no gastes tus recursos. — Ah, pero ya había gastado algunos médicos en ella. Maldita sea. Sea como sea, mejor sacó la cantimplora para beber de ella y no pensar en eso.

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Su Hua

Se fue a observar al guardián del bosque mientras todos hacian lo suyo, vaya, más gente. Que alegría.

— ¿no puedo ir contigo? — murmuró al guardián en broma.

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Guardián del bosque

Se aleja de Su Hua moviendo las orejas. (?)

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Su Hua

— Tampoco tenías que ser tan cruel con tu respuesta ¿sabes?

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Hugh Carpenter

Revisó cómo estaba el resto. Al parecer, la niña que había estado atada era la Geer que Chenge había estado buscando por casi tres semanas; el hombre sonrió levemente al saber que la pequeña estaba sana y salva. Luego, se percató de una cabellera que brillaba bajo el sol. Era de una albina. Estaba sangrando pero, por suerte, Eryn ya se estaba encargando de ello.

Tanto aburrimiento en las últimas horas y, ahora, estaban ocurriendo tantas cosas a la vez.

... Se estaba agobiando un poco. 💦

Además, se sentía un poco fuera de lugar, como si debiese dejar a la rubia y a Elise a solas. O directamente dejar tranquila a la chica que recién se había despertado. No estaba seguro. Por mero instinto dio unos pasos para atrás en pos de ofrecer espacio:

— Beba agua. ¿Tiene su cantimplora?

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Elise Jung

Sintiendo que el contrario miraba al resto, por su lado imitó su acción. Había otra cara conocida que distinguió no muy lejos de ellos, mientras que algunas personas estaban en la lejanía desatendiéndose de la realidad. Por suerte, parecía que todas las chicas nuevas estaban siendo atendidas, unas más ruidosas que otras.

Viendo que Hugh daba un par de pasos hacia atrás, infirió que no tenía más que hacer en ese momento. Se acercó momentáneamente hacia él y le palmeó la espalda.

—Gracias por ayudarme a desatar a Lanshu ✨ —Le sonrió con calma contenida —Me aseguraré de ver a mi amiga, ¿Nos ayudas o prefieres ir con el club de los introvertidos y descansar momentáneamente de tanto caos? —Rió.

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Huan Lanshu

Se sentó y aprovechó el momento para hacer movimientos suaves para estirar sus piernas-Uhm... pues ahora que lo dices es buena pregunta...-se giró a su al rededor para ver si la mochila estaba cerca y por suerte la ataron con todo y mochila- No tengo idea de por qué me ataron...si no me robaron nada - les dijo, señalando la mochila que estaba relativamente cerca, podía ver que no le habian robado porque se notaba llena- ¿Si no es mucha molestia me la podrían pasar por favor? alli tengo mi cantimplora, debe tener agua, por favor guarde su agua para usted. Es importante la autoconservación - le dijo a Hugh como un consejo honesto, aunque agradecía el gesto.

Luego su atención se volvió a Elise, que de nuevo le hacia muchas preguntas. Sus preguntas le daban un poco de trigger, porque eran las mismas preguntas que oia todos los días antes de adentrarse en el abismo, pero ella no tenia idea de como saber eso. Asi que se tuvo que tragar su frustración- Pff tranquila querida Elise, estoy bien, solo algo conmocionada- admitió.

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Hugh Carpenter

Fue hacia la mochila que la rubia señalaba, tomándola y acercándosela. Se ahorraría el explicarle que en ningún momento le ofreció su propia cantimplora. Era demasiado aprensivo para eso:

— ¿Qué es lo último que recuerda?

Ante las siguientes palabras de Elise, no supo muy bien qué contestarle. Sentía que debía dejarlas a solas para que charlasen del pasado y para que no tuviesen a un hombre cerca, pero tampoco quería quedarse sin hacer nada. Prefirió que lo decidiesen ellas:

— Nada. ¿Quieren estar solas?

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Elise Jung

Ante la mención de la mochila, también revisó el área para ver si estaba por ahí. Cuando escuchó a Lanshu diciendo que sus cosas estaban intactas a simple vista, frunció el ceño levemente en señal de confusión.

¿Por qué les habrían atado si no iban a robarles nada? Le pareció bastante curioso.

Se cruzó un poco de brazos viendo que Hugh acercaba la mochila hasta la chica. Inmediatamente, dejó de lado gran porcentaje de sus preocupaciones por su respuesta inmediata, no pudo hacer nada más que sonreirle de vuelta.

—Vale, cualquier cosa que sientas nos avisas, hay varios médicos. Le puedo pedir a Ryuu que te examine si lo necesitas —Procedió a comentarle en confianzas.

También sintió curiosidad sobre lo último que recordaba Lanshu, quizás con eso podría sacar mayores hipótesis respecto a lo que había ocurrido. Y sí, había bastante ruido, al estar tan concentrada en su amiga y en las nuevas no se había percatado que habían gritos y llantos.

—Hm... —Llevó su mano a su mentón, a ella le daba igual que Hugh estuviera, de todas formas, lo consideraba su amigo y un buen hombre. Intercalando miradas entre ambos, posicionó la suya sobre la rubia —¿Qué opinas, Lanshu?

Aprovechó de sentarse cerca de ella.

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Huan Lanshu

Agradeció a Hugh asintiendo con la cabeza. Estaba ya un poco más relajada, aunque la insistencia de Elise de que la revisaran le ponían los nervios de puntas- No te preocupes Elise, a sido un largo tiempo sin vernos por lo que uh...tal vez no lo sepas pero tengo cierto conocimiento medico- enfatizó en aquel ultimo punto con algo de fuerza, pero sin dejar de ser cordial- así que si estuviera mal lo sabría, de todas formas tambien me pongo a la orden si alguien verdaderamente necesita atención medica - sonrió, esperando que no le insistieran más.

Y tranquilo, su compañia no es molestia así que si desea estar usted quedese- le dijo a Hugh, no le importaba la compañia de alguien más en ese momento de conmoción, pero tampoco le diria que se quedara si el hombre no lo deseara. Le daba bastante igual estar en compañia en aquel momento, no se sentía comoda con tanto aturdimiento.

Y uh...honestamente, lo ultimo que recuerdo es que me dirigía a la guarida de Ozen y...luego ya más nada - les respondió con preocupación. Ese espacio en blanco en su mente le hacia mucho ruido- Solo se que en algun punto senti como si me golpearan por detrás

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Hugh Carpenter

Para bien o para mal, Hugh era muy perspicaz en cuanto a notar emociones ajenas se trataba, por lo que se percató al vuelo del énfasis que hizo Lanshu en su comentario sobre la medicina. Definitivamente la rubia estaba harta de que le insistieran tanto. No podía juzgarla. Él también se molestaría:

— El tema queda zanjado, pues.

El corazón se le paró por unas milésimas de segundos cuando la morena preguntó si él podía quedarse. Ah. Al final, sí que le dolería un poco si le echaran. Por suerte, la recién llegada fue increíblemente amable. El alivio que él sintió fue grande:

— Con permiso, me quedaré.

Dicho eso, se sentó frente a ellas. Escuchó la anécdota de la menor. Entre el hecho de que la habían golpeado y que había sido atada, era indudable que había sido obra otro ser humano. Lo que no entendía Hugh era por qué. Bastantes problemas daba el abismo como para que los delvers en su interior causaran más:

— Ahora debe ser 18 de noviembre. ¿Cuándo fue su ataque? — Dijo, recordando haber escuchado a Geer gritar decir que tenía una laguna mental de dos semanas.

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Huan Lanshu

Estaba teniendo un momento de calma luego de tanto ajetreo pero la pregunta uqe le hizo Hugh la dejó inquieta.

18 de noviembre. Era cierto que no llevaba bien la cue ya de los días- no...no recuerdo bien pero, oh dios- solo dijo aquello mientras llevaba sus manos a su rostro en signo de frustración.

Que por cierto...- observó al resto del grupo que estaba euforico- ¿no creen que... con tanto ruido podríamos atraer algo indeseado?- alzó una ceja un poco consternada. Ni siquiera sabía si los que la habían atado seguían cerca

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Hugh Carpenter

El comentario de Lanshu fue muy acertado. Revisó la zona otra vez. Geer parecía haberse calmado, pero uno nunca podía estar seguro de si volvería a alzar la voz:

— Tiene razón...

Se dirigió a todos:

— Bajen la voz. No debemos atraer criaturas.

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Osamu Kinoshita

Miró al mayor y asintió. Cuanta razón, sí.

Se sentó por ahí a recuperar energía tanto físicas como sociales (?)

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Fei Chenge

— ¿hmm? si, señor — No había subido la voz pero igual le respondió a Hugh, le daba la razón, algunos eran algo ruidosos, pero estaba tan atento a Geer que ni se había fijado en eso, aunque teniendo al guardián cerca no había que preocuparse demasiado.

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Ravi Bhandari

Observaba a Geer.

Su Chenge.

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Geer Hemingway

En cuestión de segundos su espalda se heló poniendo su piel de gallina. " Alguien me observa… Actúa cool." Intentó hacerlo haciendo que al final el agua se derramara encima de ella.

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Fei Chenge

Le acariciaba la cabeza y la peinaba, tenía el cabello hecho un desastre. A veces, más que su hermano, parecía su padre estando pendiente de ella, le distraia mucho tratarla de esa forma, aunque no le agradaba cuando actuaba demasiado imprudente, como ahora(?

— Oye, ten más cuidado ¿no tienes ninguna herida cierto? — se puso a revisarla, levantando los brazos y tal.

Notó que Ravi véia hacia aca.

— Ravi, ven ven — La llamó, quería presentarla

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Ravi Bhandari

Seguía mirando a Geer completamente atenta, no la perdía de vista por absolutamente nada que pasara o escuchara. La analizaba de pies a cabeza sin reaccionar de otra forma más que una sonrisa impresa en su rostro.

Miraba cómo Chenge la peinaba. Ah, la peinaba. ¿Por qué? Estar atada a un árbol no era una situación de mucho movimiento, no había nada que peinar ahí.

Parpadeó cuando escuchó su nombre, ampliando su sonrisa y yendo hacia donde estaba Chenge con su usual caminata infantil cuando no tienen prisa. Tan pronto llegó, lo sostuvo de la ropa.

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Geer Hemingway

En cuanto aquel accidente ocurrió fingió como si no hubiera pasado. Debía verse cool. Pero con Chenge haciendo de su papá intentando peinarla solo se veía como una niña más en el grupo. No supo si sentirse bien por que sentía el cariño de le tenía o si sentirse avergonzada por que la trataban como una niña pese a su intelecto.

— Estoy bien, estoy bien. — Empujó las manos del pelinegro en un acto para verse más madura frente a los demás. — Soy una delver a pesar de todo. Puedo manejar esto y más. — Dejó salir una pequeña risa burlona.

Disfrutaba de su tiempo con Chenge hasta que finalmente otra chica se acercó a el con total confianza. Sosteniendo su ropa como si se tratara de alguien intima. Lo cual era muy extraño por que no la conocía.

"¿Y a esta que le pasa? ¿Por que lo agarra así como así? " Por dentro sintió una molestia que no había sentido hasta ahora. " Tengo que cuidar a Chenge de lo que sea esa cosa." Pensó a la vez que intentaba alejar a la peliroja de quien la había cuidado hasta ahora para luego abrazarlo y mirarla fea.

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Fei Chenge

— Asi es, eres una chica grande — rio un poco con ella, a veces olvidaba que Geer ya estaba creciendo, pero su estatura sin duda no ayudaba a quitarle la mirada de nenita.

Las cosas se pusieron muy raras de repente. Aquel jalón de ropa lo reconocía, antes no sabía que significaba, pero lo recordaba totalmente.

Las cosas no mejoraron cuando Intentó apartar a Ravi. Sentía que estaba empezando a generarse un mal entendido.

— Geer, no hagas eso — La regañó apartándose de ambas, necesitaba espacio.

— Geer, ella es Ravi, es mi pareja, debes haberla visto alguna vez en el orfanato, la conozco desde que eramos niños — Estaba intentando presentarla con total normalidad ignorando la tensión del ambiente (?

— Ravi ella es Geer, es la chica que me acompañó en mi descenso, también la conozco desde hace años — Esto era un, porfa quiero que se lleven bien porfaporfa

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Ravi Bhandari

Se quedó perpleja, sin mencionar absolutamente nada mientras observaba lo que estaba ocurriendo frente a ella con una sonrisa que, si bien siempre estaba presente en ella, ahora parecía dar una vibra totalmente distinta a pesar de estar con la misma calma de siempre.

Apretó más la ropa de Chenge cuando la contraria lo abrazó, y para cuando intentó apartarla... Tomó la mano de la menor.

A ella no le gustaba que la tocaran desconocidos. Si ella misma iniciaba el contacto, estaba bien. O si veía de antemano que iban a tener contacto con ella, estaba bien.

Pero si ella no quería que la tocaran, no la toquen.

Y si no quería que Geer la tocara era porque, además de ser una desconocida, estaba intentando quitarle a su Chenge.

Comenzó a ejercer presión en los dedos de la otra, en dirección opuesta a donde se doblan.

— Geer, no hagas eso. — Repitió como eco ampliando su sonrisa, incluso ignorando que siempre se refiere a todos como "usted" al principio.

Omitió la presentación. No iba a decir que era un gusto. No lo era. — ¡Soy su pareja y ya había escuchado de ti! De tu desaparición y de tus altas probabilidades de muerte, ¡pero te encontramos con vida!

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Geer Hemingway

Buscó en sus recuerdos el nombre de Ravi pero no encontró uno. Quizá estaba muy ocupada con sus experimentos que simplemente lo olvido en conjunto con el amorío de Chenge. Miro nuevamente a la muchacha antes de hacer sus propias conclusiones.

Parecía alegre y una buena persona. De momento lo dejaría pasar con tal de ver como irían las cosas. Pero no le quitaría el ojo de encima pues tenía la importante misión auto impuesta de cuidar de su papá/hermano que la había cuidado tantos años. Ahora era su momento.

—No la recuerdo para nada. ¿Estás seguro que no la acabas de conocer? — Preguntó lanzando una mirada sospechosa al pelinegro. Fue entonces que Ravi le dedico un par de palabras seguidos de una MUY AMIGABLE caricia en las manos. — … ª —

Sus pequeños deditos pronto tronaron como ramitas rompiéndose al ser pisadas. Naturalmente la pequeña de cabello teñido cayó al piso de dolor. Hasta ahora no había experimentado otro dolor que no fuera el de las llamas quemando sus cejas o chamuscando su cabello. Por lo que su cuerpo respondió con un fuerte grito.

— ¡NOO DEJA MI MANITA CON ESO TRABAJO!—

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Fei Chenge

— Bueno, es normal, por la diferencia de edad...— Iba a seguir hablando, sin embargo tuvo que detenerse en seco. Tomó la mano de Ravi y la alejó de la de Geer, no entendía que le estaba pasando a Ravi pero no estaba muy feliz con su comportamiento

— Ravi ¿Qué piensas que estas haciendo? La estas lastimando — Quería pensar que no fue intencional, pero solo un ciego diría algo como eso, se notaba como la chica estaba llevando los dedos de la chica hacía atrás de forma premeditada. Observó a Ravi con unos ojos que mostraban tanto severidad como preocupación.

Esto ¿Qué era? ¿celos? Le asustaba tener que lidiar con ese tipo de sentimientos por parte de Ravi, su forma de ver el mundo y a la gente era algo bastante distorsionada a lo moralmente correcto, solo se basaba el lógica y en lo que le servía y lo que no. En ese momento solo podía pensar en aquella frase que había dicho sobre su ex "es una persona a la cual no el veía ninguna utilidad" En su momento la tomó a la ligera, pero ahora estaba bastante preocupado.

¿Qué podía esperar de Ravi? Nunca lo sabía.

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Ravi Bhandari

Se quedó mirando a Geer con una sonrisa sin moverse en lo más mínimo, tan tranquila como si no acabara de causar que se tirara al suelo del dolor. Estaba plenamente consciente de que no había quebrado ninguno de sus huesos, no había ejercido tal fuerza, incluso algo tan sencillo como eso requería más esfuerzo que ella no dio.

— Apartar su mano. — Contestó la pregunta, aún si omitía cómo lo hizo. — Mantuvo contacto físico conmigo cuando no era necesario o de mi agrado. — Dio su primer punto, para después voltear hacia Chenge, ladeando la cabeza, como si se cuestionara el por qué el chico le preguntaba algo como eso. Hasta se veía genuinamente confundida.

— ¿Debía permitir que me apartara de ti? — ¿Eso pasaba? No, no pasaba. No había leído nada de eso. Las parejas eran dos personas y se quedaban juntas. Sin nadie interrumpiendo eso.

La conocía desde hace años. ¿Cuántos? ¿Más que ella? ¿Era una balanza de antigüedad?

— Demostró inclinación a quitarme a mi Chenge. — La estereotipia de sus dedos era evidente.

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Fei Chenge

Escuchó las frías respuestas de Ravi, dando razones a su preocupación. Suspiró volviendo a sentir ese ligero palpitó en su sien.

— No, ella no debe hacerte nada, como tu tampoco debes hacerle nada. Por favor, nadie te va a quitar de mi lado, así que no se te ocurra volver a lastimarla, y Geer tampoco debe lastimarte, así de simple — Miró a la niña con severidad, sinceramente la idea de hablar del tema se le hacía agotador, pero sería necesario.

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Ravi Bhandari

"Nadie te va a quitar de mi lado, así que no se te ocurra lastimarla."

Por ocurrir, ya ocurrió. Pero entendía a lo que se refería. ¡Entonces sería un trato recíproco según las condiciones de Chenge! Si Geer no hacía nada, ella tampoco haría nada, así de simple.

Pero, ¡haha! Si Geer hacía algo, significaba que ella también podía hacer algo.

— ¡Entiendo, Chenge! — Sonrió una vez el otro terminara de hablar, ya esperaría la explicación del contrario a futuro, ahora se centraría en su investigación actual y el comportamiento de la criatura.

Tras el rescate de las tres jóvenes todo parecía normalizarse un poco. Resultó que tanto Lanshu como Geer tenían signos vitales buenos y no habían sido heridas de gravedad, la única que pareció haber sufrido más fue Freyja, quien tenía una laceración en su estómago debido al forcejeo con su agresor.

Por otro lado, la silbato blanco estaba inquieta. Atreia se movía en círculos pensando en cómo sopesar la situación: tres Delvers heridos por humanos. Ninguna criatura era lo suficientemente inteligente, ni tampoco tenía la manera, de atar a alguien, o algo, a un árbol de esa forma. Incluso hasta el punto de amordazarlos.

Y seguramente todos pensaban en esa conjetura: había un culpable aún suelto por el abismo.

¿El motivo? Nadie podía saberlo, estaba en manos de ellos identificar al atacante y descubrir qué fue lo que lo llevó a esas decisiones descabelladas.

La mujer de cabellos grises quiso acercarse a su ayudante para comentarle un par de cosas, pero se vio interrumpida de nuevo por el extraño comportamiento por parte del guardián que los había escoltado hasta el bosque de nenúfares. La criatura daba saltos de un lado a otro y emitía chillidos.

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Guardián del bosque

Sus antenas vibraban otra vez. Tenían incluso cierto movimiento rítmico. Su cabeza oscilaba hacia arriba y hacia abajo olisqueando algo. Echó las orejas hacia atrás y meneó la cola de forma agitada. Casi parecía estar sintiendo miedo o una curiosidad peligrosa.

Se desplazó cerca de los Delvers en numerosas ocasiones, se acercaba y después se iba. Un extraño rumor salía de su garganta tratando de llamar la atención nuevamente.

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Fei Chenge

Sus palabras fueron interrumpidas al escuchar los chillidos del guardián.

— Luego hablamos de esto, Ravi — Dijo queriendo cortar el tema hasta ahora, habían muchas otras cosas de las cuales preocuparse en aquel momento.

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Atreia Langley

Alzó ambas cejas con cierto desconcierto.

—Otra vez—se pronunció—nos quiere decir algo.

Había alzado la voz para que cesara un poco el caos que se estaba formando entre distintas personas. Señaló el animal con su dedo índice e hizo gestos para que dejaran de discutir. Antes se había fijado en el comportamiento de Ravi, Chenge y la nueva niña, pero le quitó importancia ya que estaba demasiado cansada de lidiar con niños.

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Su Hua

Ella que estaba cerca del guardián se fijó bastante en sus movimientos, se quedó pensando que podía significar.

— Puede estar diciendo que...¿Algo se acerca? — Ni se lo pensó, sacó su arco y se puso a ver a donde iba, pero procuraba no alejarse mucho, ya que Atreia aun no había indicado que lo siguieran.

Si es el caso lo mejor es seguirlo. La unica chica en mala condiciones que se veía realmente herida era la albina, y ella confiaba en la naturaleza de estos guardianes, solo quedaba que el resto apoyara la noción, mientras seguía revisando la zona.

Mientras Su Hua revisaba la zona concienzudamente para evitar caer en alguna trampa no encontró nada que hicieran saltar las alarmas.

Únicamente habían rastros de sangre entre los árboles desde la zona que Freyja venía, lo cual tenía sentido ya que la herida de su estómago fue la culpable de dicho rastro. Por lo demás, todo parecía estar despejado.

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Hugh Carpenter

Tras el último grito de Geer, el hombre estuvo muy a punto de volver a alzar la voz y preguntar por qué el grupito de tres estaba causando tanto alboroto, mas el guardián del bosque fue más rápido en llamar la atención del todos. Su conversación con las dos mujeres se vio interrumpida. Observó a la criatura y después a Atreia:

— ... ¿Lo seguimos? — "¿OTRA vez?", completó en su mente.

Aunque no sabía si podían teniendo en cuenta el estado de las tres desconocidas; como mínimo, a una le costaba ponerse en pie y otra estaba herida. Hugh se levantó con pesar y se fue acercando al guardián:

— Veamos. ¿Qué quieres?

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Atreia Langley

Asintió a la pregunta de Hugh. Al menos, ese era su objetivo. Ella tenía una teoría: los llevaba a la entrada de la gran falla o a la persona que había hecho daño a las tres jóvenes.

—Mghhm... no sería mala idea seguirlo—contestó—aunque no sé si todos están en condiciones de seguirlo.

Echó una ojeada a todos los presentes, especialmente al trío conflictivo.

—Y dudo que quieras que nos separemos de nuevo.

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Hugh Carpenter

— Pensaba lo mismo.

Era realmente un problema. Si no fuese por el estado de las tres chicas, sería bastante fácil tomar la decisión de seguir la criatura y volver a perder horas de sus vidas. Ante el siguiente comentario de Atreia, resopló por la nariz con gracia:

— Dudas bien.

Al final, era tan fácil como preguntar a las pesos muertos recién llegadas si estaban en condiciones de ir a la aventura o si querían quedarse en la zona; porque, al final del día, no eran parte del Descenso Final:

— ¿Ustedes qué desean hacer?

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Huan Lanshu

Vio como el hombre le hacía caso a la peliblanca...¿era aquella Atreia?

Se levantó y tomo su mochila y se acercó a ella - Disculpe, ¿Qué clase de criatura es esa?

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Atreia Langley

Cuando Hugh le dijo "dudas bien" se echó a reír de forma bastante sonora. Llevaban bastante poco tiempo conociéndose, pero ya casi podía leerlo como un libro. Se cruzó de brazos y después se llevó una mano al mentón, pensativa.

—Pfff... es que es demasiado riesgo separarnos otras vez...—resopló.

Cuando la rubia se acercó a preguntarle por la criatura frunció el ceño, luego recordó que no era tan común debido a su rareza y relajó los músculos de su cara.

—Es un guardián del bosque. Él nos ha traído hasta aquí—indicó—venimos desde los extremos de la segunda capa, más allá del campamento de observación.

Ah cierto, se le olvidaba lo más importante.

—No es ofensivo, normalmente se dejar ver para intentar socorrer Delvers o guiarlos a la Gran Falla.

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Norman Forrestal

Se volvió a acercar de su aislamiento en cuanto Atreia se pronunció. Aunque no tenía los ánimos de unirse a la conversación se quedó de oyente, observando al guardián hacer sus cosas. Pensó que Atreia tenía razón y que separarse era una muy mala idea.

Solo de recordar el combate contra el Needle Ghost le entraban náuseas.

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Hugh Carpenter

La risa de la mujer se le contagió. Rio por lo bajo. Casi quiso comentar "Vaya, me pregunto qué te hace pensar eso", pero optó por ahorrárselo; si empezaban una guerra de gracias no tomarían ninguna decisión. Por el momento esperaría a que todas las desconocidas eligieran qué hacer.

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Freyja Gyldenlove

Estaba preparando sus cosas, incluso si de vez en cuando se cruzaba una mueca por la incomodidad de la herida. Escuchaba las indicaciones de Atreia, pero cuando su vista se dirigía al Guardián del bosque, su gesto se suavizaba.

— Seguiré al Guardián. No es un acontecimiento usual, después de todo. — "Si ellas estaban cautivas, podrían haber más delvers así." Sujetó bien su mochila y se quedó con su arma en mano, mirando a Hugh de pies a cabeza, para después pasarlo y encaminarse hacia una distancia prudente de la criatura.

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Hugh Carpenter

Sintió entonces cómo la albina le miraba de pies a cabeza. ¿Qué... Qué tanto le miraba? No había dicho ni hecho nada raro, ¿verdad? Fingió que no se había dado cuenta de ello y tan sólo se puso modo florero esperando al resto.

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Osamu Kinoshita

-modo florero x2 esperando que todos le hagan caso a Atreia y se pongan manos a la obra de una vez-

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Ravi Bhandari

Para no andar modo florero, tomó de la manito a Chenge como si no se hubiera planteado un posible intento de homicidio a futuro.

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Elise Jung

De acuerdo con todo lo que dicen aunque su mente ante divagando en las nubes. La usser está vegetando y con alergia primaveral, deje su mensaje en el buzón de voz. Piiiiiiiiiiiiiii.

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Atreia Langley

Observó como la albina se acercaba a ellos e indicaba que tenía intenciones de seguirlo. Bien, la rubia también parecía encontrarse bien lo que los dejaba con la duda de si los demás del grupo también estaban de acuerdo.

Aprovechó también para saber quién era la nueva. Solo la vio de lejos siendo asistida por Eryn.

—¿Tú quién eres? —preguntó señalándola—¿entiendo que también te han atacado a traición?—añadió después.

Aunque le extrañaba que no estuviera atada a un árbol al igual que las otras dos. Le resultó bastante sospechoso, ¿y si el guardián estaba nervioso por eso? Frunció levemente el ceño a la espera de la respuesta de la joven.

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Freyja Gyldenlove

Alzó ambas cejas cuando la silbato blanco le habló, a pesar de mantener su semblante serio. Claro, ella lideraba el grupo, iba a presentarse antes pero con la herida y la pregunta de Hugh se había distraído de su propósito.

— Freyja Gyldenlove. Silbato azul. — Mencionó lo último a la par que señalaba el silbato que colgaba de su cuello. Fue más formal debido al rango de la contraria.

— Fue así. Pero no vi al culpable, estaba cubierto por completo y me tomó desprevenida. — Hizo un movimiento con sus manos a forma de no tener información que proveer más que eso.

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Eryn Automne

Las cosas se habían calmado paulatiname, ya había sido atendida Freyja y las dos Delvers habían sido desatadas. Regresaría a integrarse al grupo, procurando ver que todo estaba en orden.

Escuchando la conversación de ambas mujeres más altas, se preocuparía un poco por la pobilidad que un humano fuese capaz de atacar a otro. —¿Sería posible una traición? —

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Atreia Langley

Escuchar la respuesta contundente de la albina la tranquilizó un poco. Parecía honesta y quería creer que estaba diciendo la verdad. No obstante, el nombre... solo Dios sabía pronunciarlo.

Lo guardó en lo más recóndito de su memoria hasta que se le ocurriera un mote adecuado.

—Humm... ya veo—contestó sin más—yo soy Atreia—se presentó.

Así que un humano tapado. Desde luego que era alguien que sabía lo que hacía y se escondía por si alguien conseguía devolverle el ataque. Asumió que ese fue el caso de la mujer.

—En fin, qué le vamos a hacer—murmuró y después miró a Eryn, quien se había acercado y unido a la conversación—por supuesto que es posible... no todos los humanos son "bondadosos". No sabemos quién es y tampoco es raro encontrarse Delvers con malas intenciones en el abismo, al fin y al cabo estás constantemente luchando para sobrevivir.

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Freyja Gyldenlove

— Un gusto. — Por supuesto que ella sabía su nombre. Conocía a los dos de más alto rango ahí, así como conocía del Descenso Final y sus integrantes... Bueno, al menos los iniciales. Habían más presentes, pero no era del todo algo que fuese de su incumbencia.

Alzó ambos hombros ante la respuesta, en efecto, no se podía hacer nada. No podían andar señalando a cualquier delver con el que se cruzaran, así como tampoco podían confiar ciegamente.

Miró a Eryn cuando habló, alzando una ceja y cruzándose de brazos al escuchar la respuesta de la mayor.

— No todos aceptan la profesión por las maravillas de ello, nada descarta delvers crueles o egoístas. O en todo caso... El mismo abismo los cambia. — Pensaba en las consecuencias de cada vez que ascienden, cómo los síntomas se van volviendo peor y peor. Delvers que observan muertes, que pueden enfrentarse a la hambruna o deshidratación... Muchas situaciones podían nublar la consciencia de alguien, incluso si era la persona más buena del mundo.

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Eryn Automne

Las respuestas de ambas le hicieron sentirse confundida, en su pequeño mundo no entraba la pobilidad de que entre compañeros se atacaran las espaldas siendo que el abismo en sí ya es un terrible enemigo. Las miró por un momento confundida, luego bajaría la mirada. —Y-Ya veo... — No digo nada más pues en su cabeza la insertidumble de que entre sus compañeros pudiera pasar algo, comenzaba a sentirla incomoda pero negaba en sus adentros. No iba a desconfianza en ellos a estas alturas y menos ahora.

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Freyja Gyldenlove

Miró a Eryn y el cómo su ánimo había bajado de manera notoria, lamentándose internamente. Esa chica era un libro abierto, seguramente le era difícil el procesar que el peligro del abismo no yacía únicamente en las criaturas.

— Tranquila. — Su tono fue más suave, pero pasó de ello y ahora se dispuso a seguir la indicación de hablar mientras seguían al guardián. — No atacarían a un grupo tan grande, no son idiotas. — O al menos esa creía que era su preocupación. Miró por el rabillo del ojo el resto del grupo, si Eryn tenía cabida a la duda de confiar en ellos, imaginen qué es lo que ella opinaba.

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Hugh Carpenter

¿Cómo que la muchacha había sido atacada por alguien encubierto? Pero si estaba sangrando. No le entraba en la cabeza cómo un ser humano podía hacer daño a otro; jamás lo entendió en Orth y jamás lo entendería en el abismo.

Esto era malo. Muy malo. De criaturas aún podían defenderse, pero de la perversidad humana... Quería pensar que no tendrían que lidiar con algo así, pero sabía que era esperar demasiado. Por el momento quería ver si las tres se encontraron con el mismo hijo de puta. Se dirigió a Freyja:

— Disculpe. ¿En qué lugar fue atacada?

Suspiró. Un momento, estaban perdiendo el tiempo:

— Ah, ¿hablamos mientras caminamos? — Dijo, señalando con la mirada al guardián.

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Freyja Gyldenlove

— Cerca de la entrada a la Gran Falla. — Contestó ahora centrándose en Hugh. Había huido de allí, herida, sola, desde ese lugar hasta su ubicación actual. Estaba agotada pero eso no le iba a impedir seguir moviéndose.

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Atreia Langley

Asentía con los ojos cerrados conforme la albina iba hablando. Comprendía cómo algunos no conseguían entender el porqué un Delver atacaría a otro, pero eso era simplemente por la inexperiencia del abismo.

—Así es—concluyó.

También pensó que empezar a caminar mientras conversaban era una maravillosa idea. Así dejaban de perder el tiempo en vano.

—Sigámoslo entonces.

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Geer Hemingway

Su unico pensamiento en ese momento era el dolorsito en su mano inventora. Paso un rato sobando sus deditos a la vez que caminaba detrás de Chenge tomándolo de la mochila para no separarse de él como le había dicho.

No fue hasta entonces que comenzó a darse cuenta de la gravedad del asunto. Habiendo sangre por todos lados y una chica herida que no había visto hasta ahora. Como una chica obediente solo se limito a seguirlos sin hacer nada estúpido.

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Guardián del bosque

Comenzó a caminar despacio y a una distancia adecuada como hizo anteriormente. Se adentró en la maleza de los árboles a la espera de que los humanos lo siguieran. De vez en cuando giraba la cabeza para asegurarse de que los Delvers estaban detrás suya.

Cada cierto tiempo también emitía algún sonido similar a un ronroneo, como si intentara mantenerlos atentos a él.

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Dylan Chester

Siguiending.

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Norman Forrestal

Camina mirando a la nada pensando en todo. (?)

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Eryn Automne

Caminanding pensando en que le agrada Freyja porque le animó a calmarse.

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Elise Jung

Caminando por su lado un poco alejada del grupo, esperando el siguiente subidón de energía.

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Osamu Kinoshita

-Siguiendo al grupo mientras intenta reconectar sus neuronas.-

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Kurosawa Ryuu

Había estado bastante alejado del grupo descansando su mente de la gran cantidad de estímulos lo mejor que podía, por lo que no se dio cuenta de que todos habían comenzado a movilizarse hasta que ya casi se habían retirado de la zona. Aún así, Ryuu no se metió prisas. Tan sólo comenzó a caminar por detrás, separado del grupo por bastantes metros.

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Hugh Carpenter

Hugh se acercó a la adulta de rubia cabellera para comprobar una cosa:

— Señorita Lanshu, ¿usted vio a su atacante? — Susurró.

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Huan Lanshu

Lo del guardian, la confirmación de que ella era Atreia. Iluminó sus ojos- Wow- soltó una pequeña expresión de sorpresa. No pensó que alguna vez estaría tan cerca de una silbato blanco. Pero en fin, aquel no era el punto en ese momento, Hugh la sacó de su sorpresa con su pregunta.

-No, no lo ví- le respondió- Lo que me parece más extraño es que mis cosas están intactas, no me han robado nada- se estaba empezando a poner un poco paranoica ¿que tal si fue un testing de alguna droga y ellas eran las ratas de laboratorio? Descartaria la idea por los momentos, no se había sentido mal- ¿que tal la niña? le robaron algo? - preguntó, refiriendose a Geer.

Luego atendió a la pregunta de Atreia- Mi nombre es Lanshu, inicié mi exploración un par de días antes que ustedes- le indicó a Atreia

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Freyja Gyldenlove

Dio un vistazo rápido a Lanshu con el enunciado de Hugh. Tampoco vio nada, eh.

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Hugh Carpenter

— ¿Habrá sido por acercarse al campamento...? — Farfulló, divagando para sí. — Pero atarla fue innecesario...

Escuchó a Freyja. Entonces, habían sido en lugares distintos y con aparentes motivos distintos. A una la habían apuñalado en la tercera capa, mientras que a otra la habían amordazado en la segunda. Aunque, al repasar la información, se dio cuenta de que sólo él y Elise conocían la historia de Lanshu. Quiso darle a todos los datos:

— Ah... La señorita Lanshu fue golpeada por detrás al aproximarse al campamento de observación.

Lo más curioso era que, si el atacante hubiese querido, hubiese podido matar tanto a Lanshu como a Geer. Se preguntaba por qué el culpable no tenía esas intenciones. No tenía los suficientes stats en Inteligencia para pensar en ello:

— Geer, ¿cuál es tu historia? — Se dirigió a la niña.

... Hey. Ahora que estaba de pie y la veía bien... ¿La chiquilla no era muy bajita? ¿Seguro que tenía 14 años y no 6? Apenas le llegaba al hombro a Chenge.

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Geer Hemingway

Un paso seguido de otro. Despasito pero con buena letra. Hacía su mejor esfuerzo por ser lo más sigilosa posible. En un instante escucho que le llamaban, erizando su piel debido a la sorpresa.

Sus ojitos pasaron de ver la espalda de su tutor y confidente a mirar con algo de miedo a la montaña de Hugh.

— ¿Mi… historia? — Sabía a lo que se refería sin embargo trataba de hacer algo de tiempo haciendo esa pregunta con tal de pensar en cuales serían sus siguientes palabras. — Si se refiere a cómo es que acabe aqui no puedo decir mucho. Lo último que recuerdo es haber pasado un par de horas o días buscando uno de mis inventos y luego todo es oscuridad. — Informo sobre sus recuerdos lo más resumido que podía sin saltarse detalles. Hugh era un superior así que no podía solo ir y mentirle sobre lo que había pasado.

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Hugh Carpenter

Heh. Qué tranquila estaba Geer en esos momentos a pesar de que hacía unos minutos había estado chillando como si le hubieran estado extirpando un pulmón. Supuso que su personalidad cambiaba con Chenge presente. Eso era normal. De todas formas, escuchó lo que ella tenía que decir:

— ¿Inventos?

Se llevó el dedo índice al labio inferior de manera pensativa. Aún si ninguna de las tres estaba dando mucha información, lo que quedaba claro es que había uno o varios psicópatas sueltos atacando, como mínimo, a mujeres. Siempre eran a ellas. Malditos cobardes:

— A partir de ahora que nadie vague por el abismo solo. Mínimo grupos de dos. — Ordenó. Sabía de la manía de sus compañeros de darse paseos en solitario.

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Huan Lanshu

Toda aquella situación era extraña, los relatos de Freyja y los de Geer daban tanta mala espina como los de ella- Cabe la posibilidad de que... la niña y yo hayamos sido un cebo- les planteó a todos- no es lógico que nos hayan dejado atadas, con vida y con nuestras cosas intactas.

En aquel momento se hizo consciente de sus armas de nueva cuenta, iba a estar alerta por cualquier cosa.

Estuvo de acuerdo con la idea de Hugh- No se cuales sean sus formaciones, así que si alguien pudiera ser mi compañero estaría agradecida

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Hugh Carpenter

La teoría de Lanshu le hizo fruncir el ceño por lo cruelmente plausible que era. Si era así, ¿el cebo del atacante había surtido efecto o el hecho de que un grupo tan grande hubiese acudido al rescate le había frustrado los planes? ¿Planes de qué? Aún si Hugh era empático, no podía meterse en la mente de alguien perverso:

— Puede ser...

Ante la pregunta de la rubia, hizo un ademán:

— No tenemos "formaciones" 💦 Es que los niños suelen dar paseos. — Explicó. — Si precisa ir a algún lugar, pida la compañía de alguien.

... Claro, eso en caso de que estaría con ellos de forma temporal como varios que ya estaban allí.

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Huan Lanshu

.... "Niños que suelen dar paseos en el abismo" - ya veo..- no emitió ningun comentario de lo extraño que sonaba aquella frase, más que nada porque no era la ocasión, había cosas más importantes- Si no es mucha molestia por favor....- se dio cuenta que no sabia su nombre- Disculpe que nisiquiera le haya preguntado su nombre, pero podría ir conmigo? - preguntó a Hugh al mismo tiempo que se disculpaba apenada por tal descortesía

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Hugh Carpenter

Hasta él sabía lo mal que sonaba la frase. Pero tan sólo era la segunda capa, así que nadie había sentido la necesidad de mantener a los jóvenes con correas; al menos, no hasta ahora. La petición de Lanshu le pareció incluso algo tierna:

— Por supuesto. Si precisa cualquier cosa, puede acudir a mi. Hugh Carpenter, para servirle. — Dijo, moviendo la mano de lado a lado para indicarle que no hacía falta disculparse.

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Su Hua

Suspiró y guardó de nuevo el arco, girando a donde estaba su grupo, pero aun manteniéndose cerca del guardián.

Observó a la chica albina.

— Oye, la albina — Llamó la atención de esta, no había escuchado su nombre así que no sabía como referirse a ella — ¿puedes dar detalles de como te atacaron? —

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Freyja Gyldenlove

Se detuvo en seco cuando escuchó que la llamaban, esperando a que la otra se acercara. La miraba con un semblante serio desde arriba.

— Freyja. — Afirmó, cruzándose nuevamente de brazos. No era de su agrado el llamar por cosas así a la gente. Ella no decía "Hey, la de ojos rasgados" o "Hey, el titán del grupo".

— Investigaba la zona debido a que observé a un... — ¿Cómo decirlo? Tuvo un gesto conflictuado. Tensó la mandíbula y suspiró. — Un mandíbula carmesí diferente. Pero lo perdí de vista. — No es que pudiera perder a algo tan gigante, más bien no le pudo seguir el paso mientras salvaguardaba su propia vida.

— Fui golpeada en la cabeza, seguro intentaba dejarme inconsciente. — Señaló con la mirada a las otras dos rehenes. — Me defendí pero no estaba en mis cinco sentidos, herida y casi inconsciente... Lo más sensato fue huir.

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Su Hua

Le devolvió aquel semblante, incluso frunciendo el ceño ¿que le miraba?

Cuando nombró la mandíbula carmesí sintió un escalofrió recorrer su cuerpo.

— ¿Puedes calcular mas o menos cuando pasó desde que te atacaron? — Imaginaba que fue hace nada, pero no veía de mas preguntarle. Si aquella cosa enorme seguía por ahí cerca entonces sin duda debían estar bastante alerta.

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Fei Chenge

Estaba algo tenso por lo de hace un rato, pero que la conversación se hubiera esfumado hacía que despejara sus preocupaciones personales por las preocupaciones generales(? Él no ha visto aquella mandíbula carmesí, pero había escuchado de Su Hua lo que vivieron al encontrársela, así que entendía por que esta estaba preguntando tanto a Frejya.

Na mas seguía en silencio con Ravi de la mano y Geer detras de él.

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Ravi Bhandari

— Unos mandíbula vuelan al cielo pero yo puedo ca-mi-nar.~ — Cantando mientras camina, claro que si.

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Freyja Gyldenlove

Por qué carajo estaba tan malhumorada, ella es la que se había acercado a hablarle. Ella siguió simplemente con su usual seriedad, incluso una leve indiferencia.

Llevó una mano a su mentón, pensando en la pregunta. — Hm. Realmente no. No tengo idea de cuánto llevo caminando en espera de alejarme del centro del abismo, tenía muchas cosas en mente. — No es que hubiera caminado en línea recta, y sin mapas de las capas, no podía calcular un tiempo aproximado.

Lo que observó... No, debía dejar de pensar en eso. A nadie le servía que lo mencionara, sólo sería una tragedia tras otra.

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Su Hua

— Imagino que si, aun así, es posible que la mandíbula carmesí corrupta siga en esta capa...Podemos saber ¿Si estabas sola antes? ¿Cuál es tu objetivo de bajar? —

Si, estaba siendo bastante directa y otra vez haciendo lo mismo que le hicieron a Felix de tirarle preguntas cuando la pobre había sido atacada, aun así lo sentía necesario para la supervivencia del resto exprimir cualquier detalle de lo que le había pasado.

— La criatura que viste ¿tenía protuberancias rojas? como ¿tentáculos? — Podría tratarse de solo una mandíbula que comió mucho danonino de pequeño, quien sabe jaja(??

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Freyja Gyldenlove

Alzó ambas cejas cuando Su Hua mencionó "corrupta". Significaba que ellos sabían de ello y que tenía un nombre esa especie de mutación. ¿Se habrían enfrentado a ella? No, de ser así no mencionaría que sigue en la capa, no pelearon. Seguramente sólo fue un encuentro como lo de ella.

— Viajo sola. Cuando vi al Mandíbula Carmesí "Corrupto"... — Centró la mirada al frente, en el camino, y en la criatura que los guiaba. — Asesinó a un grupo entero de delvers. — Habló bajo, lo suficiente para que sólo su compañía temporal la escuchara. Pareció verse una clara impotencia reflejada en su rostro, apretando con fuerza el arma en su mano.

— Si, las tenía. Imagino que se cruzaron con ella. — Le miró de reojo como si quisiera saber su parte de la historia. — Bajo porque quiero saber qué demonios fue eso.

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Su Hua

Escuchó atentamente a la chica, incluso su mirada se suavizó cuando nombró lo del grupo de Delvers. Se puso a atar cabos sueltos ¿podrían ser?

— Aquel grupo de delvers podían ser los que acompañaban a joven Felix... o ¿podría ser otro? — Hablaba entre respondiendole a Freyja y hablando con el grupo, por eso daba datos que la chica no conocia.

— Si, nos cruzamos con una criatura similar en la primera capa, un chico estaba huyendo de ella...Aunque no logró cumplir su cometido — Aquello era algo que al día de hoy seguía pensando, después de todo era la primera persona que veía morir frente a sus ojos, algo difícil de olvidar.

— Tienes muchas agallas para ir sola e intentar averiguar al respecto — Comentó, sentía que era una misión muy titánica para creer que una sola persona podía descubrir de donde aparecieron dichas criaturas.

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Freyja Gyldenlove

¿Joven Felix? ¿Del grupo de delvers? Pareció sorprenderse un poco. — ¿Hubo un sobreviviente? — ¿Lo hubo y no se percató de ello? ¿Cómo pasó? Recorrió con la mirada el resto del grupo.

Pero lo que Su Hua dijo después interrumpió su pensamiento y búsqueda.

Su mano se volvió puño. Maldita sea. Había sido una estúpida.

Vio el cómo el mandíbula asesinó a todos y cada uno de ellos. Los gritos de auxilio y la desventaja en juego, algo que una sola persona no podría remediar incluso si se lanzaba a luchar habiendo ya fallecidos y heridos de entremedio. Si ella se hubiera percatado de ello, ¿ese delver estaría vivo ahora mismo?

Carajo.

— Ya veo. — Dejó salir finalmente, resignada.

Con el siguiente comentario, se notó cómo se formó apenas una sonrisa ladina. Más que nada porque le causaba gracia la oración. — Me inclino a viajar sola. Tiene sus ventajas. — Un grupo era más visible para un depredador, después de todo. — Agallas y estupidez, si me lo preguntas. — No pensaba encubrir que su audacia era una mezcla de ello. — ¿Ahora el objetivo del Descenso Final también es la corrupción? — Eso le interesaba.

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Su Hua

— No puedo asegurar que el chico que vimos sea de aquel grupo, pero hay una posibilidad — Se mantenía observándole mientras hablaban, ya estando mas tranquila, si bien la conocía desde hace poco le parecía una persona interesante, aparte estaba bien guapa (??

Sonrió ligeramente cuando básicamente se llamó estúpida, al menos era consecuente de las desventajas también.

Se quedó pensando en aquella pregunta — Realmente no, solo fue un contratiempo que acabamos de encontrar, si me lo preguntas sabemos lo mismo que tu, a lo mucho te podemos aportar unos pocos datos sobre la corrupción, como que seguramente esa mandíbula no sea la única criatura de ese estilo que veremos pero...nada mas —

El animal los guió nuevamente por los pesados caminos de la segunda capa. Volvieron momentáneamente a la entresijada zona del bosque invertido, pero ésta vez, el rumbo no parecía ser el mismo que cuando fueron al campamento. El guardián tomó otro camino atravesando puentes colgantes y plataformas.

Conforme avanzaban la temperatura volvía a bajar, aunque esta vez el frío era soportable, ya no era de madrugada y la oscuridad de la zona era únicamente debido al paisaje tenebroso. Como anteriormente, no había ni rastro de otras criaturas del abismo, el aroma afrutado que desprendía el curioso "guía" parecía, en efecto, un repelente natural de las bestias.

No obstante, durante el viaje que emprendieron no había ninguna cuesta o escalada, lo que indicaba una única cosa: el rumbo era la tercera capa. La Gran Falla. Hogar de un enorme número de criaturas extremadamente peligrosas, algunas ni siquiera se comparaban a las que habitaban el enraizado bosque invertido. Los minutos y horas pasaron rápidamente y, tras un letárgico recorrido llegaron al ansiado destino.

El h̸̚͝ ̸̛̊m̷͚̏ ̶̎̔ ̶̌̎ ̷͋̽o̵͋̂ ̸̍͊c̴̆̌ó̵̂r̸̅̇ ̶̉͝p̸͂̍t̶̓̚ [02]

18 de noviembre - Entrada a la Gran Falla | 9:15AM | 8ºC – Luminoso


El escenario cambiaba radicalmente conforme el grupo se acercaba a lo que parecía el gigantesco agujero que conetaba de forma directa con la Gran Falla. Eran cuatro mil metros de caída libre hasta la cuarta capa, aunque claro, nadie era lo suficientemente insentado como para dejarse caer sin más, acabaria antes en las fauces de un depredador aéreo. El viento era bastante fuerte y corrientes de aire se elevaban levantando el polvo. También había humo blanquecino que parecían ser nubes provinientes del gran desfiladero.

A varios metros se divisiba una sombra. Era imposible discernir quién o qué era, pero todo apuntaba a ser una figura humana. Estaba de espaldas.

Cuando ya estaban más cerca el animal que hizo de guía se paró en seco. Su esponjosa cola se movió de un lado al otro y empezó a soltar chillidos dando suaves saltitos. Después de reconocer a la persona la criatura salió disparada hacia ella con cierto ánimo. Una vez alcanzó la zona, empezó a dar vueltas con regocijo.

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Hela

Una silueta femenina estaba de pie en los últimos pasos de la entrada a la gran falla, cruzada de brazos mientras observaba las criaturas que sobrevolaban la zona y se adentraban en esa enorme "puerta". Iban y venían, ignorando a las pequeñas manchas en el suelo que eran los delvers en ese momento.

Con la zona despejada y tan sombríamente vacía, la presencia de otras personas no pasaba desapercibida en lo más mínimo. Tan pronto los delvers estaban cerca de ella, tranquilamente se volteó a verlos.

Un silbato luna colgaba de su cuello, y en su rostro no estaba más que un gesto de seriedad, casi como si esperara que el grupo se presentara al ser los que arribaban al lugar.

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Guardián del bosque

Revoloteó al rededor de la joven tras acercarse lo suficiente y buscó las caricias de la misma. Emitía chillidos alegres y ronroneos ocasionales. Cuando había calmado un poco su felicidad se restregaba con las piernas de la desconocida.

Sus antenas seguían vibrando, probablemente por el regocijo. Desprendió un olor incluso más fuerte una vez tomó contacto con la extraña.

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Paris Johasson

Gracias a la magia del rol llegaría allí, ahora con nuevas personas completamente desconocidas que seguían al grupo, pero ya era algo que no le importaba porque ni sabe dónde está parada.

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Osamu Kinoshita

La criatura tenía dueño, ¿Sería eso bueno? ¿Evitaría la posible destripación? Lo averiguaremos.jpg

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Su Hua

...

Encontrar a alguien nuevo no le motivaba para nada, estaba harta de que llegara tanta gente

Podía sentir cierta envidia de la silbato lunar, tenía un Guardián de mascota, ella también querida jope(?

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Eryn Automne

Fue un largo recorrido pero habían llegado bastante lejos; ahora estaban en la mismísima entrada a la Gran falla. Lugar que sólo había visualizado en los antiguos libros de sus padres, sin duda era toda una experiencia diferente al vivirla en carne propio, una mezcla de emoción y temor se habituaban en ella sabiendo lo que significaba bajar más y más en el abismo.

El sitio no fue la única sorpresa, pues había otra persona, un delver con silbato de luna quien parecía ser dueña del del guardián del Bosque pues se le veía emocionado al volver a verla.

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Atreia Langley

Cuando le criatura se paró en seco ella también. La miró extrañada y después se fijó en cómo salía corriendo hacia la mujer que se había dado la vuelta para observarlos, ¿quién era? No la había visto nunca.

Su humor se había vuelto algo irritable debido a la cantidad de personas nuevas que estaban apareciendo y eso se dejó ver en su labia.

—¿Y tú ahora quién cojones eres?—preguntó alzando la voz, cruzándose de brazos.

Se acercó lentamente a la desconocida, manteniendo una distancia prudente ya que, todavía faltaba la incógnita del atacante de las otras tres mujeres.

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Huan Lanshu

Apenas y se dio cuenta y ya estaban a pie de la gran falla. Tenia una mueca gentil a punto de decir "Muchas gracias Hugh" pero esta cambio de una forma drastica, al sentir el cambio de temperatura. Aquello la asustó un poco, más que nada porque pensó que era cosa más de su cuerpo que de su entorno.

Al darse cuenta que no era asi, volvió a calmarse- Asi que esta...esta es...- dijo con asombro- ...la gran falla- ella solo era un "wow" constante- Hace años...en mi ultima expedición cuando traté de venir aqui, tuve que huir de un pico martillo...jamás pude verla con mis propios ojos es...fascinante- Le comentaba al hombre a su lado mientras estaba inmersa en el entorno.

Fue alli cuando notó al guardian del bosque recién. Y se puso a atar cabos.... el aroma agradable que sintio durante todo el camino provino de el...y tambien... ninguna bestia del abismo más que aquella se habia aparecido- uh... ¿Hugh? ¿seria posible que pudieramos cortar un poco del pelaje de la criatura?- le susurró para que los demás no le oyeran. Pues podia oir que ya se avecinaban problemas cuando Atreia alzo la voz tan derepente- Sin hacerle daño, claro... solo seria cortarle un poco el pelo. Creo que...su pelaje podria servir como repelente

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Hugh Carpenter

Para él, que tan inexperto, cada paso que daba en el abismo le adentraba a una zona nunca vista antes. Era capaz de maravillarse del paisaje si se paraba un momento para admirarlo, pero, por lo general, su mente estaba más atenta a otras cosas. Fue por ello que los comentarios de Lanshu le parecían curiosos. Se dispuso a mirar mejor la zona por inspiración de ella:

— ¿Oh? Bienvenida a la Gran Falla. — Bromeó. — Pronto podrá conocerla mejor.

Fue entonces que llegaron junto a la desconocida, quien parecía tener una buena relación con el guardián del bosque. No sabía porqué, pero cierta angustia se apoderó de él. No quería más sorpresas. Por favor. Permítanle a él y a su grupo seguir bajando capas sin más percances.

Dejó que Atreia hablase con la mujer. Al notar que Lanshu le hablaba a él, se inclinó un poco hacia ella para captar sus susurros:

— Creo que tendría que preguntárselo a ella... — Dijo, señalando con la mirada a la desconocida.

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Hela

Tan pronto vio al guardián volver a ella, se había agachado apenas para dejarle unas suaves caricias en su cabeza y cuello. — Hey, Skruggar. — Era evidentemente la dueña, la única capaz de mantener contacto con la criatura sin que huyera o temiera en lo más mínimo. Al parecer se trataban de delvers guiados por una ruta segura hasta ese mismo lugar, lo que era de esperarse de un Guardián.

Su atención estaba en el pequeño, al menos hasta el momento en que la silbato blanco se dirigió a ella con tal tono autoritario y grosero, poniéndose nuevamente de pie.

— Hela. — Su tono de voz era algo grave y distante, pero su atención ahora se pasó a los integrantes del grupo. Vaya que eran bastantes. — ¿Un grupo tan grande planea descender a la tercera capa? — Aparentemente no sabía del Descenso Final.

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Huan Lanshu

Y Justo cuando Hugh dijo de preguntarle a la desconocida, la desconocida habló- Skruggar..Ti...tiene nombre? - ¿desde cuando las bestias del abismo eran mascotas? Bueno, no importaba, pero si repelía bestias con su aroma ella también quería un Skruggar(?- Algunos no veníamos en grupo, pero han pasado cosas...peculiares- le respondió a Hela.

Luego centró su atención en la bestia de nuevo- Si no fuera por Skruggar creo que ni siquiera hubiéramos llegado sin problemas aquí- comentó- si no es mucha imprudencia podría preguntarle ¿qué clase de criatura es?

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Atreia Langley

Hm. No sabía si era una persona extremadamente seria o había algo extraño en ella. Lo que más le desconcertaba en aquel momento era la cercanía con el guardián del bosque.

Sabía que podían llegar a ser domesticados pero... era tan surrealista que le costaba entenderlo.

—Atreia—interrumpió antes de su segunda frase.

No le gustaba sospechar de la gente normalmente... pero estaban en una situación extraña.

—¿Hay algún problema con eso?—le devolvió la pregunta a la mujer.

Frunció el ceño y se cruzó de brazos. Su dedo índice subía y bajaba con impaciencia sobre su brazo derecho.

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Norman Forrestal

Observó todo con cierto nerviosismo. Escuchar el timbre de Atreia le preocupaba, se dio cuenta enseguida que la silbato blanca estaba de mal humor... aunque era comprensible.

Decidió no intervenir por el momento, se mantuvo cerca de la peligris. Echó un vistazo a todos los miembros del grupo, como si se estuviera asegurando de que estaban absolutamente todos y no faltaba nadie.

Soltó un suspiro de alivio al ver que sus cálculos eran correctos.

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Hela

— Tiene nombre. — Repitió hacia Lanshu con la misma indiferencia que el resto de sus comentarios, después de todo, era parte de la domesticación de las criaturas el nombrarlas.

¿Situaciones peculiares? Hm. Bueno, no era de su incumbencia o importancia, al final del día ahora eran un grupo de descenso con cualquier situación requerida para ello de intermedio.

La siguiente pregunta no la entendió, ¿clase de criatura? — Un guardián del bosque. — Al menos ese era el nombre que los delvers les habían dado por motivos varios.

Su atención volvió a centrarse por completo en la silbato blanco, sin quitarle la mirada de encima, imitando la acción de cruzarse de brazos. — No es recomendable que sigan descendiendo.

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Huan Lanshu

Vaya, que sorpresa que le dijera que tenia nombre, un nombre que hasta habia pronunciado en voz alta. Si la chica quería hacerse la ruda espabiló un momento con ese comentario(?- Si, me doy cuenta Skruggar ¿no? lo acabas de decir - alzó un poco mas la voz diciendo aquello ultimo, pero igual de cordial que siempre.

Quería preguntar más sobre el guardián pero lo siguiente que dijo Hela llamó su atención- ¿hay un motivo especifico para su advertencia....además de los obvios, señortia? -preguntó

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Hugh Carpenter

Vaya por Dios. No sólo Atreia estaba bastante enfadada, sino que Lanshu había soltado veneno por la boca. La tensión que se estaba formando en el ambiente no le estaba gustando nada; aún si a él no le agradaba la presencia de la desconocida, tampoco le apetecían roces innecesarios:

— Un placer, Hela. — Bueno, no mucho. — Su guardián ha sido de ayuda.

Pensó un poco en cómo continuar la conversación de la forma más pacífica posible:

— Es imperativo que descendamos. Pero gracias por la advertencia. ¿A qué se debe?

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Osamu Kinoshita

Había estado divagando totalmente en su mente y apenas volvió un poco más en sí al llegar a la gran falla y donde se hallaba una silbato luna, sin duda la dueña de la criatura. Se acercó un poco más al grupo. Vaya, estaba domesticada eso podría traer muchas implicaciones, especialmente al no saber aún quien había atacado a las Delvers que hace poco habían ayudado.

La criatura mostró claros signos de domesticación. Había asumido anteriormente que el olor que desprendía era para ahuyentar a las bestias, pero no lograba comprender por qué era más fuerte cerca de su dueña. ¿Un comportamiento reflejo? No sabía lo suficiente, pero estaría más alerta por si las dudas.

Especialmente tras la advertencia, no pudo evitar descolocarse un poco. Quizá era solo su agotamiento que le hacía entrar en sobrevigilancia, pero hubiera preferido que fuese una criatura salvaje y "algún instinto místico" que una domesticada cuyo dueño tenía intenciones para ellos desconocidas.

¿La advertencia sería sobre la corrupción? ¿O algo más?

— ¿Por qué lo dejó ir? ¿Suele hacerlo a menudo? — Preguntó de forma calmada mientras miraba al guardián del bosque. No repitió la pregunta de el por qué de la advertencia, escucharía atento que tendria por decir.

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Atreia Langley

Bufó aire por la nariz un par de veces antes de hablar. Cerró los ojos unos segundos y ordenó sus pensamientos mientras escuchaba a lo demás formular sus propias preguntas a la desconocida.

—¿Y eso a santo de qué? —dijo primero—creo que somos los perfectamente mayores para saber que es peligroso. Pero eso no significa que no tengamos el derecho de descender.

Se acercó incluso más a la mujer, mirándola fijamente.

—¿Cuál es tu motivo?

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Hugh Carpenter

— Atreia. — Llamó la atención en un tono calmado.

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Hela

Si bien esperaba que la silbato blanco fuese quien dijera las preguntas y las respuestas al ser la encargada del grupo, el resto de personas presentes parecían también querer verse involucrados en la conversación.

— Es su trabajo, dentro de la domesticación. — Desvió su atención hacia Skruggar, quien continuaba cariñosamente refregándose en sus piernas, para después voltear hacia Osamu y Hugh, que eran los interesados en la criatura. — Proveer de un camino seguro hasta este lugar.

Ahora Lanshu la cuestionaba. ¿Un motivo específico? Claro que lo había. Tenía uno muy en claro en su mente.

— Son demasiados delvers, no deberían descender.

No retrocedió cuando Atreia se acercó, sino que le sostuvo la mirada, incluso dando un paso al frente por igual.

— No puedo permitir que sigan descendiendo.

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Atreia Langley

La voz de Hugh le entró por un oído y le salió por el otro. Sentía palpitar un poco la vena de su cuello.

—¿Qué has dicho?—preguntó, aún si era consciente de lo que dijo.

Su mano fue hasta su espalda desenfundando la lanza inmediatamente. La empuñó y la usó para señalar a Hela.

—Vamos, repítelo de nuevo—añadió.

La verdad es que, además de estar enfadada de antes, le había tocado el orgullo. ¿Con qué derecho se presentaba un silbato luna delante de ella a decirle lo que tenía que hacer? Tch, quería agarrarla del cuello para hacerle entrar en razón.

—No me hagas usar la fuerza.

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Hela

Aún cuando Atreia le señaló con su arma, siguió sin retroceder. No hubo sorpresa o intimidación alguna reflejada en su rostro, tan sólo una interminable indiferencia de su parte.

Miró el reflejo del fijo de la lanza que estaba tan cerca de un posible daño hacia su persona, pero que aún continuaba sin tocarla.

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Su Hua

— Señorita Langley, deberíamos evitar atacar a otros delvers si estos no nos han atacado aun 💦 — Luego se dirigió a Hela — ¿Podría darnos mas explicaciones? Venimos en conjunto justo para descender, no tenemos pensado parar aquí — Si bien le gruñía a todo el mundo sentía que no era momento de ponerse agresivos por ahora tenía una pequeña teoria y sinceramente no quería que fuera cierta.

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Huan Lanshu

Vaya la cosa se estaba calentando un poco, pero Hela parecía seguir helada(?)- Vaya que frio hace aquí - se frotó los hombros, medio comentario random medio no(?.

No le veo sentido...el que hayas domesticado a un guardián para que traiga delvers seguros hasta aquí...si tu motivo es que no bajemos ¿no se te hace algo contradictorio?- Seguía hablando con tono calmado, aunque su voz parecia mas gruesa- Explica tus razones del por qué no puedes permitirlo. Porque...bueno- Observó a Atreia- Ya ves....

¿Por cierto, por qué el pelaje del guardian huele tanto a frutas? ¿y en que zona se encuentran? - preguntó a pesar de que la situación no era la adecuada, pero es que a este paso mejor temprano que tarde por como se estaba poniendo la cosa.

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Hugh Carpenter

... En serio. Era tan fácil como explicarle a Hela que ellos tenían una buena razón para seguir bajando muy a pesar de lo numeroso que era su grupo, así que no había razón para desenfundar ninguna lanza. Se acercó para colocarse al lado de ambas mujeres, lo suficiente como para agarrar a Atreia si ella daba un paso el falso:

— Las palabras son más afiladas, Atreia. — Dijo, implicando que debería guardar su arma.

Se dirigió a Hela:

— Gracias. Pero somos del Descenso Final. Vamos a bajar. Buenas tardes.

Le hizo una seña a su equipo para que caminaran. Era tan fácil como rodear a Hela y dejarla plantada, pues ella no tenía forma de defenderse contra más de una decena de personas.

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Huan Lanshu

Ey ey Hugh... no te precipites- le dijo al hombre. Y a su señal de que se encaminaran, ella hizo una señal de alto- Vamos a bajar, eso es obvio. Pero... la señorita a de tener sus razones ¿o no?- miró a Hela y se acercó al hombre y al par de mujeres.

Estaba interesada en lo que iba a decir Hela y tambien en la pequeña criatura- Por favor, expliquese señorita. Como dije ¿a de tener sus razones no? han pasado cosas peculiares asi que...quisiera saber qué sabe usted.

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Hugh Carpenter

— No lo hago. — Respondió a Lanshu.

"La que se precipita es Atreia", pensó.

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Hela

Ahora venían los comentarios de Su Hua y Lanshu, especialmente por el comentario sobre la criatura domesticada y el motivo de su guía. — Para advertir.

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Osamu Kinoshita

No le gustaba por donde iba esto. Retrocedió, alejándose del silbato luna y su criatura domesticada.

Se veía demasiado tranquila para saber que estaba en contra de tantos Delvers, se acercó al silbato negro.

— Solo por si acaso. Deberíamos cubrir la nariz y la boca. Luce demasiado tranquila ante la posibilidad de enfrentarse contra un grupo tan grande.— Dijo en voz baja, para proceder a hacer lo que había recomendado.

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Norman Forrestal

Soltó un chillido escueto al escuchar a Osamu susurrarle. No esperaba que se le hablase nadie y estaba lo suficientemente sorprendido con la desconocida como para no darse cuenta que estaba acercándose alguien.

—...—se llevó la mano funcional al pecho—a-ah... sí... creo que sería buena idea. No tenemos registros de que los guardianes sean criaturas violentas o con habilidades de homicidio masivo... pero eso no significa que no lo sean. Quiero decir... no sabemos mucho de ellos...

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Osamu Kinoshita

— O terminar inconscientes atados a un árbol.

Comentó, esperando que el silbato negro hiciera algún uso de su autoridad. Uso algun trozo de tela que traia consigo para taparse, procurando estar en la parte trasera de la multitud para que no fuese notorio. Buscó a Elise y repitió lo comentado a Norman.

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Kurosawa Ryuu

........................................................................................................................................

Se acercó a los dos pelinegros que cuchicheaban, sólo para ver por qué mierda Osamu se había acercado a hablar con Norman. No dijo nada. Tan sólo se puso al lado del más bajo y se cruzó de brazos.

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Hela

Le siguieron demasiadas preguntas o búsqueda de razonamiento, así como el comenzar a verse rodeada por Hugh seguido de Lanshu. No tenía tiempo para contestar a todos sus cuestionamientos si ya se estaban planteando seguir bajando a pesar de sus palabras.

Desenfundó su lanza por igual, y al segundo de hacerlo, no había dudado en lo más mínimo en dirigir un ataque a Atreia, cortándole con el filo de su arma.

— No permitiré que continúen.

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Guardián del bosque

Al ver que su dueña parecía estar comportándose extraño se puso a la defensiva. El pelo de su espalda se levantó y sus orejas se afilaron. Los filamentos sobre sus hojos también se movían de forma constante y observaba fijamente a Atreia, de vez en cuando soltando algún bufido. No estaba contento con la amenaza que hacía a su ama.

En un principio estaba detrás de la mujer, hasta que ella se abalanzó a por la silbato blanco. Skrugger emitió ciertos chillidos, como si estuviera pidiendo órdenes a su dueña, estaba listo para atacar si ella se lo dictaba. Su entrenamiento había sido concienzudo y acataría cualquier órden que ella le diera.

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Atreia Langley

A pesar de que amenazó a la joven le pilló desprevenida que la otra empezara el ataque. La lanza de la contraria le atravesó el hombro izquierdo, provocando una dolorosa herida que comenzó a derramar sangre pocos segundos después.

—Je, pero si tenemos aquí a una hija de la gran perra—comentó alejándose brevemente—ah no, que la perra es tu mascota.

Iba a salir corriendo a por ella, pero el dolor en su extremidad provocó que necesitara unos segundos de descanso.

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Hugh Carpenter

Antes de que pudiese des-escalar la situación, la desconocida tuvo el coraje de sacar su arma y herir a la silbato blanco. Hugh abrió los ojos como platos. Y se interpuso entre ambas, extendiendo un brazo para mantener a Atreia detrás de él y mirando fijamente a Hela:

— ¿¡Qué MIERDA te crees que estás haciendo!? ¿¡Eres gilipollas!?

¿De verdad iba a atacar a otros seres humanos por el mero hecho de no dejar que siguieran descendiendo? Era ridículo. Simplemente estúpido. Estaba tan sorprendido y ofendido por sus actos que no era capaz de mantener la calma:

— Baja la puta lanza y dile a tu chucho que se calme. Si bajamos o no no es tu puñetero problema.

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Huan Lanshu

Obviamente el ver como el animal se erizó hizo que su corazón empezara a latir más rápido, tenia algo de miedo, pero luego recordo...que ella ya estaba muerta de todas formas, a no ser que quitara los baches de su camino.

Es una pena- dijo, con voz cantarina. Vio con lastima al guardian del bosque, asi que cuando sacó su cascabel, el ataque fue dirigido hacia Hela- a quitar la mal hierva de raiz !- Exclamó cuando vio que acertó su ataque -estoy cansada que me digan que hacer.

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Su Hua

Bueno, la persona había dado otro paso a atacar, no podía quedarse de brazos cruzados. Sin embargo pensar que tienen que atacar al Guardián del bosque no le generaba el mejor de los ánimos.

— Esto también va para advertir ¡aléjense de la tipa esa! — Dio un salto hacía atrás para tener mas distancias y sacó su arco tirando una flecha a su pierna.

— Ella pudo haber atrapado a las chicas, no me fio de que esté sola — No tenía ganas de matar a nadie, es mas, sentía que aquella persona sería útil viva, pero si hay mas delvers o si tenía un as bajo la manga... Miedo le daba.

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Freyja Gyldenlove

Mierda, no. Ella no se iba a andar con rodeos. Un humano ya la había atacado antes, y no tenía idea de siquiera si ese humano tiró a matarla. O si había sido ella, la desconocida frente a la gran falla.

Pero no tenía tiempo para dudar de eso. Como si no tuvieran suficiente peleando con las criaturas.

Tiró a atacar a Hela, clavando el filo de su arma, pero no iba a estar felizmente haciéndolo.

Defensa o no, atacar a otro humano no era algo que glorificar.

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Ravi Bhandari

Estaba pensando en tantas cosas a la vez que no le importaba en lo más mínimo la conversación que estaban teniendo cerca de la entrada a la gran falla, aunque lo que había activado su atención de vuelta al asunto había sido la mención de que no los dejaría descender, para luego atacar a Atreia.

Oh, entonces iban a pelear por descender, ¡claro, que lógico! Tendrían que eliminar a esa delver para poder descender.

Aunque intentó preparar su arma y no lo logró a tiempo.

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Fei Chenge

Atacar delvers, lo que siempre temía pero que seguramente algún día tenía que llegar. Suspiró y apretó la mano de Ravi antes de sentir como la soltaba para intentar atacar.

— Mantente detrás de mi — Le murmuró a Geer para luego sacar su Cascabel, si bien a el también le daba pena lastimar a la criatura la veía también como una fuerte amenaza.

Apuntó al guardián y lo golpeó. Iban a atacar si o si, por lo que no veía razón para por lo menos dejarlo herido, por mucho dolor que le diera.

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Eryn Automne

No lo comprendía, simplemente no podía entender porque aquella mujer prefería enfrentarse a ellos, ¿porqué insistía tanto? ¿Acaso ella había sido quien hirió y a las demás? ¿Porqué? ¿Como se había vuelto todo esto a un combate? Dudas y más dudas inundaban su cabeza como era de costumbre pero a pesar de lo adoloroso que significaba tener qe luchar contra aquella criatura y su dueña no le quedaba de otra que intentar retenerla junto a sus compañeros.

—L-Lo siento... —Murmuró apuntando al guardián de bosque con su aturdidora porque no era capaz de atacar a otro ser humano aunque eso no quitaba su remordimiento sobre ese animal que a sus ojos era solo un fiel compañero.

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Dylan Chester

...

Demasiadas cosas en poco tiempo. Se mantuvo en su lugar, sin embargo, sacó enseguida su arma por si las cosas se ponían muy extremas.

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Elise Jung

Le parecía bastante inusual encontrarse con otra desconocida en esos momentos, que le advirtiera al grupo de descenso final sobre no bajar a la siguiente capa y entrar a la gran falla, y ahora, colocarse en posición de ataque para evitar aquello.

Eran muchos dentro del grupo, dos versus diez y pico, ¿Por qué se rehusaba a que pasaran? ¿Qué cosas se traía entre manos? Si le quisieran advertir de un inminente peligro, ¿No sería mejor que lo hiciera de la manera pacífica en vez de un enfrentamiento cuerpo a cuerpo que los dejaría en una clara desventaja si apareciera una de las mil criaturas peligrosas de la entrada?

Nada tenía sentido.

Al mismo tiempo y escuchando entrecortadamente las conversaciones ajenas, notó que habían hecho mención de un nombre muy muy familiar.

Al estar cerca de Osamu, se colocó cerca de él y sacó el arco. Si la nueva quería comenzar con una guerra, no bajaría la guardia.

—Hey —Le llamó al contrario, esta vez en un tono de voz más serio que de costumbre. Quedándose pensativa, pensó con inmediatez que aquel momento no era adecuado para hablar lo que tenía en mente —...Olvídalo, hablaré contigo después.

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Osamu Kinoshita

El tono de Elise le dio muy mala espina. Sería tal vez-

No, no era momento de pensar en eso. Se limitó a asentir en respuesta.

Se cubría con una mano y sostenía el arco con el otro brazo, obviamente no preparado para disparar, atento a la situación y manteniendo distancia. Su arma era de largo alcance de todos modos.

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Kurosawa Ryuu

Ah, conflictos. Problemas que a él no le involucraban en absoluto. No iba a perder el tiempo tratando de asesinar a una delver y a su guardián; no por morales de ningún tipo, si no que simple y llanamente no le apetecía. Era pelear por pelear. Si querían matarla, lo podían hacer sus compañeros.

Aprovechó que estaba cerca de Norman para tironearle suavemente de la capa, indicándole que deberían irse ambos. También quería proteger a otra persona importante para él, así que la buscó con la mirada:

— Elise. — Llamó. — Ven.

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Norman Forrestal

Se dejó llevar por el tirón de Ryuu. No estaba en condiciones de luchar debido a su brazo inválido. Diantres, incluso le temblaban las piernas al presenciar tanta violencia hacia otro ser humano.

Se le aguaron los ojos y apretó el puño de su mano diestra.

— ...

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Hela

Iba a volver a atacar a Atreia, pero parecía haberla al menos ralentizado. Si, ese era su objetivo. Si estaban en desventaja, eso les impediría seguir su camino.

Lo que le siguió fueron los ataques hacia su persona, heridas que se formaban y sangre que brotaba de su cuerpo.

Aún con las heridas en su cuerpo, no pareció inmutarse en lo más mínimo. Daba un leve retroceso cuando sentía el golpe con lo que fuera atacada, pero no más que eso.

— Skruggar. — Llamó su atención, haciendo un chasquido con los dedos para que volteara a verla y después apuntar a una dirección haciendo una seña con su mano. Inconscientemente, apuntó hacia Osamu.

Volvía a una posición habitual de defensa, pero el único que la seguía cuestionando... Era Hugh.

Con Atreia fuera del camino, ahora se dispuso a atacarlo a él y clavarle la lanza.

— He dicho que no lo permitiré. Bajo ninguna circunstancia.

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Guardián del bosque

Cuando Hela le dio las órdenes la criatura se puso en marcha. De forma ágil y delicada se subió primero a un árbol para buscar a la víctima que quería.

No obstante, se vio interrumpida antes de realizar su primer ofensiva. Los disparos del cascabel de Chenge le dieron de lleno, clavándose en todo su costado mientras intentaba esquivarlos. Consiguió salvarse de algunos, pero la mayoría se incrustaron en su cuerpo. Soltó un chillido de dolor mientras sollozaba.

Pero no fue todo, el disparo de la aturdidora de Eryn también lo dejaron muy atontado durante largos segundos. La bestia intentó recuperar el aliento ya que la electricidad lo había desconcertado muchísimo. Se tambaleó un par de veces antes de enderezarse. Tras incorporarse con una respiración agitada fue directo a por Osamu, dio un enorme salto hacia el joven y se tiró encima suya, clavando sus garras sobre su pecho.

Después, se alejó en cuanto vio que más Delvers se apelotonaban para atacar.

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Osamu Kinoshita

Fue demasiado rápido para reaccionar más allá de soltar la tela y sacar la daga.

Dolía, pero la adrenalina del momento pareció ser suficiente para lograr atinar al bicho en un ataque no muy pensado.

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Hugh Carpenter

No se lo podía creer. Sus compañeros realmente no se lo habían pensado ni dos veces antes de comenzar a herir a otro ser humano. A una mujer. Por mucho que ella lo hubiese iniciado, nada justificaba rebajarse a su nivel y hacerle sangre. Nada:

— ¡¡TODOS QUIETOS!! — Vociferó. — ¡¡MATAD AL CHUCHO SI QUERÉIS, PERO A ELLA N-!!

Sus palabras fueron interrumpidas por un intenso y punzante dolor en su costado. Se quedó paralizado. Y, una vez volvió en sí, dio varios pasos para atrás. Se llevó la mano a la zona donde brotaba la sangre.

Normalmente tenía una gran resistencia al dolor. Había sido capaz de luchar contra un Needle Ghost con las piernas quemadas y el estómago revuelto por los golpes. No era nada. Y tampoco le dolía demasiado en esos momentos.

No obstante, la estupefacción de saber que alguien le apuñalaría a sangre fría... Eso dolía más que cualquier cosa.

Bajó los hombros en un suspiro. Y frunció el ceño:

— Atadla. Pero no la matéis.

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Dylan Chester

El panorama estaba horrible.

Evitó mirar hacia el guardián del bosque al momento de que todos comenzaron a colocarse a la defensiva, puesto que preveía que lo atacarían y matarían a sangre fría. No estaba preparado para presenciar ni escuchar una masacre con un animal que le recordaba a un tierno perrito. Mantuvo la mente fría.

Los movimientos de la mujer desconocida eran rápidos, aunque por obvias razones, notaba que tenía una gran desventaja frente al grupo de descenso, puesto que eran muchas personas en contra suyo.

Su piel se erizó al ver que la misma atacaba a Hugh, por lo que no pudo evitar dirigirse hacia él e intentar hacerle frente a Hela, quedándose entre ambos a espaldas del hombre.

Tampoco era de la idea de matar a la muchacha y era preferible atarla, sin embargo, estaban todos descontrolados.

—Cuidado —Le mencionó al contrario en voz baja, sin quitarle la vista a la chica nueva mientras pensaba en la opción de atarla con cuerdas.

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Eryn Automne

Realmente había acertado el golpe, escuchando como la electricidad aturdió y lastimó a guardián que una vez les había ayudado a localizar a tres Delvers. ¿Porque había usado su arma? Soltaría la aturdidora y se cubriría la boca, junto a un rostro afligido, ya no iba a ser capaz de volver atacar aquella criatura. —B-Basta...— Tartamudeó.

La fuerte y sonora voz de Hugh le hizo recapacitar que no era la única en negarse en continuar con esta locura. Pero tampoco iba a quedarse ahí, debía ir con ellos para atender sus heridas.

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Atreia Langley

Estaba estática. Por algún motivo, no se podía mover. ¿Sería el cansancio? Miró a Hela fijamente con los ojos ardiendo de rabia.

El dolor de su hombro había incrementado sustancialmente. Cayó de rodillas al suelo, ah... la herida que se hizo en la pierna hacía dos semanas tampoco estaba totalmente sana.

Maldita sea.

Encima la desconocida se había tomado la molestia de atacar también a Hugh.

—Aléjate de ella Hugh—gritó—es peligrosa.

Si la podían inmovilizar sería lo ideal, no obstante, los demás jóvenes del grupo parecían haberse emocionado de más. Dudaba de la integridad de la mujer; no le importaba demasiado, pero podía tener valiosa información que necesitaran.

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Huan Lanshu

No iba a mentirse, ver lo testaruda que era esa muchacha le molestaba. Y le molestó más aun que fuera a por el unico que no le estaba haciendo nada- Que cobarde eres- dijo, apuntando su cascabel hacia ella, acertando nuevamente- No vamos a retroceder, ya te lo dijimos.

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Ravi Bhandari

En su mente estaba muy claro el no matarla. Por supuesto que no tiraría a matarla, no, claro que no... Pero si ocurría de entremedio de su ataque, ¡no habría nada que hacer! Ella quiere seguir descendiendo después de todo, y los obstáculos deben quitarse del camino.

Se dejó escuchar cómo susurró un boom cuando disparó su arma... ¡Y no la mató! ¿Vio eso señor Hugh? ¡No la mató! Aunque esperaba incapacitarla y poder dejarla a un lado del camino.

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Su Hua

Parece que aquella tipa no quería dar ninguna explicación, aparte se atreve a lastimar tanto Atreia como a Hugh.

Ni siquiera dijo nada, aparte nadie le presto atención, ta acostumbrada

Preparó su arco de nuevo con otra flecha. Chasqueo la lengua cuando escuchó a Hugh y bajo de nuevo su arma, guardando la flecha que había saco.

— Estoy de acuerdo con Hugh ¡dejen de atacarla! Alguien átela — Esperaba que hubiera tiempo de parar el evidente final de aquella tipa, no entendía por que atacaba a un grupo tan grande, debe tener algo entre manos.

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Paris Johasson

—Tsk... Que desastre hay aquí y todo por que no nos dejan bajar, ¿De que nos sirve que esta estúpida nos ataque si igual allá abajo nos van a tacar otros bichos? — Comento muy irritada viendo todo desde una ubicación en donde podía apreciar la escena, a pesar de que no estaba haciendo nada para detenerla.

— Mmh... Noquearla

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Freyja Gyldenlove

Por mucho que quisiera detener a la desconocida... No podía quitar la vida de otra persona.

Realmente no podía.

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Osamu Kinoshita

— Tiene razón. No es conveniente matarla, puede tener información útil. Noquearla sería lo adecuado.

Comentó al aire a quienes sean que estén por ahí.

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Elise Jung

Fue demasiado rápido. Ni siquiera se percató que la criatura se había abalanzado a alguien a pasos suyos. Ese alguien había resultado ser Osamu. No le dio tiempo a responderle a Ryuu con una sonrisa leve y calmada, puesto que su mirada se desvió inmediatamente hacia el más mayor.

Al ver al animal intentando acatar las órdenes de la mujer desconocida, sintió una especie de ira en su interior.

—Qué estorbo este animal de mierda —Murmuró en voz baja. Apuntando al guardián con su arco, le disparó en el estómago, esperando que de esa forma pudieran librarse de él en poco tiempo. Llevó sus cabellos hacia atrás mientras se peinaba, recuperando la calma —¿Estás bien?

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Osamu Kinoshita

Hizo una mueca en respuesta a Elise.

— Creo que sí

Dentro de lo que cabía, claro estaba. Se limitó a observar, no iba a arriesgarse a intervenir con esta herida ya.

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Kurosawa Ryuu

Comenzó a caminar junto a Norman para alejarle de la zona, aún tomándole suavemente de la capa. Miró hacia atrás para ver si Elise se unía. No obstante, jamás ocurrió. No sólo la mujer se había quedado a pelear, sino que además había optado por quedarse con todos en pos de socorrer a Osamu.

Recordó cómo hacía unos minutos, cuando encontraron a las chicas amordazadas, Elise se había quedado junto a Lanshu y Hugh, charlando tranquilamente y sin ninguna preocupación en el mundo.

...

¿Al final sus inseguridades eran ciertas? ¿Tenía razón cuando pensaba que Elise prefería a cualquier otra persona antes que a él y que le abandonaría de haber otros en su presencia? ¿Que sólo había sido su compañera esos últimos tres años porque no había nadie más? ¿Que sólo le había dicho que le apreciaba hacía dos años por educación, porque Taiga la había presionado?

Y si esas preguntas que tanto temía eran ciertas, ¿lo eran también sus esperanzas? ¿De que Norman sí se quedaría a su lado? ¿De que si ninguno de los dos tenía a nadie más, se tendrían el uno al otro? Su prueba era que él le había hecho caso. Que se había dejado apuñalar. Que le había escuchado al hablar.

Apretó un poco más las ropas del muchacho:

— No me dejes.

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Norman Forrestal

Teniendo en cuenta que Atreia estaba allí se sentía tranquilo. De todas formas, en su estado, solo causaría más perjuicio en lugar de beneficio. Si ni siquiera los demás pudieron capturar a la ofensora... ¿cómo iba a capturarla un manco y tuerto? Sería surrealista, no sería necesario ni molestarse.

La mano de Ryuu lo guió a una zona más segura, aunque se podía observar perfectamente la escena que estaba ocurriendo.

Al notar al agarre más fuerte del joven le hizo voltear a mirarlo. Después, le dijo unas palabras. Sus orejas cobraron rápidamente un color rojizo.

—¿E-eh...? —balbuceó—Estoy aquí, ¿por qué iba a irme? 💦

Claro porque... ¿a eso se refería, no? A que no se alejara ya que era peligroso. Incluso si Norman no conocía mucho a Ryuu se dio cuenta enseguida que el chico no era de muchas palabras, había que intentar entenderlo con lo poco que decía. Y Norman no era una persona que pensara mucho más allá de las personas de uno, esto era debido a su alma bondadosa e ingenua.

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Kurosawa Ryuu

"¿Por qué iba a irme?". Fue una respuesta mucho mejor de la esperada, mucho más genuina que un simple "No me iré"; porque el hecho de que le hubiese contestado con una pregunta indicaba que ni siquiera había pensado en abandonarle, que era algo absurdo para él. Eso le alivió.

— ¿Puedo tomar tu mano?

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Norman Forrestal

La pregunta que Ryuu le hizo provocó otro salto en su corazón, esta vez incluso más fuerte que antes. Incluso si ya tenía las pulsaciones elevadas estas incrementaron durante una fracción de segundo para después seguir a un ritmo rápido.

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Hela

La sangre brotaba de las heridas a mares, especialmente con los últimos ataques. Pero se mantenía de pie, sin que su cuerpo temblara en absoluto, aún cuando eran claramente heridas dolorosas que buscaban incapacitarla o hacer que al menos cediera y bajara la guardia. Su rostro por igual se mantuvo indiferente, sin muecas, sin gestos de dolor, más que una rotunda determinación.

Seguía escuchando que, a pesar de su advertencia, no tenían pensado dar la vuelta y dejar de descender. No podía permitir eso. Definitivamente no.

Ahora escuchaba el que la inmovilizaran. Eso tampoco debía tomar lugar, sin importar qué.

Ya había herido a Hugh, eso debía ralentizarlo, así que apartó su lanza y continuó en posición defensiva.

Miró a Skruggar caer, muerto.

Murió. Muerte. ¿Muerte? Muerte. ¡MUERTE!

La cabeza comenzó a dolerle, soltando su lanza y emitiendo gritos ahogados porque todo de repente dolía, ardía, quemaba, sentía que se estaba incendiando por dentro.

— No quiero morir, no quiero morir. — Repetía una y otra y otra vez mientras sujetaba su cabeza y comenzaba a retroceder cada vez más y más, su tono de voz aumentaba y desesperaba, con ahora lágrimas presentes que se deslizaban frenéticamente.

...¿Qué? ¿Qué era eso? ... ¿Hela? Si, ella era Hela, ese es su nombre. Ellos... ¿Quiénes eran? Su familia. Ella recordaba a su familia. Ahora lo hacía.

¿Dónde estaba? ¿Qué hacía ahí? No... No la abandonen. No se vayan.

Ella estaba ahí por su objetivo. Bajo absolutamente ninguna circunstancia debía permitir que delvers se adentraran a la tercera capa... ¿Por qué era? ¿Dónde había escuchado esa orden?

Sus pies estaban al borde.

— Por favor, no quiero morir- — Soltó en un hilo de voz que pedía clemencia, estirando su mano hacia Hugh al ser el más cercano a ella... Pero era muy tarde, su cuerpo, por cuenta propia, había decidido tirarse desde aquel precipicio, aguardando la muerte que llegaría a ella al caer por el desfiladero.

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Guardián del bosque

Antes de alejarse de Osamu su otro costado también había sido terriblemente perforado. Debido a esto la criatura tuvo un andar pesado, a duras penas era capaz de moverse. Su cuerpo derramaba sangre por ambos lados y estaba perdiendo las fuerzas a una gran velocidad.

Emitía quejidos de forma continua. Los hilos sobre sus ojos se habían caído, ya no tenían el mismo ángulo de siempre. Dando tumbos de ciego buscaba el cobijo de su dueña. El calor de sus manos, el placer de sus caricias; pero sis pies no llegaban. Estaba lejos. Y se alejaba cada vez más y más.

El disparo de Elise fue el último. Su cuerpo quedó clavado en el suelo y sus piernas fallaron del todo. Ya no podía moverse y la flecha le había atravesado el corazón y le arrebató el último aliento de vida.

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Hugh Carpenter

Escuchó el grito de Atreia, mas no hizo caso. Mientras él fuera el que más cerca estaba de Hela, los apuñalamientos serían dedicados a él. Por eso mismo, cuando Dylan se acercó en busca de protegerle, rápidamente el hombre le tomó de los hombros y le apartó de un empujón brusco.

Entonces, ocurrió. De repente, la muchacha que había buscado sus muertes tuvo un súbito cambio de personalidad. Lloró. Repitió que no quería morir. Hugh dejó mostrar en su faz una expresión de puro terror y preocupación:

— ¡No vamos a matarte! ¡Tranquila!

Hela estiró la mano hacia él. Hugh dio un paso hacia ella. Pero, antes de que pudieran hacer contacto, ella repentinamente salió corriendo para tirarse por el precipicio.

Él se quedó helado.

¿Qué había... Pasado...?

¿No acababa de pedir clemencia? ¿No le había mirado con ojos llenos de súplica? ¿No le había pedido su mano? Y él... ¿Acababa de dejarla morir? ¿La había tenido a unos pocos centímetros y no fue capaz de agarrarla a tiempo para evitar su suicidio? ¿La había asesinado?

La había asesinado.

De la misma forma que mató a su esposa por dejar que se hiciera delver. De la misma manera que mató a su hija por no mantenerla en Orth. Del mismo modo que mató a Felix por hacer que fuera el último de la fila. Tanto se decía a sí mismo que protegería a los demás, pero, al final, hacía todo lo contrario. Era un asesino.

Sus sentidos se nublaron. No podía enfocar la vista en nada. Los chillidos de sus compañeros se oían ahogados, lejanos. No sentía su cuerpo. No podía pensar en nada. Era tan sólo una estatua que miraba al punto en el que Hela estuvo hacía unas milésimas de segundo.

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Atreia Langley

Al ver como la chica comenzaba a retroceder de forma peligrosa salió corriendo, independientemente del dolor de sus piernas.

Mas no fue lo suficientemente rápida, observó como la joven gritaba que no quería morir, que quería que la salvaran.

Joder, joder, joder.

Corre más rápido.

Más rápido.

Y llegó tarde, se tiró al suelo derrapando un poco intentando alcanzar aunque fuera un centímetro de su ropa, pero ni la rozó. Su cuerpo desapareció en la inmensidad de la Gran Falla, no dejando ni un mísero rastro.

Dio un sonoro puñetazo al suelo mientras observaba las criaturas volar dentro del desfiladero.

—¡Joder, otra vez, otra puta vez! ¡Me cago en todo, joder!—exclamó llevándose una mano a la frente, aún tirada en el piso.

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Freyja Gyldenlove

Estaba apenas unos pasos más alejada de la desconocida y de Hugh para cuando observó y escuchó todo lo que ocurrió. Corrió y estiró su mano para cuando vio que Hela había perdido el equilibrio, pero ella había reaccionado demasiado tarde como para impedirlo a esas alturas. No pensó que fuese a tirarse por el desfiladero.

Algo se había encogido en su interior. Dolía enormemente.

Primero vio morir al grupo de Felix. Los vio agonizar y no hizo nada. Escuchó sus gritos, el desgarrador sonido de percatarse de la muerte acechándolos, y no hizo nada

Ahora vio a Hela suicidarse , pedir salvación, rogar por ella, y no hizo nada, de nuevo. Maldita sea. ¡MALDITA SEA!

— ¡CARAJO! — Dio fuertemente al suelo con su arma, para después llevar una mano a su rostro. Ahora ambas manos. Que frustrante. Que desesperante.

Si hubiera sabido antes que iba a hacer eso... Unos segundos antes y ella pudo haber tomado su mano. Ella... Pudo no haberla dejado sola.

Maldito abismo. Que se joda. Que se jodan ellos y lo que le había hecho a esa delver.

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Su Hua

No podía ser, la tipa se había tirado por la gran falla ¿Qué le había pasado? De un momento a otro parecía que se hubiera convertido en una persona totalmente distinta.

No supo como reaccionar, ella había formado parte de aquellos golpes que la llevaron a tirarse ¿verdad? Era cómplice como todos, pero ¿Por que no sentía pena? Se sentía más frustrada por haber dejado caer la información que por la muerte en si, tal vez era porque ¿La chica había dañado a su grupo? ¿Por qué tendría que sentirse mal por ella? Aun así, sentía que ella no estaba realmente actuando a su voluntad, aunque eso era una locura ¿No es así? Aquella idea le generaba miedo, aquel miedo que le daba la mandíbula.

Se sentó en el suelo y se quedó ahí, no tenía ni ánimos de maldecir, nadie había sido capaz de atraparla, no había nada que hacer.

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Paris Johasson

Sus ojos se abrieron como platos tras presenciar lo que acababa de suceder, aun si por más quisiese hubiera preferido salvarla dada a la gran distancia entre ambas no hubiera llegado a tiempo a tomar su mano y salvarla.

— ¿E-En serio se ha tirado? — Trago saliva dando una gran bocanada de aire y exhalar, no hubiera imaginado que esto iba a ocurrir, ni siquiera desde un principio que empezó la pelea, pues a pesar de la poca interacción que ha tenido con sus compañeros no los veía capaces de querer matar a una persona.

— Hah... — Suspiro cerrando su diestra con fuerza, a pesar de que no era alguien muy expresiva sus manos estaban temblando, cada vez era difícil tener que presenciar la muerte de otros.

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Eryn Automne

A todos los sorprendería lo que ocurrió con aquella mujer llamada Hela... Su mente apenas estaba digiriendo aquella imagen suya lanzándose al vació y el cuerpo del guardián en el suelo con el corazón perforado. ¿Como había pasado todo tan rápido y porqué?

Era la segunda vez que veía un Delver morir, al final ¿quien había sido el culpable? ¿Ella, nosotros o el propio abismo? Solo yacía en el suelo de rodillas con la cabeza baja intentando detener sus lágrimas. —....—

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Norman Forrestal

Vio como el animal caía rendido al suelo y sintió una punzada en el corazón... Era la primera vez que veía un guardián de los bosques y le apenaba muchísimo verlo abandonar el mundo de aquella forma. Siempre había escuchado cosas buenas sobre ellos, también verlo atacar con anterioridad le provocó cierto resquemor.

Le recordó lo poco que sabían del abismo.

Fue interrumpido por los gritos de la ofensora. Después su cuerpo cayendo por la Gran Falla.

Parpadeó.

Volvió a parpadear para asegurarse de que no estaba soñando.

—Se... se ha tirado.

Las pulsaciones de su pecho aumentaron de golpe. Se llevó la diestra a la boca con cierto temblor, intentaba asimilar lo que estaba viendo, incrédulo.

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Kurosawa Ryuu

Dio un pequeño saltito cuando hicieron eco los chillidos agonizantes de Hela. El muchacho no se giró para comprobar lo que había ocurrido hasta que notó que Norman miraba en esa dirección. Así, también vio su suicidio. No obstante, no sintió nada. La existencia de Hela jamás le importó. No lo iba a hacer ahora:

— Extraño.

Fue su único comentario. Porque sí que era raro que la chica que tan llena de vida se veía hacía unos segundos se había tirado por el precipicio en cuanto se vio acorralada. Cuánta cobardía. Cuánto falso coraje. Pero no malgastaría sus energías pensando más en ello.

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Elise Jung

Al momento de darle el último golpe al animal, sintió segundos después su espalda erizarse. Había percibido el último aliento de la criatura desde cerca, pero por alguna razón indescriptible, aquello no le generaba nada dentro suyo.

No se había percatado aún de la mujer hasta que escuchó sus alaridos, posterior a eso, vio de reojo cómo se lanzaba desde el precipicio, visualizando que todos alrededor estaban impactados frente a ese suceso. Pareció como si su corazón se hubiera detenido una milésima de segundos frente a aquello.

Esperó unos segundos largos antes de acercarse al borde del precipicio y con cautela. Si bien a esas alturas no podría ver el cuerpo cayéndose hasta lo más profundo, no pudo evitar agacharse y sentarse con las piernas flectadas.

Enseguida pensó en la idea de que pudo haber sido la desencadenante de aquel episodio maquiavélico de antes por haber dado el último golpe a la pobre criatura, inmediatamente, la abrazó una sensación angustiosa de culpabilidad latente.

Cerró brevemente los ojos y agachó la cabeza. Murmuró lo suficientemente bajo para que nadie escuchara:

— Lo lamento mucho.

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Osamu Kinoshita

Miró el cuerpo de la criatura caer por su propio peso, haciendo una mueca de desagrado. Había muchas razones por las que hubiera preferido no llegar a este extremo, pero no quería detenerse a pensar en ello.

Volvió su atención a la mujer extraña, esperando que el pedido del señor Carpenter fuese suficiente para disuadir al grupo de causarle heridas fatales, pero no esperó que al ella ver el cuerpo inerte de la criatura entrará en lo que a simple vista parecía ser una crisis inminente.

Todo pasó demasiado rápido desde su perspectiva, ella gritando por piedad para luego enloquecer y lanzarse a la gran falla.

...

Le causó escalofríos. La delver había pasado de parecer inmutable al dolor a... esto.

Permaneció en blanco, sin saber que pensar sobre el desagradable espectáculo que acababa de presenciar.

No podía pensar en nada, probablemente con mil emociones como ruido empujadas totalmente de fondo en su consciencia, difíciles de discernir.

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Dylan Chester

Habiendo sentido el brusco empujón del hombre y moviéndose una distancia prudente, estuvo a punto de hacer lo mismo de vuelta, sin embargo, quedó petrificado al instante por las palabras de la chica.

Cerró con fuerza sus ojos. A veces odiaba ser tan putamente empático con los sentimientos ajenos en ese tipo de situaciones particulares, pudo sentir cada fibra de los gritos de la contraria cerca suyo. No podía mirarle sin sentir una gran angustia en su pecho, porque él habría reaccionado de la misma manera al perder a un animal querido.

¿Por qué aquellas palabras le resultaban tan familiares?

Había olvidado lo mucho que había deseado morir hace unos meses, la situación era demasiado familiar, una total contradicción a sus pensamientos más profundos. Enseguida al escuchar la clemencia de la chica, sus brazos y piernas temblaron con levedad.

Abrió los ojos con miedo, la reiteración de palabras en bucle de la chica le habían dejado nervioso, pero por sobretodo, intrigado. Pedía no morir... ¿Pero por qué? ¿De qué?

Estuvo expectante de cada maldito detalle, hasta que vio a la susodicha retroceder hasta el borde del precipicio, donde vio su cuerpo caer como si fuera la pluma más pesada del mundo.

No le dio tiempo de reaccionar a aquello. Estaba completamente paralizado por lo que acababa de ver.

Pudo haber hecho algo para evitarlo, si tan solo se hubiera movido...

Quizás, sólo quizás, esas palabras le habían movido algo dentro de él que había enterrado durante mucho tiempo. Luego de varios segundos estando quieto y sin mover un ápice, llevó su mano al puente de su nariz y la apretó con fuerza. La otra la llevó a su pecho, sintiendo su respiración agitándose con rapidez paulatinamente.

El punto máximo fue haber desviado su vista a la pobre criatura muerta en el piso. No pudo más. Tuvo que alejarse momentáneamente del resto hasta conservar la calma, comenzaba a sentirse muy mareado, como si hubiera dejado momentáneamente de percibir la realidad.

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Atreia Langley

Maldición. ¿Por qué nada salía nunca bien? ¿Por qué el descenso era tan complicado? ¿Acaso su capricho de entrenar un grupo entero hasta la séptima capa había sido demasiado osado?

Puso la mente en blanco unos segundos y trató de controlar el mareo que le estaba dando.

Después se levantó como pudo limpiándose un poco la tierra de sus pantalones. Se había raspado también las manos en el proceso de agarrar a Hela antes de su suicidio. Ah... pero ya ni le dolía.

Observó a Hugh, quien era el más inmediato a su lado. Notó enseguida que no estaba en sus cabales, su cerebro estaba en otro lugar. Una ola de preocupación le abrumó el corazón. Incluso sintió un dejavú, era como estar viéndose a sí misma hacía seis años.

Se acercó al hombre y lo agarró del hombro, apretándolo con cierta fuerza.

—No es tu culpa—susurró mirándolo fijamente, clavaba sus ojos ambarinos en los de Hugh—no la has matado tú. Empecé yo. Ni se te ocurra llevarte la culpa.

Quiso añadirle que no era el más mayor y responsable, pero no quiso decir mucho más, pensó que sería más amargo de lo que ya estaba resultando. Al fin y al cabo, ella era el guía principal y cualquier decisión recaía en sus espaldas.

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Freyja Gyldenlove

Pensaba en demasiados "hubiera". Todas las cosas que pudieron haber sido diferentes, y sin embargo, no lo fueron.

Toda pequeña acción que había guiado a que Hela se tirara por el desfiladero.

Miró a Hugh cuando Atreia se había acercado a hablar con él de tema. Si ella se sentía culpable, no podía siquiera comenzar a imaginarse en qué posición se encontraba Hugh en esos momentos. No, la verdad es que ni siquiera quería hacerlo.

Por cosas así es que viajaba sola. Sentía demasiado. Le afectó la muerte de una completa desconocida. La muerte de un compañero...

No, no reviviría aquello. Ya tenía suficiente con el presente, contrólate. Respira. Muévete.

Volvió a tomar su arma y la guardó a uno de los costados de su mochila. Necesitaba tomar aire, no podía dejarse derrumbar cuando había tantas personas afectadas por lo que acababa de pasar. Y era demasiado pronto para que quisieran o pudieran hablar al respecto.

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Hugh Carpenter

Tenía tantas cosas en las que pensar, pero su mente estaba completamente en blanco, como si tuviese un ruido estático de fondo que le impedía procesar cualquier cosa. De repente, notó dolor en el hombro. Y gracias a eso poco a poco volvió a la realidad.

Dio un pequeño salto del susto y parpadeó, dándose cuenta que los ojos de Atreia estaban frente a los suyos. Le mantuvo la mirada. Pero no supo qué decirle. Masticó las palabras de la contraria una y otra vez, buscándole el sentido y la coherencia, pero no era capaz:

— ... Me... Me extendió la mano... — Susurró con dificultad. — No la tomé...

No fue capaz de mirar más tiempo a Atreia a los ojos. Tuvo que desviar la mirada hacia el precipicio:

— Buscó mi ayuda y... No se la di... Si le hubiese tomado de la mano... No hubiese... — Inhaló aire. — ¿Por qué mierdas me estoy preocupando? ¿Por qué siempre...? No tiene puto sentido.

Sacudió la cabeza, frustrado consigo mismo y con el mundo. No era capaz ni de hilar las palabras necesarias para explicar cómo se sentía. Tragó saliva:

— Nada. Da igual. ¿Cómo estás? — Dijo, poco a poco recuperando su control de siempre y volviendo a levantar su fiel muro.

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Atreia Langley

Escuchó atentamente cada una de las palabras de Hugh. Su labio inferior comenzó a temblar, volvió a fruncir el ceño intentando forzar una sonrisa, pero fue imposible.

La mano le comenzó a temblar ligeramente, no supo distinguir si era por rabia, frustración o tristeza.

—Yo tampoco... llegué a tiempo—añadió tratando de empatizar, de aliviar la carga de sus hombros, no era el único culpable—je... qué surrealista...

Cuando se dio cuenta del temblor de su mano la retiró inmediatamente.

—Es nuestra naturaleza, supongo. Somos criaturas sensibles, débiles, nos aferramos a la vida y nos lamentamos después, una... y otra, y otra vez—ah, mejor paraba ahí—pero por favor, prométeme que no cargarás tú solo con la culpa. Si lo haces, ¿en qué posición me deja a mí como silbato blanco, qué clase de ejemplo estoy dando?—terminó por añadir.

Suspiró y se llevó de nuevo una mano a la frente, quitándose el sudor por la carrera de antes. El nuevo enfoque de Hugh la sorprendió un poco, aunque tampoco fue algo nuevo.

—Estoy bien—aseguró—será mejor buscar otro sitio para descender. El guardián no nos ha llevado a las galerías.

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Hugh Carpenter

El temblor de la mano de la mujer fue demasiado obvio. Cuando ella la retiró de su hombro él extendió su propia mano para buscar de nuevo su contacto, pero a medio camino se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Sólo alcanzó a tomarle de la capa. Eso era lo máximo a lo que se atrevía.

Escuchó lo que le tenía que decir. Estaba de acuerdo con ella y tenía ciertos comentarios al respecto, pero lo último que dijo fue lo que más le llamó la atención. Hizo una mueca:

— ¿Tú también...? Silbato blanco esto, silbato blanco lo otro... Es sólo un puto objeto. No te quita ser una persona ni tener sentimientos. ¿Cuántas veces tengo que explicarlo?

Suspiró. No se estaba controlando tan bien como debería, y eso le frustraba. Se iba a arrepentir de todo lo que diría ese día, sin duda:

— Vale... Bien. Pero primero...

Con la mano libre le dio unos toquecitos al hombro izquierdo de Atreia, sin llegar a golpearle en la herida:

— Curemos eso.

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Atreia Langley

No supo cómo responder a las réplicas de Hugh. Era tan, pero tan extraño que alguien le dijera esas palabras que a veces tenía la sensación de que estaba escuchando a un fantasma del pasado.

Soltó un gruñido en voz baja.

—Es mi trabajo—intentó decir, pero no era eso, no encontraba las palabras correctas—no me llaman demonio por nada.

Notar los golpes en su hombro le recordó que había sangre saliendo de dicha herida desde hacía unos minutos. La anterior adrenalina le hizo olvidar cualquier dolor físico que estaba sintiendo.

—Ah, esto... es verdad—murmuró—ya casi lo había olvidado. Qué cosas, eh.

Dada la situación su testarudez estaba dormida, no tenía las ganas ni las fuerzas de rechistarle a Hugh, en parte por el cansancio, y por otro lado, porque no quería preocuparlo más de lo que ya estaba.

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Su Hua

Se levantó del piso, sentía que estaba lo suficientemente calmada. Si bien habían dejado caer a aquella desconocida al vacío no podían parar por esto, su equipo había sido lastimado tanto física como mentalmente. Por suerte no había recibido ninguna herida, pero ambos mayores si lo habían hecho.

Tuvo el recuerdo de cuando Norman perdió el ojo, sentía que ese tipo de heridas entre los silbatos mayores era una clara desventaja para ellos, a veces incluso sentía que era mejor que los mas inexpertos se llevaran ese tipo de golpes, pero también comprendía que al ser Atreia e ir delante podía llevarse los golpes más duros. Resistía más pero ¿Qué tanto?

En ese momento también pensó el día del lago...Aquellas manchas, realmente ¿Qué tan saludable se encontraba Atreia?

Dejó de hacerse teorías locas en la cabeza, suficiente tenía con el "control mental" que acababa de presenciar. Se acercó a los mayores.

— Señor Carpenter, señorita Langley ¿Necesitan ayuda para tratar sus heridas? Ambos se vieron heridos en el combate, por favor, déjenme tenderles una mano — Después de todo Norman no estaba en las mejores condiciones, y por lo poco que pudo ver Eryn tampoco. No era la mejor en primeros auxilios pero ¡haría lo que pudiera!

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Hugh Carpenter

Cuanto más insistía la gente en que Atreia no era más que "una guía", "un silbato blanco" o "un demonio" más se acumulaba la rabia en el alma de Hugh. No entendía porqué deshumanizaban a Atreia, no entendía porqué la gente iba a morir al abismo, no entendía porqué ocurrían asesinatos, no entendía nada:

— ¿Y? No cargues sobre tus hombros algo que podemos llevar todos. Se lo he dicho a los demás y te lo digo a ti: antes de ser un silbato blanco, eres nuestra compañera y nuestra amiga. Eres importante. No por tu rango. Sino por ser tú. — Explicó exasperado. — Además, lo del "demonio" me parece una tontería.

Suspiró nuevamente cuando la mujer al fin se percató de sus heridas. Dejó ir finalmente su agarre a su ropa para poder guiarla a donde pudiese ser tratada en paz, pero en ese momento irrumpió Su Hua. Algo en sus palabras le extrañó:

— ¿...? Estoy bien.

Porque aún tenía los sentidos entumecidos al punto de no sentir la herida de apuñalamiento de su costado. Aún así, se alegró de que la muchacha se hubiese ofrecido; era mucho mejor que a Atreia la tratase alguien de su mismo género. Dio unos pasos para atrás para dar espacio a ambas y se dirigió a la adulta:

— Ve. Yo iré a ver cómo están los demás.

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Atreia Langley

Pensó que lo que Hugh le estaba diciendo también aplicaba para él, fue gracioso para ello lo rápido que cambió su alcance, como si hasta hiciera dos minutos no pensara y cualquier barbaridad.

Bufó aire por la nariz y frunció el ceño.

—Te puedo decir lo mismo a ti también—replicó—si alguien ha empujado a esa mujer al suicidio hemos sido nosotros, aunque... no, déjalo, mejor hablamos de ese tema en otro momento.

Cuando el hombre dijo "nuestra compañera y nuestra amiga" quiso reír. ¿Amiga? ¿Ella? ¿De quiénes aparte de él, Norman y tal vez Su Hua? No era capaz de mantener conversaciones decentes con los demás, solo se le daba bien enemistarse.

—Hm, tal vez tú lo veas así, pero la mayoría no—comentó—la sombra de mi silbato es más grande que la de mi persona. Las cosas son así por desgracia.

Después apareció Su Hua, lo agradeció ya que no sabía si aquella conversación iba a terminar bien. Asintió y se retiró la capa, dejándola caer al suelo. La herida era en el hombro izquierdo así que no le quedaba más remedio que quitarse la camisa de manga larga. Por debajo llevaba una térmica así que no estaba totalmente descubierta.

No era extremadamente profunda, pero era lo suficiente para que molestara otra vez de forma constante, aparte de obstruir su movimiento y dificultarlo. Cuando dejó la camisa caer también esperando que Su Hua aplicara primeros auxilios todavía se entreveían manchas rojizas como las del lago.

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Su Hua

Bien y una mierda. Lo acababan de apuñalar ¿Por qué dice que está bien así tan pancho? Luego la testaruda era ella.

— Eh Eh Eh. Hugh, usted se queda aquí. Por si no se dio cuenta alguien le acaba de apuñalar el costado. No esta bien — Aquel Hugh le salió del alma, tanto que no fue capaz de evitarlo(? Al darse cuenta solo apretó los labios un poco y decidió ignorarlo, su ceño fruncido seguía ahí, no queriendo que el mayor se vaya hasta que pueda tratarle. Lastimosamente era una sola persona, así que debía ir de uno en uno.

— Si vas a ir con alguien más que sea para que te ayude a tratar la herida. Ayudaré a la señorita Langley primero, pero no quiero ver como anda con una herida abierta fijandose si el resto está bien, por favor, no sea imprudente — Decidió sugerir, confiando en los dedos de frente que tenía el hombre para que tomara en consideración su petición.

Una vez hecho aquel regaño la mayor se giró hacía Atreia, sacó su botiquín mientras la mujer se quitaba lo necesario para tratar la herida.

Nuevamente pudo ver aquellas manchas en su cuerpo, haciendo que sus preguntas desde hace un rato volvieran a su mente. No sabía si había suficiente confianza para llegar a preguntar en algún momento, sin embargo le preocupaba un poco ¿Era buena idea ocultar algo que tuviera que ver con su salud? Sentía que no, todo tenía que ser tomado a consideración, incluso estos detalles.

— Al menos no es muy profunda... ¿como se siente? — Murmuró a la mayor empezando con el procedimiento de tratar la herida Mientras.

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Hugh Carpenter

Había sido capaz de calmarse una pizca debido a que el tema de conversación había cambiado, pero tuvo la mala suerte de que Atreia volvió a mencionar el suicidio. La imagen de Hela al borde del precipicio mirándole con lágrimas en los ojos mientras extendía su mano hacia él regresó a su mente. Seguidamente después, vino el recuerdo del demacrado cuerpo de Keira. Tuvo un escalofrío.

No. No iba a pensar en nada de eso. No era el momento ni el lugar. Primero debía revisar la salud física de sus compañeros, después su seguridad, más tarde sus estados mentales y finalmente él mismo. Ese era el orden de prioridades:

— Atreia...

No fue capaz de continuar. Su Hua había arribado. Él se dispuso a marcharse, pero la menor alzó la voz y le recordó que él también estaba herido. La miró con estupefacción:

— ¿Perdón...? — Bajó la mirada a su costado. — Oh...

Ni siquiera le dolía. Qué curioso. De todas formas, no estaba seguro de querer ser tratado por Su Hua sabiendo que tendría que levantarse la camiseta para ello. Si alguien tenía que ver su cuerpo tenía que ser otro hombre. Se le vino alguien a la mente:

— Iré con Dylan. Gracias por preocuparte.

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Atreia Langley

A diferencia de Su Hua ella lo dejó ir, haciendo un leve saludo con la cabeza. Viendo a Dylan algo más alejado pensó que lo mejor sería que fuera el hombre quien acudiera a su consuelo, no conocía a nadie más lo suficientemente cercano al chico, aunque tampoco estaba segura.

—Déjalo que vaya—dijo—pero más te vale curarte eso, es una amenaza —indicó a Hugh alzando un poco la voz.

Subió la manga de su hombro izquierdo dejando ver la herida perfectamente y esperó a que Su Hua hiciera el tratamiento básico de sanitizar la herida. Alzó una ceja cuando la joven formuló dicha pregunta.

—¿Eh? ¿A qué te refieres? —preguntó primero—Estoy bien. A penas me duele.

Lo cierto es que tenía razón, al menos no era profunda, pero le seguiría molestando durante unos días hasta que terminara de cicatrizar. Mientras la menor hacía uso del botiquín aprovechó para divagar un poco la mente.

Revisó la zona y fue contando a todas las personas, uno a uno, asegurándose de que estaban todos y nadie más había desaparecido por "arte de magia". Suspiró aliviada y se quedó mirando las musarañas.

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Su Hua

Solo le dio una ultima mirada de Hugh antes de que este se fuera, sentía que la amenaza de Atreia era suficiente.

Ante a esa pregunta se quedo un poco en blanco ¿a qué? ¿como que a qué? A su salud, a su animo, a esas cosas que todo el mundo pregunta cuando siente empatía ¿por qué tenía que explicárselo? no es la pregunta más difícil del mundo. Al menos había contestado algo de ella.

— Me alegra saber que se encuentra bien...hm — había fruncido un poco el ceño por lo que tuvo que bajar algo el rostro y centrarse en la herida, al menos Atreia había subido la manga para poder trabajar mejor, no le hubiera gustado tener que pedirle que se quitara la térmica, aunque su usser quería que pasara esa humillación(?

— Señorita Langley — soltó, aunque luego de eso apretó los labios pensando si era el mejor momento para preguntar. Terminó por tragar un poco de saliva sintiendo como los nervios afloraban, vaya, si no hablaba del abismo con ella parecía un chihuahua nervioso, era tan divertido

— Anímicamente ¿Se encuentra bien? — terminó por completar su oración, la cobardía le pudo al sentir que se metía en cosas que no le incumben, tal vez luego podría preguntar...Estaba sinceramente preocupada, sobre todo porque notaba que la mayor era algo descuidada consigo misma. Las enfermedades eran algo que temía incluso más que los misterios del abismo, solo pensaba en sus tíos y en como se llevaron su vida sin poder hacer nada al respecto.

Posiblemente estaba exagerando, inevitablemente sobrepensaba las cosas de más y lo aceptaba, ojala simplemente sea una paranoia y que realmente no sea nada grave.

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Atreia Langley

Asintió a las primeras palabras de Su Hua, ¿por qué estaba tan molesta con el asunto? Lo supuso debido al ceño fruncido de su frente. Estaba bien, solo había sufrido una herida leve en el hombro.

—¿...? —enmudeció un poco cuando la muchacha le hizo la pregunta.

No supo exactamente cómo responder. Si tuviera que ser totalmente sincera le diría que no. Pero no podía hacer eso, no debía.

—Sí, estoy perfectamente Su Hua, ¿por qué lo preguntas?—inquirió con cierta curiosidad.

No era la primera vez que alguien se preocupaba con ella, ya contaba con la de Hugh y Norman a diario, pero viniendo de Su Hua le resultó extraño y confuso, ¿estaba comenzando a ser transparente? Eso era malo, tenía que esconder mejor sus sentimientos.

—¿Y tú?—preguntó dándole un suave golpe con los dedos índice y corazón en el centro de la frente—si frunces tanto el ceño te van a salir arrugas como a mí.

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Su Hua

No podía creerle...¿O tal vez si? pero, después de todo lo ocurrido, no podía creer que ella estuviera "perfectamente" ella vio como se lamentó, después de todo había pasado "otra vez". Se preguntaba ¿Cuantas "otra vez" había tenido que presenciar Atreia?

Al sentir el golpecito cerro los ojos por reflejo. Se sobó la frente intentando suavizar la expresión, hasta habrá pensado que estaba de mal humor, cuando lo hace simplemente por costumbre.

— hmm... — Le observó un momento, y luego miro a un lado con una expresión pensante — No estoy bien...creo que ninguno de nosotros lo estamos. Me pregunto como la señorita Langley puede estar perfectamente, es admirable — Se notaba como estaba siendo irónica y en como no creía en las palabras de la mayor. Aunque luego se arrepintió al instante, recordando la última vez que fue así de brusca y como eso terminó en una pelea.

— Lo siento...Solo siento que, si usted no esta bien, no debería decir lo contrario. No pensaré que es menos fuerte por eso — se encogió de hombros — Me preocupa — Murmuró. Sentía que podía decirlo, después de todo era normal ¿no? es su líder, y los demás son sus compañeros, ya había mostrado preocupación por ellos antes, después de todo sin ellos hay menos probabilidades de sobrevivir, por lo que no sería raro preocuparse ¿verdad? (????

Como siempre su mente golpeaba con inseguridades, después de todo estaba usando palabras poco habituales de su parte, bajando un poco la cara y siendo mas afable, sentía que ese tipo de cosas eran importantes para el grupo si deseaban una buena cooperación. Por eso odiaba tanto que viniera más gente, de por si se estaba acostumbrando a su grupo, y ni hablar que había venido alguien que directamente detestaba "pff, que difícil es esto".

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Atreia Langley

"No estoy bien"

Bueno, no era una respuesta que no esperaba. Era normal que todos estuvieran más afectados que en el primer descenso. Habían perdido dos valiosas vidas desde que realizaron la operación; no obstante, agradecía que aún no habían perdido ninguna vida del grupo.

—Es... normal—dijo primero—el abismo no es un lugar bonito. No ocurren cosas que nos hagan mejor persona, ni tampoco maravillas. Es el castigo que tenemos por querer desentrañar todos sus misterios.

Le hizo algo de gracia el sarcasmo de la joven, no recordaba que fuera tan habladora.

—Probablemente es por la experiencia. Llevo décadas descendiendo y viendo a seres queridos morir por mi egoísmo ...

Después, ante la confesión de preocupación de Su Hua se quedó cavilando unos segundos. ¿Si ella se había dado cuenta, quién más lo habría hecho también? Tenía que dar un buen ejemplo a los más jóvenes porque, si a ella le afectaba demasiado, ¿cómo afectaría eso a los demás?

—Pero estoy bien. No estoy mintiendo—respondió—no pienso que hablar de ello me haga más débil, es mi menor preocupación.

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Su Hua

Negó un poco la cabeza.

— No, no nos hacen mejores personas... Es la primera vez que lanzó una flecha a un ser humano — El resto no quiso decirlo, solo se mantuvo en su cabeza aun medio afectada por el shock de hace un momento "Supongo que eso forma parte de la decadencia humana del abismo... Ha muerto, y yo solo sufro por lo que pudimos haber conseguido si la hubiéramos atrapado"...

— Pero aun así siento que este lugar esta lleno de maravillas, pero no somos parte. Somos intrusos — Apretó los labios soltando un suspiro — Lo siento, creo que no es momento para mis charlas je —

Aunque no estaba muy convencida no quiso insistir, veía que aquella discusión no iba a ninguna parte.

— Confío en usted — Fue lo único que dijo para cerrar también ese tema.

— Creo que con esto estaria bien, ya el resto de la sanación se que podrá encargarse — Terminaría con lo que sea que tenía que hacer, no me pidan describirlo no tengo ganas (?? Y luego observaria un poco la zona, girando la mirada al notar como estaba mirando mas tiempo del normal. Las manchas seguían en sus pensamientos.

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Atreia Langley

No supo cómo contestarle a Su Hua. Entendía que tendría que estar afrontando una gran conmoción interna, y no solo ella, muchos de ellos también. Atreia por su parte podía comprenderlo, de no ser por la herida en su hombro, desconocía qué podría haber ocurrido, ella había empuñado su lanza con intenciones de atacar desde un comienzo, ¿qué habría hecho si Hela no la detenía?

No obstante, el hecho de que su cuerpo reaccionó solo ante la caída de la mujer, tratando de tomar su mano para salvarla, le devolvía la poca humanidad que le quedaba. Se observó la palma de la mano, recordando el pasado.

—Mhm... tal vez—asintió—igual eso explica porqué la maldición nos afecta tanto, a diferencia de las criaturas que lo habitan y busca echarnos de aquí.

Después, la joven le decía que confiaba en ella. Dejó salir una suave risa, ¿cómo podía después de decirle que por su culpa había muerto gente? Qué anómalo.

—Je... bueno, no digas que no te avisé.

Cuando le indicó que ya estaría, volvió a ajustarse la ropa y soltar un suspiro de alivio. Siempre le resultaba engorroso acabar herida y que alguien tuviera que tratarlo.

—Gracias—dijo—espero no haberte hecho perder el tiempo con esto.

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Su Hua

— Realmente pienso lo contrario, si bien somos los intrusos, el abismo de alguna forma busca absorbernos, mientras más abajo menos nos suelta. Puede ser el castigo por la curiosidad, como mosca con planta carnívora — Era una comparación algo extraña, pero no le iban a pedir la mejor prosa ahora, menos cuando relativamente había matado a alguien.

Sonrió al escuchar la risa irónica de la mejor.

— Si no confío en usted ¿como voy a sobrevivir? — igual tampoco es que fuera la santa devota de Atreia, escuchar que llevaba a sus espaldas la muerte de otros obviamente era algo que pensar, pero teniendo en cuenta la vida de un delver y, sobre todo, de un silbato blanco, lo veía algo esperable, sin quitar lo preocupante claro ¿que tanto sufrimiento y arrepentimiento llevaba Atreia consigo?

— Nunca esto será perder tiempo. Usted es parte de nosotros, además estoy ilesa ... yo ayudaré a cualquiera de ustedes aunque tenga que gritarles por tercos — bromeó estirandose un poco luego, ya daba por terminado su trabajo ahí, solo quedaba ver si Hugh fue a tratarse. Se puso a buscarlo con la mirada(?

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Atreia Langley

Escuchó atentamente las palabras de la joven con una expresión afable. Le gustaba que Su Hua le diera conversación, podía centrarse en eso y olvidar lo ocurrido aún si era solo temporal.

—Mhm, es una buena forma de verlo. Lo que está claro es que el poder del abismo es aterrador, aunque a veces el intelecto humano lo es incluso más—comentó mirando hacia el agujero de la Gran Falla—quién sabe qué estaba pasando por la cabeza de esa mujer.

Volteó de nuevo para ver el rostro de Su Hua cuando le contestó.

—No siempre hay que confiar en mí para sobrevivir. Lo primero es confiar en uno mismo—indicó señalándola—y después en los demás.

Otra risa salió de sus labios al escucharla, no recordaba tener una compañera tan fiel. Se terminó de colocar la ropa y apoyó las manos detrás suya, estirando la espalda.

—Bueno, bueno, espero que sigas gritándonos entonces. A más de uno le hace falta una llamada de atención de vez en cuando—sonrió con malicia—yo incluida. Como habrás observado, no siempre tomo las mejores decisiones. Mi cuerpo reacciona antes que mi cerebro.

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Su Hua

— Lastimosamente no podemos saberlo. Hemos reaccionado de forma muy agresiva... La situación se escapó de nuestras manos. Hmm aun así, lo veo normal, estamos en una momento de alta tensión, cualquier mínima sensación de peligro nos activa — Aunque se sentía culpable la situación era la que era, entenderla tal vez le ayudaba a calmar un poco su consciencia, a pesar de no poder cambiar lo hecho.

Fijó su mirada en Atreia al sentir sus ojos en si misma. Asintió.

— Si no confío en mi misma no podría ayudar a sobrevivir a los demás... asimismo debo confiar en el resto, aun si son conocidos para mi, si queremos llegar lejos es lo que debo hacer — Era algo que estuvo reflexionando a lo largo de los días, entre charlas consigo misma y con Chenge. No había de otra.

Bajó un poco la mirada — Haré mi esfuerzo. Si necesita algo más puede decirme, la escucharé — Dicho esto simplemente dio la vuelta y se fue de allí, le había dado vergüenza decir esto último, quería ver como estaba el resto, demasiada interacción cercana con la platónica (??

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Atreia Langley

No podía negarlo, ella era una de las culpables de la reacción en cadena de Hela puesto que había sido la primera en saltarle al cuello, sin embargo, la contraria tampoco se había quedado muy atrás y la atacó sin pensarlo dos veces.

—Sí—suspiró—pero hay formas y formas de reaccionar. Supongo que tuvimos unos días muy turbulentos y eso nos afectó.

Después, escuchó como la joven le sinceraba sus pensamientos.

—No es fácil, pero no nos queda alternativa. Pero primero tienes que tener la confianza suficiente para sobrevivir tú primero—la señaló—siempre hay que priorizar la supervivencia de uno mismo, a no ser que la situación permita lo contrario; si no, acabaremos todos en la boca de un mandíbula carmesí.

Viendo que la conversación se había torcido un poco le revolvió el pelo a Su Hua con una sonrisa.

—Poco a poco, no hay que tener prisa para aprender a sobrevivir aquí abajo—le indicó.

Dicho eso, observó cómo la joven se levantaba y asintió con la cabeza. La vio alejarse y ponerse con sus propios quehaceres, esperaba no haberle robado demasiado tiempo curándole la herida del hombro. Se dejó caer de espaldas sobre el suelo de tierra y cerró los ojos.

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Huan Lanshu

Por un momento empatizo con la chica, y se habia dado cuenta de...lo que acababa de hacer. Miró su cascabel...y la escuchó, escuchó esos alaridos "No quiero morir" esas palabras desesperadas. Sonaban a ella, si, por eso estaba allí- Yo tampoco- le dijo, dándose la vuelta, antes de contemplar del todo como era que caia.

No iba a dudar en llegar a su objetivo, pero tampoco le daba placer ver como alguien que no quería morir...muere. Ignoró los sonidos de frustración de Atreia y Freyja.

Ella tenía un objetivo claro, uno muy claro. No podia ver atras no, no no no. Los humanos tambien eran bestias en ocasiones, y aquella chica era una bestia en el camino, si.

Su sonrisa se había borrado, parecía que los sonidos se habian aislado de repente solo se dirigió hacia el cuerpo del guardián y se agachó junto a él...mirandolo- Yo tampoco queria morir...sabes?

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Ravi Bhandari

A ella no le pudo haber importado menos el espectáculo que se había montado en la entrada a la gran falla, desde hace unos minutos tras su último ataque ya se había adueñado del cadaver del Guardián. Al menos, hasta que Lanshu se acercó.

— Pero si todos moriremos tarde o temprano, ¿qué dices? — Reiría ante esa especulación. — Aunque yo tampoco quiero morir. Viviré lo más, más posible.

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Huan Lanshu

Se dio cuenta que no estaba sola, aquella vocecilla la sacó de sus pensamientos. La reconoció, era una de las delvers ruidosas de cuando encontró al grupo, pero en ese momento sus palabras la hicieron sonreir un poco- Te entiendo, yo tambien pienso lo mismo- le contestó con cierto aire melancolico- Por eso no podemos perder tiempo- no sabia que más decirle-

Necesitamos llevar al guardian con nosotros. ¿Si te diste cuenta que su aroma a frutas puede que sirva para repeler a otras bestias? Puede servirnos para evitar las criaturas de la tercera capa- le planteó.

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Ravi Bhandari

— ¡Me percaté de ello! Pero tiene que analizar su fisionomía, no es un factor externo el que produzca el aroma que repele a las criaturas del abismo, es una sustancia que segrega el guardián por decisión propia por medio de su metabolismo, ¡lo que infiere que necesita estar con vida para resultar de utilidad!

Volteó hacia Chenge para explicarle lo grandioso que era tener el cadaver del guardián de los bosques, ¡que ella no había ocasionado! Así que Chenge no podría replicar al respecto.

Pero su posición era distinta, como si estuviera agotado o mareado, así que sin dar aviso a Lanshu en absoluto se alejó para ahora estar cerca del chico.

— ¿Te sientes enfermo? — Preguntó, inclinándose hacia él, con la usual sonrisa tranquila en su rostro, ignorando por completo la existencia de cartón de Geer.(?)

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Fei Chenge

El había estado buscando en su mochila la cuerda, pero al parecer la reacción de Hugh y la del equipo, tanto la de él, había sido demasiado lenta. Escuchó los gritos y solo pudo presenciar unos pocos segundos de la caída de Hela. Cerró los ojos cobardemente con la puta cuerda en las manos ¿Qué mierda habían hecho?

Al abrirlos aquella figura que hace unos pocos segundos era una amenaza había desaparecido. Los gritos de Atreia y el resto retumbaban en su cabeza, habían...Matado a alguien.

Habían llevado a alguien al suicidio, no podía creer que había sido capaz de no haber hecho nada. No le atacó pero aun así no hizo nada para evitar que el resto siguiera, era igual de culpable al resto, aunque le haya ataco tenían clara ventaja, y había terminado así... Llevo su mano a la parte de su cabello para poder apretarlo un poco, pequeños flashbacks difusos vinieron a su mente, el estrés era evidente.

Que inútil era, a pesar de todo aun seguía parándose en momentos cruciales. Ni siquiera había decidido seguir al resto pero ¿Si quiera estaba listo? La idea de quedarse petrificado mientras otras personas morían le aterraba, nunca podía prever esto, solo pasaba en el momento mas inoportuno, a veces si a veces no, dependiendo de los estímulos.

Trago en seco y bajo la mano de su cabeza, notando un mechón de cabello, ah, estaba arruinando el corte que le había hecho Elise...

Siendo Geer, aunque de carton(? la mas cercana, busco aferrarse de su hombro, respiraba profundamente e intentaba pensar en otra cosa, después de todo ¿Qué podía hacer? No podía pensar ahora, la cabeza la tenía demasiado nublada para pensar algo coherente.

Escuchar la voz de Ravi hizo que saliera ligeramente del trance, aun la taquicardia era latente y las ganas de esconderse seguían ahí, pero al ver a la chica en frente solo reacciono con buscar cobijo. Tomó un brazo de la chica apretándole suavemente y asintió con la cabeza.

— Un poco — Murmuró queriendo simplemente un abrazo, pero no era capaz de pedirlo, aun se sentía algo perdido por las voces del pasado y el presente mezclándose entre si en su cabeza, sabía que no era real, pero eso no quitaba el peso para nada.

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Ravi Bhandari

Volteó a ver su brazo que ahora estaba haciendo sujetado por el contrario, sólo para reír a lo bajo y comenzar a rodearlo con sus brazos hasta que terminara en un abrazo, apartándolo de Geer.

— ¡Entonces necesitas descansar! — Comenzó a acariciar su cabeza, y después buscó su mirada. — ¿Qué es lo que sientes? — Llevó una de sus manos hacia el rostro del chico, buscando la sensación de fiebre o el ver en sus ojos algún indicio de mareo o inconsciencia. — ¿Necesitas medicamento? — Todos tenían botiquín, al final del día.

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Fei Chenge

Asintió ligeramente, sin duda todos necesitaban descansar.

Cerró los ojos en el abrazo y suspiró, negando luego mientras la otra acariciaba su rostro, busco que le soltase para poder apretarle en un abrazo comodamente.

— Estoy bien, no es necesario un medicamento — Entre eso, recordó a Geer. Besó la mejilla de Ravi y se separó un poco para ver su rostro — Gracias por preocuparte — le sonrió un poco, esperando que no se molestara por alejarse para atender a Geer, aun no se sentía muy atento, pero tenía que seguir con sus responsabilidades, y su principal responsabilidad en este descenso era Geer.

— Perdona Geer ¿Te encuentras bien? — Le preguntó esperando que la niña le dijera cualquier cosa que necesitara.

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Ravi Bhandari

— ¡Está bien! — Imitó la acción del otro y, después de recibir el beso en su mejilla, sería ella quien le daría uno a él. Aunque prontamente esa cercanía se vio interrumpida por Geer.

¿Sería siempre así? ¿Después de mirarla a ella, miraría a Geer?

Chenge no le había preguntado de su estado a ella, pero si a Geer, ¿era diferente? ¿Por qué? ¿Era más relevante la información del estado de ella que el propio?

¿Su estado de salud era irrelevante? ¿Indeseado? ¿Innecesario? Antes le preguntaba a ella. Antes de que Geer apareciera.

Chenge, mírame a mi. No, no puede hacer nada si Geer no hace nada primero.

Se separó y, agachándose en el suelo, sacaría sus libretas. Ocuparía su mente con sus registros.

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Kurosawa Ryuu

Revisó al área. Y vio que el guardián del bosque al que tanto le había estado echando un ojo durante la mañana estaba muerto en el suelo, mientras dos chicas le rodeaban. Eso sí, pronto Ravi se fue. Lo último que Ryuu quería era dejar a "Lanza" junto a su botín, por lo que se sintió en la inclinación de aproximarse al cadáver:

— Nor.

Se acercó al animal, esperando que el silbato negro fuera con él. En poco llegó al lado de Lanshu:

— Mío. Soy investigador.

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Norman Forrestal

Seguía con la cabeza embotada. Acababa de presenciar un suicidio. Todavía no terminaba de creérselo.

Bajó la cabeza acongojado... otra vez había sido un mero observador. Igual que cuando Felix murió, aunque en aquel momento recibió su castigo divino: perdiendo parcialmente la visión.

Lamentable.

—Mhm...

Inconscientemente buscó él mismo la mano de su acompañante y la tomó con delicadeza. Necesitaba esa pizca de confort humano, el calor de otra persona. Era eso o enloquecer de nuevo en su bucle de pensamiento.

Al oír su nombre, aunque más bien su nuevo mote, alzó la cabeza con el ceño ligeramente fruncido, intentaba aguantarse las ganas de llorar. Se dejó llevar por la mano de Ryuu como un muñeco vacío. Escuchaba el eco de su voz y el de la mujer que estaba en el suelo examinando el cadáver de la bestia.

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Huan Lanshu

La idea de Ravi fue muy repentina, no le dió tiempo de procesarla; pero si información fue valiosa aunque algo desmoralizante. Tenía ganas de llorar, lo cual era irónico.

Iba a llorar por aquel animal pero no por la muerte en la que acababa de contribuir a qué sucediera.

Milagro fue que aquel individuo llegara, pues no lloró y lo que le dijo fue melodía para sus oídos. Un investigador ....

-Olor frutal, repele a las bestias. La pelirroja dijo que no era factor externo, está invucrado el metabolismo pero...uqe necesitaba estar vivo para resultar de utilidades- le tiró toda la información de una, no había tiempo no, no, no había- Si no son medios externos entonces el aroma puede provenir del sudor o...si es como un zorrillo de sus glándulas anales- volvió a tirarle información. Esperando que el investigador pudiera rescatar algo.

Acaba de morir, puede que algo de esa secreción aún sea rescatable-fue lo último que dijo mientras se quedaba mirando, atenta de lo que haría

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Kurosawa Ryuu

Se alegró bastante de que Norman hubiese aceptado su petición, tomándolo como la reafirmación de que realmente no le abandonaría. Así pues, le guio hasta el cadáver del guardián, con la tranquilidad y hasta cierto jolgorio de quien había tenido un día normal.

No le soltó ni siquiera cuando alcanzaron a Lanshu. El muchacho escuchó atentamente las palabras de la rubia, aunque en seguida se dio cuenta de que ella no sabía demasiado sobre el mundo animal. Estaba bien. Para eso estaba él:

— Lo es. — Comenzó por el último comentario. — La muerte no afectará.

No sabía ni si explicarle las razones por las cuales un animal podía emitir un hedor y que usaban para ello, además de que lo del metabolismo le parecía un poco raro. Eso y que Mes está harta de meterse a páginas médicas raras Optó por ahorrárselo.

No tuvo más remedio que soltar a Norman para arrodillarse, sacar su equipo médico y hacer lo de siempre: ponerse la mascarilla y los guantes. Antes que nada, le retiró la flecha del corazón. Y le limpió las heridas. Tenía que revisarlo superficialmente primero:

— Elis-...

No. Ya no podía seguir pidiendo que Elise tomara notas por él. Echó un vistazo por la zona para buscarla una vez más. Seguía con Osamu. El joven devolvió la mirada al cadáver y habló con la mujer:

— Tome notas. Incluya hipótesis.

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Huan Lanshu

Dio un suspiro de alivo cuando le dijo que la muerte no afectará. No sabía que más hacer, el muchacho se veía bastante seguro de lo que hacía, asi que solo observo. Le escuchó murmurar pero no se atrevió a interrumpirlo hasta que le volvió a hablar.

-Entendido- le dijo, sacándose la mochila del hombro y sacando una libreta y lapiz- Anotaré todo lo que usted me diga, no se preocupe- dijo, preparada para anotar.

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Norman Forrestal

Observaba el grotesco paisaje que tenía delante suya, no le quedaba más remedio. Tanto Ryuu como la rubia estaban empezando a manipular al pobre animal. Arrugó la nariz un poco y frunció el ceño con cierto desagrado y culpa.

Y se sintió culpable también cuando pidió a la desconocida que tomara notas... Podría haberlo hecho él de no ser por su brazo ...

Suspiró y se alejó dos pasos para mantener distancia con el cadáver. Le incomodaba un poco tenerlo tan cerca. Buscó una manera de ordenar sus pensamientos, pero era imposible, no era capaz de hilar lo que estaba ocurriendo, no había conexiones lógicas.

Se limitó a mirar de nuevo con la respiración algo agitada, de vez en cuando miraba a ambos, tanto a Lanshu como a Ryuu.

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Kurosawa Ryuu

Que la rubia le dijese que anotaría lo que él dictase le indicaba que no haría como Elise en el sentido de apuntar sus propias observaciones. El muchacho bajó sutilmente los párpados con pesar. No le quedaría más remedio que indicarle cómo escribir una ficha de autopsia:

— 18 de noviembre. Hora no mayor a mediodía. Entrada a la Gran Falla. Guardián del bosque. Adulto. Macho. Completo. Dueña... — Se quedó pensando. No se había quedado con el nombre de Hela. — Silbato luna. Fallecida. Suicidio.

Sacó sus botellas de muestra y en cada una de ellas fue metiendo un trozo del cuerpo de la criatura, tal como un mechón de su pelo, una antena, un poco de tejido, etc. Las revisaría más tarde:

— Hora de muerte no mayor a diez minutos. Sangre humana en garras delanteras. Proyectiles de cascabel en su costado. Corte de navaja en el otro. Herida moral: flecha de arco preciso al corazón.

Notó cómo Norman se alejaba un poco. Normalmente le dejaría dar vueltas si quisiera, pero no quería quedarse a solas con una completa desconocida y menos cuando a su alrededor había tanta gente con la que ni siquiera congeniaba:

— No te vayas.

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Ravi Bhandari

Por eso esperaba con la carita empapada a que llegaras con rosas

Mil rosas para mí.

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Norman Forrestal

Cuando Ryuu le dijo la misma frase de nuevo titubeó, no se estaba yendo. Simplemente se había alejado un poco. No le agradaba ver cadáveres de animales, aún si eran criaturas del abismo, le seguía apenando el hecho de que tuvieran que morir de esa forma tan deprimente.

—Estoy aquí—le afirmó dando otros dos pasos hacia adelante, acercándose, pero sin mirar directamente lo que estaba haciendo.

Se llevó el brazo sano detrás de su espalda y se quedó quieto, a la espera de que acabara pronto. Realmente no solía ponerse tan aprensivo cuando eran criaturas más morbososas o desagradables, como fue el caso del Needle Ghost, pero el guardián...

Le recordaba un poco a sus mascotas, las que abandonó en Orth y dejó a cargo de sus padres. Las echaba de menos, ¿qué estarían haciendo? ¿Extrañarían su ausencia? Guardaba un valor sentimental inmenso hacia ellas ya que consideraba que eran las únicas que añoraban su presencia cuando bajaba al abismo.

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Huan Lanshu

Estaba anotando tal cual le indicaba hasta que dijo lo del suicidio- El resultado final fue suicidio-tragó un poco en seco- Suicidio por intento de asesinato- le tembló la voz cuando dijo aquello pero trató de sonar tranquila- Ya que es como una bitácora, deberíamos anotar su extraña insistencia a no dejarnos pasar pero sin darnos respuestas- sugirió- mientras seguía el ritmo de las palabras de Ryuu, anotandolas.

Oblitero la existencia de Norman porque no hablaba (?) Estaba concentrada, así que pensó que le hablaba a ella- No me iré, le dije que anotaría todo- reafirmó.

-El comportamiento pasivo del guardian es gracias a la domesticación que menciono la mujer, Hela- añadió- Que por cierto, la mujer tenía una insistencia extraña a qué no continuaramos descendiendo a tal punto que no le importó poner en riesgo su vida- hizo una pausa. Tratando de encontrar sentido a la situación- "No quiero morir" eso dijo y luego de eso se lanzó- lo dijo tranquilamente, pero su mano temblaba al escribir.

¿Qué ahí más allá de la gran falla para que...alguien que no quiera morir se termine suicidando? - se preguntaba, en algún punto a pesar que se suponía estaba hablando con el muchacho empezó a hacerse aquellos cuestionamientos en voz alta más para si misma

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Kurosawa Ryuu

Él no había hecho ni el más mínimo caso a lo sucedido con Hela, por lo que si había alguna razón externa por la cual ella se había tirado por el precipicio no lo sabía. Él tan sólo creyó que había sido una cobarde. Si no era capaz de mantenerse viva, pues que se matase. Nadie la iba a echar de menos. No él.

El siguiente comentario de Lanshu le pareció una redundancia:

— Obviamente.

Se tranquilizó cuando Norman le respondió que se quedaría por la zona. No obstante, Lanshu asumió que esas palabras iban para ella. El muchacho alzó una ceja:

— Él. — "Tú te puedes tirar por el acantilado si quieres", pensó.

La rubia continuó hablando. Fantástico. Era de esa clase de persona que no se callaba nunca. No era como si le molestase, pero que dijese tantas cosas seguidas le obligaba a procesar cada palabra con rapidez y elegir qué responder:

— Los guardianes del bosque son de naturaleza pacífica. Ergo, son domesticables. — Corrigió. — Mamíferos comunes entre la segunda y tercera capa. Difíciles de avistar. Guían a humanos hasta la Gran Falla y avisan de heridos.

Todo el asunto de Hela se la sudaba ochocientos kilómetros cuadrados de verga. Pero viendo que ella no paraba de mencionarlo, no tuvo más remedio que dar su opinión:

— Cobardía.

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Huan Lanshu

¿Cobardía? Se enfrentó a todo u. Grupo de delvers ¿Y le llamaba a eso cobardía?

Seguía anotando, pero con una presión más notable, si Precionaba más rasgaria la página.

No dijo nada más. Su cuerpo empezaba a acalambrarse por el esfuerzo que había hecho con el arma- ¿Necesita que le anoté algo más? - fue lo único que dijo.

Su mente estaba centrada en otras cosas, si. Ya había obtenido la información que quería y la anotaría de nuevo para si misma luego

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Norman Forrestal

Por un segundo se le encogió el corazón. Sintió una vergüenza abismal repentina cuando la rubia contestó a Ryuu después de él. ¿No lo había oído? ¿Acaso estaba hablando con ella en vez de con él?

Un hormigueo se apoderó de sus extremidades, quería que lo tragara la tierra en ese preciso instante, no sabía cómo, pero siempre se las arreglaba para cagarla constantemente.

—A--...—iba a decir algo, pero fue interrumpido por Ryuu.

La calma volvió a su corazón cuando el muchacho afirmó que era a él a quien se refería. Pero entonces... ¿la rubia lo había ignorado directamente? Juraría que respondió primero; ¿habría sido adrede?

—Hmh...—asintió a los comentarios de Ryuu—son incluso más raros de ver en la tercera capa. No es un terreno que les agrade debido a que es más difícil esconderse, aparte de las criaturas depredadoras que habitan en la Gran Falla—añadió a pesar de que no estaba seguro de si la joven lo estaba escuchando.

Tragó saliva cuando mencionó cobardía. No quiso intervenir, no era quién para meterse en los asuntos de los demás, mucho menos una desconocida.

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Huan Lanshu

Reaccionó repentinamente, haciendo un rayón repentino mientras anotaba alguna palabra en las anotaciones. Jadeó un tanto sorprendida por la nueva voz que se les unía- Oh!- exclamó sorpresiva. Cada gramo de información que le daban era valiosa para ella

-Pero aún así aunque sean escasos en la tercera capa- decía poco apoco, anotando la información- ¿Hay algo de esperanza de encontrar alguno no?- y ahí fue cunado lo vio. Al alzar la cabeza vio la cara del chico, pero lo que se le quedó grabado fuertemente fue...el color de su silbato.

Usted es...el silbato negro- lo miro sorprendida. Aquel silbato representaba que tenía alto conocimientos de muchísimas cosas. Luego se dió cuenta que no había puesto atención al color del silbato del investigador. Así que miro al chico- ... -

Si, definitivamente. El nuevo individuo que "acababa de aparecer" ante sus ojos, tendría seguramente muchísima más información

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Kurosawa Ryuu

¿Que si necesitaba que anotase algo más? ¡Por supuesto que necesitaba que anotase más! Aún no había ni empezado a abrir el guardián en canal. ¿Era tonta, acaso? Le estaba empezando a dar rabia. Pero no se vio en su faz:

— Sí.

Agradeció que Norman siguiese dando la información que ella pedía, pues él no estaba seguro de si quería malgastar saliva en la rubia. Mientras ellos seguían charlando, él posicionó el cadáver para que yaciese en su lado izquierdo y ató tanto la pata derecha delantera como la trasera para que no estorbasen. Con cuidado, comenzó a despellejar la mitad derecha del animal.

El olor de la sangre y de la grasa comenzó a inundar el lugar. Tras unos minutos, Ryuu dejó a un lado la piel retirada, dejando al aire los músculos carmesí del guardián. Se apartó un poco:

— Dibuje.

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Ravi Bhandari

R-ryuu me ha reemplazado -Se acaban de conocer-

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Kurosawa Ryuu

Ojalá fueses tú la que estuviese a mi lado tomando notas y no la rubia del bote, Soleil

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Elise Jung

Divagando (??

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Norman Forrestal

No recordaba registros de guardianes en la tercera capa, al menos, nunca había llegado una noticia similar a sus oídos.

—No sabría especificarle señorita, no hay mucha información sobre ellos como le mencioné con anterioridad. No son criaturas nada comunes, por probabilidad es más común encontrarse un Mandíbula Carmesí que un guardián—añadió.

Cuando Lanshu dijo que era silbato negro ladeó la cabeza algo confundido, ¿no se había fijado? Aunque bueno, no era de sorprender, no tenía una presencia muy destacable, a diferencia de Atreia.

—Mhm, sí... —respondió todavía algo desconcertado—Mi nombre es Norman Forrestal—se presentó.

Mientras Ryuu iba despellejando el animal sintió el olor nauseabundo que salía del animal debido a la grasa y la sangre. Volvió a apartar la mirada y agradeció, por fin, que no fuera él la persona que tuviera que dibujar semejante imagen.

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Osamu Kinoshita

Miró su navaja sucia, la limpió con el trozo de tela inútil que sacó anteriormente y la guardó. Un dolor punzante ante los movimientos, había olvidado momentáneamente la herida. Que molesto, luego tendría que atender eso, está vez no podía darse el lujo de descuidarse, pero momentáneamente aprovecharía el dolor para mantener su cabeza conectada a la realidad, sus pensamientos a forma de estática incomprensible por momentos. Demasiadas cosas, nada entendible.

Sin pensarlo, se acercó en silencio a Elise quien estaba al borde de la gran falla. Parecía tranquila, pero tras ver las reacciones anteriores de todos, incluida la delver desconocida, no pudo evitar sentir algo de miedo asomarse. No. Ella no tendría por qué hacer eso, ¿Verdad? Que tonto pensamiento.

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Elise Jung

Mantuvo los ojos cerrados por un momento.

Empezó a respirar con lentitud para calmar los pensamientos caóticos y obsesivos que había aglomerado en su mente en un intervalo de pocos minutos, desde que había matado al pobre guardián para ser más precisos; seguido de esto, retrocedió un poco más de los bordes del precipicio con miedo de que los mismos se rompieran. No quería morir tan pronto.

Tras gatear con brevedad y sentarse no muy lejos de su posición inicial, no le tomó muchos minutos sentir la presencia silenciosa de alguien colocarse cerca suyo. Tomándose un tiempo breve de silencio, se levantó con lentitud y visualizó que se trataba nada más que Osamu.

—Hey —Sonrió con bastante calma en el semblante, como si no hubiera tenido una vorágine de pensamientos destructivos en su mente.

Deteniéndose en su amigo, vio que cierta zona de su pecho estaba impregnada en sangre. Alzó la ceja, recordando con inmediatez que había sido atacado por la criatura de antes.

—Hay que curarte eso —Le indicó, señalando la notoria herida del menor.

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Osamu Kinoshita

Observó con cuidado las acciones de Elise, solo por si acaso. Tras las experiencias recientes era algo que no podía evitar hacer, alertandose un poco ante el mínimo movimiento pero calmandose al verle retroceder.

— ¿Todo bien? — Preguntó sin ninguna emoción en particular, el tono plano de costumbre, ignorando su propia herida hasta que la mayor la mencionó. No pudo evitar hacer una mueca de disgusto.

Maldito bicho

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Elise Jung

...

¿Osamu preguntando si estaba todo bien? ...¿Quién era? (?)

Estuvo dubitativa, ¿Estaba bien realmente? Había una cierta sensación de angustia en su interior que le molestaba bastante, si no fuera por los ejercicios de respiración, posiblemente estaría alarmada y tiritando, sin embargo, no sabía si era lo mejor desahogarlo con Osamu.

Prefirió mejor mantener la calma exteriormente y tragárselo de momento, ya vería cómo soltar eso de manera sana.

—Sí.

Siendo consciente que había sonado más seca y seria de lo usual, estiró un poco los brazos hacia adelante y dio un hondo suspiro.

—¿Y tú? ¿Todo bien? Lo de antes fue bastante impactante —Comentó a grandes rasgos, sin la intención de alargarse más con el tema —Bueno, ven conmigo. Te ayudaré.

Le hizo una señal para que la acompañara más al interior del área, así procedería a curarle la herida en un lugar más cómodo y con el botiquín que traía en su mochila.

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Osamu Kinoshita

Para bien probablemente, no tenía forma de saber que pensaba Elise sobre su pregunta casi protocolar.(?)

Le observaba con cierta atención, por lo que al oír finalmente su respuesta no la creyó del todo. Suspiró internamente. Estaba bien, no tenía derecho en ahondar de más si ella no deseaba hablar sobre ello. Respetaría su postura, pero permanecería con cierta vigilia al respecto.

Asintió a su pregunta sin pensarlo realmente en lo más mínimo. No era necesario hacerlo, lo que importaba era que podía moverse y actuar, lo demás era irrelevante.

Resopló cansado, sabiendo que sería muy imprudente de su parte no aceptar su ayuda. Los médicos del grupo que mencionó la silbato blanco parecían estar muy ocupados de momento cada uno con sus cosas, y rechazar la posibilidad de atención temprana podría evitar una infección. La siguió, resignadose a su destino

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Elise Jung

Agradeció internamente que no haya insistido... Aunque bueno, si lo hubiera hecho se habría quedado atónita y mayormente preocupada, no era algo que esperara del chico de todas formas.

Relajó los hombros ante su respuesta inmediata, sonriéndole entremedio y asintiendo como respuesta, admiraba desde hace años la capacidad que tenía Osamu de tener todo bajo control exteriormente, aunque esperó que fuese una respuesta positiva aplicada también a sus emociones actuales.

Momentáneamente, echó vistazo a la gente del grupo, visualizando a Ryuu no muy lejos atendiendo a la pobre criatura con más personas. Esbozó una pequeña sonrisa al ver que estaba congeniando con más gente, pensando luego en hablar con él y preguntarle si todo estaba en orden. Desvió su atención a Osamu posterior a aquello.

—¿Ha? Tienes que curarte eso —Comentó al sentir el resoplido del contrario. Golpeó suavemente el hombro del mismo con su propio codo, frunciendo el ceño con gracia —No permitiré un no por respuesta. 🔪

Cantó victoria mentalmente al ver que le seguía, habiendo temido antes por la terquedad del menor. Enseguida llegando a una zona más apartada pero no lejos del grupo, le indicó a Osamu que se sentara a la par que ella se agachaba a buscar su botiquín de primeros auxilios.

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Osamu Kinoshita

Otra vez puso mala cara ante la amenaza de Elise de no aceptar un no por respuesta.

Mientras le seguía, se dió un momento para mirar el panorama del grupo. No se veía bien, pero podría ser peor. Cada uno estaba en sus cosas y no haciendo nada demasiado peligroso aparentemente

Al estar ya un poco más alejados, tomó asiento donde Elise le había indicando, conteniendo cualquier quejido por el dolor tras el movimiento hasta que se alivió un poco cuando ya estuvo quieto.

Volvió a maldecir para sus adentros. Malditos bicho x2

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Elise Jung

Al menos seguía siendo el mismo, bien ahí. (?)

Una vez ambos ubicados adecuadamente para realizar los procedimientos de curación, procedió a sacar el bote de alcohol de su botiquín, sacar una tela larga, rasgar una cierta cantidad de la misma y vertir el líquido en la misma.

—Abre tu camisa, tengo que limpiar la zona para que no se infecte —Exclamó como una orden —¿La criatura te atacó en más lugares? ¿Ya te revisaste bien el cuerpo?

El lidiar con una infección en el abismo era, en grandes rasgos, una total putada. Esperaba que Osamu opinara lo mismo y no se retuviera por pensar cosas como en gastar lo más mínimo de alcohol. De todas formas, podría pedirle más a Ryuu luego.

Acortó un poco más la distancia con el contrario para apresurarle de que moviera sus ropas, no quería tardarse tanto con la limpieza.

Sin embargo, mantuvo su mirada puesta en la tela que sostenía su propia mano, habiendo hecho memoria de lo que le había dicho a Osamu con anterioridad.

—¿Sabes? —Llamó la atención del mismo con una pequeña sonrisa, marcando suavemente sus diminutos hoyuelos —He estado recordando varias cosas en estas últimas semanas, de mi niñez y adolescencia.

Dejó pasar un breve silencio, pensativa.

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Osamu Kinoshita

Vaya sitio más problemático para herirse, si no fuera porque una extremidad herida sería muchísimo peor en este ambiente diría que hubiera preferido una herida en un brazo o algo como eso.

Resopló, frustrado e incómodo, tanto físicamente por el dolor como mentalmente por la situación.

— No, solo es esto. — Respondió ante la pregunta. Probablemente sentiría algo más de malestar corporal por el impacto de la criatura, pero no era algo que pudiera infectarse o limpiarse. Tuvo un breve debate consigo mismo en el que consideró la posibilidad de irse por su lado a ver esto solo la cual descartó por lo imprudente que resultaba ante la opción de una ayuda externa.

Ver qué se gastaría material que podría ser más urgente más adelante le ponía también los nervios de punta. Piensa en lo peligrosa que puede ser una infección, piensa en lo peligrosa que puede ser una infección...

Obedeció las órdenes de Elise con tal de despejar las heridas causadas por la criatura en su piel. No podía evitar quitar la mueca de su rostro ante toda la situación en general, pero al menos pensando que pronto pasaría y podría ocuparse en cosas más importantes, como pensar que hacer a continuación.

Que equivocado estaba.

Levantó la mirada tras el llamado de la mayor, que probablemente habría estado en algún punto indefinido hasta ese momento. Parecía tranquila, mucho mas tranquila que en la mayoría de sus recuerdos en los que ella era parte y la mención al tema que quería tocar solo reforzó ese momentáneo pensamiento. Suspiró. Él también había estado pensando en ello, mucho más de lo que le hubiera gustado, especialmente tras aquella conversación con Bhandari. Aún no había hablado de ello con Elise porque no había encontrado el momento y pensar en ello hizo poner sus nervios de punta a pesar de su aparente calma inmutable.

No dijo nada y esperó que continuara mientras inconscientemente volvió a mirar a algún punto indefinido del lugar.

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Elise Jung

Asintió. Era mejor panorama de lo que pensaba.

—Va a doler, aguanta un poco. Intentaré no ser bruta.

Dicha la respuesta de Osamu, no le quedó otra más que acercar su mano con la tela a la herida del contrario, limpiando los restos de sangre con el alcohol impregnado e intentando desinfectar bien la herida.

Se pensó un poco en si charlar de esas cosas con él en esa situación, puesto que no era la mejor de todas, sin embargo, tenía ganas de conversar sobre las cosas positivas que habían pasado por su mente en ese intervalo de tiempo.

Al cruzar mirada con Osamu, soltó una risita.

—¿Por qué tan tenso? —Con su mano libre palmeó el brazo del chico —¿También te has acordado de aquello? Haha, no voy a olvidar tan fácilmente esos años dorados.

En cierta medida, recordar aquellas memorias felices antes de que su padre falleciera le ponían de bastante buen humor. Aunque ahora que lo pensaba, se preguntó internamente si Osamu sabía de la muerte de su figura paterna.

—Hm, han pasado muchas cosas —Mantuvo su mirada clavada en las manchas de sangre de la tela —Imagino que tú también. No hemos tenido la oportunidad de hablar.

Suspiró con lentitud. Alejándose brevemente del menor para buscar más cosas en el botiquín, quedó en silencio momentáneamente.

—Me pregunto cómo estará Felix.

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Osamu Kinoshita

Tomó aire, asintiendo ante la advertencia. Cerró los ojos momentáneamente apretando los dientes ante el dolor que venía, como odiaba estas cosas. Simplemente aguantó, aunque el ardor que el alcohol aun era visible en su controlada expresión.

Suspiró nuevamente ante el ligero comentario de Elise, haciendo un esfuerzo por tomar su misma actitud pero fallando miserablemente para sus adentros. Por más que quisiera en este momento no era capaz de centrarse en los buenos momentos, vivencias de aquella época que para si mismo admitía también fueron tal vez sus años más tranquilos? plácidos? felices? vistos en retrospectiva.

— Hmm — Tenía razón, no había tenido oportunidad de charlar. Muchos años habían pasado y fuera de un evento en específico, realmente no tenía la menor idea de que había sido de la vida de ella, y probablemente al revés sería similar. Aunque capaz y se daba una sorpresa y Elise sabía de sus movimientos en e negocio familiar. Esperaba que no, no quería pensar en ello más.

No era capaz de relajarse, sentía que Elise estaba dando vueltas y no yendo al grano sobre alguna cosa. Y uno de sus temores pareció hacerse realidad al oír la mención de alguien cuyo nombre no quería escuchar por... él, él tenía sus razones.

Tragó saliva silenciosamente, aun con los ojos en ningún lugar en concreto. Su mirada se hizo pesada, recordando las conversaciones previas donde había confirmado lo que realmente esperaba que fuera solo una confusión o una escalofriante coincidencia. Abrió la boca, como para comentar algo, pero la cerró al no saber que decir. Estaba muy tenso. Intentaba no perderse en sus pensamientos al respecto, pero le estaba resultando increíblemente difícil poner su cabeza en orden y decidir que hacer. No dijo nada.

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Elise Jung

Estuvo expectante de cada reacción de Osamu, pese a que resultaba ser más inexpresivo que una roca, aún podía percibir atisbos de su semblante que había aprendido a lo largo de sus años de amistad. Aún cuando hayan pasado muchos años de no verse, seguía teniendo actitudes similares.

Tomó un poco de tela y procedió a secar con lentitud la herida. Por suerte suya, aquellos procedimientos básicos le resultaban un poco más fáciles de realizar; si hubiera sido una herida profunda, posiblemente habría hecho las cosas mal por los nervios.

—¿Hm hm? —Volvió a reír bajito, pese a la indiferencia del contrario, estaba entretenida de conversar esas cosas y olvidar momentáneamente lo que había pasado hace unos minutos —Haha.

Habiendo secado la herida, vio de reojo cómo la prominencia laríngea de Osamu se movía, percibiendo que había tragado lentamente saliva. El haber palmeado el brazo del chico con anterioridad le hizo entender que se encontraba tenso.

¿Pero tenso por qué?

¿Por lo que había acontecido antes?

Wow, no pensaba que le habría afectado tanto. Se prometió mentalmente prestar más atención en él, de todas formas, Osamu era un libro completamente cerrado ante sus emociones internas.

Notó también así que no le miraba, sino que intentaba desviar la vista a cierto punto del lugar, sin embargo, parecía tener la mirada fuertemente marcada en la nada misma, como si...

Como si ocultara algo.

Intentó hacer una prueba breve en aquel momento. Despegó la tela de la piel de Osamu y se quedó mirándole con seriedad, quitando cualquier vislumbre de alegría en su semblante y frunciendo ligeramente los labios en son de incertidumbre. Quería probar si el chico realmente estaba ocultándole algo o era él siendo la misma persona precavida y cerrada.

No quería que el silencio fuese una de las respuestas definitivas de Osamu. Esperó algún cambio en su semblante para inferir lo que pasaba en su mente, de momento, se quedaría en silencio, juzgándole.

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Osamu Kinoshita

Sentía los ojos de Elise observándole con atención casi todo el tiempo. Es algo que normalmente podría ignorar, algo a lo que estaba acostumbrado. Pero esta situación era distinta y a pesar de saber que era un hecho que era poco expresivo, no podía evitar pensar en la sensación de estar siendo leído como un libro abierto. Ella lo conocía después de todo. Y él aunque había cambiado, no se había transformado en alguien completamente distinto.

Se esforzó por tomarse con humor los breves comentarios y las leves risas de Elise, pero nuevamente, su mente se iba a otro lugar en contra de su voluntad.

La sensación de ser observado y analizado no hizo más que intensificarse tras su visible silencio. No estaba acostumbrado a sentirse así, él que solía tener siempre todo bajo control empezando por si mismo, nada era más desestabilizante que la sensación de perder el dominio de su mente. Una sensación muy similar a aquella producida por los inbyos oscuros. Estaba seguro que Elise había notado algo en él, tras detenerse y sentir su mirada fija en él.

Tomó aire, exhalando lentamente. Recuperar el control, recuperar el control... Era una sensación similar a aquella en su último viaje de regreso a Orth. No podía permitir perder el control de su cabeza, eso nunca-

Una vez más, tomó aire y exhaló. Intentando ser consciente de su propio cuerpo, volviendo a percatarse del dolor físico que por sus abrumadores pensamientos había estado totalmente ignorando. Eso serviría.

— ... Lo siento. — Dijo finalmente tras sentir que se había calmado al menos un poco. Masajeó sus sienes, negando para si mismo este momento de debilidad. — Han pasado demasiadas cosas recientemente. — Hizo una breve pausa, bajando su mano del rostro para colocarla sobre su rodilla. — No se si ahora sea el momento de hablar de... todo esto.

Fue lo más ambiguo que pudo. Y en parte era porque sí, para él eran demasiadas cosas. Si fuera solo lo de Felix sería al menos un poco más fácil.

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Elise Jung

Presentía algo muy malo detrás de todo.

El silencio que se había formado entre ambos pareció eterno, como si hubiera durado un intervalo de muchas, muchas horas, a medida que pasaba el tiempo, fue colocándose inevitablemente nerviosa. No sabía con certeza la peligrosidad del asunto que Osamu ocultaba entre manos, y al no saber, aquello le despertó una ansiedad indescriptible en su interior, porque al estar atenta a su mirada profunda, pudo entrever un par de cosas que estaba ocultando con total firmeza pero incertidumbre a la vez, como si estuviera a punto de explotar y perder el sentido del control.

Comenzó a realizar ejercicios de respiración para no ser consumida por los nervios. Sus manos tiritaban levemente, no obstante, al escuchar la disculpa de Osamu, se paralizó momentáneamente.

Porque claro, ahora estaba convencida totalmente que habían muchas cosas malas que había ignorado. La culpabilidad volvió a su pecho como una molestia taquicardia, porque no había tenido el atrevimiento de hablar con él, porque quería evitar actualizarle su vida y contarle lo mala persona que había sido ella por años.

Asintió y entendió a lo que se refería, intentando buscar un poco de calma en sus breves palabras.

—Lo sé —Murmuró en voz baja, sabía que posiblemente no eran temas fáciles, para nadie lo eran —Lo siento también, no quise presionarte de esta forma.

Algo en su interior le hacía sentir incómoda de todo el asunto. Pensó de esta forma en el hecho de que los asuntos que Osamu se había estado guardando sólo le hacían tener que obligatoriamente mantener la calma tanto en él como en su reducido círculo cercano.

No le parecía justo en lo absoluto.

No le apetecía prestarle atención a la posible y futura mirada fastidiada del contrario, porque posiblemente pase a segundo plano para ella, tan sólo ignoró aquello e hizo lo que sus principios le dictaban. Mirando con detenimiento la mano de Osamu, la tomó brevemente con las suyas propias y las rodeó como si estuviera rodeando una pequeña piedra.

—Osamu —Le llamó con la vista pegada a sus manos —De todos los años que no te he visto ni a ti ni a tu familia, he aprendido que guardarse las cosas por mucho tiempo hace muy mal.

No quiso entrar a grandes detalles ni nada por el estilo, tan sólo sintió la necesitad de decirlo. Quería ser una buena amiga con sus palabras breves, aunque a Osamu le entraran posiblemente por un oído y le salieran por el otro.

—No quiero que pases por lo mismo que yo. Si en algún momento pierdes el rumbo o las cosas salen de tus manos, quiero que sepas que no luchas solo con todo.

Se tomó una breve pausa antes de seguir.

—No soy la mejor amiga que podrías tener, soy muy molesta y posiblemente me detestes por haber sido malcriada en el pasado, o por estar hablando ahora mismo —Soltó una pequeña risa apagada —Pero te echaré una mano con los ojos vendados si me das la oportunidad.

Finalizó soltando la mano del chico y volviendo a pegar su atención al botiquín. Debía aún echar la povidona en la herida del chico. Le hizo una señal leve para que le permitiera volver con lo de antes.

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Osamu Kinoshita

Tan perdido en su mente como había estado y en su urgencia de recuperar el control de esta, no fue capaz de de percatarse de la ansiedad, del nerviosismo de Elise y de cómo ella también está esforzándose en mantenerse en una pieza.

Continuó esforzándose por mantener el ritmo de su respiración, aún tras hablar, el breve momento entre aquello y las siguientes palabras de Elise se le hizo eterno.

Negó con la cabeza. Realmente no había necesidad de disculparse, realmente ninguna.

— No es tu culpa. — Dijo. Elise no tenía forma de saber que era lo que pasaba por su cabeza. La responsabilidad por aquel breve desequilibrio no era culpa de nadie más que si mismo y de nadie más. Mucho menos de ella.

Casi perdiéndose de nuevo en sus cavilaciones, las manos de Elise sosteniendo la suya lo tomó realmente por sorpresa, sus ojos abriéndose ligeramente más de lo normal fueron probablemente el único gesto que delató tal emoción, su mirada misma puesta sobre las manos mientras le escuchaba hablar.

Tragó saliva ante la primera frase, que de por si le daba mucho sobre qué pensar. Suspiró, cansado y una expresión pesada de vuelta en su rostro. Quizá su lógica habría osado a darle le razón a la mayor, pero la voz que le decía que no, que reservarse sus preocupaciones era el modo correcto de hacer las cosas, especialmente en la forma en que se desenvolvía. Aún así se preguntó qué cosas habría tenido Elise que pasar para decir aquello con tanta firmeza. Escuchó luego a ella misma confirmar que hablaba de la experiencia. ¿Qué experiencia? ¿Qué experiencias? ¿Sería consecuencia de aquello? Genuinamente, tenía miedo de saber.

Las palabras de Elise eran... Una amabilidad dolorosa. Un gesto de bondad que no le correspondía aceptar. ¿Que importaba si quería hacerlo? No debía, no debía.

Su expresión se tornó amarga. Pero no era desagrado, al menos no por ella. Su propia mano después de todo era demasiado débil para rechazar su gesto.

Lo admitiría, sí, pero solo para sus adentros. Dolía. Realmente dolía. Esta situación era tan dolorosa como hilarante. Resopló levemente, no era un risa pero aún con un toque de amargura, se sentía quizá algo cercano a eso.

No merecía esto. No le correspondía aceptar está amabilidad. Pero suspuso que estaba bien si intentaba que fuera al revés. Aún si quizá era solo un deseo egoísta por calmar sus remordimientos.

— No te detesto. — Y nunca lo había hecho realmente. Sí, ella había sido muy molesta, muy pesada siempre buscando que botones presionar poniendo a prueba su paciencia. Pero nunca había sentido algún desprecio real. Actualmente podría reconocer que era alguien a quien había apreciado genuinamente. Aún lo hacía.

No dijo nada más allá de aquella.... ¿Replica? ¿Corrección? Lo que haya sido. No se sentía capaz de responder más allá de aquello.

Con mano libre en nueva cuenta, no tardó en sumergirse momentáneamente en sus pensamientos. No era el momento de quedarse nadando en su conciencia, pero apenas volvió a tierra ante el gesto de Elise.

Suspiró y asintió, visiblemente cansado y con su mano de vuelta a su posición anterior. La sensación cálida prevalecía en esta, pero las emociones amargas, similares a las que tuvo tras aquella conversación el día que que se unió al grupo, eran más abrumadoras.

Tendría mucho que pensar más tarde, pero primero, sí, había que terminar de ocuparse de esa herida.

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Elise Jung

Sentía una especie leve de deja vu con la situación. Recordó así en el camino de sus pensamientos que había hecho casi exactamente lo mismo que cuando lo había visto por primera vez en mucho tiempo hace unas semanas.

Era inevitable hacerlo, la situación en la que casualmente se envolvía para tener la necesidad de expresar aquello, eran justamente en los momentos donde más podía sentir que se acercaba a un tipo de soledad indescriptible y dolorosa. Desde hacía años que era así. Tener que recordarles y recordarse aquello era una rebuscada forma suya de remarcar que no estaba sola, que aún habían personas que la apreciaban pese a sus errores, que a pesar de que había cometido acciones pésimas y habría alejado a todas las personas que la rodeaban por un arrebato maquiavélico que no era capaz de recordar, quería sentir su derecho de ser acompañada y querida.

Si bien era algo que recurrentemente no pensaba para no entrar a un bucle intenso entre sus emociones extremas, a menudo en sus momentos vulnerables quería volver a ser la Elise pequeña, llena de valentía, sin miedo a que otros la juzguen y la dejen totalmente sola porque creía fielmente en la compañía de su familia, la pequeña niña malcriada segura de si misma y sin problemas de autoestima y seguridad propia.

La necesidad de querer entablar un vínculo con cada persona era para justamente borrar aquella sensación que había arrastrado por muchos años, si bien le parecía tragicómica la manera en que otros la percibían, como una persona extrovertida y que podía desenvolverse fácilmente con la mayor cantidad de personas, sólo ella era consciente del motivo específico de aquel deseo obsesivo de no caer otra vez bajo pensamientos destructivos.

La voz de Osamu la trajo inmediatamente a la realidad, deteniendo los pensamientos aglomerados en su cabeza. Como si hubiera despertado de un sueño, asintió en automático ante lo primero que exclamó, en silencio.

Exhaló aire por la nariz con gracia, porque hasta aquel momento había pensado que el contrario sólo se acercaba a ella por deber y porque era de las pocas personas -por no decir única- que conocía de hace tiempo dentro del grupo. Aunque... ¿Podría simplemente ser eso y nada en especial? Prefería mantener aquel pensamiento aunque sonara duro, de esa forma no se haría ideas equivocadas. Daba igual.

Doblando la anterior tela que había utilizado para secar, untó povidona en una zona limpia de la misma y le señaló que se acercara de nuevo. Seguido de esto, fue echando el ungüento en la herida con rapidez y finalizó sacando un apósito de tamaño adecuado y tapando la lesión, todo esto en silencio y con un semblante de serenidad, ignorando que su piel estaba erizada por los nervios provocados por sus pensamientos.

—Listo —Esbozó finalmente luego de un eterno silencio.

Guardó las cosas que había sacado para curar y terminó con aquello. Posiblemente en unos días más la herida de Osamu estaría ya cicatrizándose.

Llevó sus manos a sus propios muslos, mantuvo la mirada quieta en el suelo y no la despegó en ningún instante.

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Osamu Kinoshita

Exhaló con lentitud, intentando recuperar su compostura más allá de la coraza exterior, necesitaba, realmente necesitaba su cabeza un poco más en orden.

Menos pensar en si mismo, más pensar en todo aquello que tenía alrededor. Sí, eso por lo general solía funcionar. Sin embargo ahora mismo y al poder prestarle más atención, el comportamiento de Elise estaba dando algunas señales que no era capaz de decifrar realmente al haber pasado tanto tiempo y él mismo no estar con la mente despejada ahora mismo, pero que le preocupaban de todos modos.

Este largo silencio no era lo que llamaría tenso o incómodo. Quizá... ¿Distante? Cada uno pareciendo haberse sumergido en sus propios pensamientos. No era algo para nada extraño en su día a día, pero sus recuerdos de Elise eran tan... Diferentes en ese sentido, que no podía evitar verlo como extraño.

Aquellos pensamientos volvieron momentáneamente a una capa menos consciente de su mente mientras prestaba atención a las nuevas indicaciones para terminar de atender la herida, acciones casi automáticas fueron respuestas de su parte. Suspiró por quién sabe cuánta vez en el día.

— Gracias. — Era un agradecimiento genuino, y no de aquellos que solía brindar solo por cortesía. Pero ¿había forma de saberlo? Quizá sí, algún leve matiz en el tono. Quizá no, sonaba igual que siempre, su voz no era particularmente expresiva después de todo.

Permaneció en silencio mientras ella guardaba todo en su respectivo lugar, meditando sus próximas palabras.

— Elise. — Llamó su atención, asumiendo que realmente la mayor estaba ya en su propio mundo. La mirada propia estaba en algún punto indefinido, no evitando cruzarse con la mirada de ella, sino más bien estar aún pensando profundamente a la vez que hablaba. — Cualquier cosa que necesites... También puedes contar conmigo.

Iba a omitir el "también". Incluso ahora con la mente ligeramente más clara, no estaba seguro si era apropiado aceptar su ofrecimiento. Pero sería un descortesía rechazarlo, aún si era tácitamente. O quizá en el fondo si quería aceptar su ayuda. Quién sabe. No era lo importante ahora, solo quería que Elise supiera que siempre podía contar con él. ¿Motivos? Ya había pensado lo suficiente en eso hoy, no quería traer de vuelta todo al plano consciente de nuevo. Estaban bien ahí, en el fondo.

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Elise Jung

Desde su perspectiva, no encontraba necesario que Osamu le diera las gracias por lo que hacía. Aparte de que pensaba que el chico haría lo mismo por ella en la ocasión invertida, era su deber como delver el prestar ayuda a sus compañeros en sus heridas.

Se limitó a darle un silencio como respuesta, sin embargo, pudo notar un atisbo distinto y casi imperceptible en su tono de voz. Fue un detalle que le llamó la atención, por lo que subió la mirada hasta su rostro, encontrándose con el mismo chico inexpresivo de siempre.

Haber escuchado su nombre frente a ese sepulcral silencio posterior le tomó por sorpresa, es más, se había exaltado un poco al volver a colocar inmediatamente los pies sobre la tierra, y aquello lo hizo evidente.

Y las siguientes palabras que recibió, pues... Fueron completamente inesperadas para ella.

No se le había cruzado por la mente el recibir lo mismo que ella había dicho. Podría contar fácilmente con los dedos de sus manos las veces que habrá percibido una reciprocidad entre sus palabras y las de las personas con las que solía frecuentar, pero de quien menos se lo esperaba era justamente de Osamu.

¿Tan malo era todo el panorama interno del chico? ¿O simplemente lo dijo porque logró leer parte de sus pensamientos? Lo dejaría en manos del destino, no quería darle vueltas a un asunto sin aparente respuesta.

Sin embargo, se permitió sonreír luego de mucho rato de seriedad. Pensando en que era un poco inadecuado marcar sus labios, tapó los mismos con su muñeca, ahogando una risita.

—Lo sé, Osamu.

Bajó su muñeca y volvió al mismo semblante tranquilo de antes, asintiendo de paso en son de agradecimiento por sus palabras. No tenía mucho más que aportar a sus palabras, sentía que debía dejar un rato a solas al chico, aunque no sabía si sería adecuado o no.

Frente a esto, decidió preguntar directamente.

—¿Necesitas un espacio a solas en estos momentos?

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Osamu Kinoshita

Realmente le gustaría saber realmente que pasaba por la mente de Elise en estos momentos, aunque una pequeña parte de su intriga se dispersó al oírle soltar una leve risa.

— Bien. — Solo resopló, negando levemente para si mismo con ligereza. Solo el gesto reflejo de siempre, pues está incluido algo aliviado de que al menos una parte de la seriedad del ambiente se evaporar. No era que creyera que Elise no pudiera ser seria ni nada parecido, era solo que... Toda esta situación era tan complicada...

Ciertamente no sabía que hacer a continuación, no sin un campamento y sin atisbos de las galerías. Vaya problema.

Irónicamente, no está seguro de querer quedarse solo. No podría descansar realmente en el estado de alerta en que se hallaba, pero no tenía energías aún para lidiar con su propia mente, aunque realmente tampoco para lidiar con las de otros.

Se masajeó las sienes, pensando que responder. Quizá ella también necesitaba un descanso, lo había estado ayudando con la herida cuando seguro también necesitaba sentarse a pensar que hacer o quizá checar cómo estaban los demás.

Al final solo asintió. Intentaría arreglarse un poco, hacer algunas anotaciones y cosas así. Centrarse en lo que había pasado con la delver desconocida antes de olvidar detalles podría ser útil más adelante.

Tras los acontecimientos ocurridos en la Gran Falla era obvio que ninguno de los Delvers había salido bien parado. Claro que, la mayor víctima del asunto fue Hela. Una mujer que apareció y desapareció envuelta en un halo de misterio.

Y había otra cosa más clara: necesitaban tomarse un respiro para asimilar todo lo ocurrido. Acamparían temporalmente en la entrada a la gran falla, no obstante, algo más cercanos a la maleza para evitar depredadores aéreos provenientes del desfiladero.

Tendrían tiempo de seguir descendiendo una vez se recuperaran del golpe emocional pues, ya no había nadie que les impidiera el paso...