Segunda Capa


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Mesteres
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5 de noviembre ~ 18 de noviembre

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﹂ Escaras


Escaras

8 de Noviembre – Puentes colgantes

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Kurosawa Ryuu

Habían pasado dos días tras todo el asunto en el campamento de observación de Ozen. Muchas cosas habían ocurrido. Ryuu había averiguado que no había rastro de Ozen desde hacía tiempo, había encontrado una criatura corrupta, había recibido daño en su brazo, se había unido al Descenso Final y había tenido problemas con inbyos oscuros. Pero, lejos de estar abrumado, Ryuu quería llegar al fondo de cada una de las cuestiones previas.

Por ende, volvió al lugar donde los desconocidos — Bueno, sus nuevos compañeros — habían sido atacados por los inbyos oscuros. A decir verdad, era la primera vez que él tenía un encontronazo con esas bestias. Tenía bastante curiosidad por ellas. Se preguntaba si sus habilidades para provocar alucinaciones podía ser usada para curar enfermedades, más específicamente las mentales. Por probarlo no pasaría nada.

Por ende, el muchacho se encontraba caminando por los puentes colgantes con su lanzascuerdas en mano.

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Ravi Bhandari

Aún habiendo descubierto un par de cosas sobre sensaciones nuevas, parecía ser que el miedo era incapaz de plantar semilla en ella por mucho tiempo. Su sed de conocimiento era mayor que todo ese tipo de cosas.

Por eso había pensado algo similar a la otra persona que rondaba la zona, pues había ido ya a visitar el campamento de Ozen y recorrió el lugar de pies a cabeza y, claro, tomó más notas e ilustraciones del Corpse-Weeper allí postrado.

Iba caminando de regreso con su libreta en mano mientras tarareaba a lo bajo, cuando su vista periférica le advirtió de movimiento en los puentes. Fue rápido notar que se trataba de "Desconocido 1", se preguntaba qué hacía allí con su arma en mano.

— Hey, hey. — No estaba tan lejos pero tampoco tan cerca, pero se notaba su ánimo con el que alzaba una de sus manos para saludarlo aunque haya hablado con un volumen de voz normal. — ¿Está usted investigando? ¿Cazando? — En eso recordaría el incidente con la criatura. — ¡Gasp! — Movería la hoja de su libreta a una nueva, observándolo de pies a cabeza mientras sostenía su bolígrafo. — ¿Ha tenido secuelas debido a la invasión del parásito sobre su cuerpo? ¿Dolor físico crónico o dificultad de movimiento? — No había en lo absoluto preocupación alguna en sus palabras, más que intriga, curiosidad, fascinación, y deseo de investigación.

Además, Ravi era terrible para saber cuándo era indicado preguntar algo a un desconocido por más invasivo o repentino que fuera.

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Kurosawa Ryuu

Fue capaz de escuchar a la muchacha aproximarse desde incluso antes del primer "hey", pues cualquier ruido hacía eco en la zona tan desolada en la que estaban. No obstante, no respondió. Al menos, no hasta que ella terminó de hablar. Sólo entonces se giró hacia ella. Y se quedó en silencio.

Varias cosas: uno, le había interrumpido su tiempo a solas. Dos, había interactuado con él sin previo aviso. Y tres, le había hecho muchas preguntas seguidas. No quería hacerle el feo, así que buscó cuál era la más fácil de contestar:

— No.

... ¿"No" a qué? Eso quedaba entre él y Dios. De todas formas, se quedó procesando dónde había escuchado la voz de la muchacha antes. Recordó entonces que fue ella quién se había percatado de que a él no le gustaba que le tocasen, pero también se acordó de otro momento donde la pelirroja le llamó la atención:

— La chica llorando de forma audible.

... Muy bien, Ryuu.

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Ravi Bhandari

Miraba detenidamente su rostro, cada pequeño detalle en él. Su semblante, la línea de sus cejas o la curva de sus labios.

— ¿Es así? ¡Ya veo! — Por el contrario, a ella no le era inconveniente en lo más mínimo el que obtuviera una respuesta tan mínima y cortante. Una respuesta era una respuesta y pareció generalizarla en sus anotaciones que le siguieron.

Alzó la mirada ante la siguiente oración, llegando a reír a lo bajo. — ¡Si, hice eso! Acabo de descubrir que soy capaz de experimentar algo de esa índole como cualquier ser humano. Aunque el llanto y el miedo continúan siendo conductas instintivas del ser humano tan difíciles de comprender en su totalidad.

Se quedó pensando unos momentos, si él la había visto, significaba que no había tenido el mismo destino. — ¿Entonces no fue presa de las alucinaciones? ¡Eso es bueno! — Había llevado ambas manos tras su espalda mientras le dedicaba una sonrisa que acompañaba su comentario.

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Kurosawa Ryuu

Si ella le estaba mirando, él no se estaba dando cuenta, pues su propia vista estaba clavada en algún punto del paisaje cerca de ella. La escuchó hablar. Y se extrañó bastante. Procesó una y otra vez qué quería decir la joven, pero por muchas vueltas que le daba solo llegaba a una conclusión:

— ¿Es un androide? — Preguntó, antes de pensar en otra hipótesis. — ¿Una broma?

Lo de la broma tenía más sentido. A él le costaba darse cuenta de ellas, pero cuando lo que le contaban era tan ridículo había más posibilidades de que captara. Supuso que era su castigo por señalar algo tan obvio como el llanto. Ante el comentario de las alucinaciones tan solo asintió. Y se quedó en silencio:

— ¿Qué quiere?

Porque si se había acercado a él y le había empezado a verborrear era que necesitaba algo.

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Ravi Bhandari

Lo primero que hizo fue reír ante la pregunta. — Estoy segura de que no soy un androide, tengo el mismo cuerpo y funciones que cualquier ser humano. — Con la siguiente pregunta, ladeó un tanto la cabeza, confundida con ello. — ¿Broma? No he hecho algo como eso. — Contestaba con su usual inocencia carismática. Ella ni siquiera era capaz de hacer bromas.

— ¡Nada! Me he encontrado con usted de regreso al campamento, ¡y ya ha contestado mis dudas! — Que volviendo al tema, ahora se fijaba en el brazo que vio cómo era tomado por aquellas protuberancias y- — ¿Tiene dibujos? ¿O es un efecto secundario de la corrupción carmesí? — Señaló sus tatuajes, eran curiosos, y se notaba el brillo en sus ojos al observarlos.

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Kurosawa Ryuu

Extraño. Demasiado extraño. Le gustaría creer a la muchacha, pero la forma en la que había hablado sobre los sentimientos humanos como si jamás los hubiese experimentado antes era sospechosa. Tenía que era una broma. Tal vez se estaba intentando burlar de él. No sería la primera vez que alguien notaba que él tenía problemas para detectar el sarcasmo y se divertía a su costa.

Bajó levemente los párpados. Y optó por no contestarle. Si él no le daba nada con lo que jugar, entonces estaría a salvo de las mofas. Para su desgracia, la pelirroja continuó hablando, en esa ocasión encontrando un nuevo tema de conversación:

— ... Tatuajes. — Corrigió.

Quería hablar de ellos porque los tatuajes y los piercing les fascinaban, pero que los llamase "dibujos" como si nunca hubiese visto tatuajes antes... Sigh. Intentaría ser lo más neutral y escueto posible para tantear el terreno:

— Tengo... Un dragón que va del cuello hasta la muñeca. Mis brazos están rodeado de serpientes atigradas. En el pecho izquierdo tengo un pez koi. Y en los nudillos de la mano izquierda tengo la palabra "FIRE".

Bueno, a la mierda lo de usar pocas palabras, supuso:

— Tenía la intención de seguir añadiendo tatuajes por la espalda. Pero ya es tarde.

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Ravi Bhandari

— Oh, ¡tatuajes! — Tras la corrección del otro, ella también se corrigió a sí misma. Claro que sabía qué eran, sólo no recordaba el pequeño detalle de que un tatuaje podía ser literalmente cualquier cosa, y con la ropa cubriendo partes de los mismos, no les había encontrado forma concreta aún, más que saber que eran manchas de color negro. Ahora sabía a ciencia cierta que eso verdaderamente le intrigaba, porque eran ilustraciones que se quedaban de manera permanente en la piel, ¡como sus pecas, por ejemplo!

Juntó ambas manos mientras escuchaba totalmente maravillada la lista de cosas con las que el otro ya había adornado su cuerpo, haciendo movimientos de su cabeza como si intentara ver cada detalle de lo que era visible por el momento, pero no invadía en lo más mínimo su espacio personal. — ¡Suena maravilloso! ¿Por qué ha escogido esas representaciones en su cuerpo? — Era genuina curiosidad, suponía que había motivo. Aunque claro, incluso algo tan simple como la estética era un argumento válido para ella.

— ¿Debido a que no piensa volver a Orth? — Ladeó la cabeza al preguntar. Suponía que entonces su adición al Descenso Final era permanente y por eso no podría obtener más tatuajes. — ¿Qué tenía la intención de plasmar en su espalda? ¡Creo que sería interesante tener un tatuaje de criaturas del abismo! Sería un agregado excepcional. — Pareció fantasear un poco, quizá ella hubiese hecho algo así deliberadamente.

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Kurosawa Ryuu

"Suena maravilloso", había dicho ella... ¿No... No parecía estar burlándose de él...? ¿A lo mejor se había equivocado? Su opinión sobre la chica no paraba de cambiar a cada frase que intercambiaban. Le acabaría dando dolor de cabeza:

— Mi nombre, "Ryuu", significa "dragón". Las serpientes atigradas en honor a mi hermano, Taiga, cuyo nombre suena como "Tiger". Al tener las serpientes rodeando mis brazos, puedo evocar los recuerdos de las veces que Taiga me ha abrazado. — Explicó. — El resto sólo me pareció estéticamente agradable a la vista.

Asintió a la siguiente pregunta. Iba a contestarle la duda de qué iba a tatuarse en la espalda, mas cuando ya separaba sus labios fue recibido con la idea de plasmar una criatura del abismo en la piel. El muchacho se quedó de piedra. Y en sus ojos se entrevieron mil estrellas:

— ¡Es una idea fantástica! ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Podría haberme tatuado el mapa del abismo por la espalda, o el torso, o una de las piernas. ¡Oh! ¡Mejor que por la pierna derecha pase la Gran Falla, llena de mandíbulas carmesí, madokajacks y neritantans!

Ahora se arrepentía de haberse unido al Descenso Final. Necesitaba volver a Orth urgentemente:

— ¿Cómo te llamas?

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Ravi Bhandari

Conforme más escuchaba, más sentía la intriga y el asombro abriéndose paso con las cuestiones que le mencionaba el otro. Primeramente, por el significado etimológico de los nombres, lo cual era un hecho de por sí interesante.

Seguido de ello, estaba el que los tatuajes resultaran ser detonantes de recuerdos de una actividad en específico, que el sólo pensar en ello no pudo haberla cautivado más. — ¿Tener físicamente algo intacto en su piel que se encuentra a su alcance y visión en todo momento y sea capaz de lograr ese tipo de reacción en cadena en la mente? ¡Que maravilla de idea! — Porque claro, ella no tenía problema alguno con ser totalmente sincera.

Y con la estética, ¡bueno! Era su decisión, los tatuajes no suponían una ventaja ni una desventaja, sólo algo que existía. — ¡Es verdad! Son estéticamente intrigantes e interesantes.

Soltaba risitas a lo bajo con los conceptos que surgían en la mente del otro. — Que el cuerpo mismo sea una representación del abismo, ¡creo que eso hubiera sido magnífico de ver o poseer! — Quizá ella podría tener sus ilustraciones en su cuerpo y fuese más rápido recordar cosas.

— !Ravi Bhandari¡ Mi nombre, Ravi, significa "sol". — Tan sólo imitó el hecho de que el contrario también había dado el significado del suyo.

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Kurosawa Ryuu

Al averiguar que la muchacha pensaba que lo de las serpientes era una idea maravillosa, sonrió. Fue una sonrisa sutil. Casi imperceptible. Pero las comisuras de sus labios realmente se curvaron y todo en su gesto indicaba que estaba más relajado:

— Mhm. — Asintió. — Me he planteado si hacerme un tatuaje a color, pero al final seguí una estética monocroma. Me gusta el negro.

Ah, cuanto más hablaban de la posibilidad de tatuarse temáticas abismales en el cuerpo, más ganas tenía de hacer una parada rápida en Orth y volver:

— Lo único que se me ocurre es acuchillarme la carne y que la cicatriz conserve el dibujo, pero no quedaría tan estético como la tinta. — Porque ese era el problema, el que se viera bonito.

Luego, la pelirroja dijo su nombre. Era la primera vez en su vida que oía un nombre parecido, así que no estaba seguro de si había escuchado bien. ¿Había dicho "Rani"? Optó por quedarse con el significado:

— ¿Puedo llamarte "Sol"? — Aunque sonaba un poco extraño. Podía hacerlo más elegante. — "Soleil".

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Ravi Bhandari

Si el semblante del otro había cambiado, ella lo notó. Porque para alguien que se enfoca en todo momento en cómo cambian las líneas de expresión o las curvaturas en los rostros ajenos, si él había abierto paso a que aquella curvatura se mostrase, significaba que era más información que ella era capaz de almacenar aún si no hacía mención al respecto. Tuvo como reacción silenciosa el ampliar su sonrisa al ver que, incluso si apenas perceptible, él había sonreído.

— La ausencia total o parcial de la luz es verdaderamente enigmática. — Dejó salir otra risita a lo bajo, que curiosos eran los colores negro y blanco, pues sólo derivaban directamente de la luz, su presencia o su falta. — Ha generado una armonía visual al mantener todos los elementos equilibrados, ¡que buena decisión! Entre más sé al respecto, más me intriga el haber obtenido algo así en Orth.

Escuchó el tema de acuchillarse llevando una mano a su mentón, planteándose el escenario. — ¡También la cicatriz se borraría con el tiempo! Incluso quedando rastro de ello, no sería del todo permanente a diferencia de la marca de un tatuaje. ¡Y bueno! También cortaría con la estética monocromática. Y no hay suficiente tinta de bolígrafo como para considerarlo una opción viable bajo las condiciones de encontrarnos en el abismo. — No sabía si la tinta usada en los tatuajes y la tinta usada para escribir era la misma, después de todo. No es que supiera mucho del tema.

Llevó sus manos a ambas mejillas tan pronto escuchó el apodo con una tierna sonrisa en su rostro. Era tan creativo pero al mismo tiempo tan simple de relacionar, que le fascinaba. — ¡Puede hacerlo si usted lo prefiere así! — Pareció removerse un poco, algo emocionada. — ¿Significa que podemos ser amigos? — Porque claro que los apodos los relacionaba con amistad. Era como un escalón muy, muy arriba de sus pasos para formar un vínculo social amistoso, y él los había escalado primero en su lugar.

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Kurosawa Ryuu

Él no estaba atento a las expresiones de ella, sino a sus palabras. "La ausencia total o parcial de luz es verdaderamente enigmática"... Nunca se lo había planteado:

— Me gusta que todo sea un conjunto. Hacerme un tatuaje distinto y separado en cualquier parte sería como un grafiti en una pared. De haber tenido la idea de la Gran Falla antes, hubiese añadido criaturas del abismo en el torso para que todo mi cuerpo siguiese una línea temática.

Cuando Ravi le respondió a la idea de las cicatrices, enseguida se dio cuenta que ella estaba pensando en cortes superficiales:

— No con la técnica de escarificación. La costra sería sempiterna y tendría relieve.

Viendo que la muchacha se interesaba tanto por el tema de los tatuajes y que incluso quería uno, tuvo una idea. Apoyó su mano sobre su bolsillo, donde estaba su fiel navaja:

— ¿Quieres uno?

Después, ella le preguntó si podían ser amigos. Él parpadeó un par de veces en respuesta. Aunque no había razón para extrañarse. Ya se había encontrado con gente antes que se había acercado a él y le habían dicho "¿Quieres salir conmigo?", así que, ¿qué los hacía tan diferente de ella? Le daría la misma respuesta que a todos los demás:

— De acuerdo.

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Ravi Bhandari

Bueno, eso tenía sentido. Considerando que había mantenido todo el tema monocromático y los tatuajes dedicaban una misma estética, añadir algo distinto sería romper con esa armonía que el otro parecía esmerado en conservar. — ¿Significa que no tenía previsto añadir nada más? Aunque el volver a Orth ya es asunto pasado, ¡haha! — Porque se expresaba en un tiempo pasado, y ella ya había escuchado que tenía un tatuaje en el pecho apenas minutos atrás, lo cual limitaba la idea que expresaba en ese momento.

"Escarificación." Aquel término le resultaba familiar, haberlo leído en algún momento, pero no contaba con la información suficiente para saber con exactitud a qué se refería. Aunque con la definición de la cicatrización, se hacía una idea del proceso. — ¡Oh! Con que a esa tipo de técnica hacía mención. ¡Que intrigante!

Y ahora es cuando se juntaban dos cosas de las más inusuales y maravillosas que habría cruzado su mente. El obtener algo como eso al mismo tiempo que el otro confirmaba su amistad. Incluso parecía como si esos temas estuvieran relacionados entre sí.

— ¿Como tatuajes realizados por medio de la técnica de escarificación que tengan como propósito representar nuestra amistad? — Había juntado ambas manos con brillo en su mirar, expectante a la respuesta.

No pareció refutarla en absolutamente ningún momento, pero que al mismo tiempo requería de esa confirmación.

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Kurosawa Ryuu

¿No había dicho que se estaba planteando en tatuarse la espalda? De todas formas, seguiría dando información irrelevante:

— Siempre me planteé si llenar mi cuerpo de tatuajes o si parar en algún punto. Me gusta la asimetría y el contraste entre zonas con piel virgen y zonas con tatuajes blackout.

Tardó un poco en procesar las palabras de la contraria, hasta que finalmente se dio cuenta de que quería escaras a juego. Abrió levemente los ojos. Nunca se le había ocurrido hacer algo así con nadie. El hecho de que la muchacha quisiera tener para siempre algo en su piel que le recordase a él y algo en la de él que le recordase a ella... Le llegó al corazón:

— ¿Qué nos mutilamos? — Dijo, desenfundando su navaja. — ¿En qué zona?

Estaba emocionado. Una escara dolía demasiado, así que lo ideal sería algo sencillo:

— Tendremos que simplificar los diseños. ¿Cuál es tu criatura del abismo favorita? La mía el madokajack. Las zonas con más carne duelen menos, por lo que son recomendables los pechos, los brazos, los muslos y los gemelos. Preferiría los gemelos, pero podrían impedirnos correr en las próximas semanas.

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Ravi Bhandari

— ¡Entonces he de suponer que el plantearse aquello ha llegado a su fin! Tomando a consideración el no retorno a Orth, ¡aunque aún queda el método de escarificación que menciona! Pero no involucra el negro de la tinta que mencionó antes. — Claro, porque el otro mencionó lo del color negro, ¿quizá sin eso no tenía objetivo o estética?

Escuchó atenta las primeras preguntas, y mientras estaba considerando las respuestas, notó que habían más comentarios relacionados al tema. — ¡El Tamaugachi! Se ve realmente adorable y esponjoso. — Llevó ambas manos a sus mejillas de sólo recordar la información recabada de esa criatura.

— ¡Oh! Entonces los gemelos sería una decisión insensata e impulsiva considerando nuestra profesión y ambiente mortífero actual, ¡necesitamos tener a nuestra disposición el correr o sería aún más suicida que la decisión del Descenso Final! — Llevó una mano hacia su mentón. Es verdad, la escarificación involucraban heridas abiertas, lo cual significaba el riesgo de infección, la acumulación de dolor y un posible desencadenante a síntomas cada vez peores. Estaba atenta a la navaja del otro. — ¿Tiene usted un método viable que asegure la evasión de infecciones y no afecte nuestro desempeño como delvers? — Obvio, no tenía conocimiento de la especialidad de Ryuu en lo más mínimo a pesar de lo visto en el campamento.

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Kurosawa Ryuu

Asintió. Efectivamente, ya no podía hacerse más tatuajes. Hasta ahí llegaban sus aventuras con la tinta. Escuchó las siguientes palabras de Ravi. Entonces, él se haría un madokajack y ella un tamaugachi. El caso ahora era decidir la zona a mutilar:

— El pecho no dará problemas. — Dijo, dándose palmadas en el pectoral que él aún tenía virgen. — El derecho.

Tras la última pregunta, Ryuu volvió a enfundar la navaja. En completo silencio, se quitó la mochila de la espalda y la dejó caer al suelo, arrodillándose después. Desabrochó los cinturones del bolso. De él sacó tres cajas que colocó sobre los tablones del puente. Abrió cada una. Y dejó ver el contenido. Jeringuillas, desinfectante, alcohol, bisturíes, tijeras, guantes... Era un equipo médico completo:

— Sí. — Dijo al fin. — Cuidaré de ti. Conmigo, no ocurrirá nada malo.

Se quitó sus guantes de delvers y los cambió por los guantes de látex que habían en una de las cajas:

— ¿Sabes dibujar? Haz los diseños. Te lo haré a ti. Luego tú a mi.

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Ravi Bhandari

Cuando mencionó lo del pecho, volteó a ver las palmadas que se dió, sólo para después bajar la mirada a su propio busto. No sabía demasiado sobre anatomía humana a diferencia de él, pero al menos reconocía que seguramente era la zona más viable para lo que se planteaban hacer. — ¡Ya veo!

Ahora prestaba atención a cada movimiento de sus manos conforme iba sacando sus pertenencias y ella era capaz de identificarlos. Terminó por agacharse también sólo para ver más de cerca los utensilios que le pertenecían al contrario, denotando su curiosidad. Reiría un poco con aquello. — ¡Haha, que irracional concepto! En el abismo siempre pueden ocurrir situaciones desventajosas.

Con la pregunta dicha después, amplió su sonrisa. — ¡Sé hacerlo! — Asintió a la par que contestó. — Está bien. — Terminaba por también quitarse la mochila y sacar una de sus libretas, no sin antes dar un par de palmadas a Steve, claro.

Se dispondría a comenzar aquellas ilustraciones que le fueron solicitadas. "Simple" había dicho el otro, así que eso es lo que hacía.

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Kurosawa Ryuu

¿...? Claro que podían ocurrir situaciones difíciles en el abismo. Él se refería a que no habrían infecciones ni enfermedades de las cuales temer si el procedimiento y el cuidado de después los hacía él:

— Se pueden controlar hasta cierto punto.

Mientras la muchacha diseñaba los tatuajes, él se dispuso a hacer los preparativos. Tomó una de las mascarillas y se la colocó sobre la boca. Preparó su mejor bisturí, un antiséptico y pomadas. Insertó su analgésico en una jeringuilla, poniendo la suficiente cantidad para que funcionase como anestesia local:

— Quítate el mono y acuéstate.

¿Iban a hacerlo en medio de los puentes? Por supuesto. Las cosas debían ser hechas en el momento en el que se deseaban hacerlas. Ryuu ordenó las herramientas a usar. Estaba listo:

— ¿Has terminado? — Preguntó. Después, extendió una mano. — Tu bolígrafo.

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Ravi Bhandari

— Bueno, ¡en eso tiene razón! — Y reiría a lo bajo después de esas palabras. Aunque se preguntaba qué tanto control en específico podría tenerse en el abismo. Aquella ilusión podía perdurar en la segunda capa, pero de allí en adelante era todavía más fluctuante el pensamiento de algo como eso.

Con su mente trabajando tan rápido en la tarea designada, su atención estaba totalmente centrada en los diseños, en algo que debía ser simple y no les causaran heridas mortales sobre todo. Asintió con la cabeza ante la orden pero continuó con lo suyo, al menos, hasta la pregunta donde le ofrecería tanto la libreta como el bolígrafo. — ¡Aquí está!

Y una vez hecho eso, comenzaría a quitarse el mono. Lo único que tenía por debajo era su bra, pero no demostraba el más mínimo pudor o vergüenza, considerando que no era más que un procedimiento "médico". Lo bajó hasta su cintura ya que el resto era innecesario, y terminó por recostarse en el puente. Así, sin cuestionarse el lugar ni la acción. — Que útil para el grupo de Descenso Final haya otro médico. — Seguía tan carismática al hablar como siempre.

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Kurosawa Ryuu

Tomó los dos objetos que ella le dio, echando primero una ojeada a los diseños en la libreta. Asintió para sí mismo. Le gustaba lo que veía. Se aseguraría de que las escaras fuesen pequeñas para minimizar el dolor aún más. Así pues, colocó las cosas donde pudiese luego agarrarlas con facilidad y luego echó algo de antiséptico en un algodón:

— ¿Qué otros médicos hay?

Vio entonces cómo la muchacha se bajaba el mono. Lo único que Ryuu pensó al ver las grandes montañas fue "Tendré que deformar el dibujo". Por si acaso Ravi era igual de aprensiva que él, fue avisando de las cosas que iba a hacer antes de realizarlas:

— Limpiaré la zona con un antiséptico. — Comenzó, pasando el algodón húmedo sobre su pecho. — Reducirá la posibilidad de contaminación causada por tu propia flora.

Dejó el algodón a un lado. Ya lo tiraría más tarde. Entonces, tomó la jeringuilla, estabilizándola con ambas manos. Esperó un momento en lo que el antiséptico se secaba y, después, la posicionó perpendicularmente al pectoral derecho de la muchacha:

— Te inyectaré la anestesia local de forma subcutánea. Primero serán 0.5 ml. Dejaré la aguja dentro unos segundos. Avísame cuando dejes de sentir el pinchazo. Entonces añadiré otros 2 ml.

Introdujo la aguja muy lentamente, y con la misma velocidad apaciguada bajó el pistón.

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Ravi Bhandari

— El señor guía Norman y la delver Eryn, las dos personas que se quedaron con ustedes en la habitación del cadáver de Corpse-Weeper. — Lo último lo dijo riendo a lo bajo, como si no fuese obvio haber pensado que ellos dos eran los médicos.

— ¡Está bien! — Asentía a las indicaciones de cada movimiento que el otro realizaría. Eso le agradaba, porque no era una fan sobre los procedimientos médicos sobre sí misma. Pero igualmente reiría otro poco. — Está frío. — Pareció encontrar gracia en ello. — ¿Mi propia flora?

Ponía atención a cada palabra y la memorizaba. Ella tenía que repetir ese procedimiento, después de todo.

— La sensación de las agujas es desagradable. — Y a pesar del comentario, no se opuso en lo más mínimo y la sonrisa se mantenía en su rostro a la par que hablaba con la misma usual alegría. Incluso al momento de sentir el piquete, se había ampliado otro poco aquella sonrisa.

— Lo he dejado de sentir. — Mantenía la mirada sobre él sin importar qué, atenta a cada detalle. — Sólo he realizado procedimientos similares con criaturas sin vida, ¿la diferencia es amplia? — Porque habían muchos factores en juego. La dureza de la piel, la textura de los fluidos del cuerpo... Y claro, la falta de que el sujeto pase dolor.

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Kurosawa Ryuu

Sonrió de forma muy sutil y fugaz al escuchar el nombre de Norman. En cuanto a Eryn... Bueno. Le pareció amable. Pero quiso desconfiar aún así:

— Más que médico, soy investigador. — Avisó. — Mi especialidad son las criaturas del abismo.

Pensando qué tal vez no sabía lo que era la flora, dio su explicación memorizada de libro:

— Conjunto de microorganismos localizados en la epidermis que tienen una relación simbiótica comensal con el huésped. De ingresar al sistema sanguíneo pueden producirse enfermedades.

Asintió mentalmente ante el comentario de las agujas; a él tampoco le gustaban. La siguiente pregunta la sintió como la mayor de la obviedades. Por supuesto que era distinto. Los procedimientos no tenían nada que ver:

— Si es de tu interés mantener al paciente vivo, sí.

Inyectó los últimos mililitros de analgésicos y retiró la aguja con sumo cuidado. El medicamento tardaría un poco es surtir efecto, por lo que aprovechó el tiempo a base de tomar la libreta y bolígrafo de Ravi:

— Dibujaré una guía.

Comenzó a pintar el tamagauchi con el bolígrafo sobre la piel de la muchacha, mirando de cuando en cuando el dibujo original para asegurarse de que se parecía. Tardó unos minutos en lo que se aseguraba que estaba perfecto. Al fin, dejó todo a un lado y agarró el bisturí:

— Toca mutilar. ¿Estás lista?

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Ravi Bhandari

"Investigador", que grandiosa palabra. Parte de sus estudios se centraban en esa subdivisión de su profesión como delver, pero entendía que era con contextos y puesta en práctica de manera distinta.

— ¡Ya veo! Me he centrado en la investigación por igual, aunque más bien me he dedicado al abismo en su forma teórica general, lo que conllevan las reliquias, su origen y su propósito. — Porque mientras él se centraba en las cosas vivas para estudiarlas, ella se centraba en lo perecido o inanimado, pues ella no sabía nada de cómo tratar con cosas con vida.

Puso atención a la definición, justamente mencionada en la clase de forma que ella memorizaba la información, lo que hacía el asunto más sencillo. — ¡Ahora entiendo! — Porque si habían cosas que no entendía, era obvio que querría saber. Siempre quería saber todo, todo el tiempo.

Con la siguiente respuesta, soltó un dejo de risa que no pasó a más para evitar el movimiento de su cuerpo. — No se preocupe, ¡haré mi mejor esfuerzo! Cada paso al pie de la letra. — Ser una prodigio en memorizar no la hacía automáticamente una prodigio en poner en práctica ese conocimiento, pero sería un problema para el Ryuu del futuro.

Cuando comenzó a dibujar, ella sólo tarareaba muy a lo bajo, lo suficiente para que no necesitara esfuerzo de sus pulmones como para que el movimiento interfiriera su cometido. El lado bueno es que parecía darle completamente igual la zona requerida para ello.

— ¡Estoy lista! — Porque el dolor se esfumaba siempre. Las heridas siempre sanaban. Y el dolor tomaba menos relevancia con el propósito de ser algo simbólico de su amistad.

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Kurosawa Ryuu

A medida que hablaba con la chica le iba cayendo mejor. Esperaba realmente que su amistad fuera verdadera y no algo superficial que se podía romper en cuanto ella se hartara de él:

— En conjunto, descubriremos sus secretos.

Con el siguiente comentario se dio cuenta de que sus instrucciones no sólo eran necesarias para mantenerla relajada a ella, sino también para indicarle qué hacer cuando le tocase mutilarse él. Igualmente, cuando llegase la hora él repetiría las directrices para que no hubiese cabida a error:

— Confío en ti.

El tarareo le molestó un poco por culpa de su hiperacusia, pero no quiso tomárselo en cuenta. Cuando obtuvo el visto bueno de la pelirroja, Ryuu se inclinó sobre su pecho:

— Los cortes serán de entre 3 y 5 milímetros. Haré incisiones en los bordes y retirando tiras de piel. — Avisó. — No dolerá.

Así pues, con una mano comenzó a cortar con el bisturí y con la otra, la cual sujetaba un paño, iba recogiendo y limpiando la sangre que se resbalaba por la piel de la muchacha. Trabajaba con cierta lentitud. Pero no se paraba en ningún momento. Pronto pudo meter la cuchilla en la epidermis y arrancar el primer gran trozo de piel. Lo dejó caer entre los huecos del puente. El abismo sería su papelera.

No debería tardar mucho. Entre que era una zona pequeña y el diseño era relativamente simple, en unos minutos estaría. Fue avisando por dónde iba, con comentarios como "Ahora el morro", "La cabeza", "La pata izquierda", etc.

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Ravi Bhandari

— ¡Lo haremos! — El problema radicaba en lo mucho que era capaz de dejarse llevar por oraciones como las que el contrario le dedicaba. El establecer que realizarían actividades que son de su agrado en conjunto con alguien que ahora era su amigo, así como la afirmación de que ahora había un lazo de confianza entre ellos lo suficiente para que la dejase mutilarle a pesar de su falta de experiencia. Estaba confiando plena y ciegamente en ella cuando era perfectamente posible que cometiera un error fatídico, ya sea por algo tan trivial como la estética, o utilizar peligrosamente del bisturí por descuido.

Y esa insensatez encubierta como confianza era algo que ella veía normal en esa nueva amistad.

— Está bien. Confío en ti. — Imitó aquella oración con una sonrisa en su rostro. Porque su manera de aprender con los vínculos que forma es imitar de manera automática acciones o palabras afectivas.

Y en eso es que comenzaba la escarificación. No sentía dolor debido a la anestesia, pero quedaban rastros del tacto vacío en su piel, aquel hormigueo del entumecimiento que apenas es capaz de comprender el contacto al que estaba siendo sometido. Le molestaba. Era una sensación desagradable, pero se calló.

Estuvo quieta, mirando de reojo cuando le era posible si es que el movimiento de su cabeza no estorbaba, manteniéndose así durante todo el procedimiento. Al menos era consciente de que a pesar de lo que sintiera, ella tenía que trabajar después.

— ¿Esperaremos o comenzaré de inmediato el procedimiento? — Preguntó una vez se acercaba el final de la mutilación, ya que al final del día, no eran instrumentos suyos, y porque también tenía que desvestirse y recostarse.

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Kurosawa Ryuu

No era posible de ver por culpa de la mascarilla, pero las comisuras de los labios de Ryuu se curvaron levemente. Si lo pensaba bien, la solución a su enigma médico podría no estar en las criaturas del abismo, sino en las reliquias; de ser el caso, los conocimientos de Ravi serían útiles:

— Hazme saber de tus descubrimientos.

Así pues, continuó con su trabajo. Retiró la última tira de piel y posiguió a base de limpiar bien toda la sangre derramada sobre la piel de la chica:

— Depende de ti.

Porque a él no le importaba esperar unas horas o hasta días para que llegase su turno. No le extrañaría si ella sentía demasiado dolor o angustia para realizar actividades en lo que quedaba de tarde. De todas formas, el joven terminó con la escarificación a base de poner una gasa bastante gorda por donde iban las heridas. Él se echó para atrás. Y comenzó a limpiar y desinfectar sus herramientas:

— Listo. Cuidaré de ti hasta que sane.

Lo que significaba estar juntos al menos un mes. Entonces, recordó algo que solía decirle su tatuadora habitual de Orth para infundirle ánimos tras una sesión. Le pareció adecuado imitarla:

— Buena chica.

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Ravi Bhandari

Y tan contraria a la persona junto a ella, siempre mantenía una sonrisa en su rostro que se ampliaba por momentos, como ese mismo al escuchar tal petición. Porque significaba pasar tiempo juntos, compartiendo intereses, como hacen los amigos.

—¡Lo haré! Cada uno de ellos. Para descifrarlos juntos. — Que agradable era esa palabra. Juntos.

No mencionó nada más mientras su herida era limpiada. La sensación no le gustaba, la sangre resbalando y la fría limpieza eran tactos específicos que molestaban en cierta medida, pero no lo suficiente para causar reacción en ella.

— Puedo comenzar de inmediato. Depende de tu juicio médico. — Se levantó una vez la gasa final había sido puesta para acomodarse el uniforme, teniendo sumo cuidado cuando llegó a la altura de la herida para poder cerrarlo.

En su gesto no se veía expresada incomodidad o dolor, tan sólo su eterno semblante carismático.

— ¡Está bien!

Y en eso escuchaba las últimas palabras.

Llevó ambas manos a sus mejillas y rió a lo bajo, realmente pareció un cachorrito feliz de haber recibido un cumplido.

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Kurosawa Ryuu

Le alegró saber que ahora tenía una nueva compañera de investigaciones. Mientras pensaba en las especialidades de cada uno, recordó que la muchacha tenía en su posesión algo que a él le interesaba:

— El huevo. Quiero ayudar a incubarlo.

Ante la confirmación de la contraria, Ryuu musitó un "De acuerdo". Se quitó la mascarilla. Luego, el silbato. Después, la chaqueta. Y, finalmente, tomó el borde inferior de su camiseta y alzó los brazos para quitarse la prenda. Los cuatro objetos fueron dejados en un montón a su lado.

Para asegurarse de que el tamaño y la zona de la escara fuesen los adecuados, tomó el bote de antiséptico y, con un algodón mojado en el líquido, dibujó un pequeño rectángulo sobre su pecho:

— Aquí.

Dejó al alcance de Ravi todo lo necesario para que ella hiciera el procedimiento y después se acostó boca arriba en los puentes, usando su ropa como almohada para mayor confort:

— Guantes. Mascarilla. Antiséptico. Anestesia. Guía. Cortes. Limpieza. Gasa. — Repitió los pasos. — ¿Dudas?

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Ravi Bhandari

¡Oh! Entonces Ryuu también tenía interés en cuidar de Steve, era lógico, lo que saliera de ese huevo podría ser revolucionario, una corrupción adiestrada y posible de investigar o someter a distintos contextos conforme la información recabada, el sólo pensar en ello la emocionaba. Claro, sería una verdadera pena que resultara no ser más que un llorón de cadáveres común y corriente, pero aún con ello, la idea de domesticarlo era de su sumo interés.

— ¡Claro! Steve tiene particularidades prometedoras. — Dio un par de palmadas a su mochila. — ¿Lo llevarás contigo? — Hacía ademán de que podía sacarlo de la mochila y simplemente dárselo. Si bien ella quería quedárselo, Ryuu había dicho "ayudar a incubarlo", lo que significaba que ambos formarían parte de ese proceso. Ah, ambos investigando el mismo tema al mismo tiempo, una aventura digna de una amistad como la suya.

Observó a Ryuu quitarse las prendas para señalar el área específica y acomodar los utensilios mientras examinaba furtivamente cada uno de ellos, teniendo en su mente la repetición de los procesos que observó en el contrario.

Asintió a las indicaciones mientras reía a lo bajo, para después negar ante la última pregunta. Que situación tan divertida, mutilaría a un ser con vida por primera vez.

Se quitó los guantes del uniforme y los cambió por los de látex, para después tomar una de las mascarillas y colocarla sobre su boca. Era curioso el cómo desbordaba energía todo el tiempo, pero en cosas que requerían paciencia, era sumamente tranquila y cuidadosa.

Tomó el analgésico para insertarlo en la jeringa, notándose el cómo revisaba que fueran los requeridos ml que había señalado antes. La dejó a un lado. Ahora tomaría un pedazo de algodón para mojarlo en antiséptico. Estaba por pedirle a Ryuu el suyo, pero no tenía guantes, así que seguramente estaría sucio.

— Limpiaré la zona con un antiséptico. — Imitaba por completo sus palabras y procedimiento.

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Kurosawa Ryuu

"Steve"... Ahora que lo recordaba, la muchacha había dicho en el campamento de observación que ese sería el nombre de la criatura. Le parecía ridículo. Él hubiese elegido algo como Agares, Asura, Akuma... Cualquier cosa digna de un llorón de cadáveres:

— No. — Ni en broma iba a cargar con un gigantesco huevo. — Sólo ayudaré. Me interesa documentar el ciclo de vida de los llorones de cadáveres.

Cerró los ojos:

— De alcanzar su etapa adulta en pocos días, sería maravilloso poder surcar el cielo del abismo en su espalda.

Él se quedó acostado en el puente durante todo el rato que Ravi hacía los preparativos, observando los árboles que ahora se veían del derecho para él. Se acordó por qué había acudido a ese lugar:

— ¿Cuánto sabes de los Inbyos Oscuros?

Bajó un poco los párpados al notar que la contraria se tomaba su tiempo. No le gustaba la ansiedad que crecía por segundos al saber que el dolor llegaría pronto. Cuanto antes terminasen, mejor:

— Aprisa.

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Ravi Bhandari

Aquella respuesta era su preferencia personal. Parte de ella encontraba gusto en tener y poseer las cosas que le interesaban, por más carga que pudieran ser a la larga, ella no sentiría el peso en su espalda pues todo estaría cubierto por la emoción argumentada a su investigación. — ¡Está bien! Lo documentaremos juntos y probaremos su capacidad de la domesticación y de vuelo. ¡Es un concepto intrigante! Espero tome lugar dentro de las posibilidades.

Porque claro que querer algo era distinto a afrontar el porcentaje de probabilidad, habían tantas cosas en juego.

Asintió con la indicación de apresurarse para después llevarlo a cabo.

— Te inyectaré la anestesia local de forma subcutánea. Primero serán 0.5 ml. Dejaré la aguja dentro unos segundos. Avísame cuando dejes de sentir el pinchazo. Entonces añadiré otros 2 ml. — Tal como si fuese robot, aún imitaba por completo palabra por palabra, e incluso la entonación, así como las acciones que le seguían.

Mientras esperaba, dejaba su robótico papel de lado.

— ¡No lo suficiente! Parecen ser una evolución de los Inbyos cuyas capacidades se centran en las carencias de su rama principal: el ser depredadores. Mientras los Inbyos ahuyentan a todo merodeador, los Inbyos Oscuros los atraen mediante la ruptura mental de sus víctimas para ser presa fácil. ¡Por decirlo de una manera, evoluciaron para aprender a matar! — Era totalmente evidente la emoción con la que hablaba del tema.

Una vez el contrario le había dado el permiso de continuar con la anestesia, inyectó los últimos mililitros, que si bien seguían siendo movimientos cuidadosos, se notaba la inclinación por la rapidez. No tendría tan buena mano para lo médico como Ryuu, después de todo.

— Dibujaré una guía.

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Kurosawa Ryuu

Imaginarse un futuro próximo en donde ambos tuviesen bajo supervisión a un Steve ya nacido le llenaba de contento. Añadió a Elise a la ecuación, visualizándola tomando notas y haciendo preguntas que a los otros dos no se le ocurrían. Sonrió.

Se dio cuenta enseguida que la muchacha le estaba copiando todo lo que él le había dicho hacía unos minutos, lo cual le hizo alzar una ceja. No supo cómo reaccionar. Tan sólo aviso cuando dejó de sentir la aguja:

— ... Ya.

Después escuchó atento a la teoría de la mayor. Le parecía curioso cómo una criatura de la segunda capa era capaz de atacar a la mente, pues aquello denotaba una gran inteligencia. Quiso dar su hipótesis:

— Sus habilidades podrían ser usadas para crear fármacos, drogas alucinógenas y armamento militar. También sería posible combatir la corrupción. — Miró a Ravi, esforzándose unos segundos por hacer contacto visual aún si no era recíproco. — Las criaturas más agresivas podrían ser domesticadas. Las personas más fuertes podrían ser dobladas. Quiero Inbyos Oscuros en mi poder.

Se reposicionó para que la pelirroja pudiese dibujar la guía con comodidad. Sabiendo que pronto llegaría la incomodidad sensitiva, se quitó las gafas y apoyó una de sus patas sobre los labios, listo para morderla si era necesario. Apartó la mirada.

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Ravi Bhandari

Dibujaba el Madokajack por sobre la piel del contrario, en la misma zona donde le había correspondido a ella. No tuvo que revisar el dibujo previo puesto que ella misma lo había hecho hace apenas un tiempo atrás, así que lo recordaba perfectamente.

— Toca mutilar. ¿Estás listo? — No pensaba que necesitara del permiso, puesto que el procedimiento iba a hacer si o si. Pero seguía imitando sus palabras hasta que le fue concedido.

Sin embargo, como también le había pedido rapidez, la siguiente explicación sobre la profundidad de los cortes y el retirar de su piel la daría mientras tomaba el bisturí y comenzaba a cortar de una vez, usando por igual el paño con su otra mano para limpiar los rastros de sangre que se pudiesen marcar.

— Ciertamente el poseer criaturas que hayan desarrollado la capacidad de influenciar la mente sería algo interesante con lo que trabajar. Viví sus efectos de primera mano, ¡y sería revolucionario encontrar su beneficio! — Incluso con la mascarilla, se notaba que por debajo sonreía. — Aunque en el Descenso Final no contamos con las herramientas necesarias para dicha investigación. Sería posible si se capturaran especímenes y fueran llevados a Orth para su sometimiento.

Continuó unos momentos cortando la piel sin mencionar nada, parecía estar pensando en algo a la par que notaba la sangre con cada corte.

— A menos que se planee su domesticación. O una domesticación forzada. Involucraría mucha observación y métodos distintos. — El forzar o torturar no era algo que le impactara en lo más mínimo. Si no tenía moral hacia humanos, por qué la tendría con criaturas.

Al igual, no duraría tanto tiempo en ello, considerando que no tuvo la misma lentitud de trabajo que Ryuu.

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Kurosawa Ryuu

De acuerdo. El hecho de que ella le copiase las frases comenzaba a desconcertarle al punto de molestia. Frunció el ceño levemente:

— Repites mis palabras.

Al notar la cuchilla tuvo el impulso de dar un saltito, mas fue capaz de contenerlo de forma que tan sólo se encogió de hombros. Ladeó la cabeza. No quería ver lo que Ravi estaba haciendo:

— Tch. — Odiaba la idea de darle nada a Orth. — Sería posible capturarlos e investigarlos por meses. Mis herramientas son sufici- Hgg.

Mordió la pata de sus gafas. Era un poco extraño que la escarificación le doliese teniendo en cuenta que la anestesia debería cubrir el área de dermis en la cual trabajar. Lo atribuyó a su hipersensibilidad:

— Se precisaría de humanos para la experimentación. — Y ya sabía a quiénes usar de conejillos de indias. — Las esperanzas mínimas radican en un método de tortura psicológica. Las máximas en control mental.

Cuando vio que la muchacha había terminado con la mutilación él mismo se puso la gasa sobre su pecho. Dejó caer los brazos a sus lados. Y suspiró. Pensaba quedarse en los puentes un buen rato descansando antes de dirigirse al campamento de observación:

— Amistad representada.

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Ravi Bhandari

— Lo hago. — Volteó a verle cuando dijo eso, incluso si no llegaba a hacer contacto visual, sólo para después devolver su atención a la escarificacion. — Realizo exactamente el mismo procedimiento médico que fue hecho sobre mi, y siendo la primera vez que llevo a cabo algo de está magnitud sin experiencia médica avanzada, lo vi fundamental. ¿No debería hacerlo? — Era sincera y la pregunta era genuina, pues incluso con toda la tranquilidad de su sonrisa, si le era dicho de detenerse, lo haría. Tan simple como eso.

Observó intrigada el cómo Ryuu se quejaba del dolor, tan intenso que tuvo que dejar de hablar. Eso no la detenía, claro. Como mucho, la emocionaba, por muy extraño que aquello pareciera si lo ponía en palabras.

— ¡Entonces creo que ya tienes la respuesta! — Reiría a lo bajo por decir eso cuando el otro había terminado de hablar. — Tienes los recursos necesarios además de la planeación previa. Si la investigación puede rendir frutos, ¿qué es lo que te detiene? — Tampoco le importaba la experimentación en humanos. Humanos que no habían hecho nada por ella por lo que no significaban nada para ella.

Creía fielmente en el bien común. Y el fin justificaba los medios de ese bien común.

Su rígida forma de ver el mundo era una balanza. Ella quitaría una vida por salvar dos. Mataría a cinco para salvar a diez.

La única excepción a ese bien común era Chenge. Él era su prioridad, incluso por encima de ella misma.

Cuando vio que Ryuu se colocó la gasa él mismo, ella sólo se mantuvo sentada con una sonrisa. — Buen chico. — Diría contenta mientras desinfectaba las herramientas utilizadas.

— ¡Ahora compartimos un vínculo profundo de amistad! Es emocionante.

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Kurosawa Ryuu

— Es molesto.

Hubiese añadido que la irritación sería menor si ella usara sus propias palabras, mas no tuvo las energías para explicárselo. Tan sólo continuó con la conversación:

— Encontrar Inbyos Oscuros.

Porque, al fin y al cabo, seguían siendo criaturas difíciles de ver. Ryuu volvería cada ciertos días a los puentes en su búsqueda, pero si esas bestias no se aparecían ante él todas sus preguntas sobre esa especie quedarían sin responder. No se podía hacer nada más. Cuando el tema sobre los Inbyos fue finalizado, también lo hizo el procedimiento de escarificación. El muchacho resopló divertido ante lo de "buen chico":

— Cada vez que veas tu pecho te acordarás de mi.

Recordó a Elise y su septum, y a Norman y su cicatriz. Ambos marcados. Ambos incapaces de olvidarle. Se preguntaba si podría instalar un poco de él en todo el grupo de descenso de la misma manera. Sería interesante comprobarlo.

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Ravi Bhandari

— ¡Entiendo! Entonces no será algo que se repetirá. — Porque a veces las cosas eran así de sencillas con Ravi cuando ella te consideraba su amigo, pedirle algo y tener un por qué era motivo suficiente para que ella pusiera de su parte para acatarlo.

— Tiene sentido. Los Inbyos Oscuros poseen mayor inteligencia, posiblemente no aparezcan sin tener una clara ventaja o a sabiendas de estar bajo una trampa. ¡Suerte con eso! — ¿Optimismo o pesimismo? Qué va, sólo estaba siendo realista para después brindarle su apoyo. Claro que si le pedía ayuda lo haría, pero por mientras dejaba el tema allí, considerando la posición física de ambos.

Su sonrisa se amplió cuando notó aquella pequeña reacción por parte de Ryuu. — ¡Claro! Siempre lo haré. Así que cada que veas tu pecho, también te acordarás de mi. — Que agradable concepto. Apreciar tanto una amistad como para tenerle presente en todo momento.

Acomodaba sus pertenencias, mientras ponía todo en orden para ponerse de pie con cuidado, tomando a consideración no hacer movimientos bruscos ni tampoco erróneamente apoyar las tiras de su mochila en una zona sensible.

— ¿Tomarás reposo aquí o en el campamento? — Parecía ser una indicación ya sea para quedarse allí por su cuenta, o regresar con ella.

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Kurosawa Ryuu

Asintió. A esas alturas se había dado cuenta de que las palabras de Ravi eran tan verdaderas como una ecuación matemática. Ante el tema de los Inbyos Oscuros bajó los párpados con pesar. Esperaba que se aparecieran hoy. Si no, podía tomar unos Inbyos normales e ir al observatorio con ellos. Hizo un pequeño ruido para dar las gracias:

— Nunca te olvidaré tras tu muerte.

Para él era algo romántico. Poético. Ninguno de los dos sería totalmente engullido por el abismo, pues parte de sus almas estaban en el otro:

— Aquí.

Se quedó unos segundos en esa posición, hasta que se acordó de algo. Levantó el brazo izquierdo y lo zarandeó suavemente de un lado a otro a modo de despedida. La interacción social había concluido oficialmente.